Zack & Wiki: El tesoro de Barbaros, Impresiones

Imaginaros que mezclamos en un mismo juego las hilarantes aventuras gráficas de piratas de la saga Monkey Island, con los ingeniosos y brillantes rompecabezas de la serie Zelda. ¿Qué conseguiríamos? Uno de los primeros juegos third party exclusivos y pensados únicamente para Wii.

Desde Capcom han querido demostrar que teniendo en mente las cualidades únicas y distintivas de la sobremesa de Nintendo, no hace falta un gran presupuesto o unos gráficos en HD para encandilar a los jugadores. Zack & Wiki: En busca del tesoro de Barbaros es la típica historia de piratas contada con un toque de humor y una inocencia inusual en estos tiempos que corren de shooters y FPS. En ella tendremos que ayudar al joven aprendiz de pirata Zack y a su mono mágico Wiki a encontrar el mítico barco de Barbaros, el pirata más legendario y famoso de la historia.

Todo parece ir sobre ruedas -o sobre alas, en esta ocasión- hasta que un enorme avión se sitúa por encima de nosotros y empieza a atacarnos. El comandante de dicha aeronave no es otra que la Capitana Rose, la jefa del grupo pirata Rose Rock, el eterno rival de los Conejos Marinos, que con la ayuda de sus matones pretende quitarnos el mapa del tesoro hacia el que nos encaminábamos.

Tras una explosiva retirada -con uno de los momentos más divertidos protagonizados por Johnny Style-, caeremos en una isla que no estaba situada en el mapa. En ella aprenderemos a convertir a nuestro compañero Wiki en una campana dorada con la que transformar a nuestros enemigos en diversos objetos, los cuales deberemos utilizar inteligentemente para resolver las situaciones en las que nos encontremos. La primera oportunidad que tendremos de utilizar este curioso poder será con un ciempiés asesino, que después de escuchar el doblar de Wiki, se convertirá en una útil sierra con la que construirnos una vía de escape antes de acabar sepultados por nuestro propio avión y llegar hasta un misterioso cofre dorado.

Para hacer sonar a Wiki deberemos de sacudir el Wiimote como si de una campana de mano se tratase, y para utilizar la 'centisierra' nos bastará con imitar el movimiento de serrar junto al árbol que queramos cortar. Ésta será nuestra principal misión a lo largo del juego, usar el Wiimote instintivamente de la misma forma que lo haríamos si tuviésemos un determinado objeto entre las manos para solucionar los puzzles que nos impiden llegar al tesoro. Por lo tanto, a lo largo de la aventura nadie debería sorprenderse si nos ve tirando del Wiimote como si fuese una cuerda, girándolo como una manivela o sacudiéndolo como una maraca. Pero no os asustéis, que la aventura no va a ser una especie de Wario Ware con constantes y agotadores usos del Wiimote. Para movernos, nos bastará con apuntar hacia donde queramos ir y pulsar el botón A (Otra clara reminiscencia a las aventuras gráficas clásicas), mientras que los usos 'especiales' del Wiimote se realizarán en contadas ocasiones, recurriendo a ellos sólo unas cuantas veces en cada misión.

Una vez superada esta aventura introductoria, regresaremos a nuestro cuartel general, donde el resto de los miembros de la banda nos estarán esperando. Tontito es el conejo encargado de contarnos los cotilleos y demás información útil que nos pueda servir de ayuda durante la aventura. Abuelita es una hábil comerciante que nos proporcionará muñecas del oráculo y tickets del renacimiento, dos objetos indispensables para el desarrollo de las misiones que veremos más adelante. Como ya hemos dicho, Hulk es el jefe de la banda y será el encargado de ofrecernos las misiones. Loquito será nuestra mano derecha y nuestro ayudante en la búsqueda de tesoros menores, ya que gracias a una donación simbólica, se encargará él mismo de ir a buscarlos y traérnoslos al cuartel general. Vaguito nos recordará el uso de los objetos y la forma de utilizarlos. Barbaros nos indicará cada vez que vayamos a hablar con él la cantidad de tesoros recuperados y el número que nos falta para completarlo. Y por último, aunque no menos importante, está Johnny Style, que será el que se encargue de anotar todos los datos de nuestra aventura en el diario de bitácora -Tiempo de juego, vidas perdidas, dinero recogido...-. Ésta peculiar banda de piratas serán nuestros compañeros a lo largo del juego, y aunque no pasen de ser meros secundarios (si no más), les acabaremos cogiendo el mismo cariño que les tienen sus compañeros Zack y Wiki.

Pero vayamos a la parte más interesante y la que nos ocupará la mayor parte de nuestro tiempo, los niveles del tesoro. Cada mundo (Mapa) está compuesto por varios niveles (tesoros), los cuales tendremos que superar si queremos llegar al gran tesoro (jefe de fase) y pasar a la siguiente zona. Éstos niveles del tesoro nos presentarán una única pantalla con un tesoro como fin último. Lo que tendremos que hacer será descubrir cómo llegar a ese tesoro, una tarea bastante rápida y sencilla en los primeros niveles pero que se irá complicando poco a poco, llegando a unas fases al final del juego que podrán multiplicar por 10 en tamaño y dificultad a las primeras pantallas.

Esta fase, que podría parecer ridículamente sencilla y lógica, será solo la punta del iceberg, ya que según vayamos avanzando descubriremos cómo la cosa se complica mucho, teniendo que hacer varias acciones y en un determinado orden si no queremos empezarla de nuevo desde el principio. Y es aquí donde entran en acción las anteriormente citadas muñecas del oráculo y tickets de renacimiento que podíamos comprar en el cuartel general. Las muñecas oráculo las podremos utilizar en cualquier momento, y nos darán una pista para seguir con el puzzle en el que nos encontremos atascados, mientras que los tickets de renacimiento solo se podrán utilizar si nos han eliminado, dándonos la oportunidad de llevarnos un par de segundos antes de hacer la acción incorrecta que hemos llevado a cabo, ahorrándonos un tiempo valiosísimo -especialmente en los últimos niveles- y no teniendo que repetir todo lo hecho hasta el momento de nuestra muerte.

Más de una veintena diferente de usos para los objetos (pinzas, paraguas, taladros, dinamita, escobas, bloques, manivelas...), junto a otra veintena de fases a superar, y a un número increíble de situaciones a realizar nos dan como resultado unas quince horas de juego la primera vez (la segunda vez, al saber el 'truco' de cada fase nos puede llevar bastante menos tiempo). Si a eso le sumamos un uso inteligente de los puzzles, y el sentido del humor de las situaciones y de los personajes, nos da como resultado uno de los mejores juegos hasta el momento para la sobremesa de Nintendo.