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Resident Evil HD Remaster

Resident Evil HD Remaster

  • Plataforma360PS3PC8.5XBO8.5PS48.5
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorCapcom
  • Lanzamiento20/01/2015
  • TextoEspañol
  • VocesInglés

Resident Evil HD Remaster, análisis

El remake de Resident Evil para Gamecube se estrena en PC, Playstation 3, Playstation 4, Xbox 360 y Xbox One con mejoras visuales y la esencia que lo convirtió en un referente absoluto dentro del género Survival Horror. Por 19,90 euros a partir del día 20.

Actualizado a

Resident Evil se convirtió en 1996 en uno de los mejores juegos de Playstation y en un ejemplo de como videojuegos y terror podían fundirse de manera casi perfecta. Seis años después, Capcom diseñó en exclusiva para Gamecube un remake ejemplar en el que el renovado aspecto gráfico y las novedades jugables hacían de nuestra visita a la mansión Spencer una de las grandes experiencias del nuevo siglo. Ahora, doce años después, la compañía japonesa se lanza a por la segunda revisión de su clásico del Survival Horror. Un remaster HD del remake que vimos en 2002. La mejor excusa de todas para revivir un juego para el que no pasan los años y que es capaz, además, de ofrecer a las consolas de pasada y presente generación una fórmula de juego exigente, compleja y cada vez menos frecuente en la industria actual. Llega a 19,99 euros.

Hablar de Resident Evil es hacerlo de historia viva de los videojuegos. De un género que tuvo su auge entre las generaciones dominadas por Playstation y Playstation 2 y que poco a poco, desde Xbox 360 hasta las nuevas plataformas, se ha ido perdiendo en pos de una presencia cada vez más acusada de la acción en cada juego que pretende ser un Survival Horror. Pero Resident Evil es el título que sirve de ejemplo perfecto de lo que los usuarios echan en falta en los títulos actuales, sobrados de munición y de guías y cada vez menos exigentes con el usuario que está al otro lado. Resident Evil significa terror, significa escasez de munición, gestión de objetos, rompecabezas constantes, diseño de niveles laberíntico. Significa exploración, sufrir por ir a guardar la partida antes de morir y perder nuestros avances. Significa perderse, no saber qué hacer. Y para todo esto no pasan los años.

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La historia, para quien no la conozca, nos sitúa en el papel de varios miembros del equipo STARS, que buscan a unos compañeros caídos en medio de un bosque, el equipo Bravo. La presencia de unos perros extraños, agresivos y medio muertos, acaba con los personajes corriendo y adentrándose en una Mansión. Chris Redfield y Jill Valentine son los protagonistas de esta aventura, participando desde su punto de vista -y matices distintos- en una trama macabra y de pocas explicaciones. Un disparo, la presencia de un monstruo. La desaparición de nuestros compañeros. Aquí empieza Resident Evil.

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Estamos ante un título tremendamente inteligente que nos obligará -si no conocemos como se avanza o no lo recordamos- a explorar, probar, volver atrás y buscar nuevas pistas. Una aventura de exploración y puzles más que de acción. De hecho, los recomendable es esquivar en lo medida de lo posible ciertos enemigos más que malgastar munición en ellos. El sistema es el siguiente: exploramos las zonas abiertas de la mansión buscando detalles y elementos que nos puedan servir para descubrir nuevas habitaciones y pasillos de la mansión... que a su vez nos permiten acceder a nuevos objetos. Tanto para la aventura como para conseguir armamento extra o suministros de todo tipo. Examinar los objetos que recogemos -no siempre son lo que parecen- encajar piezas en lugares donde a priori no parecen tener relación y detenernos un momento ante ese cuadro, esa frase, ese acertijo... es clave para tener éxito.

   

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Siempre se habla de Resident Evil como ejemplo de Survival Horror clásico, de puzles sesudos, pero solo cuando uno lo juega y lo vuelve a terminar entiende qué es aquello que todo el mundo alababa. El sistema de exploración es tan libre que tal vez encontraremos objetos en nuestras dos primeras horas de juego y no lo usaremos hasta que han pasado cinco. Esto también aporta confusión al usuario, que está obligado a no pasar de largo ni dejarse nada sin explorar. Por lo que pueda ser. Al sistema de exploración y backtracking constante se le añaden elementos que complican más la cosa: los personajes tienen un inventario limitado (seis objetos Chris, ocho Jill) y por lo tanto tienen que ir dejando objetos en los baúles, que están contectados todos entre sí. El otro factor a tener en cuenta es la manera de salvar partida: solo se salva escribiendo en máquinas de escribir y se necesita tinta para hacerlo. Si malgastamos la tinta, no podremos guardar. Esta relación entre la necesidad de asegurar nuestros avances o “tirar un poco más adelante” para no malgastar juega malas pasadas. Y si no al tiempo.

Los puzles son la clave del juego. Usar elementos químicos para matar una planta que no nos deja pasar, explorar una flecha que se convierte en una pieza que nos abre una tumba, mover unas estatuas en un orden concreto o cambiar el color de unos cuadros para conseguir unas máscaras que a su vez nos abren nuevos caminos, ordenar unos libros para encontrar un pasadizo secreto, descifrar códigos y passwords para desbloquear puertas desde un ordenador… son tantos y tan acertados los puzles (combinar objetos que por separado no sirven de nada) que la sensación de satisfacción una vez los superamos es enorme. 

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No falta la acción contra zombis que una vez caen, si no los incineramos posteriormente se levantarán y se moverán de manera más rápida y agresiva, los perros mutantes, animales como serpientes, cuervos o abejas y más avanzado el juego, los Hunters, tremendamente molestos, y otras monstruosidades que aparecen de los pasos de ventilación. Pero serán las batallas contra jefes finales las más intensas. Zombi de gran envergadura, una serpiente gigante, tiburones o Lisa Trevor, una trama que Capcom añadió en el remake de Gamecube y que si se sigue con documentos y elementos de los escenarios, es todo un acierto. Saber guardar las armas más poderosas para estos enfrentamientos y tener la munición adecuada es parte de lo que tenemos que hacer para acabar teniendo éxito en la mansión Spencer y sus alrededores. Todo, bien hilvanado por un argumento efectivo y con algún giro inesperado.

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El juego, como la saga por norma general, puede durar unas doce horas de superar si se desconoce por donde ir, aunque posteriormente las partidas pueden durar mucho menos. De hecho, la rejugabilidad del título es elevada tanto por tener dos personajes distintos (Chris por ejemplo necesita encontrar muchas más llaves que Jill no necesita porque lleva una ganzúa) como por los modos que vamos desbloqueando y que repiten en este remaster. Un nuevo nivel de dificultad, el modo supervivencia en el que no se apunta automáticamente ni los baúles están conectados o el modo invisible, donde los enemigos incluidos jefes finales son invisibles. Terminar el juego en menos de cinco horas o en menos de tres, además, tiene premio en forma de nuevas armas como también accedemos a trajes para los dos personajes. Entre ellos, trajes modernos que nos los visten como los hemos visto recientemente (Jill con gorra, Chris musculado a lo Resident Evil 5). El título añade marcadores online para intentar batir los mejores tiempos de los demás usuarios.

¿El control definitivo?
La principal novedad de este remaster es un nuevo control que rompe con el que conocíamos. Resident Evil tenía un sistema de control del personaje especial, en el que pulsar arriba con el stick derecho significaba ir hacia delante y el resto giraba según esta premisa. Ahora se ha añadido un control libre, donde movemos el stick es donde va el personaje. Mucho más intuitivo y sencillo, aunque no sea perfecto por un motivo: como el juego tiene un sistema de cámaras prefijadas, a veces al cambiar de una zona a otra, la dirección a la que pulsábamos ya no es la misma en el nuevo emplazamiento, y eso en algún momento concreto puede suponernos algún contratiempo en el control (como cuando tenemos que correr a un sitio a mover una estatua, donde hay tres cambios de cámara y casi es inevitable que el personaje se detenga sin querer por señalar una dirección que no es). Pero en general, el añadido es un acierto que hace mucho más ágil el control del personaje.

A nivel visual llegan las otras novedades del juego. Su uso de escenarios pre renderizados fue todo un acierto en su momento y de hecho, si hoy ponemos el título de Gamecube, sigue manteniéndose muy bien a pesar del tiempo que ha transcurrido. En esta ocasión se da soporte a 1080p (podemos jugar 16:9 o el original 4:3) y también se han retocado texturas para que el título mantenga el tipo. Y lo hace perfectamente. Los escenarios convencen, el juego de luces y sombras también y en general los protagonistas también lucen a buen nivel. Seguramente si el remake de 2002 se hiciera hoy el resultado sería muchísimo más espectacular, pero la adaptación a la HD es buena en general. No está exenta de fallos: las secuencias de vídeo si que se notan más antiguas de la cuenta y hay modelados de personajes -como algunos zombis, compañeros de Chris y Jill o algunos jefes finales- a los que se les nota el peso de los años encima de sus hombros. Además, algunas animaciones y movimientos de los protagonistas siguen siendo de hace doce años. Pero en general, el resultado es bueno: mantiene intacta la esencia del remake de Gamecube y se adapta bien.

Lo más destacado en la banda sonora del juego, la interpretación de los personajes -alguna mejor que otra- y todos los sonidos y efectos que nos recuerdan que esto es un juego de terror y que hay que estar en constante tensión, es su adaptación al sonido envolvente 5.1. Las voces están en inglés como el juego original y el título está subtitulado al castellano. 

8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.