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Lara Croft and the Temple of Osiris

Lara Croft and the Temple of Osiris

  • PlataformaPC8.2PS48.2XBO8.2
  • GéneroAcción, Aventura
  • DesarrolladorCrystal Dynamics
  • Lanzamiento09/12/2014
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorSquare Enix

Lara Croft y el Templo de Osiris

La arqueóloga de Tomb Raider se ve envuelta en la magia y el misterio del Egipto mitológico en este cooperativo a 4 para Xbox One, PC y PS4 que sucede a El Guardián de la Luz. Lara Croft y el Templo de Osiris es pura astucia y acción divinas.

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La mitología egipcia siempre es cautivadora. Y la protagonista de la serie Tomb Raider es junto a Nathan Drake o Indiana Jones uno de los iconos favoritos de la arqueología fantástica. Lara Croft y el Templo de Osiris mezcla con destreza estos dos incentivos, siguiendo la estela súper luminosa que marcó El Guardián de la Luz y mejorando el que fue su mayor acierto, el cooperativo. La pistolera sexy saqueadora de tumbas regresa a la perspectiva isométrica y la jugabilidad pensada para compartir en un precioso viaje al inframundo de la era faraónica y la búsqueda de tesoros más misteriosa de la Historia. Con nuevo motor gráfico para sacar buen partido a PlayStation 4, Xbox One y PC -plataformas en que se estrena de momento, en físico con la Gold Edition en PS4 y PC-, Eidos y Crystal Dynamics llevan más lejos lo que fue una idea fantástica con esta secuela pura que disfrutará cualquier jugador, seguidor de los dungeon crawler o de las mecánicas Tomb Raider. Un acertado pasatiempo mientras esperamos Rise of the Tomb Raider.

Perfecta integración entre puzles, plataformas, acción y exploración es lo que encontramos aquí, ahora conjugado de forma mucho más orgánica y natural, en este nuevo Lara Croft que, si bien es muy continuista respecto a la primera entrega y ya no nos sorprende como el viaje al corazón maya en cooperativo a dos, al menos sí que amplía todos los elementos que compusieron aquella primera incursión vista desde arriba y perfila algunos detalles jugables para hacerse más intuitivo y divertido. El Templo de Osiris cambia sobre El Guardián de la Luz una característica especialmente, su multijugador a cuatro en vez de a dos, pero hay más cosas que se ven ampliadas o perfeccionadas. No tantas como para hablar de algo realmente nuevo, imprevisible y sorprendente como sí ocurría hace más de cuatro años con ese experimento súper fructífero y con ello exitoso que encantó a todo tipo de jugadores.

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Dioses enfrentados en un camino dorado

La alianza entre Lara y el rudo Carter Bell parecía siempre imposible, pero afrontar nada menos que el mayor secreto egipcio lleva a los tan distintos arqueólogos a tener que unir fuerzas para adentrarse en uno de los viajes más bonitos y sugerentes que hayamos hecho nunca con la exploradora. El templo del todopoderoso y cruelmente castigado Osiris nos abrirá sus puertas si recolectamos todas las piezas de oro que forman su corpulenta estatua, por lo que Lara y Carter van a tener que aspirar a este gran viaje repleto de tesoros junto a dos perfectos nativos de la mitología faraónica, los dioses Isis y Horus, revitalizados como tercer y cuarto personajes jugables para ayudar a los dos protagonistas humanos. Secuencias cinemáticas de imagen estática y dibujada estilo cómic nos narran los comienzos de la nueva aventura y la unión entre los cuatro participantes. A partir de aquí comienza un viaje de unas 6 u 8 horas con mucho de acción armada pero también de exigencias de astucia y un puntito competitivo.

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Viaje que cambia su disposición y construcción sobre la marcha según lo abordemos con uno, dos, tres o los cuatro personajes. Es decir, este Lara Croft y el Templo de Osiris cambia su planteamiento y diseño de rompecabezas o batallas más encarnizadas al vuelo, adaptando la arquitectura del juego en función de los jugadores simultáneos que formen el escuadrón, desde uno solo (singleplayer) a los cuatro (en cooperativo local u online). Y eso es una maravilla de la confección de niveles que nos invitará a jugarlo tanto acompañados como en solitario, ya que la forma de resolver los acertijos de entorno, de enfrentarnos a las trampas del escenario o a los impresionantes jefes finales y oleadas de sus esbirros es bastante diferente según cuántos seamos en esta peligrosa, preciosa y emocionante expedición.

El suelo se cae, hay interruptores que activan todo tipo de mecanismos y trampas, montones de cámaras de tesoros que saquear, agua, fuego, esferas explosivas, temblorosos pilares y plataformas, y un gran enemigo divino que no va a dejarnos avanzar en paz, el resucitado Set. Todos los grandes iconos del Antiguo Egipto fantástico -de templos y trampas mortales- y de la serie Tomb Raider están más volcados que nunca en El Templo de Osiris, ahora con los puzles como principal componente jugable a lo largo de los extensos y más abiertos escenarios, lo que apasiona al fan de Lara. Estamos ante un juego de perspectiva isométrica y formato dungeon crawler que en realidad no tiene mucho que ver con Diablo y otros hack and slash, pues aquí más que el formato rolero y de luteo -que también están- se priman los caminos cortados por grandes compuertas y otros obstáculos donde el jugador o los jugadores deben encontrar la forma de despejarlos y seguir adelante.

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Palancas e interruptores escondidos o que pulsar a la vez con otros, y pesadas esferas gigantes que llevar hasta un hueco donde encajan perfectamente suponen el puzle más sencillo y habitual de los cientos de caminos sin salida que nos encontraremos, pero hay mucho más y es admirable cómo se van complicando poco a poco, exigiendo astucia para dar con las soluciones pero también reflejos y nervios de acero para ejecutarlas. La habilidad de cada personaje nos deja dar con las resoluciones concretas para cada situación, aunque habrá momentos en que vale más pararse a pensar un poco antes de actuar. Si los enemigos nos dejan, claro, pues en El Templo de Osiris hay también un fuerte componente de combate armado, con explosivos, trampas que usar a nuestro favor, etc.

 

La senda del escarabajo

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Lara y Carter cuentan con el gancho como habilidad exclusiva de personaje, cuerdas extensibles con arpón que nos permiten colgarnos de anillas en paredes y desniveles, enganchar a otro personaje para subirlo desde arriba o crearle una cuerda por la que pasar en equilibrio, o activar mecanismos a distancia. Van armados con las míticas pistolas gemelas como disparador básico. En cambio, Isis y Horus, como dioses egipcios reencarnados, cuentan con un cetro mágico que les permite interactuar con azulados dispositivos antiguos, crear una esfera energética a su alrededor para caminar por la superficie del agua o servir de escalón a otros, o incluso disparar a enemigos con un potente y permanente rayo dañino. El equilibrio entre los humanos y las deidades es formidable, igual de divertido y activo es jugar con unos que con otros.

Se han modificado algunos controles respecto al anterior título, como el cambio de armas, que ahora reside en la cruceta y se hace más directo e intuitivo. La dirección del disparo, en cambio, sigue siendo con el stick derecho, un claro acierto. Una de las grandes debilidades de los juegos de perspectiva isométrica es que a menudo no consiguen demasiada variedad de situaciones y niveles. Llegan a hacerse repetitivos, algo que parece implícito en el género y que Lara Croft y El Templo de Osiris tampoco consigue sortear del todo, aunque desde luego hace intentos para ello. Está claro que viniendo de El Guardián de la Luz, o incluso no habiendo probado aquel pero en cuanto se llevan 4 o 5 horas de juego, a esta maravillosa disposición de templos egipcios repletos de secretos y trampas empiezan a acabársele las sorpresas, se ven patrones reiterativos que agotan la fórmula poco a poco.

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Para que esto no sea así de forma catastrófica, Crystal Dynamics ha incluido secciones únicas que no son tan previsibles y que realmente sientan bien a su cíclica mecánica de puzle-enfrentamiento-luteo-saltos-puzle. Se trata de momentazos bastante bien conseguidos como jefes finales gigantescos y con un formato de batalla cambiante según ergonomía y entorno, carreras a toda velocidad en pasillos que se derrumban y están repletos de plataformas por las que saltar y obstáculos que evitar, o regresos a la cámara central que nos sirve de base de operaciones y donde están los tesoros más valiosos, reposición de munición y vida, etc. El luteo está muy presente en este Lara Croft, invitándonos constantemente a buscar más y más tesoros que incrementen nuestros puntos de experiencia para mejorar al personaje, o nuevas armas, anillos y gemas para ir potenciados.

El mapa del juego, un oasis repleto de templos y pasadizos, es bastante amplio y se presenta desde el principio. Aunque poco a poco iremos abriendo nuevas compuertas que nos lleven a través de las distintas fases de la aventura. Todo ello además con la magia climática como protagonista, lo que empezará moviéndonos en una cerrada noche de luna llena para después pasar a ser un día soleado, otro de fuerte ventisca y nevada, o incluso un mar de abrasador fuego persistente que baña todos los escenarios. Estas etapas atmosféricas no solo cambian lo que vemos en pantalla, sino que también interfieren en el gameplay, lográndose así algo más de variedad y separando muy bien cada templo y compuerta, unos más basados en el agua, otro en las arenas, otros en el fuego... Genial idea que recuerda a The Legend of Zelda, y eso es fantástico.

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La fuerza del cooperativo-competitivo

Aunque es un título especialmente pensado para el cooperativo, hay un factor competitivo o pícaro en toda partida. Y es que los tesoros y objetos recogidos se los suele quedar solo el que los recoge (algunos como las gemas o las nuevas armas son compartidos), por lo que es muy importante estar alerta e intentar hacerse con todo lo que haya en los escenarios antes que el resto de jugadores. Mejorar al personaje e ir bien equipado es muy importante, de ahí que siempre queramos localizar anillos que incrementen determinados atributos o armas, gemas para contar con un fuerte potenciador durante un tiempo, cajas de munición para usar las ucis, escopetas, rifles, ametralladoras... o botiquines de vida para ir siempre bien preparados para cualquier daño.

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Esto nos hace tener que pelear con el resto para hacernos con las mejores recompensas, pero no por ello dejar de coordinarnos para colaborar al resolver los puzles y beneficiarnos de las habilidades únicas de cada personaje. Además, al final de cada nivel o etapa se presenta una tabla de resultados, lo que incentiva más todavía el factor competitivo y el querer hacerlo mejor que el resto. Se consigue un equilibrio perfecto entre cooperación y picaresca, un entorno de juego donde debemos confiar en los demás cuando nos faciliten con su habilidad única un puente sobre los pinchos o una esfera flotante en el agua pero donde al mismo tiempo no podamos fiarnos del todo de sus movimientos para obtener los mejores premios, colocación de explosivos sin mirar quién hay cerca, etc. Al mismo tiempo, además de la aventura principal sus creadores han insertado retos eventuales y que irán apareciendo periódicamente para mantener con vida la comunidad del juego y dar horas extra además de la campaña, no muy larga pero sí totalmente rejugable. Conseguir todos los secretos y tesoros es una tarea que conlleva varias vueltas, en solitario y en multijugador.

Tanto online con amigos y desconocidos, como en local en una misma pantalla con cuatro mandos, el juego en El Templo de Osiris es fluidísimo y muy bien detallado para que nunca perdamos de vista a nuestro personaje ni lo que ocurre en cualquier punto de la escena, con alejamiento y acercamiento de cámaras según cercanía de los personajes. Esto se debe también al buen trabajo realizado por Crystal Dynamics en materia técnica, con el flamante Foundation Engine a un nivel notable. Hablamos de un renovado motor gráfico que consigue con soltura gráficos a resolución 1080p y perfecta fluidez de imágenes por segundo sin apenas tirones ni tiempos de carga entre estancias (estancias que además van organizándose y componiéndose al vuelo según el número de jugadores, como decíamos al principio). Al ser un juego de cámara estática, las partes de plataformeo a veces crean ángulos muertos y son algo inabarcables con comodidad. Un sacrificio asumible de un juego con esta perspectiva permanente.

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Este motor de nueva generación dibuja entornos muy detallados y animaciones coherentes y realistas, así como un habitualmente perfecto trabajo con las partículas y las físicas, los derrumbamientos, el fuego, etc. En cambio, no está al mismo brillantísimo nivel en cuanto se acercan demasiado las cámaras a la escena -secuencias cinemáticas, conversaciones...- y apreciamos el diseño de los personajes o algunas texturas que de cerca no están tan pulidas. Detalles como el cabello con coleta de Lara o el brillo desmesurado del metal de las armas quedan de manifiesto en planos muy cercanos y cinemáticas. Un mal menor y tolerable teniendo en cuenta que el 95% del juego y todo el gameplay ocurre a gran distancia, sin que esto se aprecie. Lo más grave viene en las expresiones faciales, casi inexistentes y que dejan de manifiesto que los primeros planops y acercamientos no se han trabajado al máximo. Eso hace deslucir al conjunto.

Por otro lado, la iluminación sí es magistral, de lo mejor del apartado técnico, con focos que reflejan perfectamente las superficies, sombras agudas y alargadas según situación de la lámpara, un despliegue de efectos, explosiones y rayos realmente vistosos, etc. El fogueo de las armas o la antorcha reflejados sobre todo lo de alrededor es impresionante. Se llegan a crear auténticos epectáculos pirotécnicos en los enfrentamientos más intensos, lo que lo hace muy atractivo de ver y bastante épico si se está jugando. También el sonido está a este potente nivel, con un despliegue de efectos rotundo que no tropieza en ningún momento y adapta el audio a cada situación y sala, doblaje al castellano más que aceptable para todos los diálogos in-game y cinemáticas, o una banda sonora épica que aunque no destaca dentro del conjunto, sí que acompaña bien la acción y ayuda a trasladar al jugador al Antiguo Egipto de película.

8.2

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.