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Injustice 2

Injustice 2

Injustice 2, análisis

NetherRealm apuesta por hacer suyo el universo DC y acierta rotundamente a la hora de ofrecer contenido de sobra para cualquier tipo de jugador. Batman V Superman, Round 2.

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Hace ya cuatro años desde que Ed Boon y su equipo de NetherRealm se atrevieran a aplicar con éxito su personal fórmula al universo DC, tras la tibia incursión que supuso en su momento Mortal Kombat VS DC Universe, juego que como sabemos, no pasó en absoluto a la historia. Injustice: Gods Among Us apareció en una generación excelente para el género de la lucha, donde el omnipresente Street Fighter IV y sus posteriores revisiones se mantenía como rey tiránico mientras a su alrededor aparecían contendientes más que dignos. Persona 4 Arena, Tekken 6, Marvel V Capcom 3 o el propio Mortal Kombat, ofrecían alternativas al juego de Capcom, cuyo liderazgo sin embargo, era incontestable. Así, la primera entrega del juego se presentaba como un título capaz de satisfacer con creces tanto a fans del género como de los personajes de Detective Comics, con las credenciales habituales que suelen ofrecer Boon y compañía.

El creador de Mortal Kombat no engaña: jugabilidad asequible -o al menos, más que sus competidores inmediatos-, un ritmo alto de combate y contenido mono y multijugador para parar un tren. Injustice: Gods Among Us cumplía con todo ello, acompañado además del carisma irrefutable de héroes como Superman, Batman o Flash, y villanos tales como Deathstroke, Bane o por supuesto, el mismísimo Joker. Sin embargo, a aquel juego le faltaba algo, y ha tenido que llegar Injustice 2 para que nos demos cuenta de qué era. Se trata de atrevimiento, confianza por parte de NetherRealm para tratar el universo DC como si fuera suyo, como si de su pequeña Mortal Kombat se tratara, y hacer un videojuego, esta vez sí, 100% propio y con muchísima personalidad.

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Además, el momento en que llega Injustice 2 es el propicio. Ahora sí, el juego se va a ver impulsado por la popularidad de un universo DC que se está viendo expandido en películas como Batman V Superman: El amanecer de la Justicia o Escuadrón Suicida, amén de las venideras La Liga de la Justicia, Wonder Woman o aquella en la que Ben Affleck interpretará al Caballero Oscuro y de la que poco más sabemos. La crítica no ha sido benevolente con las ya estrenadas -así como parte del público-, pero eso no ha restado un ápice de popularidad a unos personajes que poco o nada tienen que envidiar a los del más exitoso universo Marvel.

Pero no es este el único aspecto que ha allanado el terreno para Injustice 2. Los vaivenes de Street Fighter V, y cuyo futuro seguimos sin saber muy bien hacia dónde se dirige, han dejado el género más abierto que nunca en esta generación. De esta forma, el mencionado y Mortal Kombat X poseen el liderato en la actualidad, pero otros como The King of Fighters XIV, Guilty Gear Xrd Revelator o Killer Instinct han conseguido unas cotas de protagonismo tal vez inesperadas. En resumen, el fan de la lucha se encuentra con un mercado donde no hay un referente absoluto, pero sí varias opciones de mucha calidad. Tras disfrutar a fondo de Injustice 2, podemos aseverar con total rotundidad que aquí hay una más.

Batman V Superman según NetherRealm

Lo dicho, Ed Boon y su gente se han sentido con la suficiente confianza como para tomar el universo DC y hacerlo suyo, creando un modo historia fabuloso que comienza donde lo dejó la entrega original. A través de unas cuatro horas de juego, seremos testigos de cómo continúa el enfrentamiento entre Batman y un desatado Hombre de Acero, que tras los sucesos de Injustice: Gods Among Us -y que no mencionaremos para respetar a aquellos que no lo hayan jugado-, se muestra más implacable con el crimen. No solo no evidencia ni un ápice de arrepentimiento, sino que está más que convencido de que la rotundidad frente a quien amenaza la paz es el método, o como él mismo dice en varias ocasiones, sacrificar una vida para salvar miles.

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Por contra, Batman sigue fiel a sus valores más “pacifistas”, manteniendo la consigna de que matar a un asesino te convierte en uno de ellos, con el factor agravante de la omnipotencia de Superman, quien está más cerca que nunca de convertirse en un tirano, situación de la que ya fuimos testigos en la película, pero que NetherRealm presenta de una manera diferente. Evidentemente, esta disputa entre los dos personajes más populares de DC da como consecuencia dos bandos en los que existen alianzas tan extrañas como la de Harley Quinn luchando a favor del hombre murciélago, pero poseyendo en todo momento una coherencia sorprendente para toda la trama. Inevitablemente, en ocasiones queda la sensación de que hay algunos personajes o combates metidos con calzador, pero son muy puntuales y en general hace palidecer al modo historia ampliado que vimos de Street Fighter V hace ya un año.

Es en este apartado donde más se notan las licencias, por decirlo de alguna forma, que se ha tomado el estudio. Por una parte nos introducen a personajes no tan conocidos para el gran público como Black Canary, Atrocitus o Blue Bettle, y por otra rediseñan a un estilo mucho más oscuro a otros como Black Adam o sobre todo, el Joker. El que vimos en Injustice: Gods Among Us era demasiado conservador, en el sentido en que era demasiado similar al visto en Batman Arkham, mientras que en Injustice 2 disfrutamos de un personaje totalmente revisado, como si NetherRealm quisiera haber  creado su propio Joker como antes lo han hecho Christopher Nolan o David Ayer.

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En general, la elección de los 28 personajes es realmente acertada, y casi todos parecen encajar bien en esta modalidad. Repiten, como no podía ser de otra manera los más populares mientras que entre las nuevas incorporaciones destacan sobre todo los que las películas han hecho conocer al público mainstream, como Deadshot, el Espantapájaros o Supergirl. Sin embargo, si hay ausencias notables, seguramente dejando las puertas abiertas para los que vayan llegando vía DLC, y además de los ya confirmados, algunos de ellos podrían ser Nightwing -que hace acto de presencia en la historia como personaje controlado por la IA- o Killer Croc, que hace de las suyas en una escena de transición de escenario de las que hablaré más adelante.

Además, no vamos a ver una sola historia, o al menos, un solo final. A lo largo de la trama se nos da la posibilidad de elegir con qué personaje vamos a disputar un enfrentamiento concreto, algo que no cambia la narrativa ni el argumento, salvo en el último caso. No hace falta ser muy avispado para imaginarse qué elección debemos tomar al final, cambiando la conclusión de este modo por completo y dicho sea de paso, consiguiendo recompensas diferentes. A todo esto hay que sumarle una IA digna -no especialmente exigente, pero tampoco de chiste- para completar, en definitiva, uno  de los mejores modos historia que he visto personalmente en un juego de lucha. De hecho… ¿podría ser el mejor? Podría serlo sin duda.

Más lucha en el Multiverso

Una de las grandes incógnitas que teníamos todos ante este Injustice 2 era si no se echaría de menos el modo Laboratotio STARS, uno de los grandes aciertos de Injustice: Gods Among Us. Afortunadamente, la respuesta es rotundamente no. El Multiverso viene a ocupar su lugar, un espacio que tras completar el genial modo historia, pasaremos la mayoría de horas en solitario, y que bebe del concepto de la Torre de los Desafíos de Mortal Kombat. En lo que consiste es en la existencia de seis planetas en conflicto, pero eso no es más que la excusa para adentrarnos en muchas decenas de combates con diferentes objetivos, dificultad y modificadores.

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En el más pequeño de ellos se encuentra lo más básico, que no es sino el clásico modo Arcade oculto tras el nombre de Simulador de Combate, con hasta tres variantes en función de su dificultad y de a cuántos rivales nos enfrentaremos hasta llegar al final, pudiendo ser 5, 8 o 12. Lo mejor sin embargo es que tras terminar cualquiera de ellos somos testigos de un final personalizado para cualquiera de los personajes, y que este es solo el principio del Multiverso.

Cada uno de los restantes cinco planetas ofrece un objetivo específico a cumplir tras completar varios eventos de combate, y dicho así, podría parecer escaso si no fuera por un detalle en absoluto trivial: estos objetivos se renuevan cada cierto tiempo -a veces cada pocas horas-, pudiendo observar en cada planeta un contador de tiempo que no es sino el restante para cumplir el objetivo ahí hallado. Evidentemente no podemos entrar libremente en cada uno de ellos, y es que requieren de ciertos requisitos como tener un rango determinado de personaje o de jugador, además de tener algunos de ellos una dificultad demasiado elevada para nuestra habilidad al mando. A pesar de carecer de los minijuegos habituales que presenta en ocasiones NetherRealm -algunos de ellos muy prescindibles, no nos engañemos-, las modificaciones sí otorgan variedad a cada combate. Harley Quinn lanzando bombas, aparición espontánea de corazones en el escenario que nos dan salud, la posibilidad de pedir la ayuda puntual de un personaje, columnas de fuego que emergen del suelo… Cada pelea es diferente y no hay que temer por tener sensación de repetitividad a largo plazo.

Aún es pronto para saber lo que dará de sí el Multiverso, ya que se actualizará con asiduidad con nuevos objetivos y condicionantes, pero lo que es seguro es que el estudio de Ed Boon ha dado en el clavo, a priori, regalando al jugador solitario un contenido más que de sobra para que este se sienta satisfecho.

El salto al online

Al final, una de las claves para cualquier juego competitivo, sea del género que sea, se encuentra en su rendimiento en línea, y podemos aseverar que por ahora -insisto, por ahora-, es impecable. Hay que tener en cuenta que la base de jugadores actual de Injustice 2 es mínima, hasta el momento de su lanzamiento, pero por el momento presume de tener un sistema de matchmaking eficaz que no tardará 20 segundos en asigarnos un rival, y un rendimiento sólido durante las partidas sin el temido lag ni ralentizaciones.

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Como es obligado, contamos con un modo Versus local, así como un modo Torneo offline, pero las posibilidades se multiplican a la hora de adentrarnos en el -hostil- online de Injustice 2. Las partidas igualadas nos enfrentan contra otros jugadores y permiten conseguir recompensas en forma de créditos, pudiendo formar también salas o personalizar nuestra tarjeta de héroe pero al fin y al cabo, es el largo plazo y la comunidad quienes dictarán sentencia. Las bases están puestas, ahora es el turno del estudio mantener en forma un juego que, más que nunca, se siente como servicio en otros aspectos.

En definitiva, el estilo de juego de NetherRealm puede gustar o no, ya que después de todo, es muy personal, pero lo que es incontestable es que cuidan al máximo el apartado de los modos de juego. Cualquier jugador, solitario o competitivo, encontrará su espacio en Injustice 2, y gracias a la actualización contínua del Multiverso, el primero no dará el juego por finiquitado tras terminar la historia o los diferentes desafíos que plantea aparte.

El Gear System, un peculiar acierto

Uno de los añadidos más publicitados y personales de Injustice 2 es el Gear System, el cual permite una personalización absoluta de cada uno de los personajes. Podemos equipar diferentes objetos tanto para la cabeza como para el torso, brazos, piernas u objeto inherente a cada personaje -tridente en el caso de Aquaman, cinturón en el de Batman, etc...-, así como potenciar algunas habilidades o evidentemente, el color del atuendo. El caso es que el equipamiento, lejos de servir como mero elemento ornamental -salvo en el online, donde sí funcionarán como simples skins- otorga a cada luchador algunos potenciadores de Fuerza, Habilidad, Defensa o Salud, muy necesarios para superar algunos desafíos que nos presentan los modos para un jugador.

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Es verdad que podemos combinarlas a nuestro antojo, pero el conseguir y equipar cinco piezas del mismo set potencia aún más algunos parámetros concretos o incluso su eficacia frente a determinado personaje. Es muy tentador personalizar a nuestro luchador con aquellos objetos que lo hacen parecer más imponente a la vista, pero realmente conviene adaptar cada pieza a nuestro estilo de combate, pudiendo hacer más versátiles a personajes como Bane o Gorilla Grodd si les incrementamos la Habilidad, o por contra, potenciar aún más sus puntos fuertes aumentando la Fuerza o la Salud. La intención al fin y al cabo es ofrecer herramientas al jugador para no solo diferenciar a su personaje en las partidas online, sino también retar a este para que consiga encontrar aquellas combinaciones que le hagan más letal teniendo en cuenta las vicisitudes de cada combate.

¿Y como conseguir todos estos elementos? Pues con las ya célebres -a veces para mal- cajas de botin, aquí conocidas como Cajas Madre. Cada caja puede contener, dependiendo de su valor (Bronce, Plata, Oro, Platino o Diamante), equipamiento Común, Raro o Épico, sin tener que ver en ocasiones su rareza con su eficacia. Estas cajas pueden ser obtenidas a base de completar combates o comprándolas con la moneda del juego, los créditos, pero cómo no, desgraciadamente harán acto de presencia los micropagos, aunque para los objetos exclusivamente estéticos. Las skins completas disponibles no son muchas por el momento, y así podemos convertir a Capitán Frío en Mr. Freeze o equipar a Flash con el atuendo de Jay Garrick o de Reverse Flash, pero es de esperar que se vayan añadiendo más con el tiempo, pudiéndose comprar también con Oro.

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Quien quiera hacer de su personaje favorito todo un portento deberá dedicar esfuerzo y horas de juego, y a pesar de la presencia de la a veces molesta posibilidad de gastar dinero real, no parece que exista una intención de obligar al jugador a dejarse unos buenos euros para conseguir ese equipo tan preciado. Las Cajas Madre no son excesivamente caras en cuanto a dinero virtual, y también se puede conseguir equipamiento como recompensa de algunos eventos -incluidos los del Multiverso-, así que durante el tiempo jugador a Injustice 2, nunca da la sensación de tratarse de un pay to win.

Un golpe continuísta de NetherRealm

Una vez al mando es perfectamente reconocible la fórmula que ha hecho célebre a Ed Boon y compañía. Tres de los cuatro botones principales representan el golpe débil, medio y fuerte, mientras que, al igual que en el original, un cuarto es utilizado para ejecutar la habilidad especial de cada personaje (por ejemplo, en el caso de Flash, este se moverá más rápido que su rival durante un breve periodo de tiempo). Los agarres y bloqueos son extremadamente sencillos y como es habitual, los ataques especiales se realizan mediante movimientos direccionales, lo que lo hace más cómodo de jugar con la cruceta del pad, pero sin embargo, existe en el menú de opciones la posibilidad de poder hacerlos trazando diagonales, y así aprovechar nuestro arcade stick.

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En general el ritmo de combate es alto, sin tener nunca la sensación de perder el control de lo que ocurre en pantalla, ya que no solo no hay combos casi infinitos, sino que podemos romperlos de varias maneras. Una de ellas es el Choque, un cara a cara que se representará de manera espectacular en pantalla, y se resuelve apostando una cantidad de la barra de energía aquí conocida como Medidor. El vencedor de la puesta -al final no es más que eso- tendrá un beneficio concreto dependiendo de si ha sido quien lo ha activado o no: o bien inflige daño o bien recupera hasta un 25% de salud. Parece una mecánica simple, y en cierto modo lo es, pero al fin y al cabo, requiere de saber gestionar este medidor, que sirve tanto para salir airoso de un Choque como para ejecutar evasiones o versiones más poderosas de los especiales -al estilo Ex de Street Fighter- o evidentemente, los Súper.

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Las peleas en Injustice 2 son tremendamente espectaculares, y hay varios aspectos que apoyan esta virtud. Una de ellas es la interacción con el escenario, muy sencilla de llevar a cabo y que nos deja no solo golpear al rival con elementos del entorno -combables con otros golpes-, sino evadirnos o, como en la primera entrega, realizar una transición de escenario que de paso causará una gran cantidad de daño a nuestro enemigo. La mecánica para ejecutarla no es sencilla, y es que hay que preparar un ataque concentrado cargando el botón de golpe débil, requiriendo una cantidad de tiempo muy valiosa que en ocasiones va a poner en entredicho nuestra propia salud. Es difícil que valga la pena, y se trata de una herramienta que hay que estar seguro que se domina para no salir mal parado.

Aún así, el espectáculo absoluto lo disfrutamos cuando entran en juego los Súper, los movimientos más devastadores de cada personaje. A través de una escena cinemática diseñada específicamente para gozar visualmente con los poderes de cada luchador, este inflige la mayor cantidad de daño a su rival y de esta manera, Flash desafiará las leyes del espacio/tiempo y Batman dejará que el Batwing dé cuenta de su contrincante. Sin embargo, el mayor desafío de estos Súper es saber cuándo llevarlos acabo, ya que son demasiado sencillos de ejecutar -solo con los dos gatillos traseros- para lo letales que resultan. Probablemente se hubiera agradecido una mayor complejidad para realizar el movimiento que puede decantar una partida de un lado o de otro, aunque es cierto que lo importante, aquí, es saber introducir el Super a través de combos, como es lógico.

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Como vemos, pocas variantes incluye Injustice 2 respecto al original, aunque bien es cierto que como entonces, no estamos hablando tampoco de un Mortal Kombat con skins de DC. Sigue presumiendo de un sistema de combate más apto para que cualquier jugador pueda hacer combos medianamente largos o simplemente, pueda competir online, pero es precísamente cuando se entra en este apartado cuando nos damos cuenta de cuánto nos queda por aprender. Sí, me ha pasado a mí.

Evidenciando el salto generacional

Es cierto que Injustice: Gods Among Us fue revisado de cara a la generación actual, pero nada que ver con lo que vemos en Injustice 2.  El salto de hardware se hace palpable tanto en escenarios, repletos de detalles, como en unas animaciones muy fluidas, pero donde sobresalen es en el diseño de los personajes, rediseño en algún caso, de hecho. Como decía antes, este es uno de los aspectos en los que NetherRealm ha sido más valiente, no limitándose a recrear de manera fiel cada uno de los héroes y villanos de DC, sino ofreciendo su propia versión de alguno de ellos, dejando la impronta personal del estudio en un apartado artístico realmente sobresaliente.

Así como la primera entrega adolecía de algunos defectos visuales, no ocurre así en esta secuela. Cualquier tipo de efecto, y hay muchos -láser, explosiones, hielo, etc...-, está a un nivel muy alto, inclusive en las numerosas escenas de las que goza el título, bien durante el modo historia, con unas animaciones faciales inusualmente buenas para el género, o bien durante la ejecución de los Súper o transiciones de entorno.

Sonoramente, Injustice 2 está a la altura, pero no habrá ningún aspecto que sobresalga por encima de otros, salvo tal vez una interpretación notable de doblaje -en inglés- en el modo historia. En cuanto a la banda sonora, esta está repleta de temas que hacen alusión a la épica y bien pudieran formar parte de cualquiera de las películas DC que se han estrenado en los últimos meses o lo harán próximamente.

8.7

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.