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Dragon Ball Xenoverse, Primeras horas

Xenron parece haber escuchado algunas de nuestras plegarias y Dragon Ball Xenoverse sorprende, en algunas cosas, para bien. Este es el resumen de nuestras primeras horas por Tokitoki City y la tarea de reescribir la obra de Toriyama.

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Cada vez que aparece un nuevo juego de Dragon Ball, la pregunta es la misma, "¿qué habrán hecho esta vez?". Lamentablemente la respuesta no suele ser positiva, porque Bandai Namco parece estar más preocupada por la rentabilidad de sus licencias que por contentar a un grueso de usuarios que ha demostrado, una y otra vez, quejarse pero aún así comprar los títulos. Dicho de otra forma, que los juegos siguen vendiéndose y por tanto, los 'peros' no terminan nunca por anteponerse a las cifras. La pasada generación de consolas fue particularmente decepcionante para los juegos de lucha basados en la obra de Akira Toriyama, pues no sólo recibimos un título que iba más allá de lo mediocre (Dragon Ball Z for Kinect) sino que año tras año, de Burst Limit a Battle of Z, el nivel fue bajando hasta encontrarnos de nuevo a finales de los 90. De pronto, todo lo aprendido con sagas como Budokai y Budokai Tenkaichi parecía olvidado. Xenoverse pertenece aún a esa generación pero también llega a la nueva, es decir, a PlayStation 4 y Xbox One, además de -por primera vez- PC. Y en nuestro primer acercamiento a la versión final hay un ligero espacio para la esperanza: podría ser el mejor Dragon Ball post-PS2.

Tampoco queremos alzar las campanas al vuelo porque hemos podido dedicarle pocas horas a un juego que parece requerir de más de lo habitual para encontrar su punto idóneo, pero lo que hemos visto no pinta nada mal y apunta a ser el juego de la saga más cuidado hasta la fecha si olvidamos que alguna vez existieron aquellas dos bestias para PS2 (obviando posteriores conversiones y tomando la plataforma original como origen). El arranque de Xenoverse se produce con una secuencia en la que vemos cómo varios cristales reflejan hechos del pasado de la obra de Toriyama, y rápidamente pasamos a combatir. Porque aquí no hay menús, no seleccionamos un modo historia al uso, ni un arcade o supervivencia. En Xenoverse arrancamos combatiendo y no saldremos de Tokitoki City. O al menos, no en las primeras horas del título que es de lo que vamos a hablar a continuación.



Lo primero que hacemos, pues, es combatir en tres momentos clave de Dragon Ball Z, comenzando por la batalla entre Goku y Freezer al 100% de poder en esa Namek en llamas, a punto de extinguirse. El saiyan cuenta con dos habilidades en este momento, Impacto de meteoros asignado al botón triángulo y el Kamehameha, ejecutable con el cuadrado. Como veníamos diciendo en los textos anteriores, el sistema de batalla de Xenoverse ha simplificado los ataques especiales a un botón único, pero conviene advertir que habiéndolo jugado con algo más de calma la cosa no es tan drástica como parecía porque existen combos, movimientos evasivos y otro tipo de mecánicas interesantes que complementan a lo anterior. Durante la batalla, Goku conversa con su adversario de forma orgánica y hace que el combate sea más ameno, siendo éste uno de los pocos aciertos de los útimos juegos de la saga, y que aquí se ha trasladado con inteligencia.

El segundo combate es contra Célula en su forma perfecta, y a los dos movimientos anteriores se le suma que podemos teletransportarnos con el círculo. Sobra decir que hablamos de la versión de PlayStation 4, que es la que hemos podido jugar, y que será idéntica a la de Xbox One y -esperamos- PC. El escenario es, cómo no, el tatami en el que se desarrollan los juegos de Cell y de nuevo existe un diálogo en plena batalla. El tercer combate, y que da cierre a esta pequeña apertura que funciona como un tutorial/modo práctica al ser muy fácil de completar y tener el entorno abierto para hacer lo que queramos, es contra Pequeño Bu. Estamos en el año 774 y se nos advierte de que "la historia está cambiando", y que se amenaza con que "todo se colapsará a este paso". Después de un opening animado bastante atractivo comienza el juego de verdad, con Trunks pidiéndole a Xenron esperanza para la humanidad. El dragón se la concede y aquí entras tú, el jugador, "Alguien te invoca desde lejos", apunta Xenron, "poderoso guerrero, ahora... muéstrate".



Creación del avatar
En Dragon Ball Xenoverse no tomamos el rol de Goku, Krilin, Vegeta y compañía sino que el jugador puede personalizar a su avatar basándose en cinco razas, cada una de ellas con sus propias particularidades. Será éste el que utilicemos durante todo el juego así que la decisión es importante. Por ejemplo, tenemos la opción de hacernos de la raza Monstruo, que se corresponde con Bu en sus múltiples encarnaciones. A favor, tiene bastante defensa, y en contra, que la resistencia se recupera de forma bastante lenta (es decir, la guardia que reduce el daño). Su habilidad especial es que cuando la resistencia llega al máximo, se recibe una bonificación de defensa. Tanto en esta raza como en la siguiente, las estadísticas cambian dependiendo del sexo, es decir, si elegimos un varón o una mujer. Saiyan, la raza de Goku, Vegeta y (aunque no lo parezca) Nappa, es quizá la más interesante, y nuestra elección para este primer contacto con el juego. Se trata de una tribu guerrera con poca salud pero poder de ataque elevado. Este último aumenta cuando la vida se reduce, con lo cual hay una conexión entre ambos atributos bastante directa.

La tercera raza es el terrícola, o en otro término, los humanos. Yamcha, Videl, Mr. Satán o Krilin son algunos de sus representantes y se trata de la raza más equilibrada, con estadísticas similares tanto en ataque como en defensa. El ki aumenta automáticamente, y el ataque aumenta al llegar al máximo de ki. No son una mala elección, desde luego. No podían faltar los namekianos, es decir, la raza de Piccolo o Dende. Tienen ataque bajo, pero a cambio cuentan con bastante salud y su barra de resistencia aumenta bastante rápido. Los objetos también son más efectivos con ellos que con otras razas y la salud se regenera gradualmente al estar baja. No se puede elegir como sexo a una mujer, sólo existen namekianos varones, al parecer. Si recordáis el anime, entenderéis porqué no necesitan féminas. La quinta raza, y última, es la "Raza de Freezer". Tal cual, no han sabido encontrarle un nombre propio. Como ocurre con los namekianos, no hay hembras y sus estadísticas apuntan a una gran velocidad, pero ataque bajo.. Sus ráfagas ki, al menos, paralizan al enemigo y reciben bonificación de velocidad cuando su energía vital está baja.


 

Una vez decidamos la raza que nos interesa, tocará definir su aspecto visual. Las posibilidades son bastante amplias afortunadamente pudiendo elegir (siempre poniendo a los saiyan como ejemplo, aunque son extensibles a las demás razas) entre cuatro variaciones de altura, pasando de ser enanos a un tamaño considerable; tres tipos de cuerpo, que viene a ser el ancho -espalda, cintura, etc-, 21 variaciones de pelo, que van desde los clásicos peinados de saiyan hasta otros como el de C18, un mullet, pelo corto o largo, etcétera; 7 variaciones de ojos, yendo de más rasgados a otros redondeados típicamente anime; y varios tipos de pupilas, narices, boca/mandíbula, y finalmente orejas. Por si esto fuese poco (que no lo es) podemos modificar el color de nuestro personaje en todos esos ámbitos y alguno más (tono de piel, color de pelo, de ojos, color del traje superior -torso-, inferior -pantallones o falda-, color de los guantes y color de las botas) además de ponerle un nombre y seleccionar un tipo de voz que queramos conferirle a nuestro avatar. Por último, podemos elegir si queremos un estilo de lucha cara a cara, atacando a distancia o algo equilibrado que permite luchar tanto de cerca como de lejos. El editor está muy bien, para qué negarlo.

Explorando Tokitoki City
Una vez creado el personaje, aterrizaremos en un escenario que no conocemos y Trunks nos recibirá con un combate de calentamiento que funciona a modo de tutorial. Aquí vamos profundizando un poco más en las mecánicas del sistema de batalla, cómo funcionan los combos con golpes débiles y fuertes, las propiedades defensivas de los personajes, movilidad por el entorno tridimensional, etcétera. Lo importante no obstante llega después del combate porque por fin ponemos los pies en lo que va a ser el núcleo de Xenoverse: Tokitoki, el mundo donde se une el flujo del tiempo, en el que se controlan las diferentes circunstancias que se dan en los espacios temporales. Nuestro rol será unirnos a la Patrulla del Tiempo y corregir todos los cambios en la historia canónica, involucrarnos exclusivamente cuando la línea principal se aparte de su curso para crear una falsa que podría dar con el final de la trama tal cual la conocemos. En esta ciudad podremos hacer múltiples cosas, pero cabe decir que se divide en varios distritos o zonas conectadas por puertas dimensionales.


 
 
Tenemos un sector industrial, con presencia de tiendas de objetos, equipo, accesorios o habilidades -y también una tienda de mezclas para crear objetos con materiales que vamos obteniendo; y un Puerto Máquina del Tiempo, en el que podemos participar en eventos tanto en local como online. En este distrito es donde pasaremos más horas, puesto que funciona como columna vertebral: batallas contra la CPU u otro jugador, realización de misiones secundarias, combates online... todo lo que se puede hacer en Xenoverse, al margen de seguir con la historia, está aquí. Los primeros pasos son no obstante, por orden de Trunks, ir hablando con la gente que puebla la ciudad, recogiendo información y luego volver con él para iniciar la historia. Para ello nos dirigimos al nido del tiempo, donde Kaiyoshin nos explica qué son los pergaminos de la eternidad y cómo funcionan. En este punto comienza la estructura narrativa de Xenoverse, consistente en coger eventos que todos conocemos y retorcerlos. La palabra adecuada sería fanfic, si no fuera porque viene de fuentes oficiales. Pero el enfoque es exactamente ese.

La primera misión, por ejemplo, nos lleva al año 761. Observamos el combate contra Raditz y cómo el rayo de Piccolo no impacta en el saiyan, falleciendo el primero. De esta forma el tiempo se altera y toca arreglarlo. Para ello combatimos controlando a nuestro personaje creado, y en compañía de Goku y Piccolo tenemos que acabar con Raditz. A los dos personajes los controla la IA evidentemente y podemos darles órdenes muy concretas con la cruceta, tales como atacar más o adquirir una posición defensiva. De una forma u otra, cuando ganemos la batalla volvemos a Tokitoki y recibiremos el Rastreador. Con él, podemos, posteriormente en combate, buscar enemigos, objetos ocultos o medir la energía de los rivales. Lo ponemos en práctica en la primera misión secundaria o paralela, en la cual hay que acabar con una serie de Saibaman. La siguiente misión real, dentro de la historia, corresponde con la llegada de Nappa y Vegeta a la Tierra. Se divide en varios combates, acabando con la huida del príncipe saiyan tras serle perdonada la vida por Krilin, como en la serie. Este primer acercamiento nos ha servido pues para entrar en calor, saber qué esperar del título cuando llegue a las tiendas en poco menos de un mes y anticiparnos a ello. Dos apuntes: es bastante desafiante, por motivos que de momento no podemos revelar pero que tienen que ver con su sistema de falso MMO (exploración de Tokitoki, realización de misiones secundarias, etc.) y acabar con algunos enemigos es complicado. Y por último, que los combates se libran sin mucha ayuda de una vieja amiga: la cámara. A veces, baila más de lo que debería. Esto es todo lo que podemos decir por ahora de Xenoverse, pero habrá más. Seguid atentos a MeriStation en las próximas semanas.

Dragon Ball: Xenoverse

  • XBO
  • 360
  • PC
  • PS3
  • PS4
  • Acción

Dragon Ball: Xenoverse es el nuevo proyecto de Namco Bandai Games y Dimps para la saga de lucha y anime Dragon Ball, disponible para PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox 360Xbox One y PC.

Carátula de Dragon Ball: Xenoverse
7.5