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Radiant Silvergun

Radiant Silvergun

  • Plataforma3609NSWPC
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorTreasure
  • Lanzamiento01/05/2011 (360)13/09/2022 (NSW)03/11/2023 (PC)
  • TextoEspañol
  • VocesJaponés
  • EditorMicrosoft Game Studios

Más allá de Orión

Los clásicos nunca mueren. Los marcianos, tampoco. La historia de esta industria ha estado ligada desde tiempos inmemoriales a un género que todavía hoy sigue representando para muchos la esencia clásica del divertimento sin tapujos. El antecesor de Ikaruga irrumpe en XBLA presentando la revisión de uno de los títulos más interesantes que se pueden adquirir hoy por hoy en el bazar de Microsoft.

Actualizado a

Aquellos que no tengan ni la menor idea del por qué de la popularidad de Radiant Silvergun, quizá harían bien en echar un vistazo al estudio que se esconde tras su desarrollo y, en segunda instancia, en el denominado ‘sucesor espiritual' de este scroller-vertical chapado a la antigua. Ikaruga se convertía hace unos cuantos años en un clásico de culto por diversos motivos, fuese principalmente por su exclusiva propuesta jugable o por aparecer en el momento justo (cuando el género comenzaba a mostrar claras señas de declive en cualquier otro mercado que no fuese el japonés). Su éxito le ha valido a Treasure como carta de presentación ante nuevas propuestas, o simplemente para llevar por bandera adaptaciones modernas de sus ‘clásicos atemporales'.

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Pues bien, uno de ellos lleva por nombre Radiant Silvergun, pionero en el uso de un estilo de juego basado en la mecánica del clásico shoot ‘em up en el que no se emplean ni power ups ni otras modificaciones típicas del género. El título original llegaba al mercado a mediados de 1998 de forma exclusiva en Saturn, tras probar suerte en el mercado de las recreativas, o más concretamente en el panorama de la placa ST-V. Treasure quería imitar los buenos resultados obtenidos diez años antes por Irem a manos de Image Flight, al menos en cuanto al desarrollo de un título que se alejase de las tendencias que preponderaban en el género por aquel entonces.

Radiant Silvergun se convertiría en una pequeña joya de coleccionistas después de probar suerte en el mercado japonés sin destacar especialmente. Tras el éxito de Ikaruga, el estudio japonés vio con buenos ojos la posibilidad de readaptar algunos de sus clásicos en los bazares de descarga que trajeron consigo las consolas de nueva generación. Durante el pasado Tokyo Game Show (lapso que casualmente coincide con la publicación de este análisis), Microsoft anunciaba por todo lo alto la llegada de este clásico a XBLA, por un precio de 1.200 MP y con un importante remozado gráfico con el que debería ajustarse a las necesidades de los jugadores que busquen experiencias exigentes, pero asequibles y no excesivamente castigadoras.

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Sabor añejo
Radiant Silvergun es un scroller vertical, un mata-marcianos de corte clásico cuya mayor virtud, amén de ofrecer una jugabilidad endiabladamente divertida, pasa por omitir la presencia de power-ups (estos objetos desperdigados por los escenarios que potencian la capacidad de nuestra nave) en pos de ofrecer dos estilos de juego: uno totalmente arcade, donde sólo importa la puntuación obtenida al final de cada escenario; y otro donde predomina un sólido argumento que originalmente fue incluido en la versión de Saturn para mejorar la oferta jugable. Hay que destacar que el hilo argumental, pese a no ser especialmente llamativo o profundo, se molesta por tejer una línea temporal que obliga a navegar por distintos mundos sin un orden conciso (al menos a priori), por lo que merece la pena destacar su presencia en esta edición del título.

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La edición de 360 no incluye novedades en cuanto a estos dos modos salvo por la inclusión de un infraestructura que permite disfrutar de partidas en solitario, en cooperativo o con varios jugadores a través de internet, con lo que muy en la línea de Sin & Punishment (una de las últimas obras de Treasure en despuntar), es evidente que el estudio japonés se ha preocupado por enfatizar la competitividad e través de la puntuación que obtengamos en cada uno de los escenarios por los que se compone la aventura. El cooperativo es la piedra angular de esta obra, la mejora más destacable de todas las que encontraremos, dado que el aspecto técnico, pese al esfuerzo realizado, sigue luciendo un aspecto muy similar al que hubo ocasión de disfrutar en Saturn hace más de una década.


No obstante, la base jugable de Radiant Silvergun se mantiene intacta, y lo hace gracias a la posibilidad de ir aumentando la capacidad de las siete armas disponibles desde el primer escenario. Asimismo incluye la posibilidad de obtener puntos bonus cuando eliminamos a varios enemigos del mismo color de una sentada, o cuando exploramos los puntos débiles de los jefazos finales (para vencerlos es imprescindible figurar una especie de estrategia). En función de nuestros intereses y aficiones podemos enfocar la aventura desde dos perspectivas: o bien desde la convencional ‘dispara a todo lo que se mueva' o empleando la cabeza para analizar qué modus operandi nos conviene para obtener más puntos y, por ende, también más experiencia a la hora de emplear las armas.

Al igual que sucedía en Ikaruga con el cambio dimensional, en Radiant Silvergun destaca la cantidad de opciones que ofrece el hecho de contar con un número tan amplio de armas que nos permita enfocar la aventura como mejor nos convenga. Esto añade también un amplio valor de rejugabilidad a una obra que no destaca precisamente por su duración, aunque es cierto que generalmente esta suele ser una característica común en los principales referentes del género.

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A sabiendas de que esta obra básicamente busca darse a conocer entre la nueva hornada de jugadores que aparece en estos días, no se puede exigir mucho más al trabajo realizado por Treasure en esta adaptación, reacondicionando la banda sonora (una genial y estupenda percusión muy en la línea de otras producciones que ha habido lugar a analizar en el pasado) y añadiendo pósters y tiras animadas a los bordes de la pantalla para mantener el formato original. Nótese que el modo Historia incluye escenas de animación que explican el argumento creadas por Gonzo, un estudio bastante reputado en este mundillo. Es una lástima que no se haya logrado ofrecer una mejor resolución de texturas en el aspecto técnico, pese a que se aprecia una ostensible mejora visual respecto a la edición de Saturn. Quizá debido a la falta de novedades significativas, se podía exigir más a la obra por el precio al que aparece en el mercado.

Conclusión
La llegada de Radiant Silvergun al panorama de XBLA fortalece aún más el cartel de títulos que viene ofreciendo desde hace algunos años. En tiempos en los que el shoot ‘em up vertical ha perdido bastante fuelle, es una grata sorpresa encontrar títulos de calidad que todavía sepan cómo conquistar a los jugadores con un planteamiento sencillo. Esta edición mejora el estilo gráfico de la edición de Saturn, pero es incapaz de desentenderse del aroma de arcade al que técnicamente le pesa más de una década a sus espaldas. Aunque teniendo en cuenta la mecánica de juego poco o nada importa el hecho de jugar con texturas más o menos definidas, lo cierto es que era menester exigir algo más en este sentido -especialmente a la hora de evitar las ralentizaciones que siempre aparecen en obras de este corte-.

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Al margen de este hándicap, Radiant Silvergun ofrece cooperativo local o a través de internet, una duración algo breve aunque ajustada al género y básicamente una perspectiva distinta de un género que, al igual que sucedía en su momento con Ikaruga, no dejará indiferentes a los jugadores que estén buscando una buena excusa para entregarse al estilo clásico de antaño.

  • La diversión del shoot ‘em up en uno de sus mejores exponentes. 
  • Cooperativo local y online. 
  • El remozado gráfico, sonoro y técnico en general…
9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.