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Portal 2, Impresiones

La esperada secuela de una de las sorpresas de 2007 vuelve por la puerta grande, con el objetivo de ampliar aún más sus posibilidades. En esta ocasión, te contamos los primeros compases de la campaña individual y probamos el fantástico modo cooperativo que tendremos en la versión final del título.

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La esperada secuela de Portal se acerca, y con ella aumentan nuestras ansias de regresar a los laboratorios de Aperture Science para disfrutar de los retos más ingeniosos y rebuscados, esta vez con una campaña individual más profunda respecto a la primera entrega. Como añadido estrella, se incluye una campaña cooperativa creada específicamente para la ocasión, que a priori asegura grandes cantidades de diversión en compañía. Señoras y señores, preparen sus pistolas de portales porque ha llegado el momento de volver a usarlas.

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NOTA: Sin entrar en demasiados detalles para no desvelar demasiado el argumento, los tres siguientes párrafos de éstas impresiones pueden contener spoilers, por lo que es recomendable evitar su lectura si se considera adecuado.

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Muchas cosas han cambiado respecto a todo lo acontecido en la primera entrega, aunque en la campaña individual repetimos otra vez controlando a Chell, despertándonos en un dormitorio bastante corriente que rompe con lo visto en los entornos del primer Portal. La habitación es totalmente normal, compuesta por la cama donde nos despertamos, muebles, cuadros, lámparas, moqueta, y elementos que no se salen para nada de lo común. Volvemos a la cama, y cuando nos despertamos encontramos el mismo escenario, con un aspecto bastante degradado en general. Explorando esta estancia, llegamos a una puerta por la que aparece Wheatley, el núcleo de personalidad cuidador de los sujetos de prueba de Aperture, que se convierte en nuestro nuevo y simpático compañero. 

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La estancia comienza a derrumbarse de una forma vistosa, bastante espectacular gracias al buen uso de las físicas del que hace gala el título, y Wheatley nos insta a salir de allí. La habitación entera es desplazada con nosotros dentro, y avanzamos dentro de ella hasta que acabamos dentro de una cabina de relajación, tal y como empezaba el primer Portal. Aún así, hay vistosas diferencias, pues nos encontramos ante unos laboratorios que se han convertido en un lugar en decadencia, fruto del descuido y el paso del tiempo. Los futuristas entornos ahora se encuentran medio devastados, donde la vegetación aflora por todos los rincones imaginables. Sin duda, el añadido de este componente orgánico elimina esta esterilidad que desprendían los escenarios del primer juego.

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Pese a los cambios comentados, lo que sí se mantiene es el tono de humor presente en la primera entrega y la simpática personalidad de los artificiales personajes que encontraremos en el título. El carácter divertido y nervioso de Wheatley provoca una sonrisa en más de una ocasión. GlaDOS regresará, y no estará demasiado contenta por lo que le hicimos en la primera parte, así que su resentimiento se hará patente en todo momento y se encargará de recordárnoslo constantemente. Se antoja elogiable el gran trabajo de Valve al dotar de vida con tanto acierto a estos sintéticos personajes, logrando que consigamos empatizar con ellos.

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Como ya ocurriese en la primera entrega, los primeros compases en el título resultan bastante simples y totalmente adecuados para comprender las originales mecánicas jugables de las que hace gala el juego. Nos familiarizaremos un poco con las pruebas básicas, como pueden ser recoger los cubos que nos mantendrán pulsado el botón requerido para abrir la puerta a la siguiente estancia y empezaremos a ver de nuevo el funcionamento de los portales, entre otros elementos. El aumento progresivo de la complejidad que sufrirán los retos según vayamos avanzando en la campaña aseguran muchas horas de juego por delante y sobre todo, diversión, mientras nos rebanamos los sesos para superar todo lo que se nos plantea. A nivel gráfico, se pueden percibir mejoras respecto a la primera parte, sobre todo en lo que se refiere a la iluminación, elemento más trabajado que le confiere al título cierto realismo y una belleza plástica truncada por la proliferación del desgaste al que han sido sometidos muchos entornos, que aportan variedad y resultan agradables a la vista.

El primer Portal fue una de las experiencias más frescas que Valve supo aportar en 2007, aunque terminase siendo algo breve. En el caso que nos ocupa, la potenciación que está sufriendo esta secuela en todos sus apartados se hace patente rápidamente, empezando con el añadido de un acertado modo multijugador con niveles desarrollados específicamente para este cometido, que nos invita a superar todos los retos que encontraremos de forma cooperativa. Hemos podido probar parte de las virtudes de dicho modo, y visto lo visto, parece que nos encontramos ante un nuevo bombazo que puede dar mucho de qué hablar.

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En la vertiente cooperativa de esta secuela, el protagonismo no recae sobre Chell, a diferencia de la campaña individual. En esta ocasión, pasaremos a controlar a Atlas y P-Body, dos robots con una apariencia diferenciada entre ellos en lo que a proporciones se refiere, aunque muy similares a nivel estético. Ambos han sido creados basándose en elementos reconocibles de la serie, siendo P-Body alto, estilizado, basado en una torreta, y Atlas, bajito, regordete, fundamentado en un núcleo de personalidad. Ambos resultan muy expresivos, desprenden vida y carácter pese a su naturaleza robótica.

Empezamos nuestra andadura separados en un pasillo de nuestro compañero, donde probamos las nuevas mecánicas añadidas para la ocasión. En este caso, cada uno de nosotros puede crear dos portales distintos, los azulados son generados por Atlas, y los anaranjados los abre P-Body. En conjunto suman un total de cuatro, que amplían sobremanera las posibilidades de las mecánicas jugables. Aunque inicialmente los retos que encontramos son sencillos, estos van aumentando la complejidad de forma progresiva según vamos avanzando en esta breve, pero interesante demostración.

Así pues, de buenas a primeras vamos a tener que familiarizarnos con el cambio de planteamiento que ofrece este modo, que nos obliga a colaborar constantemente. Vemos ejemplos de ello en un nivel donde tenemos que mantenernos encima de un botón que crea un puente por donde deberá pasar nuestro compañero. En algunas estancias encontramos una abertura en el cristal que nos separa, destinada al intercambio de objetos de una zona a otra, como por ejemplo un cubo que puede activar el interruptor que nos permite avanzar.

Otro ejemplo de puzzle que se nos plantea es mediante un rayo láser, que debemos redirigir de forma apropiada hacia un sensor para conseguir nuestro objetivo, llegar a la siguiente área. Para ello, utilizaremos un cubo que tiene la capacidad de refractar el rayo en la dirección que se nos antoje. Combinando la dirección de este con distintos portales, lo haremos llegar donde necesitemos. Dicho haz es mortífero, por lo que deberemos evitar el contacto con él en todo caso. Si por algún motivo morimos, nos regenerarnos para seguidamente volver a intentarlo. En el lado contrario, superar las pruebas proporciona una gran sensación de satisfacción, ligada a la intrínseca colaboración con nuestro compañero.

Uno de los pocos aspectos criticados del primer Portal fue su longevidad, factor que se quiere aumentar sustancialmente en esta entrega. Se prevé que la duración de la campaña individual fácilmente pueda superar el doble de la extensión de su antecesor, con el añadido del caso que nos ocupa en este artículo, un modo cooperativo que dependiendo de nuestras habilidades a la hora de superar los retos que se nos plantean, tendrá una duración aproximada de seis horas para ser completada.

Si algo se puede percibir rápidamente en esta vertiente cooperativa de Portal, es el equilibrio del que se ha dotado a la jugabilidad, que impide que en todo momento avancemos de forma independiente a nuestro compañero. Absolutamente todo lo que encontremos en esta campaña no puede ser resuelto de forma individual, por lo que la comunicación entre nosotros va a ser de vital importancia. Eso sí, se añaden herramientas para expresarnos fácilmente más allá de la comunicación por voz. Así pues, el 'ping tool' nos permite señalar a nuestro compañero distintas zonas del escenario como por ejemplo dónde queremos que nos abran un portal. También se podrán realizar acciones gestuales, como abrazar efusivamente a nuestro acompañante.

La cosa se empieza a complicar en uno de los puzzles que tenemos ocasión de probar. Nos encontramos en una estancia donde para llegar al final del nivel tenemos que atravesar un foso que no podemos cruzar por nosotros mismos. Para hacerlo, tenemos que crear dos portales para nuestro compañero, uno encima suyo y otro bajo sus pies. Con esta acción, creamos un bucle infinito por donde nuestro acompañante cae indefinidamente, mientras a su vez adquiere más velocidad. Cuando ésta es óptima, proyectamos un nuevo portal en el momento adecuado por donde nuestro colega sale propulsado. Una vez hecho este proceso se debe repetir a la inversa, recibiendo nosotros la ayuda necesaria para avanzar.

Por lo que hemos podido probar en esta demo multijugador, a nivel de entornos vemos más similitudes con la primera entrega, con escenarios estériles, limpios y sintéticos, a diferencia de la campaña individual. Pese a ello, hay que remarcar que dicha demostración fue bastante breve, por lo que queda por ver como se desarrollan los acontecimientos. En la demo pudimos ver tanto la versión de PlayStation 3 como la de Xbox 360 y ambas presentaban un nivel similar y una tasa de fotogramas que se mantenía en sesenta fotogramas por segundo constantes. A falta de haber probado la versión para compatibles, se puede intuir una lógica y previsible mejoría en el apartado técnico, ya sea en texturas, tasa de fotogramas, calidad de la iluminación o resolución máxima admitida, entre otros aspectos técnicos.

Parece que Portal 2 puede repetir tranquilamente el éxito que obtuvo su primera parte, pues esta secuela viene potenciada en todos sus aspectos. Si bien uno de los aspectos más criticados de la primera entrega fue su longevidad, que la convertían en una divertidísima aunque breve experiencia, parece que en Valve están desarrollando un título considerablemente más largo en cuanto a la campaña individual, que a su vez amplía las mecánicas de sus brillantes puzzles. Como añadido estrella, el modo multijugador cooperativo promete más horas de diversión en compañía mientras trabajamos nuestras neuronas para superar los complejos retos que se nos van a plantear. Sin duda alguna, esperamos con ansias el regreso a los laboratorios de Aperture Science, previsto para finales de Abril de este año.

Portal 2

  • PC
  • 360
  • PS3
  • Acción
Secuela del aclamado título de acción y puzles de Valve.
Carátula de Portal 2
9.5