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Magic: The Gathering - Duels of the Planeswalkers

Magic: The Gathering - Duels of the Planeswalkers

  • Plataforma3607
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorStainless Games
  • Lanzamiento17/06/2009
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorMicrosoft

Magia, maná y cartas

El encuentro entre magos más famoso de las mesas forradas con tapete recibe una nueva entrega digital, en esta ocasión para el bazar de Xbox Live Arcade. Conviértete en un mago virtual para derrotar a cualquiera que ose interponerse en tu camino.

Actualizado a

Es probable que a día de hoy muy poca gente nacida en las décadas de los 80 y los 90 ignore la existencia de Magic: The Gathering, el juego de cartas de Richard Gardfield que lleva haciendo furor desde 1993, y al que a día de continúan jugando cerca de seis millones de personas en más de cincuenta países. Con campus universitarios y patios de colegio sembrados de magos compitiendo e intercambiando cartas, el fenómeno Magic no tardó en dar el salto al videojuego con versiones para PC y consolas domésticas. De su última incursión en el ocio digital llegan los Duelos de los Caminantes de Planos para la sobremesa de Microsoft, el cual deja un sabor de boca un tanto agridulce en conjunto, averigüemos por qué.

Exprimiendo nuestro mazo
Duels of the Planeswalkers está completamente focalizado en trasladar el juego de cartas a nuestro televisor de la forma más fidedigna posible, por lo que todos los detalles ajenos al juego en sí se presentan de forma sobria y con el detalle justo para hacer del juego una experiencia lo mas satisfactoria posible de cara a su homónimo real. La principal ventaja reside en que dispondremos de una cantidad de cartas más que notable por muy poco dinero en comparación a lo que tendríamos que invertir para disponer de ellas en la realidad (fundas aparte para protegerlas, claro).

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Por supuesto dicha virtud también se transforma en inconveniente ya que se pierde el factor coleccionista,  algo muy valorado para los jugadores de Magic por el fenómeno 'trading', puesto que desde su primera edición las cartas raras o las más poderosas siempre han sido objeto de codicia, llegando a pujarse precios astronómicos por ellas. Sea como sea, el objetivo y esencia permanecen indemnes, por lo que cualquier jugador experimentado no tendrá problema alguno en dominar el juego una vez adaptados a la interfaz empleada.

No nos extenderemos en explicar cómo se juega debido a su profundidad y aspectos que han de ser dominados para tener opciones de victoria tanto si nos enfrentamos a la inteligencia artificial de la que goza el juego (bastante puñetera en su nivel más alto de dificultad), como si lo hacemos a través de Xbox Live contra otros jugadores. En vez de eso, podremos aprender las artes de la magia, las tierras de maná, los artefactos o la invocación de criaturas en el magnífico tutorial del que hace gala el juego, permitiéndonos aprender todos los pormenores de forma sencilla y amigable.

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Por si eso fuera poco, dispondremos de opciones de tutoría online, por lo que los novatos podrán buscar a un experto que les inicie en el juego. A su vez, si dominamos la materia podremos ser nosotros quienes nos ofrezcamos como tutores para ilustrar a los recién llegados en el manejo del mazo. Por último sobra decir que el reglamento usado es el que actualmente se encuentra vigente tras todas las revisiones que ha sufrido a lo largo de los últimos dieciséis años, como por ejemplo la famosa regla de Mulligan, que permite hacer un primer descarte si las cartas iniciales no son de nuestro agrado. Es importante indicar para los no iniciados que Magic es un juego muy denso y pausado, por lo que requiere de echarle horas y paciencia para disfrutarlo como es debido.


Tierras de colores
Aunque no tenemos forma de estudiar rigurosamente todas y cada una de las cartas que disponemos para formar un mazo a nuestro gusto completamente armonizado, merece ser tenido en cuenta las preferencias de color, ya que afectan directamente a la estrategia dada la profundidad del juego. Aunque en un principio sólo podremos seleccionar entre mazo rojo o mazo verde, a medida que derrotemos a los rivales que nos propone la consola tendremos opción a los tres colores restantes para experimentar con ellos. Por defecto, un tercio de cartas del mazo serán de tierras que se juegan para disponer de maná, requisito indispensable para sacar criaturas, aplicar hechizos o utilizar artefactos.

La elección de color y conocer el color del adversario puede resultar determinante en la partida; por ejemplo el color verde dispone de criaturas grandes y la posibilidad de fortalecerlas, o la posibilidad de usar contrahechizos que anulen los de nuestro rival. En cambio el color negro dispone de criaturas muy poderosas que requieren de una ingente cantidad de maná necesaria para sacarlas a la mesa, y hechizos devastadores a costa de mermar nuestra propia vida.

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Repasando las opciones multijugador, se incluye el modo de juego 'Gigantes de dos cabezas', el cual permite partidas de 2vs2 compartiendo cada pareja 30 puntos de vida (en vez de los 20 puntos habituales en las partidas sencillas), lo cual redefine completamente la estrategia y fomenta la cooperación hasta límites insospechados. También y como viene siendo habitual en cualquier juego de cartas disponible en el bazar podremos hacer uso de la cámara  Xbox Live Vision, para comprobar cómo se va congestionando la cara de nuestros oponentes a medida que agotamos sus puntos de vida. Por último para completar los modos de juego, se incluye un desafío para un jugador con el que deberemos derrotar a un oponente en un único turno en el que se dan unas condiciones determinadas, lo cual es toda una proeza.

Dejando de lado las virtudes del juego como tal, vamos a centrarnos en el apartado técnico del que hace gala Duels of the Planeswalkers: A nivel sonoro raya a gran altura, las melodías aunque no son excesivamente variadas, evocan con tesón a la fantasía, espada y brujería de manera épica y muy activa, contribuyendo en gran medida a la inmersión y desde luego recordándolas con agrado cuando no estamos jugando, no se hace molesta en absoluto y no cansa por mucho que escuchemos cada tema. En cuanto a efectos de sonido, éstos simplemente cumplen.

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Detalles los justos
No podemos decir lo mismo del apartado gráfico, el cual es excesivamente sobrio y parco en detalles. Si bien es cierto que una vez metidos en faena no va a importar demasiado, se hecha en falta no sólo una mayor variedad de escenarios y campos de juego a elegir (los cuales se irán desbloqueando a medida que ganemos manos), sino que éstos son muy sencillotes y alejados de los exponentes que estamos acostumbrados a ver en la blanca de Microsoft. Tampoco se han esmerado con los efectos que ocurren cuando se enfrentan las cartas, que apenas pasan por unos sencillos fogonazos o efectos de cortes sobre las mismas.


Se hecha de menos a su vez una representación tridimensional del arte impreso en cada una de las cartas, y dado lo lento del ritmo de juego como bien sabe todo jugador de Magic, una presumible secuencia de enfrentamiento le habría hecho ganar enteros en vez de la parca representación de las dos o más cartas enfrentadas lanzándose un misérrimo tajo o un simple chispazo. Por fortuna las propias cartas se encuentran perfectamente implementadas, y podremos someterlas a un potente zoom utilizando los gatillos del mando para apreciarlas con detalle más allá de la imprescindible información de coste de maná, características adicionales, o puntos de ataque y defensa.

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No se trata en esta crítica al apartado técnico de dar mayor importancia los gráficos que a la esencia del título, sino que un juego de la talla de Magic: The Gathering se merece unas características acordes a la grandeza de una de las mayores revoluciones en los juegos de cartas a la hora de llevarla a los sistemas de videojuegos domésticos, y lo que hubiera sido perfectamente prescindible en épocas como la de los 32bit, a día de hoy se antoja escaso pese a ser un título descargable. Por suerte sus desarrolladores dejan la puerta abierta a la incorporación de futuros contenidos descargables, con lo que la posibilidad de que en un futuro se implementen detalles como los demandados no desaparece del todo pese a su improbabilidad.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.