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Leisure Suit Larry Box Office Bust

Leisure Suit Larry Box Office Bust

  • PlataformaPS3PC3604
  • GéneroAventura gráfica
  • DesarrolladorTeam17
  • Lanzamiento27/03/2009 (PC, 360)01/05/2009 (PS3)
  • EditorSierra

Ligón en horas bajas

Larry Loveage vuelve a intentar superar a su tío como el mayor ligón del mundo de los videojuegos. Pero este joven todavía tiene mucho que aprender, ya que su segundo juego tiene demasiadas carencias e ideas mal representadas como para considerarlo un digno sucesor del mítico Larry Laffer.

Actualizado a

Es fácil asociar el nombre de Leisure Suit Larry con una época dorada para las aventuras gráficas. A lo largo de seis entregas (pese a que su numeración llegase hasta el siete), el gigoló sin estilo ni éxito Larry Laffer nos ofreció un sinfín de risas y situaciones ingeniosas. En gran parte, este éxito se debe al buen hacer de Al Lowe, quien consiguió dotar al personaje de una personalidad y un carisma que se burlaban de todos los estereotipos. La sencillez con la que se fusionaban aquella gran jugabilidad de aventura gráfica y el humor ácido cargado de contenido sexual lo convirtieron en una de las franquicias más recordadas por los jugadores de antaño. Años después de la séptima entrega, y cuando todos daban la franquicia por perdida en el olvido, Sierra sorprendió en 2004 con el lanzamiento de Magna Cum Laude, una nueva entrega bajo el sello de Leisure Suit Larry.

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Pero pese al nombre, muchos desconfiaron ante un cambio importante como fue el del Larry original por el de su sobrino, Larry Lovage; además, Al Lowe no estuvo involucrado en ningún momento del desarrollo, y la ausencia del padre del personaje se hizo notar. Sin ser un mal juego, tampoco consiguió destacar en exceso; se quedó a una importante distancia de las entregas clásicas, y la secuela, Cocoa Butter, fue cancelada durante el desarrollo. Un par de años después, Sierra anunciaría el título que nos ocupa, Box Office Bust, que se convierte en la segunda aventura de Larry Loveage. Eso sí, nos llega por los pelos, dado que se trataba de uno de los títulos cancelados por Activision Blizzard, aunque lo recuperaría Codemasters el pasado mes de febrero para un lanzamiento rápido.

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Tal vez, haya sido demasiado rápido, o tal vez el concepto haya fallado desde el principio. Las seis (¿o siete?) primeras entregas eran aventuras gráficas puras, mientras que Magna Cum Laude evolucionaba un poco la fórmula y era una serie de minijuegos disfrazados bajo un aspecto de aventura. Pero Box Office Bust rompe completamente con el espíritu de la franquicia, desde el momento en el que se trata de un juego de mundo abierto, con pequeñas misiones que involucran desde plataformas al más puro estilo Mario hasta tiroteos a lo Virtua Cop, pasando por conducción, recolección de objetos, etcétera. Si bien esto no tendría por qué ser algo malo, se hacen notar las abundantes carencias técnicas en el apartado jugable, que limitan bastante nuestras acciones y provocan el tedio.

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Menos grave podría ser el hecho de que se hayan evitado los desnudos y la sexualidad explícita, ya que las entregas originales también la evitaban con mucho acierto y sentido del humor (sólo Magna Cum Laude sería explícito), pero lo cierto es que la esencia de la franquicia, es decir, la interacción con mujeres y los intentos de ligoteo, brillan casi totalmente por su ausencia. Si bien nos podemos encontrar algunas secuencias subidas de tono, los problemas del motor gráfico y la escasez de las mismas provocan que parezcan metidas por fuerza, no por necesidad del desarrollo del juego. Eso sí, los diálogos obscenos y las referencias fálicas serán constantes, llevadas si acaso en algunos momentos hasta el extremo, pero a fin de cuentas no hacen sino llevarnos por un plataformas que intenta algo diferente y acaba siendo más de lo mismo, renunciando a la esencia que su nombre propiciaba.

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En el cine
Larry Laffer, el Larry original, es ahora un magnate de la industria del cine, y nada en la abundancia gracias a la buena marcha de sus estudios. Pero hay un tema que le preocupa, y es que ha recibido el soplo de que hay un topo en su imperio, que trabaja para la compañía rival con el objetivo de sacar a la luz la basura de su empresa para arruinarla. Para descubrir quién es el susodicho, llama a su sobrino Larry Lovage para ofrecerle un trabajo de verano en los estudios y que, mientras cumple los encargos de los famosos, investigue para sacar a la luz al topo. De este modo, empezará a realizar tareas menores como repartir el correo o cumplir los caprichos de los famosillos de las películas. Además, estará bajo la implacable mirada de sus superiores, que le achacarán todos los problemas que haya en el estudio, de los cuales en gran medida será el responsable en muchos casos.

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El estudio es un entorno bastante amplio, que Larry podrá recorrer libremente a su antojo. Pero no hay nada que hacer en ella, salvo ir al objetivo principal de nuestra misión, indicado en el minimapa que tendremos en la esquina inferior derecha de la pantalla; en ocasiones podremos acceder a minijuegos particulares, pero nada especialmente llamativo ni que justifique realmente la existencia de ese entorno que, por mucha gente que pasee, da una gran sensación de vacío. Desde este mundo central, accederemos a distintas películas como Beefcake Mountain (vaqueros) o Bytanic (en el barco), que contarán con sus propios mundos independientes y su dosis de minijuegos particulares. Eso sí, todos los personajes se readaptarán a distintos papeles de la película.

Por tanto, la dinámica del juego será siempre la misma: cumplir misiones, una tras otra, que nos llevarán a todos los recovecos del estudio o bien a otros mundos temáticos, aunque sólo cuando argumentalmente se nos permita acceder a ellos, siendo imposible volver a los estudios una vez dentro. Es decir, se trata de una progresión bastante lineal pese a la falsa sensación de libertad que se nos quiere transmitir. Las pruebas se basarán, principalmente, en plataformas y saltos de todo tipo (Larry tendrá doble salto, o la posibilidad de hacer saltos de pared), con algunas pequeñas variaciones en forma de secciones de conducción o tiroteos, amén de algún pequeño minijuego particular cuyo funcionamiento se explicará justo ante del desarrollo. Y en abundantes ocasiones, con tiempo límite, aunque bastante generoso.

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Siguiendo con el estilo visual del juego, la disposición de los estudios y de todos los demás mundos será bastante caótica, y en muchas ocasiones no sabremos qué camino seguir. El minimapa tampoco ayuda mucho en ese aspecto, ya que su mezcla de colores y su limitado campo de visión nos pueden hacer seguir un camino que no nos permite llegar a nuestro destino, y deberemos dar la vuelta y buscar otro camino. Del mismo modo, las señales no identifican entre el interior y el exterior, por lo que si la señal está sobre un edificio tendremos que probar ambos lugares con el fin de encontrar nuestro destino. Esto, que puede ser simplemente molesto en muchos casos, puede suponer nuestro fracaso en una contrarreloj, que son bastante abundantes en el juego.

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Una muestra de las incoherencias presentes en el juego la podemos encontrar en estas contrarrelojes, que requieren que seamos lo más rápido posibles para llegar de un lugar a otro. Para tal fin, deberemos tener un vehículo, dado que si lo hacemos a pie no seremos capaces de conseguirlo. La escasa afluencia de gente puede provocar que no encontremos un medio de transporte cuando lo necesitemos, debatiéndonos en ese momento si perder tiempo intentando llegar a nuestro destino o buscando un vehículo. Además, deberá estar estacionado y abandonado, dado que si lo va pilotando alguien, en cuanto lleguemos a nuestro destino ese alguien se irá de nuevo por su cuenta, dejándonos tirados en donde quiera que estuviésemos.

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Pronto, el juego cae en la repetición de ideas y elementos; las plataformas son casi constantes y basadas en las mismas ideas, pero el propio diseño de los niveles hace difícil en muchas ocasiones el discernir el camino a seguir, lo cual, junto al control impreciso, nos hará plantearnos la búsqueda de nuevos caminos cuando en realidad no es necesario porque estábamos en el lugar correcto, pero sin lograr encontrar el punto concreto en el que el juego nos permitía avanzar. Las pruebas variadas también se repiten en conceptos e ideas, en muchos casos siendo incluso idénticas, por lo que si ya de primeras no resultan muy originales, pronto se hacen repetitivas. Además, las escenas cinemáticas intermedias, en las que se supone que se intenta destacar el sentido del humor del juego, se acaban haciendo bastante pesadas, ya sea por innecesarias o por lo mal representadas que están, que no resultan creíbles.

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Apartado técnico
El motor Unreal es capaz de lo mejor y de lo peor, y a Box Office Bust le ha tocado ejemplificar este último caso. Visualmente, este juego está lleno de color y se antoja vibrante; pero al mismo tiempo, los modelados de los personajes, las animaciones y la física dejan bastante que desear. Para empezar, los diseños humorísticos de los personajes siguen las directrices de la entrega anterior, por lo que se antojan bastante desfasados. Sobre todo, cuando las texturas brillan por su ausencia, los contornos son borrosos y poco detallados, los temblores de las sombras habituales, y uno se puede llegar a preguntar qué se supone que intenta representar ese traje que llevan. Si bien los diseños, a nivel artístico, son resultones, su adaptación a la pantalla se queda bastante lejos de los estándares que cabría esperar de un juego a estas alturas.

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Las animaciones son bastante precarias y forzadas (al correr, los caballos parecen ser de plástico, por ejemplo), y en muchas secuencias de vídeo (donde más se notan las carencias visuales), da la sensación de que los desarrolladores se han visto limitados por su propia tecnología a la hora de intentar recrear situaciones cómicas a las que el usuario tendrá que ponerle bastante imaginación para llegar a comprender el chiste como originalmente estaba concebido. Los escenarios, pese a estar bastante recargados, se antojan bastante vacíos, y los personajes secundarios se repiten hasta la saciedad y con todo el descaro, siendo posible ver a trillizos juntos paseando tranquilamente. Los principales, que apenas llegan a una decena, repetirán en cada uno de los mundos, en papeles diferentes; eso sí, en un juego de Larry, el tener sólo unas pocas chicas con las que apenas pasaremos tiempo en pantalla resulta hasta desolador.

Jugablemente, el sistema de juego se antoja repetitivo y falto de imaginación, pero el propio sistema de control puede ser nuestro peor enemigo. Requiere bastante precisión en los saltos de pared, y es fácil atascarse o no saber por dónde ir por culpa de que Larry no es capaz de hacer lo que esperamos que haga, aún cuando el propio juego nos indica mediante una secuencia de vídeo qué es lo que tenemos que hacer. La muy molesta cámara, que cambia de ángulo a su antojo, en ocasiones fijándose en un punto, en otras cambiando según saltemos, dificultará aún más las cosas; aunque tenemos control sobre ella, este será bastante limitado en los momentos en los que más la necesitemos, para saber por dónde seguir o qué nos espera más adelante.

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También tendremos un sistema de combate cuerpo a cuerpo que sólo estará disponible cuando el juego considere que debemos golpear a alguien. En cuanto lleguemos frente a un enemigo, el botón de salto se convertirá automáticamente en el de ataque, y deberemos acabar con nuestros rivales si queremos avanzar, siendo imposible escapar de la zona. El intercambio de golpes es bastante aburrido, ya que no contaremos con un gran abanico de combos, ni tampoco nuestros rivales, por lo que nos limitaremos a aporrear el botón hasta que alguno de los dos caiga. Como las barras de vida son bastante amplias, durarán más de lo necesario en muchos casos. La IA es bastante reducida, y tendremos secciones de infiltración en las que los vigilantes enemigos nos ignorarán completamente salvo que nos pongamos justo delante de sus narices.

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El juego cuenta con bastantes Bugs que se podrían haber pulido, ya que en algunos casos pueden afectar a la jugabilidad. Algunos de los que hemos visto nos ponían en una visión en primera persona, pudiendo movernos sólo para adelante y hacia atrás, sin poder girar nuestra visión; en otro, nos quedamos atascados con un caballo en una esquina, sin poder bajar siquiera de él; una vez, el suelo desapareció y parecía que estábamos flotando por el aire; en otra ocasión Larry tenía que saltar hasta un punto, pero nunca se agarraba al saliente, hasta que lo consiguió de forma completamente fortuita; etcétera. Pese a que son relativamente puntuales, son una muestra patente de que el juego se ha quedado un poco a medio cocer.

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Para el apartado sonoro, si bien las melodías son bastante escasas y se hacen algo repetitivas, se ha conseguido un doblaje de lujo, con un plantel de estrellas invitadas para las chicas del juego: Carmen Electra, Shannon Elizabeth y Nikki Cox son algunos de los nombres que figuran en los créditos. Y para el personaje principal de Larry, Josh Keaton, quien ya prestó su voz a Ryu Hayabusa en Ninja Gaiden, Revolver Ocelot en Metal Gear Solid 3, y a un buen número de personajes de juegos coom Lost Planet, God of War II, Guild Wars, varios Spiderman, etcétera. Se nota el trabajo de los profesionales, y los diálogos (que se conservaron en inglés) cargados de juegos de palabras y humor verde resultan muy satisfactorios. Eso sí, muchos de esos juegos se han perdido en la traducción al español, que veremos mediante subtítulos, pero hay algunas adaptaciones de los mismos muy bien llevadas por parte del equipo traductor.

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4

Mediocre

Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.