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Kinectimals

Kinectimals

Felinos virtuales

Kinectimals llega para llenar de vida nuestra consola y nos pone al cuidado de una mascota felina a elegir, mientras recorremos una isla extensa y colorida, realizando actividades de diversa índole. Nos encontramos con una apuesta creada para los mas jóvenes, aunque si nos adentramos en este mundo, descubriremos uno de los juegos más profundos y variados de la primera hornada de títulos para Kinect.

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Como respuesta directa a títulos de otras plataformas, como la saga Nintendogs o Eyepet,  llega Kinectimals, dispuesto a revolucionar el panorama de los simuladores de mascotas. Haciendo gala del flamante sensor de movimientos de Microsoft, nos vamos a Lemuria, una isla llena de vida cargada de felinos que aguardan nuestra llegada, para que realicemos con ellos multitud de actividades. Nada más empezar con la apuesta de Frontier, conocemos a Bámbel, nuestro mentor que nos acompañará durante la aventura. Este, nos propone que adoptemos a una de las cinco mascotas de las que disponemos inicialmente, aunque iremos encontrando muchas más durante el desarrollo. Tras elegir una, daremos nuestros primeros pasos por la isla, en un título que se puede definir como una fusión entre un simulador de mascotas y un compendio de minijuegos.

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En lo que a simulación de refiere, podemos cuidar de nuestra mascota acariciándola con nuestras manos, lavándola y alimentándola entre otras cosas, aunque esto último no sea estrictamente necesario dada la naturaleza salvaje de estos animales. Podemos adiestrar a nuestra mascota para que haga ciertos movimientos y piruetas, que deberemos realizar frente al sensor y nuestro felino imitará. Algunos consisten en saltar, tumbarnos boca arriba haciéndonos el muerto, inclinar el cuerpo hacia delante mientras nos damos palmadas en las rodillas para hacer que se siente, dentro de un buen repertorio que como norma general suele funcionar bastante bien en cuanto a detección de movimientos. En los países donde está disponible, también responden a las órdenes de voz. Disponemos de un hogar que podemos decorar a nuestro antojo, donde podemos consultar los trofeos y tesoros obtenidos, entre otros. Hay también una tienda, donde podemos obtener mobiliario, comida y complementos para nuestras mascotas.

En su vertiente más lúdica, el título esconde un buen número de minijuegos, que se llevan a cabo de forma muy intuitiva. Podemos encontrarnos derribando objetos lanzándoles pelotas, manejando un coche teledirigido con un volante ficticio, buscando tesoros o realizando una carrera de obstáculos, entre muchos otros. En todas las actividades se hace un buen uso del sensor de movimientos de Microsoft, que sorprende por su fiabilidad. La sensación de precisión que obtenemos cuando cogemos un objeto, lo lanzamos, y vemos que sigue una trayectoria acorde con nuestro movimiento no tiene precio, aunque en ocasiones algunas acciones no se reconocen como deberían. Hay un cierto abuso de los minijuegos consistentes en lanzar objetos, pero se ha intentado variar ligeramente las mecánicas de juego para minimizar en gran medida la repetición de situaciones.

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Acompañados en todo momento de Bámbel y nuestra mascota, exploraremos Lemuria, descubriendo lo que tiene por ofrecer. Según vamos realizando los distintos retos, llenamos una barra de experiencia que nos desbloquea nuevas regiones de la isla, objetos y minijuegos, entre otros elementos. Si de una cosa puede presumir Kinectimals es de la variedad de situaciones que alberga en su interior. El desarrollo es lineal y completamente sobre raíles, pues no nos podemos mover con libertad por el entorno, aunque en la mayoría de situaciones podemos variar ligeramente el ángulo de visión desplazándonos de izquierda a derecha. Pese a ello, el desarrollo es completamente libre, pudiendo seleccionar en cualquier momento cualquier actividad que se haya conseguido previamente para adquirir experiencia, accediendo a todas ellas mediante la caja de juguetes, levantando unos 45 grados el brazo derecho y manteniéndolo unos instantes en esta posición. 

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La sensación de avance es frecuente en el juego. Constantemente están ocurriendo cosas, conocemos nuevas mascotas que podemos intercambiar con la nuestra, se desbloquean nuevos objetos y se nos proponen nuevas cosas por hacer. Si ignoramos temporalmente a nuestro cachorro, éste se irá a buscar algún juguete y nos propondrá actividades de forma aleatoria. Bámbel a su vez, también intervendrá constantemente actuando a modo de eterno tutorial, siendo este quizá uno de los puntos más negativos del desarrollo, convirtiéndose este personaje en un elemento bastante cansino. Otro punto poco favorable de Kinectimals es la navegación por los menús, que pese a funcionar muy bien, termina resultando a la larga muy lenta por el hecho de tener que extender el brazo y mantenerlo inmóvil unos segundos sobre la opción deseada. Esto ocurre tanto en la caja de juguetes, como en nuestro hogar y la tienda.

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Todas los animales que encontramos a lo largo de este extenso entorno, destilan naturalidad por todos sus poros. Su conducta es coherente frente las situaciones en las que se encuentran y han sido dotados de una buena cantidad de movimientos muy bien realizados todos ellos, dando la sensación de encontrarnos frente una película de animación en algunos momentos. Como curioso añadido, en la isla encontraremos la piedra escáner, nexo entre la realidad y el juego. Se podrán adquirir peluches de Kinectimals, que llevan una etiqueta especial que podemos escanear situándola cerca del sensor. La mascota escaneada cobrará vida en nuestra consola.

El apartado técnico de Kinectimals roza un nivel más que notable, poniendo ante nosotros escenarios coloridos y llenos de vida. La naturaleza predomina en los entornos recargados de vegetación en constante movimiento, que reacciona a los pasos de nuestros cachorros, de los que destaca la recreación de su pelo, como reacciona al tacto cuando le acariciamos y como incide la luz en él. Un tratamiento realista de la iluminación, combinado con simpáticos modelados de las mascotas, conforman un apartado muy satisfactorio. En gran medida, tanto el apartado artístico como el sonoro, recuerdan a un título de Rare: Viva Piñata. El título llega a nuestro país totalmente traducido y doblado al castellano.

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7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.