Más old-school para nostálgicos

Heavy Weapon es originario del formato flash y posteriormente ha contado con una entrega para PC (Deluxe) que ampliaba el número de niveles y mejoraba determinados aspectos técnicos. Ahora, llega a 360 manteniendo todas sus bases, tomando Deluxe y ampliándolo exponencialmente, superando lo visto entonces, dando como resultante un arcade que encantará a los nostálgicos y a las nuevas generaciones con un poco de paciencia.

Y es que no estamos ni mucho menos ante un título facilón, sino que es realmente un hueso duro de roer con una dificultad razonablemente por encima de la media. No es imposible, pero quien espere un camino de rosas más vale que obvie su compra. Dicho esto, empezamos el análisis del nuevo integrante de la familia XbLA.

Acción sin concesiones
Heavy Weapon es un arcade de avance lateral que nos pone a los mandos de un tanque. Controlándolo de derecha a izquierda, deberemos acabar con oleadas de helicópteros, aviones y demás vehículos aéreos, así como coches u otro tipo de máquinas terrestres. La base es simplemente esta, y la mecánica tan simple como atractiva, amén de adictiva. Todo será arrasar con el ejército enemigo hasta llegar al final del nivel, donde una criatura obstaculiza nuestro paso hacia el siguiente.

El modo principal, Misión, lo componen diecinueve fases, cada una con su jefe y su lista de enemigos. La dificultad de un nivel a otro es palpable, introduciéndose cada vez más tipos de aviones que estará cubiertos por escudos, dispararán minas, bombas que destruyen todo a su paso, etcétera; Así mismo, cada fase es más larga que la anterior, como podremos comprobar en una gráfica situada en la zona superior de la pantalla.

Una vez completado el juego se nos abrirá la posibilidad de disfrutar de otro modo de juego, Asalto al Jefe, que consiste básicamente en derrotar por orden a todos los enemigos de final de fase. Seguidos. Cada uno tiene su patrón de ataque, puntos débiles y resistencia que deberemos testear para conseguir derrotarles.

Por supuesto, nuestro tanque se servirá de decenas de potenciadores a lo largo de las fases, desde nuevos tipos de disparos -pues comenzamos con uno bastante precario-, hasta bombas e incluso un imponente megaláser. Nos los otorgará un helicóptero que pasará eventualmente por el nivel, en forma de círculos verdes. Una vez recogidos, la mejora es implementada automáticamente y podremos usarlas hasta que perdamos todas las vidas. También se nos irán regalando bombas de energía que limpiarán la pantalla de enemigos, especialmente útiles en niveles avanzados.

Después de superar cada nivel, obtendremos un punto de habilidad que podemos repartir entre una lista de ocho tipos de armamento. Básicamente es lo mismo que lo que nos va regalando eventualmente el citado helicóptero, pero aquí de forma constante, quedándosenos incluso después de morir, y empezando así las fases con ello; Además de en solitario, podemos disfrutar de este modo principal con un segundo jugador en red local -desgraciadamente, no mediante Xbox Live!-.

El modo Supervivencia puede jugarse bien en solitario o mediante Xbox Live, encontrando en este caso dos variantes: nunca morimos mientras haya un compañero vivo, o una partida rígida con tres vidas cada uno. Es el único modo de juego disponible para cuatro jugadores simultáneos, aunque quizá por eso resulte tan caótico. Será realmente difícil mantener la vista sobre nuestro tanque en estar partidas, dada la gran cantidad de bolas de energía, explosiones y demás que visualizaremos de forma simultanea.

Por suerte resulta tremendamente divertido, lo cual se agradece en un título que es relativamente complicado. Respecto a los logros, encontramos los típicos en este caso: Doce que suman 200 Gamer Points a nuestro Gamertag. Por suerte son bastante competitivos, llevándonos un buen tiempo sacarlos todos: Completar el juego, aguantar doce minutos en Supervivencia, conseguir un Megaláser…