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Dark Messiah of Might & Magic: Elements

Dark Messiah of Might & Magic: Elements

  • Plataforma3606
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorArkane Studios
  • Lanzamiento25/01/2007
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorUbisoft

Un aprendiz venido a menos

Dark Messiah of Might and Magic hace acto de aparición en el catálogo de Xbox 360, un año después de su lanzamiento para PC. En la conversión, un remodelado sistema de evolución para el personaje, nuevos contenidos y también nuevos problemas. El mesías de la oscuridad más flojo.

Actualizado a

Hace ahora más de un año que disfrutábamos con la versión original del título de Arkane para los ordenadores de sobremesa. El juego, cuyo análisis podéis leer aquí, relataba las aventuras de Sareth, un aprendiz del brujo Phenrig que se embarca en una peligrosa misión para conseguir un místico objeto, el craneo de las sombras. Durante su travesía, un cúmulo de circunstancias le lleva a descubrir su oculta personalidad, además de a entablar peligrosas relaciones con demoníacas personalidades en su interior. En función de las elecciones del jugador, la historia se va desarrollando y dándonos alguna que otra sorpresa, hasta llegar a la recta final donde viviremos un total de cuatro finales distintos. Dependiendo de cómo hayamos resuelto ciertas situaciones de la trama tenemos acceso a uno u otro, variando enormemente en el resultado final.

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Ahora, y bajo el sobrenombre Elements, Ubisoft ha portado el título a Xbox 360 añadiendo ciertos detalles en la trama, como nuevos capítulos. También se ha readaptado el sistema de control y se ha reestructurado el multiplayer, además de modificarse el sistema de progresión del personaje y corregirse una gigantesca cantidad de bugs y problemas de la versión para PC. Pese a todos los añadidos, el tiempo desde su lanzamiento y los nuevos y múltiples fallos en su programación y rendimiento resultan un pesado lastre, que hace que esta conversión pase sin pena ni gloria a engrosar el catálogo de la plataforma. Como veremos a continuación, no es tanto el desarrollo del juego, casi calcado al original, si no el repertorio técnico y sus numerosos problemas los que hacen que jugar sea una experiencia no demasiado agradable.

Gráficos

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Lo que más llama la atención al comenzar en Elements es el aspecto gráfico tan modesto, aunque vistoso que se presenta. El motor Source deja notar el paso del tiempo, conservando su potente capacidad para sorprender al jugador con una gestión brillante de la física y el sistema de colisiones. En lo meramente visual, los modelos se aprecian algo toscos, lo que se palia en parte con su gran tamaño y su nivel de detalle, además de con la buena animación de la que hacen gala. Con todo, el juego hace aguas en cuanto a su solvencia para mantener la tasa de imágenes estable. Esto se deja notar por primera vez en el primer nivel tras el tutorial, donde un cíclope enorme entra a la ciudad de Yelmo de Piedra por la fuerza. En esos momentos, los tirones y saltos en la imagen son más que evidentes, algo que se repite a posteriori con más frecuencia de la deseada.

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Más aún, no se aprecia mejoría alguna en los gráficos respecto a la versión de PC, que en comparación a Elements, funciona de forma mucho más estable y fluida. El multijugador sale todavía peor parado, habiéndose reducido la calidad de los elementos para disminuir la carga en pantalla. El juego a través de Internet resulta una dolorosa causa, existiendo numerosos problemas de retardo ocasionados por los intentos de mover de forma solvente toda la partida. Estos infructuosos esfuerzos derivan en otros problemas, que trataremos convenientemente en el apartado de jugabilidad. De momento, basta decir con que el apartado visual no es para nada lo que uno podría esperar, habiéndose limitado a portar de bastante mala manera el trabajo realizado hace casi año y medio.


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Sonido y Efectos FX

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El sonoro es un apartado que no varía un ápice entre la versión de PC y la que tenemos entre manos, ya que no se han hecho retoques o añadidos. Encontramos pues una banda sonora cargada de temas épicos y que se adapta correctamente a las situaciones que vamos viviendo en pantalla. Así, nos deleitará cuando sea necesario con piezas melodiosas y tranquilas, si así lo sugiere el entorno en el que nos hallamos. Por el contrario, entrar en combate significará un cambio automático de la música de fondo, lo que muchas veces puede darnos pistas de la proximidad de un enemigo sin verlo siquiera. En cualquier caso, el nivel de las composiciones es bueno y más que solvente para acompañar nuestra aventura en todo momento, además de estar interpretadas por la orquesta sinfónica de Praga.


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Cuestión aparte es el repertorio de efectos sonoros, que en nuestra versión llegan encabezados por un doblaje cuidado y de calidad. Así, viviremos como los guardias se llaman unos a otros, los orcos nos increpan para levantarse la moral y la misteriosa Xana se abre camino a través de nuestra mente con sus continuados diálogos con Sareth. Por otro lado, las armas, los golpes y los demás sonidos de combate y ambientales están plasmados con la suficiente variedad como para que no acaben aburriendo. El conjunto de efectos queda por tanto a buen nivel, mezclándose un casi continuo sistema de diálogos entre nuestro personaje y su acompañante interior con las advertencias de los enemigos y los sonidos del combate.

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Jugabilidad

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El cambio de plataforma no sólo ha traído consigo los mencionados problemas técnicos, si no que el juego se ha visto desprovisto del sistema manual de evolución del personaje. Ahora, en lugar de recibir puntos de habilidad y distribuirlos como queramos, hay que elegir qué clase de personaje vamos a ser desde el inicio de la partida. Los cuatro tipos; guerrero, mago, asesino y arquero, se diferencian por sus habilidades, que recibimos automáticamente al subir de nivel. Así, no podemos controlar que nuevas técnicas aprende nuestro personaje, y nos vemos obligados a aceptar la secuencia predeterminada. Se pierde así gran parte de la profundidad que supone desarrollar a Sareth a nuestro gusto, quedando seriamente dañado el componente rolero, si es que se puede catalogar así esta operación. Mas aún, se restringe nuestro armamento, con lo que si somos arqueros solo podremos empuñar arco y dagas, vetándonos la espada y los báculos, que aparecerán como objetos coleccionables. Esto da lugares a situaciones inverosímiles, como que eligiendo guerrero no podamos atacar con el arco pero si usarlo para lanzar flechas de cuerda, algo totalmente absurdo.

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Todas las clases tienen este tipo de restricciones, que no solo limitan nuestro potencial de combate y la versatilidad de opciones, si no que cierran puertas a la exploración mediante el arco de cuerdas, que un mago no puede manejar. Resultan limitaciones extrañamente impuestas y que no favorecen para nada la impresión que nos hemos llevado del título. Por otro lado, pese a que se comentaba que eran más de 800 los bugs solventados, lo cierto es que Elements sigue presentando multitud de ellos. Desde barriles que se desvanecen en el aire al ser alcanzados por una flecha a enemigos que encuentran que su mejor ruta hasta nosotros es a través de una fogata, hemos encontrado de todo. La mayoría no afectan directamente al desarrollo, aunque en algún momento nos hemos quedado atascados en ciertas partes del escenario sin poder movernos, hasta que hemos sido cazado por la espada de algún enemigo y muertos sin remedio.


Las otras novedades se centran en la aparición de un nuevo tutorial, que hay que repetir en cada nueva partida, y algún episodio adicional durante la trama. Sin ser grandes incorporaciones, aumentan un poco la duración del título, que pierde gran parte de su esencia una vez finalizado. El multijugador, que como decíamos resulta todo un calvario para el jugador, da signos ausentes de no poder manejar toda la carga de las partidas, produciéndose retrasos y pérdidas de la conexión. Una vez dentro, se han modificado todos los mapas de la versión de PC, para hacerlos más jugables y equilibrados. Si bien los entornos cumplen, las clases siguen estando tan desequilibradas como lo estaban en la versión para compatibles, siendo el mago y el arquero apuestas seguras. Los controles, por último, se han llevado a la consola con gran acierto, eligiendo una disposición bastante acertada y que permite manejar a Sareth con bastante soltura. Solo echamos algo más de velocidad en los giros sobre su propio eje, donde aún se muestra lento.

Aunque hay bastantes problemas, el título ofrece la misma calidad en cuanto a contenido que hace año y medio, por lo que tenemos un interesante y entretenido título de acción entre manos. Los combates, eje principal de la aventura, están bien resueltos y son divertidos y desafiante en las partes más avanzadas. También el entorno nos ofrece otras formas de acabar con nuestros enemigos, aunque en muchos sitios se nos sugiera claramente lo que deberíamos hacer, dejándose aquí poco lugar para la improvisación.  La trama, aunque no demasiado potente, resulta suficiente para justificar nuestro periplo por el mundo y la búsqueda del cráneo de las sombras. La lucha en el interior de Sareth también es un interesante factor que hace más entretenido el avance por el juego, que nos depara algunas sorpresas según se van desvelando misterios sobre nuestro personaje.


6

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.