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BRINK

La nueva obra de Bethesda combina la acción desenfrenada de los shooters más veloces e intensos con un toque rpg tanto en la personalización de personaje como en sus habilidades. Una mezcla cada vez más de moda junto a un apartado artístico tan potente como especial.

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Fue una de las sorpresas de la feria E3 de Los Ángeles. Cuando una compañía de contrastada experiencia y enorme calidad en sus productos como es Bethesda presenta una nueva franquicia, es el momento de prestar atención. Los creadores del enorme Fallout 3 mostraron al mundo, de la mano de Splash Damage -encargados de crear el juego- a Brink, otro juego más que viene a engrandar el género de la acción. Aunque su propuesta parece no querer detenerse sólo a eso, si no que busca un lugar de privilegio entre las grandes sagas ya consolidadas o las nuevas franquicias de éxito aparecidas en la presente generación. Estilo gráfico que no deja indiferente a nadie y un cruce de géneros interesante son su carta de presentación.

Para los más despistados, un breve recordatorio sobre en lo que se sustenta Brink. Se trata de una historia con dos bandos opuestos, la resistencia y la seguridad. Su lucha se basa en el Arca, una ciudad flotante formada por islas que se construyó en su momento como un lugar puro que no necesitaba de emisiones CO2. Su aislamento constante del mundo exterior, la miseria y los tejemanejes propias de cada comunidad acaban por destrozar lo que parecía ser el futuro de la humanidad. Una guerra civil acecha entre los que quieren escapar y conocer qué hay ahí fuera y los que quieren restaurar la idea inicial del Arca. Lo que significará, de paso, dos historias que completar en lugar de una.

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Que detrás de esta obra estén la sombra de los creadores de Fallout (aunque no sean los desarrolladores) sirve para que la personalización y elección del personaje sea un detalle importante a seguir. Cuatro clases distintas y un editor interesante para hacer nuestro héroe a nuestro gusto. Así empieza el juego desarrollado por Splash Damage, en el que el cruce de géneros es más que evidente. La personalización, el poder subir experiencia para ganar nuevas habilidades y la acción desenfrenada sirven para demostrar que el género de la acción cada vez más puede ganar en posibilidades y en complejidad, dejando atrás el simple avance de disparar sin parar hasta llegar al final de nuestro objetivo. Las líneas entre el RPG y el shooter se difuminan.

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Jugablemente las promesas son muchas, ya que se multiplican las posibilidades. Las cuatro clases de personaje para crear representan cuatro maneras distintas de afrontar cada uno de los retos del juego. Eso se acaba doblando si tenemos en cuenta que hay dos facciones a las que servir (resistencia y seguridad), las cuáles, eso sí, comparten clases. Para rubricar lo que presenta Brink tenemos tres modos de juego: solo, cooperativo y multijugador. Cada uno con sus posibilidades, a destacar el hecho que si queremos cooperar se podrá hacer con un total de ocho jugadores a la vez, y tocando todas las maneras posibles de disfrutar del juego, que impacta a primera vista gracias a su imponente apartado técnico.

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Y es que a medida que han ido cayendo los nuevos vídeos y la nueva información referente a Brink, uno se da cuenta que el juego es especial a nivel gráfico. Con un diseño que bebe de un estilo cartoon o dibujos animados se presentan personajes muy marcados, enormes y deformados (sólo hace falta ver el tamaño de las extremidades respecto la cabeza) y expresivos. La línea en el diseño corre a cargo de quién dirigió este apartado en Killzone, algo que queda patente en los escenarios, en el tratado de la paleta de colores y también en el ambiente que se respira. Ahí acaban las comparaciones, ya que como se ha podido ver hasta el momento, la mecánica jugable de uno y otro, debido al híbrido que supone Brink respecto al corte más clásico de la obra de Guerrilla, nada tienen que ver.

Dejando a un lado el característico diseño del que hace gala Brink, lo cierto es que en movimiento el juego gana enteros. Un framerate estable y una velocidad frenética de acción en medio de un universo devastado. A nivel de texturas, la obra de Splash Damage cumple sobradamente, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un shooter frenético en el que la acción por doquier y el dinamismo y velocidad de los personajes es elevado. Su ritmo recuerda, en cierta manera, a la saga Timesplitters de la mal lograda Free Radical. Franquicia con la que guarda relación también a nivel estético.

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Ya han circulado los primeros detalles relevantes sobre la mecánica jugable y el desarrollo de personajes. Cada acción nuestra servirá para acumular experiencia mientras jugamos. Desde matar con una granada a hacerlo a traición, las muertes y los objetivos cumplidos nos van dando puntos. Éstos sirven para poder usar opciones disponibles dentro de la misma batalla y mejorar armas, recuperar vida u otros potenciadores para ser más letales en la campaña. Aquí entra, también, el factor de la clase. Se pueden intercambiar en cualquier momento de la partida estando en el lugar adecuado. Saber usar el diseño de niveles y tener una mínima estrategia será clave. Así, un ingeniero puede reproducir la matanza de Texas colocando una metralleta fija en el lugar adecuado, mientras un personaje sigiloso, si sabe usar sus armas, puede convertirse en la peor pesadilla de aquellos que mueren sin saber cómo ni por qué.

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No acaba aquí. Al ritmo de partida y las posibilidades a la hora de matar y obtener ventajas respecto a los enemigos se le añade el factor plataformas. Nuestro protagonista, a pesar de ser un guerrero de aspecto pesado y contundente, tiene agilidad que le permite moverse con velocidad por el escenario. Esto da mucha libertad de acción y posibilidades, ya que las batallas no tienen un color estático como puede pasar en otros juegos más ‘reales' en este sentido como podría ser la saga Call of Duty. El creador de Gears of War, que en su momento reclamaba 'más pistolas' en un juego como Mirror's Edge, seguramente estará de enhorabuena con un producto como el que Bethesda tiene preparado distribuir para el año que viene.

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SMART
Los brincos plataformeros en primera persona son la primera de las similitudes con el juego de EA que emula de manera brillante el mundo del Parkour. Brink cuenta con un sistema de movimientos llamado SMART que recuerda en parte a Mirror's Edge. Este sistema sirve básicamente para buscar soluciones a los problemas que nos vayamos encontrando y también facilitar la vida en los movimientos, a toda velocidad, por el escenario. Apuntando el lugar en el que queremos llegar y usando la tecnología SMART, el personaje trazará la línea recta hasta el objetivo sorteando las dificultades que se encuentre delante de sí: saltando, escalando o evitando trampas como minas y alarmas. Si se usa de manera inteligente, conociendo el mapeado, se podrán cruzar batallas enteras sin recibir un solo rasguño.

Vehículos, misiones de todo tipo dependiendo de los jugadores que estén en la partida, arsenal completo, potenciadores y armas desbloqueables según nuestro avance en la batalla, un tipo de juego masivo y un apartado técnico, diseño especial a un lado, potente. Brink está previsto para finales de 2010, lo que significa que todavía tiene un largo recorrido en su desarrollo antes de venderse al público. El paraguas Bethesda es sinónimo de calidad, y a pesar que Splash Damage no hayan tenido éxito últimamente (Quake Wars), lo cierto es que el proyecto que tienen entre manos está en boca de toda la industria. Si 2009 fue el año de Borderlands como sorpresa, no extrañaría que 2010 ya tuviera su nueva franquicia de éxito.

BRINK

  • PC
  • 360
  • PS3
  • Acción
Nuevo y misterioso juego de Splash Damage, de ambientación futurista.
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