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The Division, las primeras horas

Estamos ya con nuestro análisis en progreso con el nuevo juego de Ubisoft, disponible desde el martes para PC, Playstation 4 y Xbox One. Cooperativo, acción y un enorme mundo por explorar.

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The Division es de esos juegos que llama la atención y genera expectación cuando llega la fecha oficial de salida. Es uno de los proyectos más ambiciosos de Ubisoft, compañía que sabe lo que es saborear los mieles del éxito masivo con sagas como Assassin’s Creed o Far Cry. Y la carta de presentación de este shooter con toques MMO ha sido mostrarse de manera espectacular en cada una de las ferias en las que ha ido apareciendo. Pero The Division llega, también, con cierta sensación de desconfianza que está más relacionada con los últimos acontecimientos relacionados con juegos y entregas recientes de la propia compañía que por un ilógico descrédito que puede tener una IP de nueva creación como en este caso. Tras varias horas con el juego final, así es lo que ofrece The Division. 

La premisa es ya conocida por todos. Una especie de virus ha arrasado con la civilización tal y como la conocemos, y básicamente estamos en medio de un grupo llamado Division que se encarga, para resumirlo de manera sencilla, en intentar dar paz y un lugar seguro a la gente que todavía sobrevive en un mundo que ha cambiado para siempre. Bajo esta puesta en escena empezaremos creándonos un personaje mediante un editor más bien limitado pero suficiente para personalizar nuestro héroe o heroína en un shooter que quiere alargarse en el tiempo y seguir la estela de propuestas recientes que van en esta misma dirección, como es el caso de Destiny. Las dudas que se ciernen sobre The Division, en todo caso, no difieren demasiado de muchas de las preguntas que nos hicimos con Destiny (y que no se solventaron hasta la gran expansión el Rey de los Poseídos, que casi parecía una secuela más que una expansión).

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Con nuestro personaje ya preparado, saltamos al ruedo en medio de una ciudad desolada en la que el caos parece haber tomado la delantera a lo que conocemos como civilización. Los primeros compases sirven de pequeño tutorial que nos permiten hacernos con unos controles sorprendentemente sencillos, accesibles y bien adaptados al jugador. El sistema de coberturas que se popularizó con Gears of War tiene presencia en este shooter en tercera persona -no puede ser de otra manera desde hace ya una década- y mediante un simple botón podremos cubrirnos para preparar los ataques. Lo más destacado del control es precisamente la sencillez con la que podemos ir de una cobertura a otra simplemente apuntando al punto al que nos podemos mover. Una mecánica que funciona realmente bien y que agiliza y mucho nuestro movimiento por los escenarios, sobre todo en medio de refriegas.

Lo que se conoce como gunplay, el sistema de tiroteos para entendernos, también responde de manera correcta, con un apuntado suave y preciso y una transición entre el apuntado y el movimiento desde cadera acertado. Seguramente en el control es donde The Division se gana a más adeptos. Ubisoft no es nueva en esto de los disparos, sea en primera o tercera persona, y ya dejó muestras de tener un gunplay preciso y satisfactorio en Watch Dogs, por citar una nueva IP de esta misma generación. Podemos saltar por salientes, superar coberturas por arriba, rodar para esquivar ataques y lanzar granadas de todo tipo. Todo muy al uso de lo que un TPS es hoy en día. Pero es solo el principio.

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Una vez llegamos al primer piso franco se nos encargan las primeras misiones, muy sencillas de realizar. Tenemos que llegar a un punto, recuperar unos suministros que están secuestrados o salvar a unos rehénes de los bandidos que acechan toda la ciudad. Con una extensión de terreno considerable, es solo una pequeña muestra pero el rato que vamos andando ya deja claro que el mundo abierto tiene un papel relevante en el desarrollo de la aventura, nos acercamos al punto (perfectamente indicado y con guías excesivas para no perdernos, todo muy made in Ubisoft) y empezamos la batalla de turno. Los enemigos pueden mandarnos a la lona si no nos cubrimos y aparecen en un número generoso a la vez, algo que aporta desafío.

Pero aquí empiezan algunos de los problemas evidentes que tiene el juego. La IA enemiga no está para nada a la altura de lo que se debería esperar de un juego de este tipo en pleno 2016. Una IA errática, con patrones ilógicos y reacciones que rompen la inmersión del momento. Estamos disparando a lado y lado mientras aguantamos la posición contra enemigos que solo se asoman para apuntarnos a la cabeza y de golpe un par de ellos deciden salir y venir hacia nosotros en plan kamikaze, a una distancia enorme que naturalmente acabará con sus cabezas rodando por el suelo. Otros deciden cambiar de cobertura como si por programación tuvieran que hacerlo cada X tiempo, dejándose al descubierto o pasando a otra zona donde están a merced de nuestra mirilla. Otros salen, se quedan medio atontados y no disparan, esperando una muerte segura.

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¿Pasa siempre? No, no pasa siempre. Y en general tenemos unos tiroteos tremendamente satisfactorios por la intensidad y cantidad de enemigos que hay en pantalla. Cuando te vienen seis tipos armados y un par con escudos y armas blancas, lo último que tienes en la mente es detenerte a ver qué hacen, y te dedicas a disparar a diestro y siniestro, moverte, cambiar de cobertura, lanzar una granada y retroceder si hace falta. Pero esta experiencia, que es sencilla pero está bien ejecutada, va dejando por el camino detalles que afean la jugabilidad como los mencionados, con reacciones y patrones de los enemigos más que discutibles. Es algo evidente que no condena el juego, no al menos estas primeras horas, pero que cala en la experiencia. 

Una vez superado el primer tramo, y tras una cinemática que no deja indiferente, podemos decir que empieza realmente The Division. Llegamos a un refugio que tenemos que poner a punto en varios frentes, como el de seguridad o el médico. Y para eso tenemos que realizar una serie de misiones recuperando personal y recursos que son básicos. Aquí es donde se abre Nueva York por primera vez, permitiéndonos buscar misiones de todo tipo siempre vigilando que nuestro nivel de personaje sea acorde con el de la misión en cuestión (probamos una misión de nivel 7 con un personaje de nivel 5 y fue una masacre). Podremos comprar armas, accesorios y otros utensilios para mejorar nuestro soldado, pero todavía hay más.

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El concepto MMORPG se empieza a dejar ver con la presencia de decenas de jugadores que campan a sus anchas por el universo The Division, pudiendo interactuar con ellos y unirnos a partidas muy al estilo Destiny. Si queremos ir por faena, podemos escoger una misión y buscar matchmaking para que nos empareje con otros jugadores para afrontar dicha misión. La cooperación mejora la experiencia (hay misiones que no parecen hechas para jugar en solitario) y aporta la colaboración necesaria para superar hordas de enemigos que nos superan en número muchas veces. Oleada tras oleada. A todo esto, a medida que vamos subiendo de nivel desbloqueamos una serie de habilidades que nos permiten curar a compañeros, usar un escudo blindado o usar torretas de defensa. 

También tendremos el equipo para mejorar nuestras propiedades como un elemento indispensable. Todo tipo de elementos en forma de ropa y accesorios que mejoran la defensa y otras particularidades del personaje que podremos ir consiguiendo a base de loot, recogiendo y saqueando lo que dejen los enemigos (incluidas, también, piezas de carácter únicamente cosmético). Encontraremos armas, accesorios que las mejorarán o que será mejor utilizar en otras de ellas, nos faltará munición que deberemos gestionar (salvo la pistola que se recarga sola), los botiquines son claves para recuperar parte importante de la vida en medio de una batalla y en definitiva, todo se presenta como una apuesta completa y más profunda que la de un TPS al uso. Algo lógico teniendo en cuenta la naturaleza del título. ¿Pero suficiente? 

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En estas primeras horas es complicado valorar hasta donde puede llegar The Division. Por un lado tenemos 26 misiones de campaña que deberemos superar ganando nivel, consiguiendo mejor equipo y coordinándonos con amigos o con desconocidos que se unan a nosotros en el online. Tendremos cierta libertad para escoger misiones a las que vamos, participar en eventos que se suceden a nuestro alrededor y personalizar y potenciar los elementos que consideremos del árbol de habilidades. Pero The Division no es un juego que se haya concebido para jugarse como una campaña cooperativa. Quiere ser más. El loot, las recompensas y sobre todo espacios como la Dark Zone están pensados para ampliar la experiencia más allá del TPS clásico. 

Si es suficiente o no para conseguirlo solo lo sabremos con más horas de juego. De momento queda claro que la apuesta de misiones a realizar es conservadora y tiene muchos contrastes. Por un lado intensidad y adrenalina aseguradas; a ello se une un sistema de tiroteos eficaz y que responde de manera ágil y precisa; pero por otro lado tenemos una IA -también bots aliados- que falla excesivamente, y una repetición de misiones que se deja entrever en las primeras horas (defender un punto concreto del mapa lo haremos cuatro veces en dos horas de juego, por citar un ejemplo). El matchmaking parece funcionar correctamente, aunque ya hemos sufrido algunos cortes de servidores que nos han saltado y destrozado una misión a punto de terminar, algo en todo caso que probablemente se estabilizará pasados los primeros días.

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Técnicamente qué podemos decir que no se haya visto ya en los gameplays y probaturas de esta semana de parte de jugadores, prensa y demás. La discusión sobre el downgrade del juego y si era un caso Watch Dogs 2.0 ha sido uno de los temas candentes en redes sociales y foros durante estas últimas semanas, pero la realidad es que, al menos en PC, el juego luce espectacular a nivel visual. Con nuestro banco de pruebas (i7, 12 gigas de RAM y GTX 980ti) y con todo en Ultra el título brilla especialmente en exteriores con un gran lujo de detalles en ropa, iluminación o texturas. Eso sí, durante la sesión de streaming tuvimos algunas oscilaciones de framerate evidentes sin motivo aparente en ciertos momentos. A ello se añade el siempre trabajado doblaje a nuestro idioma de parte de Ubisoft y el acabado audiovisual hace que en compatibles, el juego entre también por los ojos. La pregunta es si conseguirá quedarse. No solo hasta el final de la campaña, sino también más allá. Ese es el objetivo. Y eso es lo más difícil, claro.

The Division

  • PC
  • PS4
  • XBO
  • Acción

The Division, desarrollado por Massive Entertainment y editado por Ubisoft para PCPlayStation 4 y Xbox One, es un título de acción táctica y disparos de los creadores de World in Conflict. Una aventura con fuerte componente cooperativo ambientado en un mundo devastado por una plaga. Durante un Viernes Negro una pandemia devastadora se extiende por la ciudad de Nueva York y, uno tras otro, los servicios básicos caen. En cuestión de días, sin comida ni agua, la ciudad entera se ve abocada al caos. De inmediato se activa The Division, una unidad secreta de agentes tácticos capaces de actuar de forma independiente. A pesar de llevar una vida aparentemente normal entre el resto de los ciudadanos, estos agentes están entrenados para actuar sin recibir órdenes y sin mando central, para salvar a la sociedad.

Carátula de The Division
8.5