Tearaway, Impresiones

A nadie se le escapa que las ventas de Vita podrían ser mejores en estos primeros meses -parafraseando al presidente de SCEA, Jack Tretton, no han sido ni buenas ni malas, sino "aceptables". La brillantez de su hardware y algunos tempranos ejemplos de su gran potencial -Uncharted: Golden Abyss, Wipeout o Gravity Rush, entre otros- no terminan de ser suficientes para superar la enorme competencia que hay hoy en día en el mercado portátil, donde juegos de 40 y 50 euros tienen que competir con otros de dos euros en el pujante mercado para iOS y Android. Entre los móviles por un lado y 3DS por otro, el espacio para respirar se ha hecho pequeño. Pero además hay otro problema para la portátil de Vita, uno que señaló el propio Shuhei Yoshida en esta misma Gamescom: es complicado convencer a los estudios para que apuesten por esta máquina. Los estudios occidentales en particular nunca han sido muy dados a poner sus máximos esfuerzos y recursos en el mercado portátil, así que a medida que la tecnología de estas máquinas aumenta, la cantidad de recursos que necesitan también lo hace proporcionalmente y por ello las compañías externas necesitan muy buenas razones para apostar en este campo. Si perciben que un desarrollo para iOS es más barato, exige menos recursos y tiene potencial para obtener más beneficios, su primera opción será esa.

Así que, mientras Sony trata de salvar ese escollo, sólo hay una solución para mantener el imprescindible caudal de contenido que necesita una máquina en sus inicios. Vita necesita juegos, y por tanto los primeros espadas de los estudios mundiales de SCE deben de poner su interés en la plataforma. Los mismos estudios que han “tirado del carro” con PS3 deben poner de su parte para que la brillante portátil pueda seguir resultando atractiva y uno de los primeros que ha acudido a la llamada ha sido Media Molecule. Los creadores de Little Big Planet ya trabajaban tangencialmente en la plataforma colaborando con la que será la nueva versión portátil de su juego creativo, pero este Tearaway será un desarrollo interno, creado por un núcleo de integrantes de la compañía y en el que además van a intentar extender las alas más allá de Sackboy.

A pesar de ser una licencia completamente nueva, el estudio británico ya ha conseguido crear una potente identidad visual con sus juegos, así que el trailer y las primeras imágenes de Tearaway resultan reconocibles y fáciles de asociar a Media Molecule. Sin embargo, el estilo gráfico es propio de este juego y se aleja del concepto de plataformas 2,5D y de la propia metodología de construcción del mundo de Sackboy. El mundo de este nuevo proyecto está compuesto como si todos los elementos del mismo fueran de papel, desde los paisajes al mismo protagonista. Los escenarios, ya sean verdes bosques o paisajes nevados, están formados por decenas de tiras de papel compuestas de una forma determinada para crear la ilusión del mundo que rodea al protagonista. Su comportamiento físico es también parecido al del papel, así que la sensación es la de estar jugando en una especie de diorama animado. Es un estilo muy especial y muy diferente que otros juegos que también construyen sus mundos con papel -Paper Mario por ejemplo, que apuesta más por una estética cartoon-.

Tearaway es una aventura con elementos de acción, entre cuyas influencia está el mismo The Legend of Zelda, por lo que combina momentos de combate con resolución de puzles. En él controlamos a un mensajero: Iota, que debe de entregar un mensaje muy especial, de su mundo al nuestro. Ese concepto también alimenta mucha de las mecánicas del juego, que hace un uso extensivo de los sistemas de control alternativo con los que cuenta Vita. Aquí es donde descubrimos que el hecho de que el mundo esté compuesto de papel no es sólo una elección estética, sino que también tiene implicaciones en el propio juego y en las posibilidades con las que cuenta el jugador. Por ejemplo, se pueden extender puentes desplazando el dedo sobre tiras enrolladas de papel para extenderlas y que Iota pueda pasar. Tocando la parte trasera de Vita es posible crear terremotos y hacer que los enemigos caigan, mientras que una presión más agresiva hará que unos dedos gigantes aparezcan en el mundo para acabar directamente con los enemigos, como si nuestros propios dedos atravesarán y rompieran el papel.

Hay otras interacciones, tales como desatar tormentas soplando al micrófono, mover la consola para derribar enemigos -asegurándose antes de que Iota esté protegido si no quieres ver como se cae también-, usar la cámara para capturar texturas.. Son los elementos más superficiales que se han mostrado en el trailer, pero desde Media Molecule aseguran que tienen muchas más ideas debajo de la manga y que serán claves para avanzar por los puzles, pruebas y combates que tendrá que librar el protagonista, incluyendo grandes jefes finales. La estructura será la propia de una aventura, con un gran mundo que explorar, poblados, NPCs y misiones de todo tipo que acercarán a nuestro héroe el poder cumplir su objetivo, hacernos llegar un mensaje “muy especial” que parece que será único para cada jugador, aunque el estudio se guarda los detalles sobre ese punto.

Tearaway comparte muchas cosas con uno de los mejores títulos del catálogo de Vita: Gravity Rush. Un nombre propio, que no está basado en ninguna licencia; estéticamente diferente y único, aprovechando la potencia del hardware de la máquina para crear un mundo abierto rico en detalles, visualmente destacable; y un uso extensivo de los controles alternativos de la portátil, creando un tipo de experiencia diferente que no se limita al uso de botones y sticks. Tearaway fue uno de los pilares sobre el que se sustentó la notable conferencia de Sony en esta Gamescom, con tres títulos completamente nuevos por parte de los estudios internos de SCE, y es también motivo para el optimismo con respecto a Vita. Si Sony consigue equilibrar sus estudios para que trabajen tanto en consolas de mesa como en la portátil, esta tendrá una base para seguir atrayendo público y para que los que ya han invertido en ella tengan motivos para mirar su futuro con esperanza. Por ahora es sólo una promesa, pero sobre el papel es exactamente la clase de promesas que necesita Vita para contar con identidad y catálogo propio, la clase de títulos que los seguidores de la portátil están demandando.