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Y PSN volvió a caerse

El servicio online de Sony volvió a sufrir en las vacaciones navideñas como ha pasado en los últimos tiempos y estuvo inoperativo durante varias horas. ¿Mantenimiento? ¿Ataque? Lo cierto es que pasan los meses y el salto de Plus obligatorio para jugar online sigue sin estar a la altura de lo que el cambio supuso.

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Corría el mes de junio de 2013. Sony ampliaba detalles e informaciones sobre lo que debía ser Playstation 4, anunciada en el mes de febrero en el Playstation Meeting. Lo hacía, además, conocedor de lo que Microsoft quería lanzar con Xbox One. Y aprovechó para poner la directa. La presentación de la nueva consola de la compañía japonesa no era solo una muestra de la sucesora de Playstation 3, era también una manera de atacar de manera frontal un modelo de Xbox One que había generado controversia y críticas a partes iguales. El 4 the Players tenía toda la fuerza y razón de ser.

Pero durante la presentación pareció leerse, porque no se especificó ni se detalló, que Playstation Plus pasaba a ser obligatorio para jugar on-line. Empezaron a recopilarse pantallazos del panel donde ponía exactamente eso. No había confirmación oficial y se dijo de todo. Posteriormente Shuhei Yoshida confirmó que la decisión se había tomado porque no podían mantener activos ciertos servicios con el modelo gratuito de PS3.

Muchos pensamos, y me incluyo, que si eso mejoraba exponencialmente el servicio visto en la anterior consola sobremesa de Sony, bienvenido era. El debate sobre el online de pago o gratuito da para otro artículo, pero la realidad a día de hoy en consolas sobremesa es que ha sido el servicio de pago de Xbox Live en Xbox 360 el que mejores resultados ha dado en términos generales. El de PS3 no convencía por falta de funcionalidades y rendimiento, y otros gratuitos como el de Nintendo todavía está lejos de lo esperable (aunque cabe recalcar que algunas decisiones no tienen nada que ver con que sea o no de pago, sino simplemente en la cabezonería de dicha compañía en ciertos aspectos). En consolas, este ha sido el panorama. Que lo suyo sería exigir lo mejor y además gratuito no lo niego (naturalmente), pero aquí me centro en lo que nos han ofrecido las consolas de sobremesa.

Y es que el resultado dos años después de un online de pago en Sony no está siendo el esperado. En estos dos años hemos seguido teniendo parones para mantenimiento (se podía pensar que esto desaparecería con el cambio de modelo), hemos sufrido muchas más caídas del servicio de las esperables y se ha visto como el modelo de juegos gratuitos con Plus ha bajado el nivel considerablemente. La falta de algunas funcionalidades menores (por ejemplo, no poder jugar en modo invisible) también resta.

Y en 2016,  PSN volvió a caerse. El día antes de la Noche de Reyes. El servicio estuvo inoperativo totalmente durante tres horas de la noche del 4 de enero. Ni jugar online, ni comprar ni tampoco usar otras de las utilidades en línea que tiene PSN disponibles. Por desgracia, es algo que se va estableciendo como tradicional en esta época de festividades, y la sensación es que cuesta justificar el paso al modelo de pago para jugar online –es importante reiterar, porque no fue baladí, que se fraguó el cambio de modelo sin mencionarse durante la presentación de la nueva consola-.

¿Hay ataques inevitables aunque tengas la mejor infraestructura del mundo? . ¿Se puede exigir más a Sony con su servicio online de pago? También. Una cosa no quita la otra. Porque al final, estar una noche sin jugar no es ningún drama (hay otras consolas, otros entretenimientos, juegos solo offline), pero sí es más preocupante la esencia de todo esto: pagar para que el día X que quieras jugar… tal vez no puedas. Y tan o más preocupante que esto está la posición de algunos usuarios (que pagan) quitando hierro al asunto.

Todo esto nos lleva, además, a otro escenario. Xbox Live tampoco se ha librado de caídas y ataques de hackers (sonado fue el de las Navidades pasadas con Kim Dot Com negociando con Lizard Squad para que levantaran el ataque); y no hace mucho tuvimos la caída de Steam con un problema de caché. El debate del peso creciente de todo lo digital y la necesidad de estar online para muchas de las funciones (aunque no nos guste, el modelo original que se presentó de Xbox One está más presente de lo que nos pensamos en todas las plataformas) vuelve a estar en primera línea. Tiene difícil solución, pero queda claro que como consumidores (de cualquiera de las plataformas) no podemos conformarnos con que se nos diga que 'hoy' no podrás jugar a lo que quieres (aunque hayas pagado por ello) y es lo que hay… sin más. Aceptar eso sin quejarse ni reivindicar lo que es nuestro solo lleva a un camino: poco nos pasa. Y en realidad, ya pasa demasiado. Y demasiado a menudo.