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Starcraft II: Legacy of the Void

El pasado martes 10 de noviembre llegó a nuestras manos el tercer y último capítulo de Starcraft II, llamado Legacy of the Void, que nos ofrece, en esta ocasión, una campaña centrada en los Protoss y sus ansias de unirse y recuperar su hogar mientras combaten a un nuevo enemigo. Os contamos nuestrar primeras impresiones con el desarrollo de la misma. Por Aiur.

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El 27 de julio del ya lejano 2010 fue una fecha marcada en el calendario por los aficionados a la estrategia por el retorno de Starcraft gracias a Starcraft II: Wings of Liberty, el que sería el primer episodio de esta peculiar trilogía más de 11 años después del lanzamiento de Brood War. Al principio, la decisión de Blizzard de convertir esta segunda entrega en una trilogía con un capítulo dedicado a cada facción caso algo de revuelo en la comunidad pero ahora, 5 años después y con las primeras horas con su última entrega, Legacy of the Void, que nos llegó el 10 de noviembre a nuestros ordenadores, podemos decir que ha sido todo un acierto por parte de la compañía estadounidense.

Durante los últimos años hemos vivido la historia del conflicto Terran, su peculiar guerra civil, las aventuras y desventuras del Comandante Raynor en su particular cruzada y sus conflictos e indecisiones en busca de su vieja amada convertida en un Zerg, Kerrigan, la Reina de Espadas, protagonista principal del segundo capítulo de la trilogía, Heart of the Swarm, que se centraba en la particular venganza contra el Emperador Arcturus Mengsk,  descubriendo para ello los entresijos de su nueva raza y proclamándose una vez más, la dueña y señora de El Enjambre.

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Y ahora toca el turno de descubrir la historia de los Protoss, una de las razas que más adeptos tiene dentro de este peculiar universo que lucha para recuperar su viejo hogar, Aiur, mientras descubre a un nuevo enemigo, Amón, una entidad maligna líder de los Tal’darim, una perversa mezcla entre Zerg y Protoss que invade el universo y que puede conducirlo a su fin en esta última entrega de la saga.

Un resumen de todo lo acontecido hasta el momento lo podremos ver en un extenso vídeo que se nos muestra en el panel de control antes de empezar el prólogo de tres capítulos con el que cuenta esta campaña (que sirve para hilar los  hechos entre la segunda y la tercera entrega) o antes de comenzar con la campaña en sí, para que aquellos que todavía no se hayan aventurado en el resto de las aventuras de Starcraft (recordemos que esta entrega puede comprarse como un juego único a diferencia de las dos primeras) puedan conocer de primera mano toda la carga histórica o que servirá, simplemente, para refrescar la memoria a todos aquellos que lleven sin tocar el juego un par de años.

Como es lógico, ni en este primer acercamiento ni en nuestro análisis final os vamos a revelar lo que se nos cuenta en las diferente misiones de esta campaña, pero si diremos que, tras completar una buena parte de las 19 misiones (más las que compongan el epílogo) que tiene la  misma, podemos aseguraros que os enganchará prácticamente desde la primera misión, con giros argumentales poco esperados, con sucesos insólitos y, lo que es mejor aún, viendo como todo lo que se nos ha ido contando en las anteriores entregas cobra sentido, disfrutando aún más de la complejidad de la trama si os molestasteis en jugar esas misiones secundarias Protoss que pudimos ver en la primera entrega de Starcraft II.

En estas primeras misiones también hemos podido comprobar cómo se mezclan algunos conceptos, a nivel de los menús previos a las diferentes misiones, de las dos primeras entregas, con el Puente de Mando de la Lanza de Adún, la poderosa nave en la que viajaremos entre los diferentes planetas, cada uno con su propio “arco argumental” o misiones. En la nave también tendremos disponible un Consejo de Guerra, en el que escogeremos la facción de los diferentes tipos de unidades y el Núcleo Solar, en el que mejoraremos la Lanza de Adún para obtener diferentes beneficios en el campo de batalla.

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En cuanto a las primeras misiones, hemos visto como se combinan de forma eficaz diferentes objetivos, dando mucha variedad a cada uno de los escenarios de la campaña, algo que lleva haciendo y mejorando Blizzard con esta trilogía desde el primer capítulo y que parece alcanzar su punto cúspide en este, combinando dentro de una misma misión la gestión de ejércitos con misiones de héroes o pequeñas milicias u otros objetivos más dinámicos que le dan un aire fresco que no siempre es fácil de alcanzar en un juego de estrategia.

En estas primeras rencillas también se nos presentan los diferentes tipos de unidades, tanto viejas como nuevas, además de poder ver como Blizzard ha querido potenciar las habilidades activas únicas de cada unidad, complicando relativamente su manejo, pero pudiendo sacar provecho de las mismas con mayor libertad dentro de nuestras particulares guerras, así como también hemos notado un ritmo algo más rápido en las diferentes batallas, acercándose a los tiempos habituales del modo multijugador, quizás para intentar acortar el gran salto que los jugadores poco familiarizados con el modo online sufren cuando acaban la campaña y quieren intentar sumergirse en esta faceta del juego.

También hemos notado algunos avances a nivel técnico en el juego, con diferentes mejoras tanto en los sonidos en general como, sobre todo, en los efectos de ambientación de los mapas, como en algunos efectos gráficos de las habilidades de las tropas, amén de unos escenarios más trabajados en cuanto a texturas o efectos especiales climatológicos, así como una sustancial mejora en la calidad de las cinemáticas, que se enlazan mejor que nunca incluso con el desarrollo de los diferentes mapas.

Aún nos quedan muchas cosas por explorar de Legacy of the Void. Su modo multijugador, con sus cambios y sus nuevas unidades o las competiciones diarias, el Modo Arconte o las Misiones Cooperativas pero, en lo que a la campaña respecta, nuestras primeras horas con la misma no han defraudado, enganchándonos desde un primer momento tanto en lo que a la trama se refiere como en las mecánicas jugables, que vuelven a ser frescas y divertidas atrayendo, en conjunto con la trama argumental, incluso a aquellos que no sean devotos de los juegos de estrategia. Estad muy atentos durante los próximos días a MeriStation ya que, una vez probemos en profundidad todos y cada uno de los modos de juegos de Legacy of the Void publicaremos nuestro análisis del final de la trilogía de Starcraft II.  

StarCraft II: Legacy of the Void

  • PC
  • Estrategia

StarCraft II: Legacy of the Void es el último capítulo de StarCraft II y centrará su modo campaña en los Protoss y especialmente en su héroe Zeratul.

Carátula de StarCraft II: Legacy of the Void
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