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SNES Mini: 30 videojuegos que debería tener

Viendo que los rumores sobre SNES Mini tienen cada vez más peso, echamos un vistazo al catálogo de esta consola para hacer una selección con algunos de los juegos que se podrían incluir.

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Con NES Mini ya en la casa de muchos, o al menos de aquellos que no tuvieron problemas para encontrarla, es inevitable echar la vista adelante y empezar a plantearnos qué juegos podrían formar parte de la hipotética SNES Mini. La particular forma de nombrarla (“Nintendo Classic Mini: Nintendo Entertainment System”) ya apuntaba a que NES podía ser el primer lanzamiento de una serie mayor. Si a esto añadimos que las ventas han acompañado, y la aparición de una patente con la imagen del mando de SNES la semana pasada, los rumores no han hecho más que coger fuerza en los últimos tiempos.

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Así que aun a falta de confirmación oficial, no es mal momento para recordar qué dio de sí la 16-bits de Nintendo y teorizar sobre los juegos que nos gustaría o esperamos ver en esta revisión/relanzamiento. El catálogo de SNES no es uno precisamente pequeño, y hagamos lo que hagamos siempre habrá ausencias notables, pero hemos intentado recoger una selección variada que haga justicia a una de las consolas más emblemáticas de la historia. Por supuesto, sentíos libres de añadir también vuestras sugerencias en los comentarios. A fin de cuentas, gran parte de la gracia de esta clase de selecciones reside en el proceso de saltar varios años hacia atrás para recordar los juegos que más nos han marcado y nos gustaría revisitar.

Axelay

En una época en la que los shoot 'em ups consoleros tendían a ser versiones rebajadas de sus arcades homónimos, Konami se desmarcó creando Axelay específicamente para SNES. Esto no sólo se tradujo en uno de los shmups que mejor aprovecharon las capacidades técnicas de la máquina (con vistosos niveles que alternan entre scroll horizontal y el vertical), sino también en una dificultad más suave, apropiada para disfrutar en casa en vez de metiendo monedas a una recreativa.

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Chrono Trigger

Producto de un Dream Team de expertos en JRPGs, Chrono Trigger sigue siendo uno de los cúlmenes del género dos décadas después de su estreno. Su sistema de combate es fácil de entender y da pie a experimentar; la ausencia de combates aleatorios agiliza la exploración; la duración está muy ajustada para incentivar el rejugado y sacar diferentes finales; y tanto el apartado artístico como la banda sonora ponen el broche de oro al conjunto. Aunque Square volviese atrás en el tiempo, no lograría hacerlo mejor.

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Contra III: The Alien Wars

Después de tener un buen aperitivo en forma de Super C para NES Mini, el siguiente paso lógico es saltar a The Alien Wars, secuela que potencia el frenetismo de los primeros Contra. Más variado, más bonito y más ruidoso, es justo lo que cabría esperar de la saga en 16-bits. Mantiene el tipo porque sabe aprovechar su relativa simpleza para mantener la intensidad siempre en el punto más alto posible.

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Demon's Crest

La tercera entrega de la saga Gargoyle's Quest, que a su vez nació como spin-off de Ghosts 'n Goblins, es uno de los juegos más interesantes y mejor ambientados de todo el catálogo de SNES. Aunque corta y difícil, la aventura de esta gárgola destaca por un desarrollo con cierta libertad, transformaciones para adaptarse a diferentes condiciones y un apartado audiovisual de auténtico lujo para la época.

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Donkey Kong Country

Tras varios años asociado a arcades de una sola pantalla, la tarea de renovar Donkey Kong para una nueva generación de jugadores cayó en Rare. El estudio británico empujó los límites de SNES con gráficos pre-renderizados que imitaban modelos en 3D, y aunque quizá no alcanzó el grado de pulido de Mario, su originalidad, aspecto visual y banda sonora convirtieron a DKC en uno de los mayores pelotazos de la consola.

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Donkey Kong Country 2: Diddy's Kong Quest

Aunque por norma hemos preferido no repetir sagas en la lista para ofrecer más variedad, ninguna selección de SNES estaría completa sin Diddy's Kong Quest (incluso aunque eso implicase quitar al primer DKC). Es el paradigma de secuela perfecta: más grande, más vistosa, con más mecánicas, mejor control, mejor ambientación y un largo etcétera. Es un clásico que, como tantos otros de su día, requiere bastante pericia, pero a cambio nos recompensa con una de las mejores experiencias plataformeras.

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Dragon Ball Z: Hyper Dimension

Tras la decepción por el raquítico Butoden 3, Bandai publicó uno de los mejores Dragon Ball en 2D, vigente aún hoy día. Fue el primero de la saga con combos y juggles, centrando la acción cuerpo a cuerpo como si de un juego de lucha más tradicional se tratara. Con gráficos de escándalo, una plantilla de luchadores tan ajustada como llena de imprescindibles y animaciones fieles al anime, Hyper Dimension es el Dragon Ball más profundo en SNES en lo que sistema de combate se refiere.

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EarthBound

Aunque en la lista hay más JRPGs de los que quizá sería lógico añadir, puesto que están en inglés y por lo general aún es un género bastante minoritario, cuesta descartar cualquiera de ellos porque todos ofrecen algo que los demás no. EarthBound, por ejemplo, hace de lo ordinario algo extraordinario al escapar de la fantasía típica y construir una aventura delirante en las calles de urbanizaciones modernas, donde el juego alterna entre el humor y la reflexión con un muy buen pulso en el guión.

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Final Fantasy VI

Hablando de JRPGs, aquí tenemos otra de las joyas de la corona. Renombrado como III en América (versión que seguramente recibiríamos con SNES Mini), fue la culminación de la saga en 2D. Con un reparto coral que lleva la trama en varias direcciones, buen equilibrio entre momentos divertidos y dramáticos, uno de los villanos más memorables, y un refinamiento del sistema de combate propuesto por IV años antes (con barras de tiempo marcando los turnos) este clásico es una parada obligada para los fans del género.

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Final Fight 3

Ninguna selección 16-bitera estaría completa sin un beat 'em up con el que recorrer calles y repartir mamporros junto a otro jugador. Heredero de Double Dragon, un curioso paralelismo es que la primera entrega volvió a carecer de multijugador, por lo que cualquiera de sus secuelas sería preferible para un recopilatorio. Final Fight 3 en concreto dispone de un abanico más amplio de movimientos y la opción de jugar acompañados por la CPU si no tenemos un amigo cerca.

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Flashback

Desde que el primer Prince of Persia intentara llevar la narrativa de los videojuegos por otros derroteros a finales de los ochenta, juegos como Another World o el presente Flashback recogieron su testigo con bastante éxito. A simple vista la obra de la extinta Delphine Software puede parecer el típico plataformas de scroll lateral, pero el trabajo con el control, las animaciones y la puesta en escena lo convierten en una especie de aventura cinematográfica que rompe con las tendencias de su época.

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F-Zero

Tras pasar de puntillas por el género de la velocidad en NES, en SNES Nintendo empezó a sacar la artillería pesada para lucir el Modo 7, un sistema de escalado gráfico que buscaba sensación de 3D en los circuitos. Uno de los encargados de mostrarlo fue F-Zero, título de lanzamiento que planteaba carreras futuristas a gran velocidad. Dista de ser el que mejor ha envejecido, pero es un pedacito de historia, su uso del color resulta llamativo, y sus melodías se cuentan entre las más pegadizas de la consola.

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Gradius III

Aunque Axelay ofrece una buena dosis de mata-mata, tampoco sobra hacerle un hueco a la tercera parte de Gradius, saga que ayudó a definir el género y cuya entrega original ya recibimos en NES Mini. Aparte de la visible mejoría gráfica y la mayor variedad respecto a su antecesor, Gradius III añade un arsenal más amplio y configurable. Además, aunque sufrió algunos recortes respecto al arcade en el que se basa, también tiene añadidos propios, un jefe nuevo y una dificultad mejor ajustada.

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Kirby's Dream Land 3

Aunque Kirby Super Star pueda ser una sugerencia tan o más obvia por recopilar minijuegos y remakes, Dream Land 3 propone la clase de cohesión por la que quizá prefiera apostar Nintendo para esta clase de selección, más en la línea del Kirby's Adventure que ya vimos en NES Mini. Como sucesor de las entregas de Game Boy no reinventa la rueda, pero hace un buen trabajo ofreciendo más de lo mismo con una capa de pintura más agradable a la vista.

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Mega Man X

Tras la saturación del Mega Man clásico en NES, con seis entregas repartidas a lo largo de seis años, Capcom decidió reinventar un poco la saga antes de pasar al séptimo. El resultado fue X, un reboot con nuevos personajes, nuevos movimientos y una pizca más de exploración. Al igual que la serie de NES, el juego fue un éxito y espoleó varias secuelas, aunque la primera todavía tiene nivel de sobra como para formar parte de la colección sin necesidad de recurrir a sus sucesores.

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Puzzle Bobble

Aunque en NES Mini tuvimos la oportunidad de jugar con los dinosaurios Bub y Bob en el arcade plataformero Bubble Bobble, aquí pueden llenar el hueco de los puzles con su juego más popular. Lanzar burbujas hacia grupos del mismo color para crear cadenas y explotarlas hace de Puzzle Bobble (Bust-A-Move en América) un título tan simple como adictivo. La presencia de multijugador ratifica aún más su valor para el catálogo, ya que es el juego ideal para descansar entre otros de mayor profundidad.

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Secret of Mana

Otro JRPG difícil de obviar porque también hace las cosas a su manera. Es de los pocos de su época en los que Square apostó por combate en tiempo real, quedando a medio camino entre un Final Fantasy y un Zelda. Aunque más interesante, con vistas ya al multijugador de SNES Mini, es la posibilidad de disfrutarlo con otra persona al lado. Entre eso y la maña habitual con el apartado audiovisual de la compañía, Secret of Mana es un juego al que cuesta decir que no.

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Star Fox

Al igual que Pilotwings, clásico que a nuestro pesar hemos descartado, ya no es fácil sumergirse en Star Fox (Starwing en Europa) si no se tiene un aprecio previo. Dio el pistoletazo de salida a una saga emblemática, y en su día fue una demostración de poder con sus primitivos gráficos poligonales, pero hemos dejado muy atrás el punto en el que eso impresionaba. Por otro lado, las rejugabilidad de sus rutas, la icónica banda sonora y su atípico reparto de personajes siguen ahí, por lo que todavía conserva cierto encanto.

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Super Castlevania IV

En NES Mini ya vimos cómo se las gastaba la saga de Konami, y aunque fue una pequeña decepción perderse la tercera entrega, recibir ahora la cuarta sería un buen gesto para resarcirse. Super Castlevania IV eleva la fórmula al siguiente nivel gracias gráficos más detallados, controles más precisos, ataques hacia más direcciones, el uso del látigo cual liana para el plataformeo, y varios momentos en los que el Modo 7 crea efectos resultones en los escenarios. Un clásico con mayúsculas.

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Super Ghouls 'n Ghosts

Viendo que Nintendo y Capcom decidieron incluir Ghost 'n Goblins en NES Mini a pesar de ser un port mejorable del arcade, Super Ghouls 'n Ghosts no debería faltar de ningún modo. Creado ya con SNES en mente, esta secuela funciona mucho mejor, aprovecha al máximo el salto generacional y ofrece una dificultad más medida. Que nadie se engañe: sigue siendo endiabladamente difícil, imposible de superar sin gran pericia (o save states). Pero desde luego es más agradable para coger y jugar que su antecesor.

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Super Mario Kart

Lanzado tiempo después de F-Zero, Super Mario Kart fue otro juego de velocidad destinado a lucir el Modo 7 y mostrar la competencia de Nintendo con el género. Su éxito es de sobra conocido, a lo que ayudó tanto la presencia de personajes del universo Mario como el uso de objetos para crear caos en las carreras. Lo bien que ha envejecido y mantiene el tipo frente a las entregas 3D es algo abierto a debate, pero su mérito para entrar en la colección y echar unas cuantas partidas más está fuera de toda duda.

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Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars

El último JRPG de la lista también viene de la mano de Mario. Nacido de una insólita unión entre Nintendo y Square, Super Mario RPG combina la simpatía y la accesibilidad del Reino Champiñón con combates y mecánicas más propias de un Final Fantasy. El resultado funciona bien a esos dos niveles, y a pesar que desde entonces hemos recibido un puñado de geniales obras roleras con el fontanero como protagonista, no tiene rival en ese tono de cuento de hadas que aún hoy es capaz de transmitir.

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Super Mario World

Pero por más que experimente con otros géneros, Mario siempre será el héroe plataformero por antonomasia. World tomó el relevo de Bros 3, unificó sus mundos en uno más grande, lo llenó de secretos y añadió múltiples novedades como Yoshi, la capa o las mansiones fantasma. Con un control y un diseño de niveles a la altura de las circunstancias, resulta una delicia volver una y otra vez, razón por la cual su nombre es uno de los primeros que nos vienen a la cabeza cuando hablamos de SNES.

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Super Mario World 2: Yoshi's Island

A diferencia del caso Bros/Bros 3, donde Nintendo amplió usando la misma fórmula, después de World Mario se llevó hacia una dirección en la que dejó de ser Mario. Yoshi se convirtió en el protagonista, apoyándose más en la exploración y búsqueda de objetos que en la habilidad con el plataformeo. Un giro hacia el collectathon que vino de la mano de un diseño artístico exquisito, mucho más elaborado que el de su antecesor, y que en pleno 2016 lo sigue alzando como uno de los juegos 2D más preciosistas.

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Super Metroid

Otra obra esencial, que experimentó una enorme mejoría con el cambio generacional. El gusto por los pequeños detalles, la variedad de ambientaciones, la sensación de soledad en un planeta inhóspito, los retoques y añadidos al manejo de Samus, el mapa, los jefes... Super Metroid fue el ejemplo perfecto de lo que aportaba el salto de los 8 a los 16-bits, e incluso en la actualidad también sigue siendo una de las mejores muestras de lo que puede dar de sí el género metroidvania cuando hay ganas y talento detrás.

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Super Punch-Out!!

Menos grabado en la memoria colectiva que su antecesor de NES, Super Punch-Out!! también es un gran juego de boxeo que de hecho bebe más de la recreativa original que precedió a ambos. Little Mac desaparece para dar paso a un nuevo boxeador, de tamaño más acorde a sus rivales, y que se transparenta para dejarnos seguir la acción. A grandes rasgos la base jugable es la misma (esquiva, lee los movimientos del contrincante y golpea cuando debas), pero hay pequeños ajustes que cambian bastante la experiencia.

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Super Street Fighter II

Pocos juegos pueden alardear de haber cambiado todo un género del mismo modo en el que Street Fighter II hizo con la lucha. Aquí la cuestión ya no es si merece estar en la lista, que se da por sentado, si no qué versión. Aunque no hay una respuesta definitiva, esta adaptación de The New Challengers cuenta con cuatro luchadores nuevos respecto a The World Warrior y Turbo, lo que lo convierte en el más completo de SNES (aunque a cambio pierda parte de la velocidad de Turbo).

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Teenage Mutant Ninja Turtles IV: Turtles in Time

Si SNES Mini es una consola dedicada a evocar los noventa debería tener su ración de Tortugas Ninja. Esta versión del arcade es un gran port, que además añade nuevo contenido y se presenta como una opción ideal para jugar a dobles. No es de los beat 'em up más desafiantes, pero eso no resta méritos a su buena presentación, la variedad de situaciones, el curioso uso del Modo 7 para lanzar enemigos a la pantalla, y los viajes en el tiempo que le dan título.

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The Legend of the Mystical Ninja

A pesar de ser una de las sagas más prolíficas de Konami, rara vez tenemos la ocasión de hablar de Goemon. Fuertemente arraigada en el folclore japonés, la mayoría de sus entregas no salieron de allí, aunque por suerte hay excepciones como The Legend of the Mystical Ninja. El juego es una alocada combinación de acción, exploración, plataformeo y algunos minijuegos, que fuerza quizá un poco con la dificultad, pero en líneas generales resulta tan divertido para jugar como bonito para mirar.

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The Legend of Zelda: A Link to the Past

Como Super Metroid, este Zelda se sirvió de las bases de la entrega original de NES y levantó encima un juego más grande, detallado, agradable de jugar y mejor diseñado, estableciendo un nuevo estándar que muchos juegos modernos todavía siguen mirando. Desde la escala de sus grandes mundos paralelos hasta los pequeños rincones de sus numerosas mazmorras, pasando por los jefes que nos ponen a prueba, y las melodías que nos acompañan durante el viaje, A Link to the Past es la definición misma de épica 16-bitera.

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