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Posguerra

La capitulación de HD-DVD termina con nuestros problemas de elección y "sólo" deja como damnificados a los menos de un millón de usuarios que sí han apostado por este formato. Mientras, Blu-ray tiene el camino despejado. Punto y... ¿final?

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Nunca hubiera creído posible sentirme apenado por el final de una guerra. Así es como me siento desde que el pasado día diecinueve Toshiba tirara la toalla. Se acabaron las dudas. Tenemos ganador. En los próximos meses, años, los usuarios podrán pedir un reproductor HD sin tener que atender a explicaciones sobre las alternativas. La mayoría de nuestros consumidores comprará sin siquiera saber de la existencia de la denominada 'Guerra de los formatos'. Es más, ni siquiera habrán oído hablar del HD DVD. Quizá tan sólo gracias a los informativos que anunciaron su muerte, rodeándola de las imprecisiones propias de plantear una noticia como 'curiosidad', tal y como ocurre siempre que se habla de tecnología.

En cierto modo lo lamento por estos usuarios que han dejado pasar la oportunidad de ser espectadores de una pugna como nunca antes se había planteado. Una lucha a nivel global en la que han tenido que tomar partido actores de todo tipo; multinacionales de electrónica, fabricantes de hardware, productoras de contenidos audiovisuales, programadores de videojuegos, distribuidoras y grandes superficies; en resumidas cuentas, toda la industria del ocio… y todo bajo la mirada más o menos atenta de un usuario que, esta vez sí, ha sido juez y verdugo. En juego, miles de millones de dólares, ya sean beneficios o pérdidas, en una balanza que bien podía desequilibrarse por las declaraciones de un director de cine o por la publicación en algún foro anónimo de una supuesta brecha en la seguridad anticopia.

Porque yo sí que he disfrutado. Me declaro 'adicto' a la guerra de formatos. He seguido día a día cada noticia, cada movimiento de uno y otro bando hasta llegar a este desenlace. Han sido cuatro años apasionantes y ahora, una vez que la suerte está echada, lo voy a echar en falta.

Pero no todo está perdido. Además de que a esta guerra todavía le faltan muchos cabos sueltos para considerarse terminada, opino que, más que una guerra, lo que se acaba de decidir es una simple batalla. Platón ya dijo 'Sólo los muertos ven el final de la guerra'. En nuestro caso, sólo el HD DVD está seguro de su futuro. Al Blu-ray aún le quedan otras batallas por librar…

Pero primero hablemos de los muertos. Resulta sorprendente la rapidez con que se ha pasado a considerar cualquier producto HD DVD como totalmente obsoleto. Es indudable que los que han elegido este formato han cometido un error pero, quizá intentando ofrecer algo de consuelo a estos usuarios, les invitaría a valorar su situación como realmente es; cuentan con un excelente y totalmente funcional reproductor HD soportado con algo más de 400 títulos, incluyendo tanto clásicos como últimos estrenos, y que escala a 1080p los títulos en DVD, que siguen siendo los más numerosos. Es de esperar que puedan adquirir nuevos HD DVD a un precio bastante inferior a medida que se eliminan los stocks y ya existe una nutrida comunidad dedicada al intercambio y reventa de títulos.  Tampoco deberían olvidar que sí es posible hacer copias de seguridad de los HD DVD y grabarlos den BD-R. Y no tan lejos como parece, podrán comprar un reproductor Blu-ray por debajo de los 200€, con lo que la desgracia no es tal.

No opinan lo mismo las asociaciones de consumidores que invitan a los usuarios de HD DVD a reclamar compensaciones o la devolución de su dinero. Desde mi punto de vista todo aquel que optó por la compra de este formato o lo hizo como una apuesta consciente o erró en base a su desinformación o a la de la persona que se lo vendió. Por otro lado Toshiba confirma, como no puede ser de otro modo, el soporte técnico de sus productos en los mismos términos que lo ofrecería si mantuviese la producción. El hecho de que el formato se quede sin nuevos contenidos, lo que ocurrirá no antes del uno de junio, depende de las productoras, no de los fabricantes del hardware. Dudo mucho que este tipo de reclamaciones salgan adelante, al menos en España.

Puntualizo lo de España no sólo por lo sangrante que resulta ver aún en nuestras estanterías "caros" reproductores HD DVD y películas a sus 'correspondientes' 29,90 €, sino porque en otros países el fracaso de este formato no ha sido tan traumático como para que Toshiba y su grupo se puedan plantear cualquier tipo de compensación general. Principalmente porque ellos han pagado menos tanto por el reproductor como por los títulos y además se han visto beneficiados con campañas que llegan al extremo en Japón, donde alguna distribuidora está cambiando de propia iniciativa los HD DVD que ha vendido por equivalentes Blu-ray, devolviendo la diferencia en caso de sea favorable al producto devuelto. Más "viable" resulta la posición de otros distribuidores norteamericanos que aplican importantes descuentos en la compra de un Blu-ray al entregar 'tu viejo HD DVD'. Es más, yo nunca me había planteado seriamente la compra de un HD DVD hasta ahora. La razón es que por lo que me cuestan aquí tres películas en BD, puedo comprarme en EEUU las mismas películas HD DVD y además su reproductor. Nombres como Amazon y Best Buy están "tirando" literalmente los discos HD DVD vendiéndolos por debajo de los 8€ y hay ofertas en las que por 62€ obtienes un HD DVD Toshiba y siete películas a elegir.

Y esto me lleva a hablar de la situación en la que queda el supuesto ganador; Blu-ray. Efectivamente ha acabado con su competencia en forma de reproductor de sobremesa, pero aún le queda mucho para poder coronarse como triunfador absoluto en contenidos de Alta Definición. Sony estima la vida de su nuevo formato entre los 10 y los 15 años, aunque ya se empiezan a vislumbrar posibles sucesores basados en tecnologías que aún nos suenan demasiado a ciencia ficción (soporte holográfico, nitrato de galio…), sin embargo soy de la opinión de que el sucesor de Blu-ray no está por venir, sino que ya está aquí.

Blu-ray cuenta con varios hándicaps  importantes, pero el principal de ellos es su precio de venta, excesivo a causa del gravamen que suponen sus gastos de producción y distribución. Sacando al mercado películas a 30 € va a resultar imposible convertir los BD en un producto de consumo masivo, algo que tampoco han logrado ni los DVD, ni los CD. ¿Qué es lo que sí se ha convertido en todo un éxito de consumo? La música MP3 y el vídeo divx, ambos formatos ofrecen una inmediatez total y un precio que puede ser muy ajustado gracias a que no requieren de forma inevitable un soporte de grabación,  ni ocasionan gastos de transporte o distribución. Seguro que cuando he hecho esta afirmación la mayoría habrá pensado en los programas P2P, pero esa distribución 'ilegal' no es más que la cabeza de lanza de lo que será la futura distribución de contenidos digitales. Ya es posible descargar bajo demanda vídeos en 1080p desde iTunes o se van extendiendo opciones "streaming" como TVTonic. Su éxito es aún escaso por su precio, sobre todo cuando lo comparamos con la gratuidad de la copia del 'burrito' pero, al contrario que el contenido en BD, los contenidos digitales a través de la Red cuentan con mucho margen de abaratamiento. Su precio está condenado a bajar de igual modo que es segura la mejora en la velocidad de las comunicaciones y la aparición de nuevos proveedores de contenidos que generen la tan saludable competencia.

Así que seguiré con mi adicción. La guerra no ha terminado. Es más, ahora se acerca a un escenario con el que he soñado desde hace más de una década; la disponibilidad inmediata de contenidos a través de la Red. A día de hoy no dudo que a no tardar mucho me sentaré en mi sofá y pensaré qué me apetece ver u oír. Ya sea un estreno o un clásico, lo reclamaré vía Web, cargaré el importe a mi cuenta (aquí fantaseo aún más y me imagino un pago de uno o dos euros) y disfrutaré de él. El tiempo que tardemos en llegar a ese punto marcará lo efímero o no de la victoria de Blu-ray.