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Por favor, sean claros

Ayer vimos al penúltimo episodio de caos relacionado con una exclusiva, la de Rise of Tomb Raider para Xbox. Pero parte de la polémica y las discusiones vienen por el uso absurdo actual de la palabra "exclusivo" en el mundo del videojuego.

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El juego de las exclusividades llegó ayer a un nuevo nivel de absurdo, en lo que dice mucho del nivel de tontuna que ha alcanzado la industria del videojuego en el arte de confundir al personal. Para sorpresa de todos, ayer en la conferencia de Microsoft se anunció que The Rise of Tomb Raider sería exclusivo de Xbox. No que tendría contenido exclusivo, o que saldría antes, o que tendría expansiones sólo para la consola de Microsoft: exclusivo, que no saldría en otros formatos, ni en PlayStation ni en PC. Tras el shock inicial, vinieron las especulaciones y muchos asumieron que la mención a “Holidays 2015” implicaba algún tipo de temporalidad. Pero los relaciones públicas de Microsoft y algunos miembros destacados salieron rápidamente a la defensiva diciendo que no, que era exclusiva sin “temporal”, apoyados por una carta del propio jefe de Crystal Dynamics (no) explicando la decisión pero dejando claro que es “exclusivo”, concretamente diciendo: “Rise of the Tomb Raider, coming Holiday 2015, is exclusively on Xbox".

La tormenta en foros y redes sociales fue fenomenal. Ya hemos visto la clase de reacciones que se producen hoy en día cuando se toca el tema de las exclusividades. Lo vimos con Bayonetta 2, con Titanfall o con Bloodborne, nada como juegos importantes exclusivos de terceras compañías para incendiar las “Console Wars”. Pero este es un caso todavía más peculiar. Bayonetta 2 es un juego financiado por Nintendo que ya se ha dicho por activa y por pasiva que sólo existe porque la casa de Kioto apostó por ello y puso el dinero para que Sega diera el ok -el proyecto original de Bayonetta 2 fue cancelado ya que el primero no vendió lo esperado, realidades del mercado-. Titanfall es una nueva IP, no tiene un pasado multiplataforma y además salió también en PC, así que no es algo tan traumático. Bloodborne es una nueva IP, publicada por Sony y además con colaboración activa en el desarrollo por parte de los estudios de SCE Japan junto con From Software. Nada de eso se aplica aquí. Tomb Raider es un juego tradicionalmente multiplataforma -incluso en sus comienzos, pese a su vinculación a la marca PlayStation-, Microsoft tiene poco que ver en su desarrollo ni va a hacer papel de productora, y además estamos hablando de la secuela directa de un juego que ha salido en todos los formatos posibles. La peor de las combinaciones de cara a los usuarios de PC y PlayStation que se lo han tomado mal, como es normal.

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Y por ello estamos donde estamos, con una gigantesca discusión que seguramente durará meses y que tendrá de fondo una cuestión que roza el ridículo hoy en día como es el tema de las exclusividades y la forma en la que se hacen malabarismos mentales para encajar la palabra “exclusivo” aunque sea con calzador -de esto no se libra nadie, todas las compañías son culpables-. Por ejemplo, ahora está muy de moda el “exclusivamente primero en consola”, que viene a decir que el proyecto hará su estreno en una plataforma concreta antes que en la del rival -aunque también llegará-. ¿Es tan importante? ¿Es realmente clave mencionar que el juego saldrá primero en tu plataforma? (y a veces ni eso porque son juegos que ya llevan tiempo en PC). Los que manejan los hilos del marketing en las compañías deben de pensar que así es, pero francamente, el ejercicio resulta cansino y lleva a la confusión. Todavía hay aficionados que no saben que No Man’s Sky nunca ha sido un juego exclusivo de PS4, ¿tan trágico sería decirlo claramente? Hemos llegado a un punto de tal confusión en el que hay que prácticamente descifrar para qué formatos va a salir un juego en base a qué palabras exactas usan cuando se anuncian en alguna conferencia.

El caso de Tomb Raider va a ser mucho más grave y va a llevar a discusiones más agrias -ya lo está haciendo-. Microsoft defiende que es “exclusivo” a secas, pero cuando se les pide algo tan simple como que confirmen que el juego no saldrá en ninguna otra otra plataforma callan. Porque claro, hay exclusivas, y “exclusivas”. Halo es una exclusiva, es un juego creado, pagado y vendido por Microsoft con control absoluto de su destino -como mucho lo podríamos ver en PC pero sólo si la compañía quiere-. Uncharted es exclusivo de Sony y no saldrá en ningún otro formato que no sea PlayStation. Eso son exclusivas “de verdad” y con ellas no hay dudas. Pero, ¿es Rise of the Tomb Raider, un juego de una compañía externa, una exclusiva o una “exclusiva”? Es ese juego dialéctico absurdo el que genera discusiones y frustraciones, porque los aficionados entusiastas que disfrutaron del relanzamiento de Tomb Raider quieren saber a qué atenerse y quieren saber dónde podrán jugar a la secuela para tomar decisiones de compras (caras además). Jugar con las expectativas de los usuarios es cruel y frustrante, y no hay movimiento comercial que lo justifique. Si Microsoft defiende que es una exclusiva, y no hay más, fantástico, un gran fichaje por parte de la compañía de Redmond, pero más les vale que sea así y no tengamos en seis meses o en un año una “versión definitiva” para otros formatos.

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P.D. A las pocas horas de escribir la columna se ha sabido por boca de Phil Spencer que la exclusiva es definitivamente temporal. Después de un día de furiosas discusiones, de los foros oficiales de Tomb Raider echando fuego y de ver el espectáculo de miembros de Microsoft Games contradiciendo a cualquiera que insinuara que fuera a ser temporal. El núcleo de esta opinión es más válido que nunca: por favor, sean claros en los anuncios y ahorren este tipo de espectáculos por el bien suyo y de todos. Quizás de toda esta tormenta pueda salir una valiosa lección para el futuro.