Los mejores ítems de Super Mario

Super Mario Bros sigue estando de actualidad aunque hayan pasado más de 25 años desde que se estrenara. El icono de Nintendo y referente absoluto desde la entrega que debutaba en NES estrenará más pronto que tarde su última iteración con Super Mario 3D World para Wii U, una mezcla de Mario tridimensional con la experiencia multijugador vista en los últimos New Super Mario Bros de sobremesa. El gran gancho del nuevo título, la transformación en gato y las múltiples posibilidades de este nuevo objeto que cambia una vez más las posibilidades jugables del fontanero italiano y sus compañeros.  Una buena excusa para echar la vista atrás y mirar los objetos que han acompañado a los juegos de plataformas de la serie hasta la fecha.

Porque Mario es diseño de niveles endiablado, diversión directa e inmediata, pero también variedad y originalidad en las habilidades que este fontanero puede desplegar para superar cualquier obstáculo. Hay decenas y decenas de objetos, transformaciones y elementos que podemos usar a lo largo de los juegos creados por Nintendo que van desde el clásico champiñón que se estrenaba en Super Mario Bros hasta el felino protagonista del próximo título para Wii U. Y en Meristation nos hemos aventurado a escoger los quince mejores ítems de Super Mario en una historia que se acerca a los 30 años de vida. Conscientes como somos de que nos dejamos muchos en el tintero. Pero para eso estáis vosotros, para recordarnos en los comentarios cuáles han sido los objetos que más habéis disfrutado de la saga (hemos omitido sub-entregas como Mario Kart o las deportivas y de rol). Las mejores habilidades de Mario.

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Super Mario Bros 2 en occidente es un juego extraño, ya que originalmente no era un Super Mario al uso pero se usaron los personajes de la franquicia para este título, que sustituía Lost Levels, la verdadera secuela del juego original. Se trata de un objeto de lo más curioso, ya que se encuentra plantado en el terreno que pisamos y podemos arrancarlo (algo muy japonés) para usarlo como proyectil y acabar con los enemigos que se nos van apareciendo. La gracia es que un mismo nabo podía eliminar a más de un enemigo si el rebote daba con otro, y aunque el nabo que sacáramos fuera más pequeño de lo habitual, seguía siendo letal si acertábamos con los Shy Guys y otra fauna presente en el juego.

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Qué decir del clásico champiñón con el que empieza todo. Super Mario Bros nos ofrecía a los pocos segundos de empezar la posibilidad de darle a un bloque y que apareciera un champiñón que si lo comíamos, nos convertía en Super Mario. Más grande y con la seguridad que si nos tocaba un enemigo o algún obstáculo –tipo fuego- todavía sobreviviríamos aunque fuera de tamaño pequeño. Es el primer power-up de la franquicia, y algo que ha acompañado a Mario en todos los juegos bidimensionales de la saga y también en algunos 3D, como por ejemplo el no tan lejano Mario 3D Land de Nintendo 3DS. Un seguro de vida y un imprescindible para comprender el uso de objetos de la saga.

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Es uno de los objetos más nuevos de la saga Super Mario, y apareció por primera vez en el “New” que debutaba en Wii, aunque también se podía elegir en la versión de Wii U. Con este traje Mario era capaz de impulsarse en el aire y subir muchos más metros de lo que es habitual. Además, era un disfraz de lo más útil cuando habíamos hecho un salto poco preciso y nos íbamos hacía algún precipicio de la pantalla. También se instalaron en el juego unos bloques con hélice incorporada que servían para imitar las bondades de este champiñocóptero, uno de los trajes más útiles de los últimos tiempos.

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Pocos se pensaban que un título como Super Mario World podría recibir una secuela tan o más cuidada como Super Mario World 2: Yoshi’s Island. En este título, donde Mario se convierte en baby Mario y el gran protagonista es Yoshi, destaca el objeto de los Huevos Gigantes de Yoshi, unos artilugios más grandes de lo normal que llegaban si absorbíamos un enemigo grande. Se trata de un objeto de mucha ayuda en nuestra lucha contra enemigos que son más complicados de vencer como los jefes finales y provocan un impacto en la pantalla similar al POW Block. También se pueden encontrar en Yoshi’s Island DS y estará presente en el nuevo New Island que está previsto para Nintendo 3DS (Ver foto, donde el huevo es más grande que el original).

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Cuando Lakitu hace acto de presencia por primera vez en uno de los primeros mundos de Super Mario Bros, es un incordio. Un personaje que nos va lanzando enemigos llenos de pinchos que no se pueden vencer saltándoles encima y una insistencia obsesiva en perseguirnos a lo largo de toda la fase. El reto que uno tiene de pequeño es pensar: ¿Puedo matarlo? Y si además de eso descubrimos que podemos robar la nube y usarla como vehículo, la sorpresa es doble. Un ítem imprevisto que además es muy útil ya que nos facilita las cosas, pudiendo terminar las fases con tremenda facilidad. Lo más complicado seguramente es llegar a una zona desde la que podamos alcanzar a Lakitu. Posteriormente este personaje sirvió como “salvador” y semáforo en Mario Kart o hacer de cámara en Super Mario 64.

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Super Mario Bros 3 es para muchos el mejor juego que se ha hecho jamás de Mario en formato 2D. Parecía imposible que una consola como NES pudiera dar un salto tan grande como el que se veía entre esta tercera parte y la primera que había aparecido algunos años atrás. Entre el gran compendio de objetos interesantes de dicho título, la originalidad de la Bota Verde nos ha cautivado en la redacción de Meristation.  Para conseguir este curioso objeto debíamos asaltar al enemigo de turno que estaba dentro de ella y poderle robar este Shoe Kuribo (así se llama en el All-stars) que nos permite saltar mucho más alto y poder golpear enemigos que tienen púas y que normalmente no se pueden vencer en un estado normal.

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La idea de crecer con un champiñón estaba instaurada en la mente de todos los jugadores de la saga Super Mario desde la primera entrega. Pero con New Super Mario Bros se decidió dar una vuelta de tuerca más a esa idea y ofrecer el champiñón gigante como una novedad interesante: hacer que Mario se convierta en un enorme gigante que destroza todo lo que podemos ver en el nivel. Objetos, enemigos, estructuras. Lo que se oponga a nuestro camino. Una experiencia de lo más divertida por lo rompedor de la idea –y nunca mejor dicho- y la posibilidad de ganar vidas extras si destrozábamos de manera considerable las fases en las que estaba disponible.

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Después de consumar una obra maestra como Super Mario 64, Nintendo tenía la difícil papeleta de hacer un juego que consiguiera impactar tanto o más en Gamecube. Super Mario Sunshine rompía muchas de las reglas que se habían visto en el estreno tridimensional del fontanero italiano con la presencia del ACUAC,  una especie de pistola de agua con la que podremos limpiar la isla y completar el juego. Además de disparar agua, se podían añadir diversos accesorios para cambiar las acciones a realizar. Chorros de agua a diversas intensidades y distancias, poder planear sobre cualquier superficie, un propulsor para elevarnos mucho más alto de lo normal o un turborreactor para hacer que corramos a toda velocidad. Era la clave de la jugabilidad de Sunshine, un excelente plataformas que quedó a la sombra de su predecesor.

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Otra de las posibilidades que ofrecía Super Mario Bros 3 era el traje de rana que convertía a Mario en un gracioso anfibio de color verde, pero con bigote. Con esta forma, principalmente en niveles acuáticos, se podía nadar de manera veloz y dinámica sin tener que estar constantemente subiendo por la gravedad dentro del agua. Cuando salíamos a la superficie las ventajas se perdían un poco, ya que podíamos saltar mucho más alto pero nos movíamos lentamente. Uno de los disfraces más carismáticos que se recuerdan de Mario, aunque no estaba muy presente en el juego. Eso sí, tuvo otras apariciones posteriormente en Paper Mario: Sticker Star y en las reediciones de Super Mario Bros 3.

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Las dos entregas de Super Mario Galaxy nos han traído una gran cantidad de transformaciones y objetos diversos. Desde abejas a una roca, pasando por la creación de nubes, Mario se ha convertido en todo tipo de cosas. Nos quedamos con el champiñón Boo, por la gracia que tiene este objeto blanco y con la cara del clásico fantasma de Nintendo y por la transformación del fontanero, fantasma de gorra roja y bigote. Sus atributos también eran de los más divertidos, pudiendo ser invisibles durante algunos segundos, flotar hacia puntos elevados y cruzar paredes para encontrar nuevos caminos y secretos. Por no hablar del toque de humor de ver a los fantasmas prendidos por nuestra belleza persiguiéndonos por el escenario. Maravilloso.

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Super Mario World significaba la entrada en una nueva generación de consolas, y el equipo de desarrollo de Nintendo intentó crear un juego más rápido y variado para Super Nintendo. El resultado fue brillante, y aunque uno de los grandes protagonistas del juego es Yoshi, la pluma era el ítem estrella de Super Mario World. Gracias a este objeto Mario se equipaba con una capa de color amarillo que le permitía volar y planear a gran velocidad por los escenarios. Caer en picado y remontar el vuelo para ir a toda pastilla por los cielos de las fases, planear y calcular el aterrizaje en tierra firme y terminar las fases a una velocidad tremenda son algunas de las virtudes que se destacan de esta pluma, para muchos el mejor objeto que se ha visto jamás en un Super Mario. Y un más que merecido quinto puesto.

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Las gorras de Mario en su primera iteración tridimensional –muchos echarán en falta la transformación metálica del fontanero, lo sabemos- fueron protagonistas. Y entre ellas, nos quedamos con la gorra voladora, que nos permitía ver el mundo de Super Mario de una manera que nunca habríamos imaginado. Capaz de volar y movernos por los cielos como si estuviéramos encima de un avión, la gorra voladora nos permitía disfrutar del impacto tridimensional de Super Mario 64 en todo su esplendor. Y buscar secretos en lugares que serían imposibles de otra manera. Es la versión actualizada de la pluma de Super Mario World, y una demostración de poderío de primer nivel para el juego debut de Nintendo 64.

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Entramos en los tres ítems más aclamados, para nosotros, de la saga Super Mario. Y no podía faltar la flor de fuego, otro de los objetos debut de la primera entrega de NES que destacaba por el potencial que tenía. Cambiaba el color del traje de Mario que pasaba a tener un mono blanco y camiseta roja –para muchos un diseño de los mejores que tiene el fontanero- y ofrecía la posibilidad de disparar bolas de fuego capaces de acabar con una gran cantidad de enemigos. Ideal para limpiar zonas llenas de obstáculos e incluso acabar con las plantas pirañas que tantos dolores de cabeza dan en la primera entrega. Es un objeto que ha estado presente siempre en la saga, demostrando la importancia que tiene.

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El archiconocido Mario Mapache se estrenó en Super Mario Bros 3 mediante la súper hoja, un objeto que dotaba al protagonista del juego de dos orejas simpáticas encima de la gorra y una cola de mapache ideal para golpear a los enemigos con un giro completo y poder planear con mucha facilidad gracias a sus propiedades. En el mismo juego podíamos convertirnos también con el traje completo de tanooki, con un divertido disfraz que tenía las mismas propiedades que la súper hoja pero que añadía la posibilidad de convertirnos en una estatua para poder despistar a los enemigos. Tan querido ha sido este ítem que en Nintendo 3DS el traje volvió a ser el gran protagonista (20 años después) en Super Mario 3D Land. Donde además había un traje tanooki blanco que nos daba casi invencibilidad y facilidades si moríamos demasiadas veces.

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La estrella es para nosotros el gran ítem que ha acompañado a Super Mario Bros desde hace casi 30 años. La primera vez que vemos una estrella saltando por el escenario y damos con ella nos invade una sensación de adrenalina pura, envolviendo el protagonista en un arcoíris de colores, aumentando el ritmo musical y invitando al jugador a probar de correr todo lo rápido que pueda. Aumenta nuestra velocidad y nos convierte en invencibles, pudiendo acabar con todo lo que nos encontramos delante sin discusión. Cuando aparece, tenemos la necesidad de correr y arrollar a todos los enemigos aunque no estén en nuestra trayectoria. La sensación de poder que ofrece la estrella desde la primera entrega de la saga y ese toque frenético (velocidad, música, acción) lo convierten en un objeto tan preciado como imprescindible en Super Mario Bros y sus sucesores.