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Los 9 jefes más temibles de la saga Souls y Bloodborne

Repasamos los encuentros con grandes enemigos que peor se nos han dado dentro de la serie de From Software. Demon's Souls, Dark Souls, Dark Souls II y Bloodborne. Cuatro juegos que tienen en sus jefes finales la auténtica recreación del desespero. Del viejo monje hasta Gehrman.

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Los jefes más difíciles de la saga Souls y Bloodborne

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El preferido de Miyazaki

El Viejo Monje - Demon's Souls

Tal vez el viejo monje no es precisamente el jefe más complicado de la saga Souls, pero empezamos este repaso porque tiene su miga, sobre todo por el tema de las invocaciones que convierten en jefe a otros jugadores que pueden ir mucho más preparados que nosotros si acabamos de llegar a él, y porque Miyazaki lo señaló como su jefe preferido de toda la saga. Siempre podíamos apagar la conexión a Internet y jugar offline, algo más fácil pero no tan divertido.

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 Golpes letales

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Penetrator - Demon's Souls

Un enemigo de armas tomar debido a su enorme espada que le permite cubrir muchos frentes a corta y media distancia. Tampoco ayuda que el escenario no nos deje espacios para protegernos –los pilares acabarán destruidos en sus manos- y tiene ataques penetrantes, valga la redundancia, que nos quitarán vida aunque nos cubramos. La paciencia es básica para aprender sus patrones y esos movimientos algo lentos pero devastadores si nos alcanzan. El gran representante de los combates contra caballeros que tenemos a lo largo de toda la saga.

Un camino tortuoso

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Uno de esos jefes que genera discusiones acaloradas entre los fans de la primera entrega de la saga Souls y que para muchos es de los más complicados que se han encontrado. El poder de sus ataques y ondas expansivas –cuenta con movimientos que te deja sin brío y a merced de sus golpes- se unía al hecho, también, que costaba identificar cuándo era el momento adecuado para castigarlo. El trayecto previo tampoco ayudaba a los neófitos que pensaban en todo lo que tenían que recorrer por las cuevas si no conocían el atajo de marras.

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                                                                              La pareja perfecta

Ornstein y Smough - Dark Souls 

El matadragones y el verdugo se considera uno de los enfrentamientos más complicados del primer Dark Souls. Además de tener que combatir con los dos a la vez, sus ataques y movimientos se complementan, complicando las cosas más de lo deseado. Ornstein es rápido y con ataques a distancia, mientras que un golpe de Smough puede liquidarte completamente. Saber separarlos dentro del escenario es básico para triunfar.

Cuatro peor que uno

Los 4 Reyes - Dark Souls

Los Cuatro Reyes complican y mucho las cosas en las etapas finales de este enfrentamiento. Empezamos luchando solo con uno de ellos, pero a medida que avanza tendremos cuatro enemigos poderosos ante nosotros. Si no somos rápidos eliminando a alguno de ellos moriremos, porque recibiremos ataques de todos los lados. Lanzan magia, atacan con espadas, tienen agarres de un 50% de salud. Como en todas las batallas de jefes grupales, siempre se puede encallar uno más de la cuenta.

El señor de las cenizas

El último jefe de esta maravilla llamada Dark Souls. Dentro del Horno de la Llama y protegido por varios caballeros. Saber protegernos del fuego con lo mejor que tengamos a nuestra mano, evitar sus agarres e intentando, si nuestra build lo permite, atacar de lejos tendremos opciones de acabar con él. Puede llegar a ser desesperante pero en el fondo tiene su lógica, no estamos ante el Final Boss de un juego cualquiera sino de una de las grandes obras que nos dejó la pasada generación de consolas.


Antesala del final 

Vigilante y defensor del trono - Dark Souls 2

Los dos jefes, que vendrían a ser la versión de este juego de los citados Ornstein y Smough, tienen la particularidad que son la antesala de Nashandra, por lo que si nos dejan muy tocados llegaremos a duras penas ante el jefe final. Además, es una lucha complicada porque tenemos que matar los dos casi a la vez (sino revivirá al cabo de un rato el que haya caído) y consiguen imbuir relámpago cuando tienen su vitalidad al 50%.Para muchos son más complicados que el propio último gran jefe de esta entrega.

El primer cazador 

Gehrman - Bloodborne

El jefe final –pero no el último, recoged vuestros cordones umbilicales y lo entenderéis- es también el más complicado o uno de ellos probablemente con Ebrietas. Este cazador tiene movimientos veloces y muy potentes. Es cierto que permite aprender el momento para hacer parries, pero ciertas mecánicas de su guadaña hace que no sea tan fácil sobre todo para quienes se enfrenten a él por primera vez. Un personaje que dignifica este último enfrentamiento. Y decir que le entregamos su vida sin luchar no cuenta como vencerlo, avisamos, aunque sea uno de los tres finales que podemos y debemos desbloquear en este brillante videojuego.

Dura batalla


Huérfano de Kos - Antiguos Cazadores

Uno de los jefes más intensos que recordamos de la saga, un auténtico dolor de muelas que nos encalló nuestro avance para el análisis del DLC Antiguos Cazadores. Movimientos rápidos, saltos que hacían perder el targetting y una transformación que lo hacía todavía más temible una vez lo habíamos dañado lo suficiente. La sensación de estar en un uno contra uno sin trucos ni triquiñuelas posibles más allá de esquivar, acertar y esquivar lo ahcen de los más satisfactorios de vencer sin lugar a dudas.


Bloodborne

  • PS4
  • RPG
  • Acción

Bloodborne es el nuevo título de acción RPG de From Software para PlayStation 4 anteriormente conocido como Project Beast. Ambientado en una Londres victoriana del siglo XIX, deberemos enfrentarnos a todo tipo de bestias y monstruos al más puro estilo de la saga Souls, eso sí, con combates más ofensivos y un nivel de dificultad sólo apto para los más valientes.

Carátula de Bloodborne
9.3