El Rey de Android
Coincidiendo con la llegada al mercado del Samsung Galaxy S5, desde Meri+ os ofrecemos una comparativa entre los mejores smartphones Android para este 2014 de marcas como Sony, LG, HTC o Huawei. La lucha por la conquista Android no ha hecho más que empezar.
La serie de smartphones de gama alta de Samsung, los Galaxy, llevan años dominando el mercado Android con cada nueva entrega, terminales que han disfrutado de una gran aceptación por parte del público general y que siempre logran situarse por encima de la competencia en cuanto a prestaciones y calidad percibida; pero las cosas están cambiando. Ya con el Galaxy S4 pudimos ver como Samsung cedía parte de su cuota de mercado en favor de smartphones tan atractivos como prestacionales, de compañías como Sony o LG ‒entre otras‒ que son sus series Xperia Z o G, respectivamente, captaban la atención de miles y miles de usuarios del androide. La industria de la telefonía móvil avanza a una velocidad de infarto, con lo que recibimos nuevos modelos y revisiones con plazos cada vez más cortos. Así, tras la presentación de los nuevos terminales por parte de Sony, LG, HTC o Google con su Nexus 5 ‒además del ya próximo Huawei Ascend P7‒ para este 2014, Samsung ha movido ficha y nos trae su nuevo y flamante Galaxy S5 ‒presentado hace poco en el MWC de Barcelona‒ un terminal algo conservador respecto al Galaxy S4 pero con una base muy sólida. ¿Será suficiente para aguantar el asalto de la competencia para arrebatar tan deseada posición en el ecosistema Android? A continuación ponemos los datos sobre la mesa para decidir qué terminal Android nos parece el más atractivo y recomendable.
Como veis, se trata de un terminal puntero y más que capaz frente a la competencia; ¿pero qué podemos decir de su diseño exterior? En este sentido se ha quedado por debajo del excelente nivel de otros terminales como los últimos modelos de Sony o LG. Y es que si ponemos el S4 y el S5 uno junto al otro, pocas serán las diferencias que encontraremos a nivel estético, más allá del aumento de tamaño y de unas formas sensiblemente más rectas; por otro lado, el acabado y los materiales tampoco están al nivel de la competencia, aunque sí ofrece un peso y un grosor bastante contenidos, junto a un buen nivel de resistencia a los golpes. Su carcasa trasera, más allá de los gustos personales, ofrece buen agarre gracias a su diseño aunque el marco frontal de plástico no termina de convencer. Sí, es un smartphone premium, pero se ha quedado descolgado frente al resto de terminales Android de gama alta en cuanto a calidad percibida.
Como novedad, ahora podemos sumergir el terminal hasta un metro de profundidad no más de treinta minutos gracias a su certificación IP67; aunque lo que más llama la atención del Galaxy S5 es su nuevo sensor de huellas situado sobre el botón de inicio, en respuesta al Touch ID de Apple, aunque resulta algo incómodo debido al tamaño del terminal y a su propio uso, ya que deberemos desplazar el dedo de arriba a abajo, todo para desbloquear el terminal o como identificador de compras online. Por otro lado, el pulsómetro situado en la carcasa trasera llega como simple curiosidad asociada a diferentes aplicaciones deportivas y de salud. En cuanto al sonido no ofrece todo lo que se espera de un terminal de estas características, ya que resulta poco potente y de una calidad por debajo de la media.
Como en habitual en la firma, llega con un amplio paquete de software y el sistema de personalización TouchWiz, que a decir verdad, usaremos durante unos minutos a modo de curiosidad tras abandonarlo por poco práctico y recurrir así a una navegación más cómoda. Algo que resulta muy útil es el modo multiventana para visualizar diferentes aplicaciones al mismo tiempo y aprovechar así su gran tamaño de pantalla. En definitiva, un smartphone a la última en cuanto a prestaciones pero que se queda corto en cuanto a diseño y calidad percibida, siempre frente a la competencia Android más feroz. Y todo por un precio nada despreciable de entre 600 y 700 euros según versiones.
Uno de los grandes atractivos de la serie Xperia Z sigue siendo su cámara y en este caso recibe el sensor de 20,7 megapíxeles Exmor RS de 1/2,3 pulgadas y lente con apertura f/2; también es capaz de grabar vídeo a 4K. Llega con conectividad 4G LTE, Wi-Fi N y Direct, Bluetooth 4.0, ANT+, DNLA, Miracast y GPS; la batería llega a 3.200 mAh y como sucedía en el Xperia Z1, ofrece resistencia al agua y al polvo mediante certificación IP58, todo bajo sistema operativo Android 4.4.2 KitKat. Todo un smartphone de gama alta con un diseño realmente atractivo y unos acabados de primer nivel, a un precio recomendado de 699 euros. El smartphone de Sony definitivo, que no es poco.
Además, los botones físicos se sitúan en la parte trasera, justo debajo del objetivo de la cámara, lo que deja un frontal limpio y con la pantalla como auténtica protagonista; eso sí, nos costará acostumbrarnos a dicha disposición. Llega con una amplia colección de aplicaciones y posibilidades de personalización; la cámara equipa estabilización óptica aunque el sensor es algo más pequeño que el de la competencia, de 1/3. En el momento de su salida al mercado tenía un precio de 599 euros, aunque a día de hoy puede encontrarse algo más barato.
El apartado multimedia sigue siendo brillante en el One M8; y es que presenta el sistema de altavoces Boom Sound, lo que le hace disfrutar de un sonido muy potente y de gran calidad, un aspecto diferenciador respecto a la competencia. Por contra, su batería se queda en 2.600 mAh, aunque incorpora una serie de configuraciones de ahorro de energía. Otra de las novedades más destacables es que incorpora dos objetivos traseros con doble flash, uno Ultrapixel similar al del modelo anterior ‒con 4 megapíxeles, apertura f/2.0 y tamaño de píxeles de 2 nanómetros‒ y otro secundario para efectuar cambios en las fotografías mediante diferentes procesos, una disposición inédita que ningún otro fabricante ha usado en sus smartphones; la cámara frontal es de 5 megapíxeles con gran angular. El nuevo One ya está disponible por 729 euros con un diseño sobrio pero elegante y unos acabados de los más premium, todo bajo sistema operativo Android 4.4.2 KitKat con Sense 6.
La pantalla demuestra muy buenas maneras con una buena nitidez y unos colores vivos, todo lo que se puede esperar de un smartphone de gama alta. En cuanto a la cámara recurre a un sensor de 8 megapíxeles con estabilización óptica que cumple con sus funciones pero no sorprende por su calidad; además, la batería se queda en 2.300 mAh, lejos de los últimos terminales con capacidades cercanas a los 3.000 mAh. Y como en norma en los Nexus, el sistema operativo está basado en Android ‒en este caso 4.4 KitKat‒ pero totalmente personalizado por Google, con su propio interfaz y funcionalidades. Con todo, sigue siendo imbatible en cuanto a la relación calidad-precio, ya que podemos hacernos con un gran smartphone ‒con hardware y software a la última‒ por menos de 400 euros. Seguramente los más sibaritas prefieran el diseño o la tecnología puntera de otros terminales, pero el Nexus 5 es un serio rival de los mejores smartphones del mercado.
Además, las nuevas tecnologías como las pantallas curvadas empiezan a ganar presencia en el mercado, gracias en parte a LG y su G Flex, el primer smartphone curvado en llegar a Europa, eso sí, con un precio decididamente alto de 799 euros. Equipa una pantalla POLED ‒Plastic OLED‒ de 6 pulgadas a 720p con una densidad de 245 ppp, chip Qualcomm Snapdragon 800 de cuatro núcleos a 2,2 GHz, GPU Adreno 330, 2 GB de RAM, 32 GB de memoria no ampliable, cámara de 13 megapíxeles con flash LED, batería no extraíble de 3.500 mAh y sistema operativo Android 4.2.2 Jelly Bean. Un terminal que queda algo por debajo de los últimos smartphones del mercado en cuanto a potencia bruta pero que cuenta con el aspecto diferenciador de su pantalla curvada y algo flexible, que todo sea dicho, le falta bastante para lograr la nitidez y brillo de las pantallas convencionales planas.