Cómo montarse un PC low cost
La llegada de la nueva generación de consolas reaviva la pasión por el hardware. Para los que estan pensando en la ruta del compatible, proponemos algunas ideas y componentes para crear un PC barato pero de calidad.
A las puertas de la denominada “next gen”, losjugadores vamos tomando posiciones en la disyuntiva Sony o Microsoft.Este artículo poco tiene que ver con ayudar en esa decisión; más bien sedirige a complicarla aún más trayendo a primer plano la eternaalternativa de los compatibles y cuestionar ¿Y por qué no un PC? La polémica entre usuario de PC y consola es tan vieja como laspropias plataformas, si bien sufre importantes arreones con cada nuevageneración de consolas, sobre todo cuando profesionales del mundillo echan gasolina al fuego, con afirmaciones más o menos acertadas.
El objetivo de este artículo, el reto que nos planteamos, esconfigurar un PC con el precio aproximado de las nuevas consolas,persiguiendo los máximos rendimientos y compatibilidad por cada euro.Por el contrario, nunca pretenderíamos equiparar o comparar esosrendimientos con los de cualquier otra plataforma o caer enaseveraciones, como las del párrafo anterior, que siempre van a poderser rebatidas. Si no lo hacemos no será por temor a las iras de unos u otrosusuarios o por miedo a hundirnos en las pantanosas aguas de los MIPS(Millones de Instrucciones Por Segundo) o los FLOPS (operaciones de comaflotante por segundo). No lo haremos conscientes de es imposible equiparar estas arquitecturas,aprovechadas por software que, aunque pueda parecer el mismo (versionesmultiplataforma del mismo título) funciona de manera muy diferente ytiene infinitos grados de adaptación y depuración.
Sin entrar en estas discusiones, sí que podemos partir de unas basesmás o menos indiscutibles. Quizá la más importante sea asumir que lapráctica totalidad de la tecnología informática tiene detrás las mismas siglas;las de primer plano, las conocidas Intel, AMD, NVIDIA, con multitud deotras que son las que tienen las “salas blancas” donde se fabrican losprocesadores y las cadenas de montaje donde se sueldan a PCBs que luegoson vendidos tras las más diversas marcas como Asus, Gigabyte, MSI… oSony, o Microsoft. La segunda premisa es la del conocido ritmo de evolución tecnológica,la consabida Ley de Moore, realidad sobre la que el número detransistores en un procesador se dobla aproximadamente cada dos años. Y la última es el precio. Cada paso adelante en el hardware conlleva unaevolución de todo su proceso productivo, con los consiguientes costestanto en desarrollo como en la tecnología necesaria para la fabricación.Hay una relación evidente entre evolución-rendimiento-coste(nuevo-mejor-caro). Los costes del hardware no se abaratan hasta que elproceso de producción se ha normalizado y se acerca la siguienteevolución. En otras palabras, se está anticuando.
Sobre estas tres premisas podemos afirmar que el hardware, sea deconsola o de PC, tiene detrás a los mismos desarrolladores yfabricantes, que la tecnología está superada en cuanto llega a laproducción masiva y que cuanto más potente sea, más tendremos que pagarpor él. Así, si lo que pretendemos es montar la máquina de juegosdefinitiva, basta acudir a una tienda de informática con unos cuantosmiles de euros:Tarjeta gráfica NVIDIA GTX Titan 1000€, Procesador Core I7 Extreme940€, 16 GB de memoria DDR3 PC3-23400 620€, Disco duro SSD de 480 GB 380€… y la certeza de que será una configuración del montón en dos o tres años. Puestos a dar obviedades, nadie apostaría por la consolaque sea, incluyendo PS4 o Xbox ONE, frente a una bestia así, queconectada por HDMI a una televisor LCD y con un pad Bluetooth sería elsueño de ambos mundos.
También apostaríamos como ganador por un PC del rango más habitualde los configurados expresamente para juegos, montados con un hardwareque dobla o triplica el precio de la consola, pero ¿podríamos competircon un hardware del mismo coste que la consola? ¿Es un PC de 399 € una plataforma de juegos competitiva? Lo veremoso. Hay dos fundamentos que tenemos que aclarar cuando vamos a empezar aconfigurar un PC. El principal es para qué lo queremos, qué vamos ahacer con él. El segundo es cuánto dinero tenemos para conseguirlo. Comodecimos en los párrafos anteriores, sin problemas de presupuesto todoes facilísimo, pero cuando el bolsillo no da para más, resulta unatortura decidir cuáles van a ser los puntos débiles de la configuración eintentar equilibrar lo posible sus prestaciones para que los consabidoscuellos de botella nos arruinen todo el proyecto.
A este respecto, la situación es inmejorable, porque sabemos quequeremos un PC para jugar a los títulos actuales e inminentes, a unaresolución de 1920x1080, con una configuración de filtrado media, y entre los 50 y 60 FPS.Y para ello, entre 400 y 500 euros. Antes de empezar, y como ocurre en cualquier situación en el que elbolsillo apriete, deberemos compensar la falta de dinero con un extra detrabajo. Será imprescindible rastrear la Red en busca de precios,analizar el mercado de segunda mano y ¿por qué no? Echar un vistazo atodo aquello que podamos obtener sin gastar un euro. Familiares uoficinas que retiran PCs nos pueden solucionar el problema de la caja,el teclado, la fuente… Lo mismo las webs de subastas nos puedenproporcionar componentes a precios muy interesantes. Hay mucho usuarioque renueva el PC constantemente, sin tantas apreturas económicas, y quenecesita dar salida a hardware de uno o dos años para comprar la últimanovedad en GPU.
El hardware no se resiente por el uso como otrosdispositivos, dado que queda obsoleto mucho antes de que puedadeteriorarse y, salvo los discos duros por sus sensibles componentesmecánicos, si una tarjeta gráfica, una placa base o memoria funcionancuando las compramos, sin duda nos prestarán servicio hasta mucho másallá del que nosotros pretendamos para ellas. Sin embargo todo esto último sería una pequeña “trampa” en nuestropropósito y el compromiso ha de ser montar el PC desde cero. Allá vamos.
Empezaremos la configuración por los componentes más económicos, perono por ello menos importantes. Como veremos adelante, una diferencia de50 euros arriba o abajo en el micro o la GPU tendrán un efecto muy leveen nuestra experiencia de juego. Sin embargo esos mismos 50 eurosdirigidos a estos primeros componentes pueden suponer la diferenciaentre un PC cómodo, estable e incluso bonito y un truño hostil del quepronto renegaremos.
Caja:
La mayoría de los PCs de gama baja se montan sobre cajas dirigidas aplacas base Micro ATX (24x24 cm), o Mini ATX (28x21) cm. Es algo lógicodesde la suposición de que sus compradores no van a hacer un usointensivo del PC, sin trastear en su hardware y quieren que les ocupepoco espacio. No es nuestro caso, donde usaremos y trastearemos, perosin un euro en el bolsillo. Así que nuestra recomendación es la de comprar siempre una caja para placa ATX(30x24 cm), por muy barata que vaya a ser la configuración. Y lorecomendamos por dos cuestiones; la capacidad de meter más y mejorhardware dentro (una GPU de gama alta mide ya 38 cm) y que estécorrectamente refrigerado. Hay que tener en cuenta que la torre o caja del PC nos puede servir paravarias configuraciones sucesivas, durante muchos años, por lo que esaconsejable gastarse unos euros en una buena caja de aluminio, conconexiones accesibles, un buen acabado y con un diseño que permita elmejor flujo de aire frio. Es un gasto perfectamente asumible ya quetenemos cajas estupendas en el rango de los 30 a los 50€.
En el caso que nos ocupa, si bien podemos encontrar torres OEM pordebajo de los 10€, nos vamos a ir a una caja de aluminio que al menoshará que nuestro PC barato no lo parezca tanto. Por menos de 20€ tenemosuna caja ATX de fabricante reconocido, Tacens, en aluminio, capacidad para cualquier GPU, 4 bahías de 5.25, conexiones USB y audio frontales… Si bien no es imprescindible, sí es necesario incluir un ventilador másque ayude al que incluye la caja (de 8 cm) y al de la propia fuente dealimentación, a crear un flujo de aire más fuerte que refrigere todo elsistema. Para ello podemos incluir un ventilador de 12 cm por menos de 3 € que bien vale este dinero.
Fuente:
Quizá el componente menos valorado respecto a su importanciareal es la fuente de alimentación. Tampoco es un componente dondeiríamos a ahorrar, dado que de ella depende tanto el correctofuncionamiento delresto de los componentes, como su propia integridad.La inmensa mayoría de las averías de hardware vienen ocasionadas porlos picos de voltaje o sobretensión. También problemas de rendimiento ocuelgues son ocasionados porque la fuente, por mucho que susespecificaciones digan que da 500 ó 700 W, no es capaz de darlos deforma mantenida.
Por otro lado la fuente ha de contar con conexiones suficientes parael hardware que va a alimentar. Además de las incuestionables conexionesATX y MOLEX, debe tener suficientes conexiones SATA, si bien la piedrade toque que te mostrará si la fuente es adecuada para un PC de juegoson las conexiones PCI Express. Aún son muchas las fuentes que no traeneste tipo de conexión, problema que se puede solucionar comprando uncable adaptador. El hecho de que se pueda adaptar la fuente a nuestrasnecesidades con “ladrones” y duplicando cableados soluciona el problema,pero deberíamos pensar que si una fuente no trae de serie esaconexión, no está concebida para ser usada de ese modo, por lo que siempre recomendamos fuentes que traigan de serie las conexiones que vamos a requerir.
Hemos de adquirir la potencia suficiente. Como en todo lo demás,siempre es mejor ir sobrado, y por “simple” que sea nuestro PC, ahoramismo no bajaríamos de 500 W. Otra característica a estudiar parte deque la fuente es el elemento más ruidoso del PC (excepto cuando algunasGPUs se ponen a máximo rendimiento), y hemos de buscar los decibeliosque marcan sus especificaciones. De no tener este dato, podremosfijarnos en el tamaño de su ventilador; a mayor tamaño, generalmente esmás silencioso. La fuente que montaremos en nuestro pequeño sería de 550 W, con 3 conexiones sata, 2 conexiones PCI-e y un ventilador de 14 cm por sólo 31 €.
Son 20 € más que las fuentes más baratas de las que, como hemos advertido, debemos huir como de la peste.Por el contrario, si el presupuesto no fuese tan ajustado, sin dudarlonos gastaríamos 13 € más y optaríamos por una fuente algo más sobrada, como esta otra Tacens,ideal para un PC de gama media, sin una gran GPU, y a medio camino delas gamas más altas, a partir de 800 W, que rondan los 100€.
Teclado y ratón:
Seguimos con la misma cantinela,pero los componentes sobre los que directamente actuamos, teclado yratón, no son un elemento en el que ir a precio. Entre un teclado de 5 €y uno de 15 puede haber un mundo y es algo sobre lo que tendremos nuestras manos cientos de horas. Para nuestro PC optaremos por un teclado Logitech de membranaque no llega a 10 €. Es una elección que nos cuesta hacer porque porsólo 10 euros más tenemos teclados del mismo fabricante másrecomendables e incluso inalámbricos, si bien los teclados idóneos parauna configuración menos ahorradora rondarían entre los 30 y los 70€.
Lo mismo ocurre con el ratón. Rara es la casa que no tenga algúnratón “de bola” tirado por alguna parte, por lo que hablar de ahorrar notiene mucho sentido. Pero insistimos en que no es aconsejable ser tanruin con estos dispositivos, porque tenemos ratones como el de estaconfiguración, un Zalman ZM-M300 óptico, con una resolución ajustable de hasta 2500 dpi y 7 botones programables por menos de 8 €.
Disco Duro:
Buscamos un disco 3.5 de 500 GB, SATAIII, caché de 64 MB y una velocidad de 7200 rpm. Las opciones sontantas como tan pequeñas las diferencias entre ellas y rondando los 50€.Seagate, WD, Toshiba… Cualquiera de ellos. La duda vendrá si no nos interesa optar por un disco del doble de capacidad por tan solo unos 10 euros más.
Monitor:
Al igual que ocurre con las consolas, elmonitor va fuera de la configuración. Además siempre es posibleconectar el PC al televisor por HDMI y jugar en el sofá con un padinalámbrico, como en cualquier consola. A la inversa podemos amortizarnuestro monitor como televisor conectándolo a un receptor TDT. No recomendaríamos un monitor con panel de 4/3 ni por debajo de las 24”. En el mercado podemos encontrar sin problemas monitores 16/9 que ofrecen 1920x1080 y panel LED por unos 120€.
Los problemas de los monitores de precios tan bajos los tendremos enel tiempo de respuesta, algo alto para los juegos y que provoca perfilesdifumidados o “Ghosting”. Es algo que ocurre de forma mucho más acusadaen los televisores, pero al verlos a mayor distancia no se hace tanevidente. En un mercado donde el tipo de panel (TN en su mayoría) yparámetros como el brillo, contraste, tamaño del punto, etc. son muysemejantes, los jugadores habremos de prestar especial atención a los tiempos de respuesta. En este apartado conviene saber que cada vez más los fabricantesinforman de este dato como un número de milisegundos GtG, esto es, Gris aGris, siendo tiempos mucho más bajos que los ofrecidos BWB (Black WhiteBlack), cifra que mostraría de una forma mucho más acertada lavelocidad del monitor a la hora de encender y apagar cada pixel.
Hasta el momento hemos gastado cerca de 70 € y nadie podrá decir queno estén bien invertidos, pero aún no hemos entrado en lo que realmentees el corazón de nuestro PC, lo realmente determinante para demostrar siestá o no a la altura. Entramos en el triángulo que forma cualquier PC; el compuesto por placabase, micro y memoria, al que habremos de sumar el componente másdeterminante en un PC dirigido al juego: la tarjeta gráfica o GPU.
Llegados a este punto no podemos hacer elecciones por separado, yaque cada uno de estos componentes ha de estar perfectamente equilibradocon el resto. Por ello vamos a hacer tres configuraciones.La primera es la mejor que podemos encontrar gastando el mínimo parapoder considerar un PC como apto para los videojuegos. La segunda serála que además permita hacerlo con todas las garantías y con cierta vidaútil, dejando una tercera configuración intermedia a costa de sacrificar200€ en CPU y GPU en un intento de ajustar el precio a esos 499€ querondará la Xbox One. Podemos ver un resumen de las configuraciones en una tabla inmediatamente antes de las conclusiones finales.
Volviendo a la configuración, de nuevo buscamos el lado bueno de nuestro reducido presupuesto, ya que no deja tanto donde elegir.Aún nos quedan algo más de 300 euros por gastar y, aunque pueda parecerimposible, con ellos podemos huir de las gamas más bajas de losfabricantes. De hecho por menos de 100 euros podríamos completar estePC, pero el objetivo es que se convierta en una máquina apta paravideojuegos. En esta situación ante nosotros se abren dos enormesautopistas tan claramente señalizadas que convierten en una estupidezevitarlas buscando atajos que nunca nos van a llevar tan rápida ycómodamente al objetivo. Hablamos de las gráficas integradas en el procesador y las vías son, como casi siempre, Intel y AMD.
Lejos de querer meternos en otra discusión, vamos a optar por la vía AMDbajo el convencimiento de que sus productos en estos rangos de precioofrecen mejores rendimientos que los de Intel, del mismo modo queestamos convencidos de que los de Intel superan a los AMD en las gamasaltas. Así, nuestra vista se dirige casi en exclusiva a un producto: laSerie A de AMD.Esta serie de procesadores lleva integrado el chip gráfico. Estasolución es compartida también por Intel en su serie HD4000, pero AMDcuenta con la baza de tener bajo su extenso manto a ATi e integrar juntoa sus procesadores los chips gráficos Radeon. Esta solución es idealpara todo aquel usuario que quiera rendimiento al menor coste, pero losjugadores lo tenemos mucho más complicado.
Habríamos de ir al tope de la gama A-10, el A-10 6800K,que integra un chip Radeon HD 8670D. Esta configuración nos ofrece unprocesador de 64 bit, 4 núcleos, fabricado en tecnología de 0.032 micrasa 4400 MHz. Ninguna maravilla pero más que suficiente para nuestropropósito. La gráfica que integra es la Radeon HD 8670D, con elprocesador funcionando a 844 MHz, 24 unidades de textura y 384 shader. La más potente de las gráficas integradasen estos momentos. La ventaja de este producto es que obtenemos tarjeta gráfica ymicroprocesador por 128€ y sin duda ofrece las mejores prestaciones quepodríamos obtener a este precio.
Otra ventaja es que se trata de un producto muy “overclockeable”,llegando sin ningún problema a los 4900 MHz si le dotamos de unarefrigeración superior a la que trae de serie. Para ello basta conadquirir un kit de refrigeración como el Thermaltake NIC F3que, además de permitir el citado aumento de frecuencias, nos podráservir para futuras configuraciones. Su coste puede parecer exagerado enlos márgenes en los que nos estamos moviendo, pero la configuración delAMD A-10 es tan ajustada, que ese empujoncito en MHz bien vale los 35€ de este disipador. Cuando decíamos que la falta de presupuesto exige un extra de trabajonos referíamos también a pasar un par de horas trasteando en la BIOSdel nuevo equipo y pasando Benchmarks hasta conseguir la configuraciónmás rápida sin perder estabilidad. Habremos de convertirnos en maestrosdel CPU-Z y el GPU-Z, pero es el precio a pagar por no poder desperdiciar ni un MegaHercio.
Memoria:
Para acompañar a los gemelos de AMD se hace necesaria una memoria rápida, dado que ambos procesadores harán uso de ella,a diferencia de las tarjetas gráficas externas, que disponen de memoriapropia. Las apreturas del precio nos hacen elegir una memoriaeconómica, pero dentro las especificaciones DDR3, funcionando a 1600 MHzy por debajo de los 30€. La opción de elegir un único módulo de 4 GBnos permite doblar la cantidad de memoria más adelante. Por ahora, conel escaso aprovechamiento que se haría de esos 4 GB extras, optaremospor reservar esos 30 € para otro apartado, como lo hemos hecho con larefrigeración del micro.
Placa base:
Tan sólo nos faltaría elegir la base sobre la que montar todo esto.La placa base es un elemento fundamental dado que marca no sólo lo quees nuestro PC hoy, sino lo que podrá ser el día de mañana. Con el PC queestamos montando tenemos algunas premisas que cumplir de formainexcusable. La primera es que cuente con sonido integrado, algo yaincluido en la mayoría de las placas pero que no debemos pasar por altosi queremos ahorrar los euros de una tarjeta de sonido. Además esimprescindible que la placa cuente con una ranura PCIe para el momentoque decidamos que la Radeon se nos ha quedado definitivamente pequeña.Lo mismo ocurre con los “slots” de memoria, donde necesitamos uno máspara esa posible ampliación a 8 GB. Si a eso le sumamos nuestrainclinación a acudir a un fabricante que se ha ganado el respeto porotras cuestiones además del precio, el resultado es la Gigabyte GA-F2A55M-HD2, que por 56 € da por finalizado nuestro PC más económico.
En total hemos gastado 309€, un precio sensiblementeinferior al objetivo, y podemos asegurar que cada uno de estos eurosestá bien aprovechado. Tenemos un PC que podríamos calificar de“suficiente” para cualquier situación excepto para una, que precisamentees la que nos ocupa: los juegos. Con este pequeñín podremos jugar a cualquier juego actual, incluyendolos más exigentes, siempre que seamos moderados (más bien tacaños) conlos filtrados y la resolución. Pero ese no es nuestro objetivo. Es el de conseguir jugar sin problemas a cualquier cosa y a 1920x1080. Para ello cambiamos completamente el interior de nuestra caja. Nuestras aspiraciones nos obligan a olvidarnos de cualquier configuración con gráficos integradosy buscar una tarjeta gráfica externa. Las opciones de micros, gráficas,memorias y placas son innumerables y otra vez el que va a marcar elritmo es el bolsillo.
Con el techo de 400€ en mente elegiremos un procesador Intel Core i5-3470,que se llevará ya 158€. Se trata de un procesador de cuatro núcleosfuncionando a 3200 MHz. Dentro de la gama media de Intel, lasalternativas son muchas entre los Core i3 y los Core i5. Podríamosarañar algo más de 50€ si optamos por una configuración menor basada endos núcleos e irnos a los Core i3, como el Core i3 3240 de 3.4 GHz de 103€, pero entendemos que son 50€ bien empleados como están y más si aspiramos a un equipo que dure.
Gráfica:
Si elegir al procesador es complicado, no lo es menos la tarjeta gráfica. Es el auténtico corazón del “Gaming PC”y el elemento más determinante en su rendimiento, así que, de echar elextra del presupuesto, lo echaríamos aquí. Tras controlar durante años el mercado de las GPU habremos aprendido quenuestra atención se ha de centrar en las gamas medias; sencillamenteporque son las que mejor relación ofrecen en precio/rendimiento. Losojos se nos irán a las cabeceras de las páginas de cada fabricante, peroel presupuesto nos obliga a mantenernos por debajo de los 200 €.
De nuevo nos volvemos a encontrar con la disyuntiva entre dosfabricantes, para bien o para mal. Si optamos por la opción AMD/ATi laelegida sería la Radeon HD 7850 de 2 GB de memoria gráfica DDR5. Ademásde las numerosas configuraciones, la elección se complica cuandocomprobamos que cada fabricante adapta el modelo de referenciaa lo que entienden más atractivo al comprador. Así podremos optar entreversiones con mejor o peor ventilación, con o sin display port oincluso con frecuencias de venta distintas a las originales de la GPU. Nosotros hemos optado por esta Sapphirepor entender muy ajustado su precio a las prestaciones que ofrece.Disipación por "heat pipes", display port 1.2, HDMI 1.4 y por 163€.
Si queremos invertir ligeramente más o nos gusta la opción NVIDIA la elegida estaría entre las GeForce GTX 660 Ti. Con prestaciones sensiblemente superiores a la Radeon HD 7850 nos garantiza poder con cualquier título a 1920x1080manteniendo un “frame rate”por encima de los 50 FPS, que es nuestroobjetivo. El problema es que tenemos que sumar otros 50€ extra, aunqueen el momento de escribir este artículo alguna oferta las situaba en los200€.
Suma y sigue. Aún nos falta la placa base y la memoria. Para la placaexigimos formato ATX, soporte PCIe 3.0 y ranuras PCIe extra paraposibles expansiones gráficas en el futuro, USB 3.0, sonido de calidadintegrado y buen soporte para overclock. También hemos de tener encuenta lo que nos sobra y desechar cualquier placa con chip gráficointegrado.Si hemos optado por la tarjeta gráfica Radeon de ATihabremos de buscar una placa con soporte CrossFire atendiendo la posibilidad de poder sumar una segunda GPU en el futuro. En este caso la recomendada sería la Asus P8Z68-V LX, que lo tiene todo por unos ajustados 81€. Si la gráfica elegida ha sido una NVIDIA, buscaremos una placa con soporte SLI y en ese caso la elegida es la Gigabyte Z68AP-D3, que lo ofrece aún por menos, 64€.
Para terminar, hay que dotar al sistema de 8 GB de rápida memoriaDDR3. Las opciones son también numerosas y deberemos rastrear la Red buscando la mejor oferta. En nuestro caso hemos elegido las Kingston HyperX Predator Beast,bajo cuyo atemorizante nombre ofrece memoria DDR3 a 2400 MHz CL11 peropor un precio muy interesante, 10 € por GB, 80€.Una última recomendación a la hora de configurar las tripas del PC esque os hagáis una composición de espacios atendiendo a la distribuciónde la placa base. Por ejemplo las memorias elegidas incluyen disipadoresde aluminio que serían un estorbo en cualquier placa Mini o Micro ATX yque habría que desinstalar si hemos instalado un disipador como Diosmanda sobre el procesador, con lo que sería dinero tirado. Lo mismoocurre con la tarjeta gráfica, auténticos monstruos que no encajan encualquier configuración.
El resultado de nuestros ajustes se puede ver en esta tabla final en la que os detallamos tres vías distintas, con tres presupuestos y una lista específica de componentes que se ajustarían al presupuesto. Como hemos comentado más arriba, el modelo más económico lo es de verdad, pero no es un ordenador que se pueda recomendar para jugar en las condiciones buscadas. Nuestro segundo equipo sí lo es, un mínimo para jugar en condiciones, una máquina que nos permitirá disfrutar de los títulos actuales, pero sin adornos. El tercer equipo en cambio es una máquina muy digna a un precio ajustado, una que nos permitirá disfrutar de los lanzamientos del futuro próximo sin problemas y con el mínimo de calidad buscado. Como siempre, a la hora de construir un PC no hay un "momento ideal", es siempre una cuestión de cuánto puedes esperar y cuánto estás dispuesto a pagar. Lo que puedas comprar ahora no tiene nada que ver con lo que podrás comprar en un año, o incluso en menos, así que "el momento" es siempre una cuestión personal.