Clásicos Navideños 2011

Skyrim, Skyward Sword, Arkham City, Uncharted 3, Gears of War 3, Portal 2, Battlefield 3, Deus Ex: Human Revolution... ¡vaya añito, y vaya Navidad nos espera! Pero en MeriStation, como somos unos nostálgicos de lo bueno y nos gusta recordar de dónde vienen los titulazos de hoy, también tenemos tiempo esta Navidad para desempolvar obras que han marcado nuestras vidas. Todo el equipo de la revista, por ello y uno a uno, os contamos unas navidades más a qué vamos a dedicar algunas horas de nuestro pequeño período vacacional. Si teníamos recomendaciones de compra, de GOTY o de decepciones, éstos son los clásicos que hemos destacado este diciembre de 2011, fieles a la tradición de MeriStation y totalmente fuera de debates de calidad o atemporalidad. Opinión cien por cien muy al estilo de cada miembro del equipo.

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En navidad, resulta imposible no echar la vista atrás y rememorar tiempos pasados. Siempre hago recorrido de las nochebuenas que he pasado al fuego de una buena estufa y flanqueado por el videojuego escogido para ese año, en lo que es un ritual jugón más. En 1994, gocé con Battletoads in Battlemaniacs para Super Nintendo. Había descubierto la serie en NES, flipando y sufriéndola -por su puñetera dificultad- a partes iguales, pero ese trío de chulazos-rana petados de winstrol repartiendo estopa recia a todo tipo de cochinos infernales y reinas góticas embutidas en voluptuosos corsés, se ganó un rincón de privilegio en mi yo-gamer. Tanto que pese a haber muerto 9999 veces estampando la moto contra una roca en la puñetera fase de la carrera de obstáculos, repetí con Battlemaniacs con idéntico resultado. Este recomendaría jugarse a la versión Arcade, Super Battletoads, la itinerancia de las ranas peleonas exclusiva de recreativas. Un beat'em up muy hardcore, más sangriento y oscuro que las versiones de consola y con un humor negro más acentuado incluso. El juego se centra más en las peleas puras y duras que en las fases de vehículos habituales de las consolas -a mediados de los 90 el beat'em era el rey de los salones- y ya permite elegir qué rana queremos manejar, diferenciando sus características como ya hizo el crossover Battletoads & Double Dragon. Poco más os puedo decir, aprovechando que estrenaremos las recreativas como sistema de juego en MeriStation 4.0 -muy muy pronto en todas sus pantallas-, Super Battletoads es mi recomendación. Y además, está hecho por Rare. Olvídate de tortugas ninja. Los tipos duros juegan con ranas cicladas. #yes

Nacho Ortiz

Zombies, zombies y más zombies. En Navidad no necesito polvorones y garrapiñadas, solo muertos vivientes avasallándome a todas horas. Cuantos más, mejor. En cantidades industriales. Este subgénero de videojuegos por aquello de ser común en la presente generación, tiene un máximo estandarte en la saga online Left 4 Dead de Valve. Para mi beneficio, es hasta online, lo que la convierte en un placer excepcional para compartir partidas online con tres amigos más. Y desde la más reciente rebaja del juego -a buen seguro no será la última-, conseguir la secuela por poco más de cuatro euros el mejor manjar que se puede degustar en tan señaladas fiestas. Acción sin pausa, visceral y rápida, con niveles de dificultad que contentan tanto a paquetes como a hardcore, un modo cooperativo que es una delicia y que, sumado a las opciones competitivas, se transforma en el juego de zombies de la generación. Yo lo tengo claro: amenizaré mis cenas con una buena sangría a lo Left 4 Dead. Y si os animáis, os espero en Steam: busco supervivientes ¡Hunter, Spitter, Tank y los zombies payasos os desean una muy Feliz Navidad!

Enrique García

Toneladas de comida, visitas familiares por doquier, luces, primos, el árbol, los tíos, gasto desenfrenado... Una vez creces, las Navidades ya suelen perder la magia y el encanto de cuando eres infante. Para intentar preservar estas, suelo llevar a cabo costumbres tales como mi calendario de Adviento y sacar a pasear el viejo parque consolero. En concreto Mega Drive y un título ideal para el 24 y 25 de diciembre: Daze Before Christmas. Un plataformas 2D bidimensional de toda la vida en el que manejamos a Santa Claus, que tiene que derrotar al malvado Muñeco de Nieve que ha secuestrado a sus elfos y al reno Rudolph. Lo más divertido es que, bebiendo café, nos convertimos en Anti-Claus, una versión demoníaca con cuernos que pega con su saco de juguetes a diestro y siniestro. Añadámosle un calendario de adviento a modo de progresión de fases, niveles manejando el trineo de Santa y echando regalos por las chimeneas del mundo entero y un bonito toque visual con animaciones tan divertidas como meternos dentro de nuestro propio gorro -en caso de ser Anti-Claus dentro de nuestro saco-, y tenemos la quintaesencia jugable navideña, ideal para la noche del 24 y la perezosa tarde del 25. ¡Ho, ho, ho, Feliz Navidad!

César Otero

En una semana en la que se acerca la Navidad, el frío empieza a asomar la cabeza -ya era hora- y deseamos estar cerca de las estufas, las bombas de calor o las chimeneas… pues que queréis que os diga, para mí lo más importante es coger calor de manera mucho más rápido que con todos estos elementos. Y lo voy a hacer con Beach Spikers, juegazo atemporal para Nintendo Gamecube totalmente recomendable. Cogemos tres amigotes, o amigotas ya que estamos, les damos un mando a cada uno, cogemos uno nosotros y nos disponemos a pasar tardes enteras jugando en partidas de vóley playa dos contra dos. Bloqueos, tiros con efecto, saques espectaculares y muchos gritos: '¡tuya!¡ Toma! ¡Pero qué **** haces! ¡Salta por dios!'. Diversión en estado puro con un sistema de juego sencillo pero adictivo. No son las chicas de Dead or Alive, pero es que tampoco lo necesitan. Bajo esos cuerpos en bikini moldeados todos por el mismo patrón se encuentra una obra de arte para el multijugador local a cuatro jugadores. Como buen fan de los deportes en general y del vóley playa femenino en particular, le doy el Salva Seal of Aprove para digerir mejor los turrones y la sopa de la abuela.

Hay clásicos que en épocas navideñas sonobligatorios de revisar por mi persona, en especial los juegazos que con elsello Disney por bandera solían publicar terceras compañías entre cuyas filasse encontraban nombres hoy míticos en la industria. Castle of Illusion, Worldof Illusion, Magical Quest, Aladdin… La lista es bastante amplia. Este año, y gracias aSony, lo tengo claro. El reciente relanzamiento bajo PSN del soberbio MickeyMania (que en su versión PS1 fue rebautizado como Mickey's Wild Adventure) haposibilitado que ahora se encuentre instalado en mi PSP, por lo que no dudaréen llevármelo conmigo en los pocos días libres que pueda tomarme para darle unbuen repaso. Se trata de la última y mejor versión de un juego que ya de por síera soberbio en 16 bits. Curiosamente, este título supuso la primera línea enlos currículums de dos genios hoy día consagrados como son David Jaffe (autorde God of War o Twisted Metal, encargado en Mickey Mania del diseño) y MichaelGiacchino (oscarizado compositor que en el mundo del videojuego ha maravilladoen franquicias como Medal of Honor, siendo actualmente uno de los músicosreferentes en la industria cinematográfica), dando con ello buena fe de lacalidad alcanzada por Mickey Mania. Cada uno de los niveles toma comoreferencia un corto proveniente de la edad dorada del ratón de Disney.Impagables son por ejemplo Steamboat Willie y sus gráficos en blanco y negro oLonesome Ghost y sus jocosos fantasmas. En definitiva, la clásica jugabilidadde un plataformas bidimensional, unos impresionantes gráficos (los cuales fueronoptimizados y mejorados para la versión que nos ocupa) y la mejor banda sonoraque jamás se haya podido escuchar en un juego Disney (Giacchino ya apuntabamaneras en ese trabajo inicial) redondean el que sin duda es el descargable dePSN para estas navidades.

Joaquín Relaño

Lo cierto es que entre tanta cola que me toca tragarme para entrar a jugar a Star Wars: The Old Republic, hay momentos en los que necesito saciar mi sed de RPG occidental. Por eso, y recordando las buenas horas que he pasado este año con Deus Ex: Human Revolution, estas navidades volveré a disfrutar con el RPG de corte occidental más parecido a la última obra de Square-Enix y Eidos. Pese al fallido lanzamiento que tuvo, plagado de bugs y problemas jugables, el tiempo, los parches y la comunidad que le ha dado soporte han acabado por demostrar que Vampire The Masquerade: Bloodlines es uno de los RPG más complejos, profundos y adultos de cuantos han aparecido en la plataforma, y ofrece posibilidades que ya ni se esperan de los lanzamientos de hoy en día. Troika se sacó de la manga un juego construido sobre el por aquél entonces sorprendente motor Source de Half Life 2 que desde una perspectiva en primera persona representaba fielmente el World of Darkness en el que se sustenta toda la mitología del juego de rol de mesa. Vampiros, clanes, alianzas, traiciones y mucha violencia en un título que aún a día de hoy me sigue sorprendiendo por lo ingeniosas de algunas de sus conversaciones y situaciones jugables. Y es que no tiene precio controlar a un Malkavian que se ponga a discutir con una señal de tráfico... Así pues, volveré a instalar los CD's del juego, le aplicaré el último parche oficial, la trabajadísima traducción del Clan Dlan y el último mod de la comunidad, y recordaré una vez más qué es lo que echamos de menos los que decimos constantemente que los juegos de rol son algo más que numeritos y estadísticas. Imprescindible aún a día de hoy, siete años después. Jeanette, ¡ai! Jeanette...

Albert Gil

No fallo, llega la Navidad, y siempre dedico unas horas a mi género favorito -los juegos de plataformas- y a rescatar algún clasicazo de los que llenaron las navidades de mi infancia. Más allá de los para mí inagotables Crash Bandicoot, Croc, Super Mario 64, Jak and Daxter, Banjo Kazooie, Donkey Kong Country o Spyro The Dragon, este año tengo clarísimo que le toca el turno a un título que me entusiasmó tanto como los bocadillos de Nocilla o el resistente balón oficial de mi Comunión: Bugs Bunny: Lost in Time. Recorrer en escenarios 3D junto al conejo gris todos los mundos de sus compañeros de la Warner, desde la Fábrica Acme hasta el Planeta de Marvin el Marciano era un lujo que en aquella época marcaba a todo amante de los Looney Tunes y demás material cómico-animado. Estoy con Relaño y su Mickey Mania, es un buen momento para rescatar juegos de este tipo, de corte infantil pero enormes, adictivos y divertidísimos, aunque yo este año me quedo con uno tridimensional. No gustó a todo el mundo, tenía un manejo algo tosco y se quedaba muy por detrás de joyas ya existentes en aquel 1999 como los mencionados Spyro, Crash, Super Mario 64 o Croc. Ahora bien, no sé si será el turrón, la chimenea o el árbol de Navidad, que le tengo unas ganas inaguantables. A ver si Nacho y Pep me dejan coger unos días de vacaciones. Nostalgia, ¡reaparece como el mejor de los regalos!

Javi Andrés

De aire claramente navideño aunque estrenadas en pleno verano, la saga de la Jungla de Cristal (Die Hard), y particularmente sus dos primeras entregas se encuentran entre los mejores recuerdos de mi niñez en una sala de cine a oscuras con un cubo de palomitas. A finales de 1996, Fox cogió la trilogía inicial y la convirtió en un gran título provisto de tres mecánicas diferentes. Die Hard 1 nos ponía en los pies desnudos de un John McClane que debía abrirse paso desde el garaje hasta la azotea del Nakatomi Plaza a tiro limpio en un gran shooter en 3ª Persona, frenético y violento, y que requería no solo de disparar, sino de localizar las bombas de Hans Gruber una vez habíamos limpiado la planta en cuestión. Die Hard 2 elevó las dosis de violencia (algunos enemigos estallaban literalmente en sangre poligonal) con su magnífica e intensa propuesta de shooter sobre raíles, divertidísima de jugar en PSX con pistola o en PC con el ratón. Finalmente, Die Hard 3 cerraba la saga con un cambio abismal hacia la conducción, en una suerte de desafiante Crazy Taxi con bombas en el que la violencia alcanzaba cotas de delirio, pudiendo atropellar a las decenas de peatones que corrían por las calles (los limpiaparabrisas nos quitaban los restos de sangre del salpicadero). Die Hard Trilogy es, en resumen, un gran arcade de acción difícil y variado que merece la pena revisitar, y que para los fans del icónico personaje de Bruce Willis es todo un regalo jugable. Como diría John McClane: "¡Yippee kai yay, Hijo de ****!"

Martín Iraola

Cuando se habla de los grandes RPG nipones de antaño, uno de esos títulos que vienen inevitablemente a la mente es Grandia. Tristemente relegada al ostracismo, las dos primeras entregas de esta serie eran auténticas obras maestras atemporales que han dejado una huella imborrable en sus jugadores. No cabe ninguna duda de que el primer Grandia era una maravilla del género con una gran calidad a todos los niveles, pero su segunda entrega evolucionaba el concepto y le añadía un toque más de belleza gracias a aquellos gráficos impresionantes que nos dejaron con la boca abierta cuando salió por primera vez en Dreamcast. Grandia II nos cuenta una bella e interesante historia en la que todos los personajes juegan un papel importante y, sobre todo, resultan carismáticos, logrando que nos sintamos parte del grupo protagonista y deseemos llegar a saber más sobre sus pasados y sus motivaciones para actuar. Además del excelente nivel técnico y su gran argumento, destacaba la seña de identidad de la franquicia: los combates dinámicos, en los que las combinaciones de ataques entre los personajes se antojaba crucial para anteponerse al movimiento de los enemigos y minimizar los daños. Intenso, divertido, bello e inolvidable, Grandia II es uno de los mejores RPG de todos los tiempos.

Ramón Méndez

Aprovechando que el género de las plataformas vuelve a estar en lo más alto, con grandes lanzamientos recientes como Rayman Origins o Sonic Generations -sin olvidarme del gran retorno de Donkey Kong el pasado año-, estas Navidades pienso rescatar del baúl de los recuerdos a mi querida Super Nintendo y el cartucho de un título del que guardo muy buenos recuerdos, Cool Spot. La mascota de 7 Up de finales de los ochenta protagonizó un plataformas más que correcto -desarrollado por Virgin Games y lanzado para Mega Drive y Super Nintendo en 1993- en el que debíamos superar divertidos escenarios recogiendo chapas y disparando burbujas a enemigos como cangrejos, ranas, ratones o todo tipo de juguetes. Sin duda, un videojuego que pasó algo desapercibido en su momento -gracias, en parte, al protagonismo de Mario y Sonic- pero que no debemos dejar en el olvido, pues resulta tan divertido como vistoso, además de desafiante en su nivel más alto de dificultad; lo dicho, ahora que las bajas temperaturas nos invitan a pasar más tiempo en casa, no hay mejor opción que volver a la playa con el tamaño de una chapa de refresco roja y gafas de sol.

Cristian Ciuraneta

Después de muchos años siendo un juego poco accesible, debido a su condición prácticamente artesanal, su responsable decidió hacer una excelente conversión del mismo a iOS, permitiendo a una nueva generación disfrutar de uno de los más fascinantes híbridos que existen. Con elementos de rol, estrategia y gestión, King of Dragon Pass es un título único y fascinante, capaz de atraparte durante horas días y semanas mientras tratas de lograr la supervivencia y la prosperidad de tu clan. Ambientado en Glorantha, escenario de Runequest, un mundo de influencia nórdica y en donde lo cotidiano viene de la mano con lo sobrenatural, el jugador debe tomar el timón de un clan y gestionar desde cosas mundanas como los cultivos o el ganado, hasta cosas tan místicas como la de tratar de reestablecer la conexión con los dioses y buscar su favor. Pese a que todo se desarrolla con pantallas estáticas -acompañadas de bellas ilustraciones- una de sus principales visrtudes es la de dar una gran libertad al jugador para fijar su camino y establecer el código con el que quiere regir a sus gentes, ya que el gobierno se realiza a través de cientos de pequeñas y complicadas decisiones que van forjando el camino hacía tu destino, la mayoría de las veces sin saber si estás haciendo lo correcto o no. La suma de todas las pequeñas piezas, eventos y decisiones conforman un juego de estrategia con mucho de personal, en donde tanto tus fracasos como tus triunfos vienen siempre acompañados de una cascada de consecuencias. Pocos juegos logran ofrecer la sensación de control y responsabilidad que ofrece King of the Dragon Pass y el poder disfrutarlo desde la pantalla del móvil es un auténtico lujo que dará para muchas horas de apasionante aventura delante de una hoguera.

Francisco Alberto Serrano Acosta

Naughty Dog ha demostrado una vez más que es capaz de ponerle el broche de oro a sus sagas con la última entrega de la serie Uncharted. Pero antes incluso de que Nathan Drake hiciese acto de aparición el estudio dedicó esfuerzos a dar vida a una trilogía maestra (luego llegarían otras entregas y spin offs, eso sí) en PlayStation 2. De los tres Jack & Daxter indudablemente me quedo con el tercero, una joya de aventuras y plataformas que mezclaba sabiamente los mejores elementos de los dos capítulos anteriores dando lugar a uno de los grandes títulos de la consola, por el que no pasa el tiempo y que sigue siendo tan sólido a nivel jugable como visual, a pesar de que ya posee unos cuantos años y nuestros ojos han sido contaminados por la alta definición y los juegos marrones que han usado el Unreal Engine 3 como base. Jak 3 se convertirá así en mi juego para disfrutar de nuevo esta Navidad, porque no hay que olvidar de dónde vienen las compañias (años atrás también rozaron la excelencia con el sobresaliente Crash Bandicoot 3: Warped) y sobre todo, porque es divertidísimo, proporciona horas de juego con una historia fantásticamente pensada y su diseño de niveles (alternando géneros, habiendo incluso momentos con vehículos) sigue siendo de lo mejor que puede encontrarse en el sector. Personalmente diría incluso que (junto al citado Crash 3) el mejor título que ha desarrollado esta compañía cuyo próximo proyecto ya tiene nombre y una enorme fanbase: The Last of Us.

Pablo González Taboada

En la época en que Metal Gear Solid avasalló con todos y con todo, 989 Studios realizó para Sony como first party un juego de acción y espionaje que nos presentaba a Gabe Logan, un agente acompañado por códec (un guiño al genial juego de Kojima) por Lian Xing, su agente de inteligencia. En este gran juego de acción con algunas partes de sigilo debíamos realizar multitud de misiones repartidas por 20 niveles. Desactivar bombas víricas, pasar inadvertidos en una fiesta, eliminar al líder del grupo terrorista,... todo "muy visto", lo sé, pero todo casi perfecto. Desde el manejo de Logan, con unas animaciones muy suaves y características en su forma de correr, hasta la utilización de armas que han quedado como "clásicas" de la saga, como era el táser que nos permitía eliminar a los enemigos a corta distancia con descaras eléctricas (que, si manteníamos durante unos segundos, llegaban a abrasar al pobre tipo). Un juego con un ritmo perfecto gracias a la consecución de objetivos correlativos, con fases muy amplias en calles, garajes, edificios,... un juego que cogía el concepto de acción táctica y le daba la vuelta para que no se creyese que pretendía aprovecharse de la fama Metal Gear, ya que por sí mismo poseía grandes dotes para la diversión y se diferenciaba la suficiente en la mecánica, mucho más frenética y ágil. Todavía recuerdo los enfrentamientos contra multitud de terroristas y tener que andar con mucho cuidado con la M-79, mortal para todos en distancias cortas. Además: jugarlo en difícil ponía al usuario en momentos de apuros, lo que se agradecía más aún al finalizarlo. Y eso es lo que haré estas navidades: darle de nuevo la oportunidad a Logan, a Xing y a La Agencia de ponerme en tensión mientras espero que llegue la familia para cenar en Nochebuena. Felices fiestas a todos!!

Juan Porteiro

Para mí, clásico es todo aquello a lo jugué cuando todavía no tenía barba. Con esta definición, mis opciones se limitan a todo lo publicado durante el siglo pasado, y eso me obliga a regresar a un tiempo remoto en el que eramos gobernados por un perverso invento denominado Windows 95. De aquella recuerdo un juego que volverá a mi PC para estos días navideños, un 'dungeon crawl' con nombre de tierra oscura, aunque nada tenía que ver con las novelas de Tolkien. Lo primero, crear tu grupo de personajes con sus típicos elfos, enanos, gigantes, gnomos... o lo que surja, a elegir entre otro porrón de profesiones (magos, guerreros, paladines, pícaros, sanadores, cobradores de Hacienda, etc) Luego, un poco de la mecánica típica del género: preparse en el pueblo, descender a las mazmorras, dar cuenta de los enemigos sin escatimar en mamporros o magia, tomar prestado todo el oro y objetos mágicos que se pueda, seguir descendiendo pisos y pisos, subir de nivel, ponerse más poderoso y, finalmente, encontrar al 'Prince of Devils' y convencerle amablemente de que cese su actividad malvada. Pero lo mejor es su sensación de continuidad. ¿Qué la expedición se pierde en las profundidades? Puedes crear otra para que rescate a los incautos. ¿Un personaje sufre heridas irreparables? Nos hacemos uno nuevo para completar el cuarteto. En estas navidades, Mordor: Depths of Dejenol. Porque no hay nada más navideño que zurrar a unos kobolds y llevarse sus tesoros.

José Álvaro Sañudo