Assassin's Creed Syndicate: ¿Ocaso o revolución?
La nueva entrega de la saga de Ubisoft se traslada a la Londres de la Revolución Industrial con varias novedades en su mecánica de juego pero manteniendo una base jugable con virtudes y defectos heredados del pasado. ¿Puede Syndicate revitalizar la saga?
Esta semana llega a las tiendas de todo el mundo Assassin’s Creed: Syndicate. Ni más ni menos que la novena entrega principal de una franquicia que nació en 2007 y que desde entonces no ha fallado año tras año en su llegada a lo largo de los meses de octubre que se han ido sucediendo. Y sí, desde el estreno de Altair ha pasado casi una década. La saga se consolidó como una de las más exitosas de la pasada generación de consolas, pero el tiempo ha ido haciendo mella en una fórmula que probablemente no aguanta el tirón para poder publicarse cada doce meses sin que la mecánica y la experiencia acabe resintiéndose. Con Unity, la entrega que se estrenaba en la nueva generación de consolas, Ubisoft dio un paso crítico en el que el resultado final, tanto en la propuesta jugable como en la solidez del producto en sí, quedó en entredicho. Y en estas aguas navega Syndicate, un juego con mucho menos hype que anteriores pero que tiene ganas de reivindicarse y demostrar que el plan de la compañía gala con su saga de referencia todavía tiene recorrido por delante.
La situación de la saga principal ha ido oscilando con una recepción que mezclaba buenas entregas con otras mejorables. En ventas, eso sí, siempre ha sido envidiable para la mayoría de sagas. Después de la base de la primera entrega llegó un Assassin’s Creed II que convenció a los más dudosos y que, sin ser una propuesta perfecta, mostraba el camino a seguir. Seguramente esa entrega y la posterior, La Hermandad, fueron dos de los grandes hitos de la franquicia. La trilogía de Ezio Auditore se cerró con un discutible Revelations y la tercera entrega numerada, ya en los Estados Unidos, generó división de opiniones. Black Flag, que podía parecer un juego menor, sorprendió gratamente por la mecánica naval y su protagonismo después de las buenas sensaciones de la tercera entrega. Y Unity, que debía ser el primer gran Assassin’s Creed de nueva generación, se dio de bruces con múltiples problemas que empañaron lo que debía ser un emplazamiento, el de la Revolución Francesa, inigualable.
Lo de Assassin’s Creed Unity hizo más mal que bien, y se acrecentaron las críticas sobre si la saga necesitaba tomarse un descanso y si el camino a seguir era el correcto. Pero Ubisoft no ha querido detener la fábrica de generar dinero que es la saga, y en diciembre de ese mismo año, con los bugs de Unity bien presentes, se filtraron los primeros detalles del nuevo Assassin’s Creed. Syndicate tiene ante sí dos objetivos. El primero, demostrar que queda cuerda para rato. El segundo, apostar por un nuevo emplazamiento que sea no solo una localización para cambiar nuestros saltos y asesinatos silenciosos, sino una excusa para cambiar de verdad una fórmula desgastada por el reiterado uso que se le ha dado durante estos últimos nueve años. ¿Estamos ante el ocaso de la franquicia o realmente todavía hay caminos frescos por explorar?
Para aventurarnos en este nuevo desafío tendremos dos gemelos como protagonistas: Jacob y Evie Frye que vivirán en una ciudad londinense en plena evolución industrial y con los templarios dominando el cotarro. Además de ser dos personajes que tendrán diferencias bajo nuestro control, destaca el trabajo hecho con Evie como una asesina con sus propias animaciones y físicas, algo que se había reclamado desde hacía tiempo a la compañía francesa. Naturalmente no faltarán un gran elenco de personajes históricos que formaran parte de esta historia de ficción y que darán color a nuestro avance. Nombres como Karl Marx, Alexander Graham Bell, Darwin, Dickens, Nightingale o la reina Victoria son algunos de los confirmados. Hay más, como por ejemplo Jack el Destripador, que eso sí estará disponible vía DLC. La ambientación, los personajes y la trama tiene pinta que volverá a ser uno de los atractivos marca de la casa.
El sistema de combate de la saga Assassin’s Creed, en todo caso, no es solo un problema de herramientas de nuestros asesinos ante los enemigos, sino también de los patrones que ofrecen nuestros rivales. No ha sido raro ver a lo largo de las entregas enemigos que se van turnando para atacarnos, otros que tenían una IA más que discutible a la hora de intentar esquivar o reaccionar ante nuestros ataques y la sensación, en general, que los combates en demasiadas ocasiones estaban muy predefinidos por unos patrones de los que no se salía absolutamente nadie. Será importante ver si esto ha cambiado realmente o se mantiene un corsé artificial que hace que los combates se sientan demasiado artificiales aunque tengamos más de tres y de cuatro enemigos ante nosotros. Las nuevas plataformas (y PC) pueden con mucho más de lo visto hasta la fecha.
Moverse por la ciudad
Los carruajes son una de las grandes novedades de la época en la que se ubica Syndicate y una de las propuestas que se espera cambie más la base en la que se asienta esta nueva entrega. Los vehículos están presentes en esta entrega y los podremos conducir, asaltar y usar como elementos de defensa para escondernos en alguno de sus costados. Esto intenta dar más agilidad a nuestro paso por la ciudad, pero no es lo único que se ha hecho para poder mejorar la sensación de dinamismo en una ciudad tan grande como la de Londres. El otro gran avance es la punta de lanza, una mecánica que también parece sacada de Batman Arkham y que cambia por completo el sistema de parkour que habíamos conocido hasta la fecha.
La punta de lanza permite clavarse en edificios que tenemos a una larga distancia y poder así ir de un lado a otro como si en una tirolina nos encontráramos. También facilita la escalada por los grandes edificios londinenses, ya que podremos usarlo en vertical para de un brinco llegar a lo más alto. Todo esto permite agilizar nuestros movimientos plataformeros de manera mucho más evidente que el clásico sistema automatizado de parkour que sigue presente en el juego. Veremos si facilita en exceso las cosas a la hora de escapar de los enemigos, aunque para movernos por la ciudad no hay ninguna duda que será bastante más ágil y sencillo con esta mecánica de juego.
Misiones y el eterno Deja Vú
Son ya varios los gameplays que se han podido ver de manera extensa con Assassin’s Creed Syndicate, y la verdad es que muchas de las nuevas mecánicas parecen acertadas. La presencia de la punta de lanza, localizaciones tan diversas como el Támesis o la mejora en el sistema de combate parecen estar perfectamente integradas en esta nueva entrega. Pero la duda que cierne sobre el juego está relacionada con las misiones. Uno de los grandes problemas de la saga es que al hacer juegos de tanta extensión y tantos objetivos por superar entre principales y secundarios, la sensación es que se acababa cayendo en cierta repetición de situaciones que no se podía evitar. Esta entrega, como pasó con Unity, cuenta con el modo sigilo y las ventajas que ofrecía ese cambio de perspectiva, así como novedades como unos cuchillos arrojadizos letales y muy útiles para ciertas misiones, pero queda la duda, y solo podrá ser despejada jugando durante decenas de horas, sobre si el juego es lo suficientemente variado para aguantar el peso de nueve años de entregas sin cesar.
Por el momento, lo que se ha visto no se sale del guión previsto y encontraremos muchas situaciones que nos recuerdan irremediablemente a misiones y acciones vividas en el pasado. El sistema de combate, secuencias novedosas como combates en carruajes o ciertas propuestas secundarias aportan un halo de aire fresco, pero no queda claro si eso será suficiente. Seguiremos teniendo clásicas misiones de acabar con ciertos objetivos, de limpiar zonas de enemigos sin que se alerten, de perseguir a un personaje concreto, etc. y esto es algo que no solo se repite respecto a otras entregas, sino que dentro del propio juego también va repitiéndose a medida que queremos liberar los distritos de Londres.
Hasta que no destripemos lo que da de sí la trama principal no se podrá valorar en profundidad si las nuevas mecánicas son capaces de revestir una fórmula que no es nueva y que se ha usado en demasía. A pesar de los múltiples cambios que ofrece el nuevo contexto histórico y las mecánicas que se han añadido, cuando uno ve Assassin’s Creed Syndicate no tiene la sensación de estar ante algo nuevo y distinto. Es algo conocido, algo que ya hemos jugado en el pasado y que mantiene en esencia las virtudes y los defectos de una propuesta que se ha ido construyendo y puliendo año tras año. Por eso es tan difícil, a día de hoy, saber si Syndicate conseguirá realmente revolucionar la saga con más contenido, más capacidad y nuevas mecánicas, o por el contrario, la saga Assassin’s Creed ha entrado definitivamente en un ocaso del que difícilmente podrá salir cambiando elementos sin tocar lo realmente importante: la base, el esqueleto del juego. La valoración definitiva, próximamente en Meristation.