10 razones para volver a Rapture
Pese al tiempo transcurrido, Rapture sigue siendo tan atractiva como siempre. Repasamos los motivos por los que este segundo viaje a sus profundidades merecerá la pena.
Las franquicias de renombre son un protagonista inevitable a esta fiesta del videojuego; títulos que pretenden alargar su leyenda a lo largo de estos primeros meses del año, pero que se están encontrando con recién llegados que ponen el listón muy alto, tal vez más de lo que se esperaba a priori, por lo que no está permitido el dormirse en los laureles. BioShock 2 es el próximo en llegar de una lista de grandes lanzamientos, y es uno de los que más se encuentran en el punto de mira de los usuarios. El recelo ha sido compañero de viaje constante de la nueva obra de 2K; el carácter cerrado de la entrega original hacía dudar de que fuese capaz de repetir el éxito que supuso BioShock a todos los niveles.
Pero todo miedo está completamente injustificado, y BioShock 2 consigue salir airoso de todo cuanto se le pueda achacar desde el desconocimiento. Una odisea épica, intensa e inolvidable, con tantos aciertos como el original, que consigue destacar aún a pesar del momento tan complicado en el que se encuentra el mercado estos meses. A lo largo de las próximas páginas, vamos a repasar los elementos clave por los que BioShock 2 merece un hueco en toda colección que se precie. Un pequeño aperitivo antes del análisis, en el que haremos un recorrido por las diez razones por las que merece la pena volver a visitar Rapture.
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Razón: Un argumento de superproducción
Si por algo destacó el primero BioShock fue por su argumento, y parecía difícil que esta continuación fuese capaz de ofrecer una experiencia tan inolvidable y de tanta calidad. No obstante, se podría decir que en este aspecto es incluso mejor que su predecesor; profundiza en nuevas áreas de la psique humana y nos presenta una situación todavía más precaria, en la que los nuevos ideales filosóficos y religiosos de los sucesores de Andrew Ryan nos llevan inexorablemente a un viaje interior en el que nos llegaremos hasta a plantear el porqué de nuestras acciones. La desesperanza y las preguntas existenciales se sucederán en nuestra mente, mientras conocemos más de la situación en la que se encuentra Rapture y de los personajes secundarios que nos acompañarán o se nos opondrán.
Todo esto narrado de forma exquisita, con conversaciones muy bien introducidas y llevadas con abundante credibilidad; nada es fruto del azar, y cuanto hagamos y vivamos estará estudiado y será el producto final de una sucesión de acontecimientos que propician la fluidez argumental; pocos títulos han sido capaces de conseguir un acabado semejante. Tras la caída de Andrew Ryan, su opositora política Sophia Lamb se hace con el control de Rapture. Al igual que su antecesor, Lamb pretende imponer sus ideales dentro de la población de la ciudad, y lo consigue hasta el extremo obsesivo de que muchos de sus fieles la consideren una diosa. A nuestro lado, tendremos una vez más a la doctora Tenenbaum, la cual sigue preocupada por las Little Sister. Diferentes corrientes de pensamiento enfrentadas y un pasado desconocido que nos persigue, que acaban confluyendo sobre un mismo punto: nosotros.
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Razón: Ser un Big Daddy
El primer enfrentamiento contra un Big Daddy es uno de los momentos más destacables de lo que va de generación. Una criatura muy poderosa con la que, realmente, no teníamos por qué enfrentarnos si no queríamos, pero si queríamos salvar a las Little Sister el combate era inevitable. Su sola presencia sobre el escenario imponía, y acabar con ellos era un ejercicio de habilidad y resistencia. ¿Quién no querría convertirse en un ente semejante, tan poderoso e imponente? El protagonista de BioShock 2 es, precisamente, un Big Daddy, y lo cierto es que es un verdadero placer sentir toda la fuerza de la que disponemos, hacer uso de nuestras habilidades particulares, y llevar Little Sisters con nosotros.
Ningún splicer es capaz de frenar a un Big Daddy, y deben agruparse y aliarse para atacarnos si no quieren ser una presa muy fácil para nuestro taladro. Además, nuestro traje también nos permitirá disfrutar de secciones submarinas, donde pasearemos por el fondo oceánico. Pero sin duda, lo más interesante es lo de portar Little Sisters con nosotros. Deberemos robárselas a otros Big Daddy y luego podremos llevarlas a recolectar Adam y protegerlas de las amenazas; estas secuencias de Big Daddy son, sencillamente, excelentes, y tanto si luego las liberamos como si las cosechamos, las sensaciones transmitidas son inmejorables. Lejos de ser unas víctimas del entorno, nos sentiremos con la fuerza y la capacidad para resolver todos los problemas que se nos plantearán.
Razón: El armamento pesado de un Big Daddy
Sin duda, una de las grandes ventajas de ser un Big Daddy es contar con un arsenal pesado que será el martirio de los habitantes de Rapture. Destaca en primer lugar el taladro que llevaremos en la mano derecha, nuestra arma más importante. Con él podremos dar golpes normales, ataques más contundentes, o bien podremos encenderlo y perforar a nuestros enemigo. Pero lejos de limitarse a esto, nuestro taladro evolucionará y, por poner un ejemplo, podrá congelar a los enemigos al golpearles; o también se combinará con los plásmidos para realizar ataques críticos. La munición ya no será un problema, ya que tenemos en nuestra mano una de las armas más mortíferas y con más alternativas que se hayan visto nunca en un videojuego.
Pero, como es lógico, no nos limitaremos sólo a nuestro fiel taladro, y en muchas otras ocasiones serán de agradecer las armas de fuego (como, por ejemplo, para acabar con los demás Big Daddy). La remachadora será la más completa, con diferentes tipos de munición (disparos normales, poner bombas trampa ), pero palidece ante verdaderas joyas como son la ametralladora pesada, la escopeta o el lanza-arpones. Es un arsenal lo bastante profundo y variado como para ofrecernos un buen número de alternativas y formas de afrontar cada situación; y nos hará más falta que nunca, ya que los splicers son más variados, numerosos y violentos de los que erradicamos en la primera entrega.
Razón: La amenaza constante de la Big Sister
Fue de las primeras informaciones que se dieron a conocer de BioShock 2, pero hay que decir que nada de lo que se ha visto de ella antes hace justicia a verla en vivo, en su entorno natural de Rapture. Ágil, poderosa, resistente, cargada de recursos, capaz de alimentarse de splicers, y con un ansia asesina que deja en evidencia a los Big Daddy que tanto temíamos en la primera entrega. Siempre estará próxima (o próximas), atenta a lo que hagamos, atacándonos sin motivo aparente o esperando a que liberemos a todas las Little Sisters de una zona para atacarnos al menor despiste. Estaremos constantemente bajo su mirada, siempre sabe dónde estamos, y sólo quiere venir a por nosotros. Un personaje enigmático del que poco a poco sabremos más, pero que nos hará avanzar temerosos de un nuevo enfrentamiento del que, tal vez, no salgamos con vida.
Razón: Volver a Rapture, ciudad de los sueños rotos
Tras disfrutar de BioShock 2, hay una certeza que se hace evidente y que supera toda limitación que un juego debe imponer: la verdadera protagonista de esta epopeya subacuática es la ciudad de Rapture. Si ya en la primera entrega las paredes y las diferentes estancias comenzaban a contarnos su historia, en este segundo capítulo se profundiza todavía más y se hace patente que Rapture tiene vida propia. Es un entorno orgánico, con una historia atemporal que va desde su fundación hasta el presente, superando diferentes regímenes políticos, guerras civiles, accidentes y experimentos. Un fiel reflejo de todos los sueños de grandeza de la humanidad que se enfrenta con la cruda realidad de lo imposible que es volar tan alto y cuyo resultado es una dura caída.
Un paraíso idílico en el que tecnología y sociedad iban de la mano para intentar alcanzar la perfección de la humanidad, pero que nos presenta su peor cara tras la destrucción y el caos reinante desde la Guerra Civil. Apenas quedan unos vestigios de su época dorada, que nos permiten hacernos una idea de lo bella que debió ser cuando estaba en pleno esplendor. Si ya en el primer BioShock la ciudad de Rapture resultaba un entorno cargado de vitalidad, en esta segunda entrega veremos lugares todavía más asombrosos, como el museo dedicado a la vida en la superficie, o la posibilidad de ver la ciudad desde el exterior, paseando sobre el fondo marítimo. Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, nos encontramos todo un Rapture por ver, todavía más impactante que lo que ya conocíamos, y nos deja con la sensación de que su historia todavía no ha dado todo de sí.
Razón: El poder de la decisión
Rodeados de un ambiente tan filosófico, moral y religioso, era de esperar que la presión del argumento jugase su papel en el devenir de la aventura. A pesar de que somos un Big Daddy, estamos lejos de ser esas masas de músculo mecánicas que se rigen por la premisa básica de defender a la Little Sister a cualquier precio; tenemos capacidad de raciocinio, y podremos tomar decisiones vitales para la evolución de la aventura. Por un lado, regresa el dilema moral de qué hacer con las Little Sisters, ya sea liberarlas o bien cosecharlas acabando con ellas. Por otro, habrá personajes secundarios que se mostrarán fieles a sus principios y se enfrentarán a nosotros, sea física o verbalmente; en ocasiones, podremos acabar con su vida y vengarnos, o bien perdonar su afrenta y demostrarles que no somos el monstruo que pensaban. Este toque moral determinará el desarrollo de la aventura, y nos permite dar una personalidad a nuestro Big Daddy.
Razón: Habitantes de Rapture
Todos y cada uno de los personajes del juego merecen nuestra atención; sus pasados, sus historias, sus esperanzas, sus venganzas, sus pesares
Todos tienen algo que contar, y todos serán igual de interesantes. Sophia Lamb es un personaje realmente interesante, que intenta imponer su voluntad cambiando radicalmente el discurso de Andrew Ryan pero dándole matices claramente diferentes. Sus fieles no dudarán en adorarla como una diosa y defenderla a ultranza, llegando nosotros a conocer sus pensamientos e ideales gracias a la comunicación constante y a las grabadoras ocultas por el escenario. La doctora Tenenbaum también es un personaje vital, así como nuestro compañero de viaje. Iremos descubriendo abundantes cosas de todos ellos, así como de figuras anónimas cuyos diarios podremos encontrar por el escenario, y todas ellas serán igual de atractivas e intensas.
Razón: Los plásmidos nunca aburren
Por motivos obvios del argumento y la coherencia, no nos encontraremos grandes novedades en cuanto a plásmidos. Contaremos con viejos conocidos como el electrorayo, telequinesis, fuego, diana de seguridad, ráfaga invernal, hipnotizar, trampa ciclón, nube de insectos, o señuelo. Pero, realmente, tampoco hace falta mucho más para tener todos los elementos en la palma de nuestra mano; combinarlos con las nuevas armas nos propiciará que se conviertan todavía más en letales. Y si no, siempre nos quedarán los clásicos de quemar o electrocutar a los splicers, algo que nunca cansa.
Razón: Participar en la Guerra Civil de Rapture
Cuando se anunció que BioShock 2 contaría con un modo multijugador, se llegó a pensar que tal vez no pegaría demasiado dentro del ambiente y el espíritu general del juego. Sin embargo, en 2K han sabido ingeniárselas para ofrecer un multijugador que tenga sentido dentro del gran cuadro del universo creado: está ambientado en la Guerra Civil previa al primer juego, y nos pondremos en la piel de splicers. Son habitantes de Rapture normales y corrientes, con sus características y pasados propios: Jacob Norris, Barbara Johnson, Buck Raleigh, Danny Wilkins, Suresh Sheli y Naledi Alkins. Podremos personalizarlos a nuestro gusto, ya que contaremos con nuestra propia habitación, y la variedad de modos de juego es bastante amplia como para asegurar una larga vida para este apartado. Un gran complemento a la historia de Rapture.
Razón: Espectáculo técnico
Al igual que la primera entrega, BioShock 2 es una delicia técnica. Se mantiene la estética hasta un nivel casi enfermizo de fidelidad al original, pero verlo todo desde los ojos de un Big Daddy provoca que el entorno se vea con otros ojos. Las posibilidades son distintas, las alternativas son diferentes, pero todo está reflejado con todo lujo de detalles y es una verdadera delicia a todos los niveles. Destaca la jugabilidad fluida, ya que es cuestión de minutos hacerse con el control total de las acciones del Big Daddy; pero también el preciosismo de Rapture, la perfecta recreación de entornos y personajes. Una ambientación de auténtico lujo, sobrecogedora y orgánica, que se ve todavía más potenciada por un excelente trabajo de doblaje, que nos permite dejarnos llevar y sentirnos parte de un todo. Una experiencia de la más alta calidad técnica que consigue mantener el gran nivel del título original, algo que no parecía sencillo a priori.
