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10 films de terror del siglo XXI ideales para Halloween

Si los caramelos no son lo tuyo y lo del truco o trato se te queda ya muy atrás, siéntate en el sofá, enciende la tele y ponte una de estas diez películas. Pasarás un rato, como poco, entretenido. Y en el mejor de los casos mirarás bajo la cama dos veces antes de irte a dormir.

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Hace un par de años, publicamos una lista de recomendaciones de cine para Halloween. Aludíamos a la posibilidad de ver cine en lugar de salir a la calle, en la sana tradición del disfraz y 'truco o trato', algo más arraigado en el extranjero y que en España asumimos como una excusa para irnos de fiesta un día más de lo normal. Y este año, volvemos a plantear la misma hipótesis para ofreceros una selección de diez largometrajes -con un infiltrado entre ellos- que seguramente sirvan para que durante dos horas apartéis la vista del reloj y os mordáis las uñas mientras que lo que ocurre en pantalla capta toda vuestra atención. El cambio, para hacer una criba totalmente distinta a la de 2014, consiste en lo siguiente: sólo hay películas de este siglo y de fácil acceso: muchas de ellas, por ejemplo, se pueden ver a través de Netflix o son suficientemente recientes como para que las encontréis en videoclubs físicos (¿siguen existiendo?) o en otras plataformas de vídeo bajo demanda, como Movistar+ o Filmin. Por supuesto, no hemos repetido títulos así que clásicos modernos como Expediente Warren no aparecen destacados y, claro está, tampoco pretende ser una lista de "las mejores", sino de las que en opinión de este servidor son suficientemente sólidas como para no suponer una pérdida de tiempo. Apuntado eso y recomendando una vez más echar un vistazo al artículo de 2014 como complemento, comienza la selección por riguroso orden cronológico.

Session 9 (2002)

Aunque su carrera como director haya caído en picado en favor de transformarse en un mercenario televisivo (de alto standing, eso sí, pues ha dejado su firma en series como The Wire, Boardwalk Empire o Treme), Brad Anderson fue una de las grandes promesas del cine independiente norteamericano dedicado al buen arte de facturar producciones de género. Su película más famosa, "El maquinista", no sólo contaba con un camaleónico Christian Bale sino que además partía de una atmósfera opresiva y sabía cómo dosificar la historia para mantener interesado al espectador en todo momento. Sin embargo, para el que escribe estas líneas su obra más redonda fue "Session 9". Un grupo de personas, capitaneadas por David Caruso, (el Horatio de CSI Miami) visitan un hospital abandonado para realizar ciertas labores de mantenimiento... pero lógicamente lo que encontrarán allí es mucho más siniestro de lo que parece. Anderson antepone la calma al susto, crea una ambientación única y con ello da pie a uno de los films más significativos de la nueva ola de terror del siglo XXI. No es un film redondo, pero cumple allí donde se lo propone, posee una gran imaginería visual y sobre todo, se guarda un par de momentos de verdadero impacto. Si buscas un terror alejado de lo convencional, prueba con ella.

Ellos (Ils) (2006)

Del grupo de obras enmarcadas en el nuevo extremismo francés, seguramente sea más conveniente destacar films como "À l'intérieur", "Martyrs" o por supuesto la seminal "Alta tensión". Sin embargo, creo que Ellos (Ils) ofrecía más estímulos y que también es bastante más desconocida que las demás, por lo que no viene mal reivindicarla en su condición de película pequeña y anómala. La premisa no puede estar más vista: pareja feliz vive en su casa de campo ignorando los males que se alojan fuera de su terreno hasta que la cosa se tuerce y se convierten en el objeto de deseo de algún indeseable que pulula por la zona. Todo dicho de forma muy ambigua para evitar revelar sorpresas, claro, porque lo que hacen sus directores (David Moreau y Xavier Palud) es generar una sensación de claustrofobia con muy poquitos recursos y darle la vuelta algunos de los elementos característicos del género, para construir un discurso fuerte al tiempo que crean algunas imágenes tan contundentes y rotundas como las de sus compañeros de movimiento local. Es la más corta de la lista con diferencia no llega a los 80 minutos- así que puede ser una buena opción si tras la recogida de caramelos aún no tenéis sueño y buscáis algo directo y sin complicaciones.

Truco o trato: Terror en Halloween (2007)

 Rompemos la racha de cine de terror 'de autor' con una producción perfecta para estas fiestas y que aún siendo irregular ofrece momentos de suficiente interés como para que recomendarla no sea ninguna locura. Michael Dougherty, guionista de films como X-Men 2, se pasó a la realización con esta Trick 'r Treat, una celebración de la festividad de Halloween que engatusó a todo el mundo en internet con un tráiler magnífico y que tardó varios años en ser producida, para finalmente caer en el semi-olvido por una política de distribución bastante mediocre en buena parte del mundo (en España ni siquiera se estrenó en cines). Esto motivó que se la aplicase la etiqueta de cine de culto desde antes incluso de estrenarse, pero no es para menos: se trata de una película con varias historias, aparentemente independientes entre sí salvo por la aparición de un personaje concreto que sirve como nexo entre unas y otras. Tocando palos como la comedia negra o el terror puro, se trata de un divertimento que no alcanza las cotas de otro film que se mencionará en este artículo pero que por su buen acabado visual, su reparto (ojo a Anna Paquin) y ajustadísima duración, merece la pena. Si os gusta siempre podéis esperar un par de meses para ver su segundo largometraje, Krampus - Maldita Navidad (estrenado en 2005), esta vez sí en cines y con toda una campaña de marketing a su alrededor. Lástima que sea un film bastante regulero.

Déjame entrar (2008)

Volvemos a Europa con una de las pocas películas que podemos considerar, sin temor a que se nos cuestione, como clásicos modernos en su género. El director sueco Tomas Alfredson y su guionista John Ajvide Lindqvist trasladaron a la pantalla la historia de un joven cuya vecina es una niña vampira, una historia de amistad -o amor, incluso- improbable en la que la fatalidad forma parte de la narración, pero todo está narrado con tanta sensibilidad, con una visión estética tan marcada y un cariño innegable hacia sus personajes que al final tanto Oskar como Eli consiguen pasar a formar parte de ese tipo de personajes a los que no nos cansaríamos de ver durante horas en la pantalla. Es una película de ritmo lento, reposado, pero que sabe recompensar al espectador paciente con estímulos que van mucho más allá del susto con sonido y del salvajismo gratuito. Hay que mencionar por cierto que tras su éxito en todo el mundo, Hollywood decidió que la historia merecía contarse de nuevo en inglés y sólo dos años más tarde, en 2010, Matt Reeves (Monstruoso) dirigió un remake protagonizado por Kodi Smit-McPhee y Chloë Grace Moretz. Contra todo pronóstico y esto es algo que se puede decir en muy pocas ocasiones, no estaba nada mal.

Dead Set (2008)

El pasado fin de semana llegó a Netflix la tercera temporada de Black Mirror, una de las series de televisión más brillantes de los últimos años, y tanto en ese caso como en el de Dead Set hay algo en común: Charlie Brooker. Periodista reconvertido en showrunner y en mente privilegiada a la hora de leer hacia dónde nos dirigimos y cómo la tecnología puede acabar por deshumanizarnos, Brooker tiene un pasado muy ligado a la industria del videojuego y su carrera como guionista lo deja bien claro, con producciones como How Videogames Changed the World (2013) o el episodio "Playtesting" de la citada T3 de Black Mirror. Sin embargo, en esta lista toca hablar de terror en sus múltiples vertientes y Dead Set no sólo es una brillante sátira de la telebasura y de cómo miramos la pantalla como estúpidos sin cuestionarnos qué hay detrás, sino que es una "película" de zombis modélica, con una realización intensa, secuencias salvajes y un ritmazo impecable. Dura dos horas y cuarto pero el truco es el siguiente: es una miniserie de cinco episodios de veinticinco minutos cada uno, por lo que cualifica perfectamente en un grupo de recomendaciones. La premisa: el apocalípsis zombi se desata en Reino Unido y los habitantes de la casa de Gran Hermano no se enteran de nada de lo que pasa fuera del recinto. ¿Qué pasará?

Cabin in the Woods (2012)

Halloween no sólo es para pasar miedo, de hecho más bien lo contrario. Hay que disfrutar del momento y qué mejor que llamar a unos cuantos colegas, ponerse una película y disfrutarla en compañía. Cabin in the Woods es idónea para esta situación, una película escrita por Joss Whedon y Drew Goddard -este último, además- dirige- y que tiene el ADN de la creación de ambas cabezas pensantes. Imaginad una película de unos jóvenes que van al bosque, encuentran una cabaña y... ¿sabéis lo que ocurre, verdad? Exacto, comienzan a desaparecer. Ahora imaginad esta premisa en manos de los responsables de "Buffy cazavampiros", "Perdidos" y el "Daredevil" de Netflix y Marvel. Lo que parecía previsible da la vuelta y se convierte en una fiesta que conviene no desvelar para que cualquiera de los giros os pille desprevenidos y creedme: lo harán. Un fin de fiesta que celebra no sólo la existencia del cine de terror y sus códigos sino que les da la vuelta y crea otros tantos diferentes. Y esto sin abandonar el humor. Si ya la habéis visto y buscáis algo similar, "Tucker & Dale contra el mal" es otro film que funciona de forma similar pero lo aplica al slasher de paletos donde los adolescentes son, al final, el mayor peligro hacia ellos mismos que los propios ¿psicópatas?.

It Follows (2014)

Las siguientes tres películas recomendadas comparten algo: no sólo son buenas, sino que además han estado en festivales de prestigio, han ganado premios y por tanto gozan de un prestigio que va más allá de lo que yo pueda deciros. Y la primera en conseguir esto fue "It Follows", el segundo largometraje de David Robert Mitchell, una cinta de terror estilizada que parte de una de las mejores premisas que se han visto en el género en muchos años: tras hacer el amor, algo te persigue incansablemente, sin descanso. Todo se ambienta en un barrio residencial, en una época indeterminada aunque con un tono claramente ochentero, con una estética estudiadísima y un casting perfecto liderado por Maika Monroe. Música alternativa, un desarrollo muy personal, el arranque más bruto del terror moderno (en sus tres minutos iniciales lo deja todo claro) y en resumen una película que hay que ver, sí o sí, a poco que te interese el género no ya por su impacto sino por su capacidad para remover conciencias y hablar de temas tabú de forma adulta y razonable.

Babadook (2014)

En la lista de recomendaciones de 2014 no pudo faltar Expediente Warren de James Wan, y sinceramente he estado tentado a incluir Insidious 2 o Expediente Warren 2 en la presente. Pero de momento he preferido darle un descanso al director, dejarle con su adaptación para DC de Aquaman y apostar por Babadook de Jennifer Kent. No sólo es lo más parecido al cine de Wan que se ha hecho en los últimos años, es que de por sí es uno de los films de género más brillantes de este periodo. Lo importante son los personajes, la relación entre una madre y su hijo, y con algo tan esquemático es capaz de crear una atmósfera sensacional. Expandiendo el cortometraje Monster que realizó en 2005, Kent enseña lo justo y necesario para crear tensión, pone foco en lo que menos suele cuidarse del cine de terror y al final esto sirve para construir una narrativa humana y cercana sin descuidar lo que se espera de ella en los momentos adecuados. Lo más sorprendente no es cómo consigue poner todo esto en pie siendo su primer largometraje, sino que al acabar el film querrás adoptar al Babadook del título aunque sea en forma de libro ilustrado.

La Bruja (2015)

Y llegamos la final con el también debut de Robert Eggers en el largometraje, un film premiado en el festival de Sundance con el galardón al mejor director (como para no, visto lo visto) y que el pasado 2015 se paseó por los festivales de medio mundo recibiendo aplausos aquí y allá, de hecho fue la encargada de inaugurar el Festival de Sitges y las ovaciones aún retumban en el Auditori del hotel Melià. Si habéis visto La cinta blanca de Michael Haneke sabréis qué ritmo tiene el film, y en caso de que no sea así os lo explico: una familia, en una casa, viviendo en el bosque. Contexto religioso, y la leyenda de una bruja que pulula por la zona para que los niños no tengan la necesidad de salir de la zona segura de sus tierras. Ambientación en el siglo XVII, pocos personajes, mucho diálogo, nula intención de que pases un rato entretenido, en el sentido más pirotécnico posible... pero si te atrapa, no te va a soltar hasta el final. Una película exigente con el espectador, que se reserva un tercer acto brillante y donde las explicaciones nunca llegan, confiando en que sea el espectador el que rellene los huecos. Puro éxtasis.