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Final Fantasy IV: Complete Collection

Final Fantasy IV: Complete Collection

La colección definitiva

Cuando pensábamos que el camino a seguir era mirar hacia el futuro y olvidar el pasado, Square Enix decide unir los capítulos ‘perdidos' de Final Fantasy IV para publicar una edición con carácter definitivo en la que se respeta el formato tradicional de la aventura. Todo lo que se ha conocido sobre el legendario cuarto capítulo de la franquicia desfila por PSP confirmando que el misticismo de las primeras entregas sigue intacto pese a las evidentes señas de cansancio que muestra la mecánica de juego. Una colección por fans para fans.

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A muchos resultará extraño ver a Final Fantasy IV saltar a la palestra en 2011, época que se intuye tan alentadora como crucial para la industria de los videojuegos. Un JRPG de tintes clásicos, piedra angular de los desarrollos hardcore que hicieron de Squaresoft una compañía con una historia que contar, aparecido mil veces en el pasado, usado y reutilizado en función de las necesidades de ésta o aquella consola. Hubo un periodo de calma en la trayectoria del cuarto capítulo de la franquicia que sería aprovechado tiempo más tarde para un estelar regreso a la actualidad de la mano de Matrix Software, cambiando el mundo original en 2D -formado a base de sprites- por otro tridimensional. Novedades aquí y allá, millones de ventas acumuladas, la oportunidad de ver renacer la popularidad de un capítulo al que siempre le ha rodeado cierto misticismo, un halo de culto como reminiscencia de tiempos pasados -no diremos mejores-.

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Después del remake aparecido en Nintendo DS, Square Enix lanzaría en exclusiva para móviles -y posteriormente también en canales digitales- una especie de secuela espiritual, donde el peso del guión cae sobre los hombros de Ceodore, hijo de Cecil y Rosa, protagonistas de la entrega original. Sería Matrix Software quien se encargase de su desarrollo con la mirada puesta en repetir el éxito de la edición remozada para la portátil de Nintendo. Final Fantasy IV afrontaba su enésima aparición después de probar suerte en SNES, Wonderswan, PlayStation, GameBoy Advance, Nintendo DS y consolas virtuales. Curiosamente, la versión que hoy se analiza en estas líneas recoge parte de las mejoras incluidas a cada nueva edición que ha visitado el mercado, siendo entendida como una ‘colección definitiva' en la que se vierte todo el material que ha aparecido hasta la fecha, celebrando los 20 años que han transcurrido desde su nacimiento.

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La susodicha colección se afronta como el clásico paquete destinado para coleccionistas o recién llegados a la industria que desean conocer a fondo la historia de Final Fantasy IV sin tener que emplear versiones ‘vetustas' o ‘caducadas', en palabras textuales del supervisor del proyecto, Takashi Tokita. De sobra es conocida la verborrea que utilizan las compañías cuando se trata de promocionar un producto, sea cual sea su naturaleza, especialmente si se trata de una obra ampliamente celebrada por la comunidad de aficionados. Incluso siendo conscientes de ello, es difícil contradecir las palabras de un Tokita que parece haber depositado grandes esfuerzos en vestir y maquillar a la perfección su pequeña muñeca. Para fomentar la atención mediática en el producto se añade un Interludio entre la versión original y la secuela en la que se explica lo sucedido en los ‘años perdidos'.

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Edición de coleccionista
Como se diría en su momento ante el lanzamiento de la edición de aniversario de las dos primeras entregas de Final Fantasy, existen dos formas de plantear la revisión de un título con tal aroma a nostalgia. Por un lado podemos centrarnos en el contraste de emociones que transmite revisar una obra de este talante, en cuyo caso sería imposible subrayar los problemas para centrarnos únicamente en acentuar su grandeza. Por el otro es posible analizar única y exclusivamente las novedades que se incluyen en esta versión, la mejor de todas las aparecidas en el mercado, aunque se trate de la enésima revisión de un producto cuya mecánica comienza a mostrar señas de cansancio. En la línea de sus antecesores, saber cómo valorar cada parte de la balanza es la clave para extraer una opinión en claro sobre la validez de este UMD.

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The Complete Collection no parece querer redescubrir una fórmula perdida ni tampoco ser señalado como el JRPG definitivo. Paradójicamente, Square Enix se ha centrado en retocar la mecánica original para ofrecer todo el contenido existente de este cuarto capítulo de manera que sea accesible para todos los públicos, recortando la curva de dificultad y modificando el entramado gráfico y sonoro. Con todo, se añade también un compendio de ilustraciones que han de ser desbloqueadas a medida que la aventura avanza, lo mismo que el bestiario que acompaña al usuario de principio a fin de esta odisea. Material secundario que aparece con el fin de subrayar la vena nostálgica (los diseños de Yoshitaka Amano son enriquecedores para la vista), al igual que las melodías clásicas en contraste con las modernas.

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Centrémonos, de momento, en repasar la línea argumental del título para aquellos que la desconozcan. Final Fantasy IV es considerado habitualmente como el primer Final Fantasy de pura cepa, es decir: el que añadía una serie de conceptos que posteriormente serían vistos como las señas de identidad de la franquicia. Esta consideración se refiere al uso del sistema de combate ATB -Active Time Battle- así como a la presencia de un argumento que funciona como pilar básico de la evolución de la aventura. Ahora que los capítulos primigenios se pueden adquirir a un precio razonable en el mercado (para casi todas las consolas existentes, de hecho) es posible comparar cómo mejora el estilo narrativo y la presentación de un perfil psicológico para los personajes que no se limite a presentar una convención tras otra. El guión es sólido, pero la mecánica de juego comienza a dar señas de agotamiento por motivos que superan lo obvio.

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Para el aficionado acérrimo este resumen es precisamente eso: una descripción demasiado breve sobre las bondades del título original. Para los contrarios a esta consideración (hay quien sostiene que el título pierde el fuelle por ciertas carencias en el apartado jugable), quizás sea un repaso demasiado bondadoso de la realidad. Se mire como se mire, Final Fantasy IV fue un recurso indispensable para las compañías que buscaron seguir el rebufo de Squaresoft en aquella época. Lo fue en parte por la presencia de un protagonista al que se otorgó un psique atormentada por los pecados cometidos en el campo de batalla, perdidamente enamorado de una frágil muchacha que representa todo lo bueno de lo que dejamos atrás cuando partimos hacia nuevos y misteriosos destinos. La historia de Cecil Harvey y Rosa Farell es básicamente un repaso de la transformación humana del mal al bien, de lo mustio a lo alegre y colorido.

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Acertaba Squaresoft en desplegar una estructura narrativa fácilmente comprensible para todos los públicos al igual que en seleccionar una ristra de héroes que desarrollan poco a poco sentimientos, pasiones y tristezas. Este elemento fue el que trató de revivir Square Enix ante la creación de la secuela The After Years, protagonizada por el retoño de la entrañable pareja. El formato original fue presentado en capítulos, cambiando ligeramente la disposición gráfica, aunque manteniendo el formato original. Asimismo aparecen rostros conocidos de la entrega original, toda vez que se incluyen novedades en la mecánica jugable con el fin de dinamizar las partidas, esencial para adaptarse a los tiempos que corren. Con mejor o peor suerte, Ceodore se enfrenta ante un nuevo caso de hecatombe mundial con motivo de la aparición de un nuevo villano que pretende poner patas arriba el Planeta Azul.

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Guardando la esencia
El tan cacareado nuevo capítulo que se incluye en esta entrega es el denominado Interludio, donde se explica la transición entre la historia original y la presentada en The After Years. Era de esperar un trabajo menos apasionado en este corto pero intenso capítulo, interesante para aquellos que deseen descubrir hasta el mínimo detalle de la trama construida por el binomio Tokita/Sakaguchi, aunque quizás no tanto para los que busquen un argumento complejo, que sea caminar senderos desconocidos para la franquicia. No arriesga en absoluto Square Enix a la hora de presentar esta novedad, como tampoco lo hace en cuestiones técnicas. A nivel visual se sigue la tendencia de la reedición de los dos primeros capítulos, redibujando el mapeado de sprites, con nuevos diseños para los escenarios, personajes, monstruos, ciudades y mazmorras.

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Nada realmente nuevo, ciertamente, pero explotado de forma que lo parezca. Quien no haya probado esta ‘reedición' de capítulos anteriores quedará sorprendido ante el nivel de detalle visual que ofrece la disposición isométrica, especialmente a ojos de aquellos que probasen la versión original de SNES o GBA. Asimismo se mantiene el formato 16:9 de otros remakes aparecidos en la portátil de Sony. Se diría que se incluyen dos versiones del título original: la original y la remozada. Además, el Interludio (completamente nuevo y con una única perspectiva visual) y The After Years, que aparece por primera vez en formato físico. La mejora de los sprites originales otorga un nuevo sentido a la disposición gráfica del título, lo mismo que sucede a nivel sonoro. No son novedades en el sentido estricto de la palabra, pero su uso en este caso mejora sustancialmente los registros a los que Final Fantasy se suele entregar en sus primeros capítulos.

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Reedición musical
Habrá quien considere este concepto una minucia, pero no cabe la menor duda de que Final Fantasy se debe al trabajo sonoro que han realizado determinados genios a la batuta, siendo el más distinguido (aunque no necesariamente el mejor) Nobuo Uematsu. En esta edición se toma prestado el trabajo original de sus melodías y se construye empleando las nuevas tecnologías a manos de Masashi Hamauzu, que vuelve a demostrar su tremenda capacidad auditiva en una banda sonora que también le rinde tributo a Junya Nakano, otra figura distinguida en la herencia que Final Fantasy IV ha dejado a sus hermanos menores a nivel sonoro. Esta edición ofrece la posibilidad de jugar con las melodías originales o las recién incluidas, a gusto de cada usuario, lo mismo que de desbloquearlas para disfrutarlas en el museo accesible desde el menú principal.

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La ausencia de novedades significativas en cuanto a la mecánica de juego invita a reflexionar sobre la cantidad de material secundario que se incluye en este paquete, con cerca de 150 ilustraciones a desbloquear y otras tanas melodías, pero poco más. Hubiese sido una guinda inmejorable el incluir material adicional al UMD que vaya más allá de clásicas imágenes estáticas de turno. Habrá quien vea este punto como un aspecto a destacar y quien piense todo lo contrario, siempre en función de las exigencias que se tengan de antemano con un título que deja bien claro su espíritu de compilación. Insistimos en que las novedades brillan aquí por su ausencia en caso de que seamos acérrimos incondicionales de la franquicia que esperen vivir nuevas y mejoras aventuras bajo el rol de los héroes de Final Fantasy IV.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.