The Order: 1886, Impresiones

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Esta semana ha sido una fecha muy especial para la marca PlayStation. Nada menos que veinte años en el mercado desde que el primer sistema asentó las bases del salto de los píxeles y las 2D a los polígonos y las 3D. Dos décadas de magia que Sony homenajea y celebra durante esta semana. Y si hoy ha arrancado el PlayStation Experience en Las Vegas, el jueves pudimos echarle un vistazo a 4 juegos de PlayStation 4 que saldrán en 2015. 4 experiencias diferentes que probamos en un marco victoriano no exento de calaveras, tumbas y sonidos del más allá. Arrancamos este especial Experience con la apuesta que llegará primero, en febrero de 2015. Lo curioso es que fue el último que nos tocó jugar, pero sin duda de los más esperados en todo el evento. Primero lo vimos de manos de sus creadores durante la presentación del PlayStation Experience en la que fue de lo más aplaudido; luego, tras recorrer ese tétrico escenario real sacado de Bloodborne en el que por no faltar no faltaba ni la niebla envolviéndolo todo, subimos al ático de aquella casa del distrito de Whitechapel , nos colocamos los cascos y pad en mano nos dispusimos a entrar en la restringida orden que lleva desde los tiempos del Rey Arturo luchando contra el mal. Solo que esta vez lo hace en plena era victoriana, en el amanecer de una era industrial en la que los mitos y la tecnología cohabitan.

PlayStation Experience

The Order: 1886

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El llamado internamente en la compañía como “el Naughty Dog de Sony” no se ha ganado ese título de manera casual. Se trata de una aventura de acción en tercera persona en la que los disparos, coberturas, pruebas de habilidad y la infiltración se dan la mano en un entente cordiale clásico a nivel jugable, muy clásico, pero claramente el llamado a convertirse nuevo estándar gráfico a igualar/batir en los sistemas de sobremesa. Y es que el debut fuera del entorno portátil de Ready At Dawn es de esos que entra por los ojos, el ideal que algunos se comprarán incluso por lo bien que se ve aunque no sean muy fans del género, en este caso una base de Third Person Shooter con elementos Stealth de desarrollo guiado -al menos en lo que hemos visto.

Después de la primera toma de contacto meses atrás, esta vez Sony nos ha brindado un vistazo jugable a una versión Preview en la que todavía quedan por corregir detalles y pulir elementos, pero ya más secundarios, estando los principales asentados y la historia completa y cerrada. Por motivos que no os vamos a contar, la Orden de los 4 caballeros debe introducirse en un dirigible, el Agamemnon, que surca los cielos de Londres. La espectacularidad del momento se complementa con el toque de darnos el control mientras hacemos rappel descendiendo y nos movemos por los travesaños de metal hasta entrar en la nave. Es un momento fuertemente scriptado, que ilustra el esfuerzo puesto del estudio en difuminar lo más posible la transición entre escenas de video y la parte jugable. Pero la misión, evitar un complot de asesinato, debe seguir.

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Desde su presentación, The Order se ha vendido como un juego de acción en el que nos vemos la cara con criaturas monstruosas, infernales, aunque en esta demo todos los enemigos han sido humanos, rebeldes de una facción. Nada más empezar en plenas entrañas del Agamemnon, un elemento poco visto de su jugabilidad se adueña de la primera parte del nivel: La Infiltración, que aquí nos tendrá en un perfil bajo procurando no llamar la atención y matando de la manera más silenciosa pero contundente a los disidentes conspiradores. Y decimos contundente porque la animación no puede ser más brutal en cuanto a clavarles una gigantesca daga por el cuello y luego guardarla con presteza, aunque más nos vale acertar y no provocar ruido, sino matar en silencio. Lo cierto es que ha sido algo inesperado, y tampoco destaca por tener nada original, sino una mecánica stealth muy básica en la que los cuerpos no se pueden mover ni trasladar, y que rompe hasta cierto punto con la trama en momentos como que nos detecten y muertos de un solo tiro, ya que cuesta creer que un pordiosero con ropa raída acierte con un tiro perfecto y mortal de un arma mediocre a nuestro fornido personaje y lo mate.

Pero también es verdad que tenemos la sensación de ser más como una prueba final a ver si hemos aprendido bien los comandos y la forma de que no nos descubran de cara a posteriores niveles y retos –en febrero veremos si hemos acertado con esto o no. Añadido al segmento, al estilo de los Batman: Arkham y similares, pequeñas pruebas de habilidad –que no puzles- nos retan a superarlas para poder cortar cables y abrir cerraduras. Primero, para sobrecargar circuitos usamos uno de los gadgets que el genio –en el juego y en la vida real- y adelantado a su época Nikola Tesla nos brinda en plan Q de James Bond, utilizando los sticks para acertar. Para forzar cerraduras nada mejor que una prueba que requiere de mantener una herramienta dentro de la puerta a la vez que rotamos sus émbolos y los fijamos. Y como remate, una sección de exploración y acción con un potente rifle de francontirador.

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Fue a partir de aquí que el sigilo dejó paso a la tralla balística. Los rebeldes nos atacaban en grupo. Y nosotros pudimos darle gusto al gatillo, aparte de comprobar su esquema: Tenemos un personaje que puede portar dos armas, una pesada y una ligera, como una escopeta y una pistola. Cada arma cuenta además con dos tipos diferentes de disparo –por ejemplo aturdir a los enemigos con un impacto con fuerza y coserlos después a ráfagas- que se alojan en R1 y R2, por lo que siempre los tenemos a mano. El personaje puede disparar de dos formas a su vez, apuntando o desde la cadera, y si estamos cercar iniciar un combo con cuadrado y dejarlo en el suelo muerto. A esto añadimos un sistema de coberturas, salud regenerativa y posibilidad de activar una especie de tiempo bala temporal que al estilo del frenético Stranglehold de Atari y John Woo nos deja disparar múltiples veces sobre objetos a cámara lenta. Si caemos por los disparos podemos recuperarnos si tenemos un vial de agua negra, pero si no estamos bien cubiertos o cerca del enemigo, este puede venir a rematarnos y a cargar checkpoint.

Otras armas que pudimos probar fueron las granadas, de humo y fragmentación, alojadas en la cruceta, que dieron paso a una pelea jugada en QTEs en la que debemos acertar con botones y también con objetivos que requieran mover una mira con el stick a un punto concreto con escasos segundos  y darle al comando que sea con rapidez. Aunque también hay QTEs para momentos puramente narrativos, como una cuenta atrás seguida del lanzamiento de una granada. Tras todo esto, una vuelta al exterior del dirigible y una escaramuza en la cocina acompañados de otro personaje –en la mayor parte del capítulo vamos solos-, la demo llegaba a su fin, dejándonos con ganas de más ahora que habíamos entrado al fin en su parte de shooter.

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Por el camino un par de curiosidades como el hecho de que los objetos que vayamos encontrando pueden ser examinados si el juego nos deja, cogiéndolos y rotándolos en tiempo real para revelar cosas interesantes como datos importantes apuntados a mano tras una tarjeta corporativa. Y queremos apuntar que Until Dawn, otro de los juegos probados, también tiene esta función, prácticamente igual en cuanto a ejecución, control y visualización, por lo que seguro que Ready At Dawn y Supermassive Games han compartido elementos y consejos en ese fondo común de assets y tecnología que Sony fomenta entre sus estudios internos. El otro es unos cilindros sonoros que escuchamos en el menú al más puro estilo los voxófonos de Bioshock Infinite, con información extra para aumentar el background y el fondo narrativo de la historia y personajes.

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Como decimos, el nivel gráfico no es simplemente espectacular, sino directamente un benchmark desde ya mismo a batir. The Order se presenta a un tasa estable de 30 frames por segundo, con efectos de todo tipo como ‘ruido’ o grano cinematográfico, además de dos bandas negras arriba y abajo al estilo de las vistas en The Evil Within, con la idea de presentar la imagen en formato 2:35:1. Y es que la búsqueda de la constante sensación de estar en una película, la experiencia cinematográfica es completa y absoluta, tanto que es fácil en ocasiones al ver un cambio de plano, que nos quedemos quietos hasta que nos demos cuenta de que la escena de video ha terminado y tenemos de nuevo el control del personaje.

El sonido está igual de cuidado que su parte gráfica, comenzando por un doblaje -de momento lo hemos jugado en inglés- con voces cuidando ese acento británico que los personajes deben tener por su origen. Los efectos de sonido incluyen los de un gadget creado por Tesla que suelta pequeños chasquidos de electricidad, además de todo tipo de efectos de combate como armas de fuego, la brutalidad sonora también de cuando matamos por la espalda -nada de degollar en silencio, sino más bien de hundirle el enorme cuchillo en el cuello al infortunado que pillemos-, y, en el caso de la banda sonora, un torrente orquestal de coros, cuerdas, metal y percusión de los compositores de Journey y Dead Space que sigue en la onda de la genialidad portentosa del LAIR de John Debney que estamos deseando escuchar entera.

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De momento es pronto para poder opinar en profundidad sobre este The Order: 1886, uno de los títulos más importantes de Sony de cara a afianzar a su sistema en 2015 alimentándolo con exclusivos que llamen la atención. Como hemos dicho, en su planteamiento jugable hasta el momento se mantiene fiel a los cánones del género y no busca ni reinventarlo ni remodelarlo. Se trata de una aventura guiada cercana a un Gears of War victoriano si buscáis un referente directo, que usa una cámara sobre el hombro y varios añadidos para que todo el gameplay no sea solamente una sucesión de disparos tras otros. Eso sí, desde su punto de vista gráfico es quizás –hasta que veamos más del nuevo Uncharted en acción- el título para consola más potente del año en cuanto a calidad gráfica; un puro músculo de shaders, renderizado y frames por segundo que entra por los ojos y que brilla también por su apartado artístico y sonoro que dimensionan su escala. La infiltración peca de simple, pero habrá que probar el juego entero para comprobar bien su implementación, algo que estaremos haciendo en dos meses, cuando Sony nos deje entrar en la Orden.

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