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Tekken 7, impresiones

La séptima entrega numerada de la saga Tekken se deja ver en el E3 con una propuesta que, a nivel narrativo, promete convertirse en el mejor y más trascendental capítulo de la saga. Akuma, el Ogro de la Lucha, entra en el torneo Rey del Puño de Hierro para arrasar con todo aquel que ose hacerle frente.

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Es curioso observar cómo, a pesar de todos los vaivenes y cambios que da la industria con el paso del tiempo, aún quedan costumbres prácticamente idénticas a las vistas hace dos décadas. Tekken 7 lleva golpeando en los salones recreativos nipones (prácticamente el único lugar del mundo donde esta forma de negocio aún goza de cierta salud) desde febrero de 2015. Dado que su fecha de lanzamiento en consolas se ha fijado para comienzos de 2017, habrán pasado nada más y nada menos que dos años desde que la recreativa debutó hasta que su conversión doméstica irrumpa en One, PS4 y PC. Un largo periodo de tiempo que era normal en los 80 y 90, pero que a día de hoy no es ni mucho menos habitual.

Tekken 7 se anunció oficialmente en julio de 2014, durante la celebración del EVO (el torneo de deportes electrónicos referente mundial en lo que a juegos de lucha se refiere), y lo primero que llamó la atención es que para su realización se haría uso del motor gráfico Unreal Engine 4, rompiendo una tradición mantenida desde el primer Tekken en la que para desarrollar todos los juegos de la saga se había usado siempre hardware basado en consolas PlayStation. Pero los tiempos cambian, y ahora es la arquitectura PC la que manda en todo sistema lanzado al mercado, consolas incluidas.

Tekken 7, al menos en su versión recreativa (es de esperar que se mantenga así también en consolas), corre a una resolución de 1080p y a los 60 fps obligatorios para todo juego de lucha que quiera mantener un mínimo de calidad y fluidez de cara a sus usuarios. Dejando a un lado polémicas surgidas con nuevos personajes como Lucky Chloe, el devenir de Tekken 7 por los salones recreativos nipones y los torneos eSports ha resultado fructífero. El juego ha sido muy bien acogido por los aficionados, al tiempo que Katsuhiro Harada y sus chicos no han dejado de mejorarlo con diversos añadidos entre los que sin duda ha destacado la versión bautizada como Fated Retribution, que incluía como personaje seleccionable nada más y nada menos que al legendario Akuma, el Ogro de la Lucha.

En principio, la inclusión de Akuma tampoco debería extrañar demasiado. Todos conocemos el acuerdo alcanzado hace unos años entre Capcom y Namco mediante el que la primera compañía lanzaría a la venta el crossover Street Fighter X Tekken (el cual se puso a la venta en 2012), mientras por parte de Namco llegaría un tiempo después su propia versión de este choque de titanes: Tekken X Street Fighter. Sin embargo, Capcom cometió varios errores con SF X TK que llevaron a que el juego no vendiera demasiado bien, lo que empujó a Katsuhiro Harada a tomar la decisión de meter el proyecto TK X SF en la nevera (a día de hoy aún no se sabe si dicho juego llegará a ver la luz algún día) para seguir con sus Tekken a secas, dando comienzo, tras finalizar Tekken Tag Tournament 2 en 2012, al desarrollo de la entrega que hoy nos ocupa: Tekken 7.

Aquí al menos veremos un adelanto de lo que puede (o habría podido) ser Tekken X Street Fighter, ya que entre los 29 personajes seleccionables (aún está por ver si en la versión doméstica se añadirá alguno más) tenemos a Akuma. Lo sorprendente es la forma que han tenido Harada y su equipo de introducirlo. No es el típico personaje invitado incluido como guiño que nada tiene que ver en el devenir de los acontecimientos del juego. Al contrario, Akuma ha sido introducido como personaje completamente canónico y oficial, jugando un papel muy relevante en el argumento del título, el cual, para más asombro, resulta ser el más importante y trascendental que ha tenido la franquicia en sus ya 22 años de historia.

En cuanto al plantel de personajes en sí, nos encontramos con el retorno de 21 viejos conocidos: Kazuya Mishima (que podrá volver a transformarse en su versión demoníaca en mitad del combate), Jin Kazama, Heihachi Mishima, Paul Phoenix, Yoshimitsu (estrenando nuevo aspecto, por supuesto), Nina Williams, Marshall Law, King, Steve Fox, Sergei Dragunov, Ling Xiaoyu, Lars Alexandersson, Leo, Lili, Jack (en su séptima versión), Alisa Bosconovitch, Asuka Kazama, Bryan Fury, Devil Jin, Feng Wei y Hwoarang. No están todos los que son (se echan en falta personajes como Bob, Christie Monteiro o Lei Wulong), pero con una plantilla de luchadores tan rica como la del universo Tekken es normal que se eche a alguien de menos en cada nueva entrega de la saga. De todas maneras, como hemos mencionado anteriormente, aún no descartamos que se puedan añadir algunos luchadores más cuando Tekken 7 llegue al fin a nuestras consolas y ordenadores.

Los debutantes en este séptimo y trascendental torneo del Rey del Puño de Hierro son ocho. Katarina Alves es una mujer brasileña experta en savate (la rama francesa del kickboxing); Lucky Chloe (personaje que arrastró una absurda polémica en su presentación) es una joven otaku vestida de forma muy peculiar, la cual usa un estilo de combate todavía más peculiar en el que mezcla diversos pasos de baile; Shaheen es un luchador originario de Arabia Saudí, y fue el resultado de un “acuerdo” pactado entre Harada y Yoshinori Ono (responsable de la franquicia Street Fighter) mediante el que cada uno introduciría a un personaje árabe en el proyecto en el que se encontraba enfrascado (en el caso de Ono, el resultado fue Rashid, uno de los debutantes en el por ahora malogrado Street Fighter V); Claudio Serafino es un personaje de origen italiano que tendrá un papel importante en el devenir de los acontecimientos, dado que parece pertenecer a una organización secreta que persigue y trata de erradicar el Gen Diabólico desde hace mucho tiempo; Gigas es un gigantesco personaje que parece ser fruto de algún retorcido experimento cibernético; y completa este primer quinteto Josie Rizal,  una mujer filipina experta en kali, el arte marcial tradicional de dicha región, estilo que mezcla con algunos fundamentos de kickboxing.

Faltan dos nuevos debutantes, los cuales merecen mención aparte. El primero de ellos es Kazumi Mishima, la esposa de Heihachi. Hasta ahora, este personaje solo se había mencionado brevemente en el ya lejano Tekken 2, pudiéndose ver su nombre junto al de Heihachi en el escenario de éste último. A parte de eso, también se sabía que había fallecido a manos de Heihachi poco después de dar a luz a Kazuya, aunque este hecho no se indicó en ningún juego de la franquicia, sino en el OVA Tekken: The Motion Picture, aparecido en 1998. Pues bien, en Tekken 7 la tenemos vivita, coleando y manteniendo la juventud que poseía en el momento de su muerte, todo por cortesía del Gen Diabólico. Su estilo de lucha se asemeja al Kárate Mishima que practican Heihachi, Kazuya y Jin en su forma demoníaca, aunque claro, el Gen Diabólico permite a Kazumi realizar filigranas como invocar tigres de la nada o levitar a lo largo del escenario. Su versión diabólica, Devil Kazumi, hará las veces de final boss del juego.

En cuanto a Akuma, llega a la saga Tekken para ponerlo todo patas arriba. Según parece, el Ogro de la Lucha contrajo una deuda con Kazumi en el pasado, así que la mujer pide ahora su ayuda para saldar dicha deuda. Akuma se convierte por lo tanto en el mortífero aliado de Kazumi, con la misión de acabar con los planes de Heihachi, y con la vida del patriarca del clan Mishima, de una vez por todas. Y es que eso es lo que nos narrará el guion de Tekken 7: la última y definitiva guerra civil desencadenada entre los diferentes miembros del clan Mishima. Harada promete que todo será definitivamente explicado, desde el extremadamente homicida comportamiento de Heihachi hacia su familia (sepultó en vida a Jinpachi, su padre, para hacerse con el control de la Corporación Mishima; asesinó a su esposa, Kazumi, poco después de que ésta diera a luz a Kazuya; un Kazuya al que no dudó en arrojar por un precipicio cuando éste contaba con cinco escasos años de edad; y ya por último trató de matar a Jin, su nieto, para arrebatarle el poder del Gen Diabólico. Vamos, que lo que se dice buena persona no es que lo haya sido precisamente), hasta el origen del Gen Diabólico, pasando por los motivos que han llevado a que esta energía oscura sea portada por varias generaciones del clan Mishima (curiosamente, todos los miembros de la familia excepto el propio Heihachi).



Además, la canónica aparición de Akuma plantea nuevas y más que interesantes preguntas al respecto: ¿Tendrá el Gen Diabólico alguna relación con el Satsui no Hado del que Akuma es dueño y señor? ¿Qué clase de favor hizo Kazumi a Akuma en el pasado? Desde luego tuvo que ser algo muy importante como para que el mismísimo Ogro de la Lucha, el cual siempre ha ido por libre, considere estar en deuda con alguien. En definitiva, se nos plantea un modo historia más que interesante para este Tekken 7, mucho más serio y oscuro que en versiones anteriores de la franquicia (por ejemplo, no esperéis encontraros aquí con esos finales humorísticos con los que han contado no pocos luchadores en otros juegos de la saga). Es curioso que, a tal respecto, Harada haya puesto como ejemplo el guion de Tekken 4 (un título que ofrecía frescas y revolucionarias mecánicas alternativas a la clásica jugabilidad de la saga, las cuales por desgracia fueron mal acogidas por una parte de los aficionados y no tuvieron continuidad en títulos posteriores), en el cual Heihachi convocaba el cuarto torneo Rey del Puño de Hierro y establecía como premio para el ganador nada menos que el control sobre la Corporación Mishima, todo con el objetivo, cómo no, de atraer a Kazuya y Jin para poder acabar con ellos y extraer el Gen Diabólico de sus cuerpos.

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Incluso puede que ya hayamos podido tener una pista al respecto de lo que vamos a encontrar en un Modo Historia que cada vez está más claro que girará en torno a Heihachi. La lágrima que se derrama por su mejilla en uno de los primeros vídeos de Tekken 7, justo cuando Kazuya le maldice por haber matado a su madre, puede que signifique que Heihachi, realmente, estaba enamorado de su mujer, un sentimiento afín al que Kazumi tenía por su esposo. Entonces ¿qué llevó a Heihachi a cometer un acto tan imperdonable, el cual resultó ser finalmente solo uno entre tantos otros? ¿Qué es tan importante como para que alguien decida sacrificar, no solo su alma, sino también a su familia? En definitiva, si las expectativas se cumplen, puede que nos encontremos ante el videojuego de lucha con mejor guión de la historia, superando en tal parcela al que lleva casi 20 años con dicha medalla colgada: The King of Fighters '97. 

Desde luego es muy de agradecer que Harada siga teniendo tan en cuenta el hilo narrativo de su franquicia, una estrategia totalmente opuesta a la de Capcom con su fallido Street Fighter V, el cual ha estado enfocado desde el principio hacia el terreno de los deportes electrónicos, descuidando por completo otros elementos que han acabado pasando seria factura al éxito del juego. Y es que combatir y competir puede ser la principal razón de ser del género, pero ello no quita que se descuiden o se ignoren otros apartados igualmente importantes para un número más que nutrido de aficionados.

Es la hora de las tortas

Dejando a un lado temas argumentales, es el momento de centrarse en las novedades referentes a mecánica y jugabilidad que Tekken 7 poseerá respecto a lo visto en anteriores entregas de la franquicia. Tras el paréntesis que supusieron los combates por parejas de Tekken Tag Tournament 2, se regresa a las luchas uno contra uno habituales en la saga. La primera novedad relevante la tenemos en el Rage Art, que no es ni más ni menos que la interpretación que en Tekken 7 se da a los Super Combos de los juegos de lucha de Capcom o los Desperation Attacks habituales en los títulos de SNK: un ataque tremendamente poderoso y efectivo que el luchador puede ejecutar para dar la vuelta al combate. La segunda novedad se denomina Power Crush, y es algo parecido a lo que podemos ver en títulos como Street Fighter IV y los Armor Points de su Focus Attack.

Así, un luchador con el Power Crush activado cuenta con la capacidad de absorber los golpes del contrincante, los cuales, aunque le siguen restando salud, no le producen ninguna penalización al movimiento ni detienen su propia cadena de ataques. Eso sí, hay que tener en cuenta que solo se absorben ataques altos y medios, por lo que cualquier ataque bajo nos impactará normalmente y detendrá todo lo que estemos haciendo. Regresando a los Rage Arts, existe una característica extra introducida en Fated Retribution, la cual también veremos en las versiones domésticas dado que estarán basadas en esta última versión recreativa. Se trata del Rage Attack, que nos permite potenciar algunos ataques normales, sacrificando para ello la posibilidad de ejecutar el Rage Art. Mencionar como curiosidad que Akuma cuenta con su propio medidor de energía para regular los ataques especiales, el cual funciona de manera completamente diferente al Rage Art puesto que tira más hacia la filosofía Street Fighter de la que proviene el personaje.

Algo que alegrará a no pocos jugadores es que en Tekken 7 se elimina definitivamente el impacto de rebote contra el suelo, si bien ya en el free to play Tekken Revolution este movimiento brillaba por su ausencia. Muchos jugadores lo consideraban abusivo, ya que permitía doblar la duración de un combo aéreo sin que el contrincante pudiera hacer nada al respecto. En Tekken 7, dicho movimiento es sustituido por el Screw Attack, el cual permite lanzar al rival por los aires e iniciar un combo aéreo no tan abusivo como antaño. Para evitar que se produzca una situación similar a la generada con el impacto de rebote contra el suelo, no se podrá continuar con el combo si el rival acaba impactando contra una pared en su vuelo sin control.

Las opciones para personalizar a los luchadores mediante un editor al que podemos ir sumando un sinfín de objetos y vestimentas, presente en la saga desde varias entregas atrás, no faltará a la cita en este Tekken 7, así como un Modo Historia en el que se desgranará con pelos y señales todo el hilo narrativo al que ya hemos hecho mención anteriormente. Algo que llamará también la atención de los aficionados a la franquicia son las secuencias mostradas a cámara lenta, tanto en el golpe final que termina un round como en los momentos más decisivos del combate en sí, creadas para enfatizar y subrayar la espectacularidad de cara a los cada vez más numerosos espectadores que siguen los deportes electrónicos de los que este Tekken 7 lleva siendo uno de los referentes desde su aparición en forma de recreativa.

El tráiler que se ha podido ver recientemente durante la conferencia de Microsoft en el E3 ha sido, al fin, la primera ocasión en la que hemos podido echar un vistazo a la conversión doméstica de Tekken 7, más en concreto a la que parece ser la sección de su Modo Historia que nos narrará el enfrentamiento entre Akuma y Heihachi. Todo se abre con una escena cinemática en la que Akuma irrumpe en el templo donde Heihachi se encuentra meditando y le desafía a un combate a muerte. Los dos titanes de la lucha se enfrentan y se van sucediendo los ataques, hasta que Akuma ejecuta un Gou Hadoken cerca de su rival. Entonces aparece en pantalla una flecha apuntando hacia la derecha, en la más pura tradición quick time event. Aquí se supone que llega el momento para el jugador de pulsar el stick hacia la derecha, con lo que Heihachi ejecuta una finta para esquivar la bola de energía. Entonces la cámara adquiere una perspectiva lateral de ambos contendientes, surgen los marcadores y barras de salud, y comienza el combate en sí, con el jugador tomando control absoluto de los mandos. Esta transición fluida, sin corte alguno, entre escenas cinemáticas y combates será por lo tanto algo recurrente durante el Modo Historia del juego. Por supuesto, también podemos esperar otros modos como Arcade, Supervivencia, Entrenamiento… Lo que aún está por ver es si tendremos algún extra en forma de beat ’em up al estilo Tekken Force, o cualquier otra disciplina como el recordado juego de bolos que se incluyó en el primer Tekken Tag Tournament, aunque es de esperar que sea así.

Respecto a las diferencias entre plataformas, se sabe que la versión PS4 será compatible con el accesorio de realidad virtual destinado a la consola. Ha surgido además cierta polémica respecto a las escenas de combate que se han podido ver en el ya mencionado tráiler, ya que algunos aseguran que los modelados no son tan detallados como en la recreativa, y que sobre todo el escenario se nota algo vacío. Al menos por nuestra parte no creemos que ello vaya a significar que exista downgrade respecto a la recreativa. Por lo que se ha visto, tanto One como PS4 no deberían tener problemas para mover el entramado gráfico del que hace gala la versión arcade de Tekken 7, así que más bien hay que achacar este bajón a que la versión mostrada en el E3 es preliminar. El juego no aparecerá hasta comienzos del año que viene, así que Namco aún tiene por delante varios meses para trabajar en las conversiones domésticas y dejarlas perfectamente pulidas.

Tekken 7

  • PC
  • PS4
  • XBO

    Tekken 7 es la nueva entrega de la popular saga de acción y lucha, que en esta ocasión está desarrollada bajo el motor Unreal Engine 4 a cargo de Bandai Namco para PCPlayStation 4 y Xbox One. Descubre el épico final de la prolongada contienda entre miembros del clan Mishima. La legendaria saga de juegos de lucha vuelve a la carga con este título que ofrece espectaculares batallas con cinemáticas narrativas e intensos duelos para disfrutar con amigos y rivales.

    Carátula de Tekken 7
    8.3