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Far Cry 4

Far Cry 4

  • PlataformaPS3PC9360PS49XBO9
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorUbisoft
  • Lanzamiento20/11/2014
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol

Análisis Far Cry 4

La demencia sacude el Himalaya más extremo. Y Ubisoft pretende volver a sacudir los sandbox exóticos de supervivencia y acción tras una buena racha. Far Cry 4 da rienda suelta a la diversión y el lado más imprevisible y animal del ser humano.

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A menudo asociamos el Himalaya con el budismo tibetano, la meditación zen y el equilibrio espiritual. Ubisoft pone patas arriba todo eso con este viaje virtual a la cordillera nevada de los templos que es Far Cry 4, un viaje demencial conducido por un nuevo archienemigo carismático y desquiciado, Pagan Min. que sigue de cerca los pasos de Far Cry 3 y su inolvidable villano Vaas. Un compendio de estudios de Ubisoft como son Ubi Montreal, Toronto, Kiev, Shanghai, y Red Storm han dado forma a esta puesta al día de un título que acabó siendo una grata sorpresa (Análisis Far Cry 3) en PC, PlayStation 3 y Xbox 360. Ahora, también en PS4 y Xbox One, estamos ante otra nueva oda a la supervivencia extrema en un entorno abierto, precioso y súper hostil, la fantástica región en guerra de Kyrat, dispuestos a, ante todo, pasarlo bien desde la perspectiva del desbordado Ajay Ghale, nuevo protagonista con ciertas correspondencias con Hunk. Far Cry 4 tiene mucho de Far Cry 3, pero al mismo tiempo lo deja atrás para mejorar el conjunto de ideas..

La editora gala, también sello del notable pero venido a menos Assassin's Creed Unity, no ha escatimado en gastos para promocionar este nuevo episodio de la que ya es una de las marcas de sandbox favoritas de muchos jugadores. Un carísimo Reality Show con Youtubers españoles ha servido de gran promoción del juego en el servidor de vídeos. Hemos visto una posición central del título en la conferencia de Sony del E3 de este año, o en diversos eventos posteriores. FC3 gustó muchísimo y que esta nueva entrega lo siguiera de cerca y dé que hablar parecía una de las prioridades del publisher, no precisamente en su mejor momento tras las polémicas con los downgrades, los bugs y las sagas desgastadas. Toda esa ristra de polémicas no aparecerán con esta producción, bien hecha y sustentada técnicamente, pensada para el juego puro y duro, y centrada en una vertiente de sandbox que siempre nos encanta y todavía no se ha llevado al límite o el agotamiento, el de vida salvaje y acción sin pausa.

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Así, con esta obra estamos ante un videojuego enfocado en la esencia de los videojuegos: divertir. Que nadie espere una historia rompedora, cinematográfica e inesperada, o una serie de mecánicas totalmente nuevas que revolucionen los mundos abiertos. No. En Far Cry 4 todo el planteamiento se basa en la libertad de acción y los enfrentamientos y misiones que resolver de forma creativa y satisfactoria, a nuestro aire, haciendo de Kyrat un patio de recreo donde seguir la trama central y los a menudo épicos encargos al mismo tiempo que nos distraemos con cualquier cosa por el camino, nos proponemos el reto personal de mejorar al personaje o su equipo, o nos dedicamos simplemente a recolectar animales y plantas para dar forma a nuevos objetos e inventario. Todo esto, eso sí, con un tono macabro, algo sádico y de humor ácido que encaja perfectamente en la estética y situaciones sangrientas o directamente demenciales que viviremos, sustancias alucinógenas -de nuevo como en Far Cry 3- de por medio.

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Secretos de Familia

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Cuidando el trasfondo de la historia y a los personajes que intervienen en ella, Far Cry 4 arranca de manera un punto melancólica, con el joven americano Ajay Ghale volviendo a la tierra de su familia a esparcir las cenizas de su madre por Kyrat, una exiliada que huyó cuando el tirano, sociópata y dictador absolutista Pagan Min -que es el que ha protagonizado la campaña de promoción básicamente-, hizo frente a una rebelión civil contra su persona. Pero lo que Ajay desconocía era que precisamente su familia fue la que se levantó 25 años antes en armas e inició un conflicto por la libertad de Kyrat que todavía perdura.

Puede que estemos en la tierra de nuestros ancestros por cumplir un último deseo y sin más ganas que las de llevarlo a cabo y marcharnos, pero somos hijos de quienes somos. La guerra está en el ADN familiar, y lo queramos o no, al poner un pie en Kyrat, ya estamos formando parte del conflicto, así que solo hay una decisión posible: "¿De qué bando estás, chico?". Por supuesto del contrario al sanguinario Min, pero dentro de Senda Dorada, los revolucionarios que intentan derrocar al tirano -que suena un poco al tópico, pero es un personaje cuidado y bien planteado en sus delirios,o sea, un ‘Malo’ con carisma y tan omnisciente en todo el relato como si fuera un Dios-, hay una sub-división entre radicales y tradicionales:

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De un lado están los partidarios de Amita, dispuestos a derrocar el terror de Pagan y traer la prosperidad a Kyrat a cualquier precio, incluso aunque eso lleve consigo destruir tradiciones y crear una economía próspera basado en el lucrativo negocio de la droga. De otro están los que siguen a Sabal, precisamente defensores de las ancestrales tradiciones de la región, que solo quieren la paz para restablecer el equilibrio, la cultura, el legado a las nuevas generaciones. En sí la trama de Far Cry 4 no es uno de sus puntos fuertes, pero esta dualidad en el bando de los revolucionarios sirve para brindar una dualidad de decisiones en el sistema de misiones, ya que el juego nos planteará escoger elecciones en momentos puntuales.

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¿Con qué ideales estamos más de acuerdo? ¿Queremos seguir a los Amita y su “paz a cualquier precio”? ¿O restablecer la armonía y preservar la historia de Kyrat con los Sabal? Elijamos lo que elijamos realizaremos unas u otras misiones, y de esta forma llegaremos a distintos finales alternativos, por lo que toca elegir lo que creamos correcto o lo que más se acerque a los ideales que nos parezcan mejores. Las decisiones complicadas que apelen a nuestro sentido de la moralidad, la dureza y sordidez por momentos del relato -no es precisamente un panfleto turístico de La India, sino más bien todo lo contrario-, dan fe de la visceralidad de un guión que vuelve a buscar una trama y acciones más adultas y que acierta en el desarrollo más de los personajes que de la trama -los curas más armados que el Agente 47 en Hitman dejan huella.

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Así nos adentramos en actos bastante cachondos que consisten en la mísera grabación con cámara y fotografías concretas -tenemos cámara marcadora como en Far Cry 3- para contentar a un NPC con buena recompensa y ayudar un poco más en la lucha contra Min. Pero también nos veremos envueltos en otros más trascendentes y peligrosos que nos colocan en medio de fortalezas enemigas que asediar, caravanas que intervenir, animales gigantescos que cazar o grandes colinas y pendientes que escalar y sobrevolar con el fantástico nuevo traje planeador de Ghale. Encontramos un esquema de misiones muy de sandbox, solo que todo está intervenido por la naturaleza y el caos que supone una guerra civil realmente disparatada. Una estampida repentina, un río desbordado o una tormenta de nieve nos supondrán a menudo acometer los objetivos de maneras distintas a cómo veníamos planeando. Far Cry 4 tiene mucho de esa aleatoriedad en un entorno precioso y bastante virgen como es la cordillera del Himalaya, y esto es sencillamente fantástico.

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Viaje de negocios y también viaje de placer

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En nuestro avance belicoso contra Min junto a Senda Dorada y rumbo a uno de los distintos finales que podemos encontrar según vayamos ejecutando diversas decisiones morales bastante bien insertadas, por cierto, Ghale se las verá con todo tipo de secundarios y excéntricos diálogos. No podemos decir que todos los NPCs que nos dan misiones estén al mismo nivel, de hecho algunos son bastante arquetípicos o planos, pero sí que logran recrear ese ambiente sórdido y políticamente incorrecto que inunda todo el juego. Pasa igual con las conversaciones y cinemáticas, algunas demasiado rebuscadas, pretenciosas y que hasta sobran, aunque otras son fantásticas. Se nota que el argumento y la disposición de actos no son sacados de una búsqueda literaria o cinematográfica sesuda, pero desde luego entroncan muy bien todo el universo del juego y tienen probablemente, cómo no, su mejor parte en la rama más espiritual y alucinógena.

La creencia Shangri-La reúne a un grupo de impulsivos místicos que encuentran en la meditación -y ciertas sustancias aparentemente naturales- su modo de vida y de ver el mundo y el conflicto civil que sacude Kyrat. Entrar en contacto con estos estrambóticos luchadores por su cuenta nos asegura algunas de las mejores misiones de todo el abanico de actos que dispone Far Cry 4, muchas de ellas realmente imaginativa y siempre imprevisibles y alocadas. La senda de la meditación más extrema también tiene encargos para más de un jugador, lo que asegura viaje astral compartido. Eso sí, como ocurre en los recados y objetivos de todas las facciones, al final la sorpresa se va disipando y algunos encargos opcionales empiezan a repetirse o a no tener demasiado peso ni en la evolución del personaje ni en la diversion general conseguida por el videojuego. Far Cry 4 es muy potente como sandbox, pero también hay muchísimo que hacer y eso no evita que a las 40 o 50 horas empecemos a percibirlo como redundante. Más aún los que sean muy seguidores de los géneros de GTA, Skyrim o Assassin’s Creed.

Además de estas misiones que traspasan lo onírico y verdaderamente real, encontramos otras relativamente externas que también tienen sorpresas guardadas y hasta mecánicas de gameplay diferentes. Son los actos en las cumbres altas, zonas del Himalaya separadas del resto del mapa de Kyrat a las que se accede mediante una leve pantalla de carga y que nos llevan hasta las nieves y picos más extremos, donde falta el oxígeno y son imprescindibles las máscaras para respirar, las motos de nieve para movernos en las laderas con vestisca o la atención constante a los aludes y movimientos de las placas de hielo. También tendremos partes de escalada o tiroteos que no tienen mucho que ver con la disposición de los de un poco más abajo, en las laderas. Hubiera sido magnífico que estos picos nevados también estuvieran integrados en el mapa principal que ir abriendo mediante ascenso a las tan distintas torres, sin separación como zonas adicionales. A saber por qué se ha hecho así.

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Dos contra el desorden

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Jugar con un amigo cualquier acto menos los de la campaña central puede parecer una limitación y tropiezo, pero no lo es en absoluto ya que hay encargos secundarios de todo tipo e igual de divertidos que los principales singleplayer. Eso sí, nunca al nivel de construcción y narrativa de aquellos, son más bien misiones autoconclusivas y de planteamiento sencillo. Pero el cooperativo de Far Cry 4 es realmente un buen aliciente del título, nos dará horas y horas de diversión, exploración y sobre todo locuras junto a otro usuario a través de internet. El mapa y todos sus componentes están pensados para el uso y disfrute de un par de personas, como la inmensidad de vehículos para dos donde uno dispara y otro conduce, el trazado y colocación de los enemigos para repartirnoslos con un aliado, los puestos donde infiltrarnos juntos por estrechas rutas, la necesidad de cooperar para cazar a los animales más grandes o tomar las bases enemigas más resistentes, etc. La coordinación es importante a la hora de asediar un campamento plagado de soldados de Pagan Min, de compartir hallazgos e inventarios, o de pedir reanimación cuando caigamos. Además, podremos contratar a unos no demasiado inteligentes pero sí eficaces sicarios que se unan a nuestra causa para tener todavía más posibilidades si una misión se nos atraganta.

Lo que hizo grandísimo a Far Cry 3 regresa en Far Cry 4 pero ampliado y perfeccionado en bastantes sentidos. Aquí las sensaciones mando en mano son las que más adictivas hacen la propuesta, es decir, la permanente libertad de acción, los eventos que ocurren de forma imprevisible en cualquier punto del precioso escenario, las misiones memorables por su disposición variada, vistosa y cargada de adrenalina, la recolección constante para sobrevivir y desarrollar las habilidades del personaje o la total creatividad a la hora de afrontar a grupos de adversarios, colarnos en sus cuarteles, etc. Y todo con un sentido más vertical y sin imposiciones de cómo movernos o actuar. Los vehículos y los explosivos serán pronto nuestros nuevos mejores amigos, arrojándolos cuesta abajo cargados de pólvora, dejándonos disparar desde dentro con su nuevo modo de conducción automática, prestándonos posiciones privilegiadas desde el aire como la que nos facilitan los girocópteros, tirolinas y avionetas, etc. Y, junto a éstos, por supuesto los animales.

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Jara y sedal, para machacar enemigos

Los animales tienen una presencia brutal en Far Cry 4, más que nunca en la saga. Las frías cumbres están plagadas de fauna que nos servirá para plantear tácticas de ataque y emboscada, con elefantes fuera de control que podemos cabalgar y con los que llevarnos por delante a cualquier enemigo, o con tigres, osos, leopardos y pumas que nos echen una mano sin saberlo arrasando un campamento. Los rinocerontes son temibles tanques puedecontodo, ideales para arrasar cualquier posición enemiga. Las águilas o abejas letales nos serán útiles en determinados actos y materias primas. Por supuesto, la caza también está presente y la utilidad de las carnes y pieles para sobrevivir en este Himalaya salvaje que nos exige aguantar a cualquier precio. Cada presa tiene unas propiedades y ventajas, por lo que tener un inventario variado en especies caídas nos dará mayores facilidades de resistencia y equipo que centrarnos en un mismo tipo de animal. En pantalla veremos bastantes de estos animales y un acabado poligonal, de animaciones y de texturas más que reseñable, especialmente vistoso en PC con una de las nuevas tarjetas NVIDIA, que intensifican el efecto de pelaje en relieve.

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Poner cebos para atraer a un grupo de lobos que arrase una fortaleza enemiga, aprovechar la ira de un rinoceronte al que hemos azuzado, montar en elefante y disparar desde su alto lomo mientras su trompa y colmillos arrasan con todo, despertar un panal de abejas para que distraigan y atemoricen a los a menudo bastante tontorrones soldados… Usar la fauna es esencial y divertidísimo, lleno de posibilidades, pero de primeras nuestro Ajay Ghale no sabrá interactuar con todo lo que se mueve, y por eso es esencial mejorar su árbol de habilidades dual: Tigre y Elefante. La rama del Tigre nos lleva por un árbol de destrezas de sigilo, ataques cuerpo a cuerpo, movimiento ágil, etc., todo casillas que primero debemos hacer disponibles y luego comprar con puntos de experiencia, lo que obliga a jugar de muchas formas distintas y encargos de todo tipo, principales o no. Ocurre lo mismo con la vía del Elefante, más centrada en las armas de fuego, los explosivos, el manejo de trampas y coches… Cosas ruidosas, en definitiva. El progreso en ambas vertientes queda en manos del jugador, aunque a menudo necesitaremos llevarlas medianamente equilibradas para ser realmente polivalentes y todoterreno.

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Facciones enfrentadas

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Far Cry 4 dispone también de modalidad competitiva para diez jugadores, cinco contra cinco. En estos formatos de partida que son los que habitualmente encontramos buenas ideas y eficacia multijugador, pero no se puede decir que el enfrentamiento a otros brille como sí lo hace, por ejemplo, su divertidísimo y rompedor cooperativo. Capturar la Bandera, Duelo por Equipos o Dominio de Zonas son modos muy trillados en shooters que aquí se agilizan bastante en mapas muy amplios y donde es importante saber usar -como en la campaña- los vehículos, los animales, las trampas. las alturas… Un grupo de súper armados soldados se enfrenta a otro de ágiles y sigilosos cazadores nativos con arco. Roles muy diferentes pero aparentemente bien equilibrados, en mapas pensados para el fuego directo en los llamados puntos calientes y donde la coordinación con el grupo no es estrictamente necesaria pero ayuda a la victoria, sobre todo a la hora de gestionar conductos y ametralladoras desde furgones, etc.

No hay demasiada personalización del soldado o una variedad de armas y gadgets tan marcada como la de la campaña, tampoco unos incentivos de progreso de jugador a la altura de los mejores estándares de hoy en juegos de su género. En este modo, lo que sí tenemos es Editor de Mapas, algo que llega de PC a PS4 y Xbox One con total soltura e interfaz adaptada. No se trata de un modo de creación de niveles y escenarios totalmente libre, pero sí que nos deja configurar mejor nuestras partidas e intervenir algunas de las formas y elementos clave del plano donde se disputarán. Dará juego y es bueno que lo incluyan, pero esperábamos más del multi competitivo, en general, que aportara algo único.

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Las vistas del Himalaya

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Una de las preguntas más razonables que se pueden hacer es cómo queda Far Cry 4 después del espectáculo de las Rook Island de la tercera parte. El anterior juego fue muy celebrado por sus excepcionales vistas oceánicas y la belleza de sus islas, particularmente en PC. Ahora el foco ha pasado a las consolas de nueva generación, que el equipo ha aprovechado para hacer algo distinto, tanto en forma como fondo. Kyrat se nos presenta con claros paralelismos con su contrapartida real nepalí, un terreno nevado con regiones despejadas y uniformes, propias de una región del Himalaya. Aquí no se impresiona con la visión de playas idílicas, y a veces el terreno puede hacerse algo repetitivo en comparación con los entornos que se disfrutaron en Far Cry 3. Pero lo que esta cuarta parte ofrece a cambio es verticalidad y majestuosidad del entorno, con imponentes vistas que hacen ver la profundidad orográfica del entorno. Esto lo complementa con la incursiones oníricas a Shangri-La, que constituyen los momentos visuales más impactantes del juego.

Técnicamente, las versiones de nueva generación se acercan a lo que pudimos ver en PC con la tercera entrega, con largas distancias de visionado y entornos cuidados de notable densidad que lucen realmente bien en PS4 y Xbox One. Las dos versiones apuestan por el 1080p con framerate de 30 FPS que se mantiene generalmente estable excepto en secuencias de acción de mucha intensidad, aunque nada demasiado serio. El apartado técnico acompaña a un gran trabajo artístico en el que se puede apreciar el exotismo de una región ficticia de influencias hindúes y nepalíes, con contrastes importantes entre los abiertos exteriores y ciertas localizaciones interiores que se presentan en toda su crudeza y humanidad.  

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En el apartado sonoro comenzamos por destacar el doblaje al castellano, cuidado al máximo por su editora y en el que participan voces de nuestro país como la que dobla a Rick Grimes en The Walking Dead, pero si hay una que destaque es la del genial Ivan Muelas, actor de personajes tan conocidos como Fry de Futurama y la voz de Will Smith en España desde El Príncipe de Bel-Air -además del asistente de Jade en Beyond Good & Evil o el protagonista del Ghosthunter de PS2-, quien se da el gustazo de darle vida sonora a Pagan Mín y todas sus líneas de diálogo. Destacan también las emisoras de radio en los coches que conducimos, ya sean escuchando proclamas a favor de Pagan Min o emisiones piratas en su contra.

No menos cuidado está el conjunto de efectos de sonido, que se resumen en una mezcla tan conseguida que nos hace sentir que realmente estamos en un bosque de los Himalayas rodeados de toda la fauna en los momentos de pura quietud, o en medio de una guerra civil en plena batalla. Pero es en la BSO donde más se nota la calidad. Cliff Martinez -Drive, Only God Forgives, Spring Breakers, Traffic-, recoje el testigo de Brian Tyler y aporta su atmosférico e hipnótico estilo a un trabajo en el que la base electrónica se mezcla con ritmos hindúes propios de instrumentos como el sitar, la tambura o laúd paquistaní, el sarangi y el sarod, el shehnai -una especie de oboe- y toda la gama de percusión hindú alternando piezas relajadas de puro chill-out con otras más enérgicas para la acción. Destacamos la preciosa aria inicial, un corte vocal que va subiendo en intensidad.   

El PC, NVIDIA GameWorks y la adaptación al teclado y ratón

Como suele ser habitual en muchos de los juegos de Ubisoft, NVIDIA es una de las principales protagonistas gracias a todas las características extra con las que sus títulos cuentan con GameWorks, un sistema que agrupa las diferentes tecnologías de la compañía estadounidense para mejorar el apartado visual de los juegos que las utilizan.

En el caso de Far Cry 4 nos encontramos con un sistema de sombras mejorado llamado PPS que procesa las sombras haciendo que se vuelvan más suaves a medida que nos vamos alejando del objeto que las produce, lo que hace que parezcan más reales. Este sistema también incluye una tecnología de filtrado de sombras que mejora el acabado de las mismas. No es la única mejora con la que cuentan, ya que a PPS se suma el ya habitual HBAO+ que mejora la calidad de las mismas dependiendo de la iluminación. Junto a estos procesos para mejorar las sombras nos encontramos con diferentes efectos de iluminación que mejoran la calidad de la misma y que le dan al juego un aire más cinematográfico.

Otra característica propia de NVIDIA que nos encontraremos en Far Cry 4 es TXAA, un sistema de suavizado de bordes que mejora la calidad de las imágenes y los objetos usando diferentes sistemas de suavizado de bordes, multimuestreo y técnicas de  postprocesado además de algunos filtros. Por último, una de las características más curiosas que acompañan al juego si usamos una gráfica de esta marca son las mejoras en el pelaje de los animales gracias a Hairworks.

En cuanto al nivel general, el juego en la versión para compatibles tiene un acabado bastante vistoso, con una gran calidad de imagen y efectos que dejarán satisfechos a los usuarios más exigentes en cuanto a gráficos. El salto con respecto a Far Cry 3 se nota pero, sin embargo, no podemos decir lo mismo del rendimiento, que, pese a que se ha visto mejorado con los últimos parches del juego todavía está lejano a la estabilidad que sería deseable para un título triple A en PC. Es cierto que, con tarjetas gráficas de gama media o alta como la GTX 760 o 770 podemos ejecutar el juego en Ultra a 30 fps estables pero, sin embargo y pese a las diferentes actualizaciones, nos hemos encontrado con algunos problemas de stuttering (disminución del rendimiento del juego pese a mantener los fps) y la tasa de frames por segundo nos sigue pareciendo un tanto escasa dado que el objetivo deseado por los jugadores de PC suele estar en los tan ansiados 60 frames por segundo estables, algo que el juego no es capaz de conseguir ni con las tarjetas gráficas más potentes.

Para ser justos, es cierto que es muy difícil asentar estos frames en un escenario tan abierto como en Far Cry 4, con tantos procesos funcionando al mismo tiempo, pero, como decimos más arriba, lo que más nos preocupa es ese stuttering que se hace peculiarmente molesto en algunos momentos, sobre todo en la conducción. Por suerte, estos problemas se ven resueltos en su mayor parte bajando el nivel de texturas y de algunos efectos gráficos del juego, algo que no es lo ideal si contamos con un equipo de alta gama.

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Por lo que respecta a la adaptación al teclado y al ratón hemos decir que Far Cry 4 nos ofrece una configuración de teclas predeterminada  algo peculiar en cuanto a la realización de algunas acciones pero sencilla a la cual nos adaptaremos de forma muy rápida. Algo peor lo pasaremos con el manejo de nuestro ratón que se hace, en ocasiones, un poco raro o torpe e incluso tosco, sobre todo si no tenemos actualizado el juego a la última versión, donde este comportamiento tan poco confortable se hace bastante presente.

9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.