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Bound

Bound

  • PlataformaPS48
  • GéneroPlataformas, Acción
  • DesarrolladorPlastic
  • Lanzamiento16/08/2016
  • TextoEspañol

Análisis de Bound

Nos anudamos y enredamos en la historia de Bound, un vídeojuego producido por Sony Santa Monica y desarrollado por Plastic con una bailarina como protagonista danzando en entornos preciosistas que recuerdan al suprematismo ruso.

Actualizado a

Si atásemos en corto a Kazimir Malévich, el suprematismo arquitectónico, la bailarina Maria Udod y el minimalismo krautiano experimental quizás el resultado pueda estar antes en cualquier exposición con aires pretenciosos que en el hogar de un videojugador, pero si anudamos la mezcla con una historia aparentemente costumbrista y cerramos el paquete con aquello que los videojuegos llevan haciendo desde casi sus inicios, las plataformas, puede que "Bound" empiece poco a poco a apretar sus cuerdas dejando marca en nosotros.

Podemos definir Bound como una obra vanguardista o pretenciosa y ambas afirmaciones estarían en lo cierto y equivocadas al mismo tiempo: Lo amarás o lo detestarás. Pero este contraste tan acusado ha logrado algo interesante, no dejar indiferente a nadie. Pese a estar Santa Mónica Studios tras la producción del videojuego, el desarrollo corre a manos de Plastic, estudio polaco que ya hizo sus pinitos años atrás con títulos como Catzilla, Datura y Linger in Shadows.

Poniéndonos en situación, manejamos a dos personajes con percepciones de la realidad de un mismo individuo distanciadas en el tiempo: Una mujer adulta embarazada y una bailarina de semblante adolescente con mentalidad infantil. La primera otorga la parte terrenal, lo que vemos es lo que hay. La segunda nos transmite una visión más espiritual, una idea metafórica y endulzada de su infancia aderezada con un detalle sobre la experiencia y vivencias de la mujer adulta que la imagina: la posibilidad de bailar, algo que en ningún momento de la historia nos dicen que haga o haya hecho en su niñez y podemos entender que practicó en el lapso de tiempo que separa ambas historias. Lo que sí sabemos es que tras la captura de movimientos se encuentra Maria Udod, bailarina ucraniana que demuestra con gran talento sus habilidades sobre las tablas.

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Se ha definido como un "plataformas procedural", pero que esta afirmación no te confunda, el mundo no se genera de manera aleatoria al comenzar una nueva partida y los niveles siempre serán iguales, aunque sí juega con una decisión de diseño interesante: a medida que avancemos los bloques irán formando bajo nuestros pasos el camino a seguir. Esto juega un papel más importante de lo que a priori pueda parecer, si bien las plataformas no entrañan mucha dificultad, los saltos resultan bastante sencillos y quizás el principal enemigo que nos encontremos aquí sea la cámara, existen rutas alternativas que incrementan la complejidad de estos en pos de reducir el trayecto existente hasta llegar al final de cada fase. Su descubrimiento no será nada fácil gracias a/por culpa de la idea "procedural" antes mencionada, al no poder ver siempre con antelación el camino a seguir nos costará saber por donde queremos ir. Estas parecen ir principalmente orientadas al modo speed run del que ya hablaremos más adelante. Recupera antiguas ideas olvidadas en el género como el salto entre esferas con gravedad propia, al más puro estilo Super Mario Galaxy o los cambios de perspectiva como ya hizo Echocrome de psp en su momento de manera bastante loable (y Maurits Cornelis Escher en sus obras pictóricas, no olvidemos la potente carga artística que tiene Bound). Los movimientos son gráciles, imitando pasos de baile, tanto en tierra como danza aérea y alternando su interpretación según necesidades: no serán los mismos cuando rebotemos entre paredes, andemos por un saliente o subamos escaleras, todos ellos guardarán siempre consonancia con esta expresión artística. Bailar será la única manera para librarte de los peligros.

El viaje por el mundo onírico es el motor principal de la historia y que arranca con la curiosidad del jugador, a lo largo del trayecto iremos creando nuestras propias teorías de lo vivido, aunque esto no tardará en cambiar. En un videojuego que nos hace surcar la psique de una adulta recordando cómo veía el mundo de niña con su simbolismo, que explora mediante metáforas visuales acontecimientos importantes para la protagonista, algo que no resulta extraño y a lo que deberíamos estar acostumbrados sabiendo que autores de otras artes como Alejandro Jodorowsky o David Lynch llevan haciéndolo décadas, llega el punto más flojo, la resolución o la escesiva explicación. Mediante unas escenas que iremos componiendo a medida que avancemos en primera persona, nos mostrarán la realidad detrás de la metáfora del nivel completado dando como resultando algo excesivo y en ocasiones innecesario. Esto cerca las ideas y coacciona la libertad de pensamiento del jugador tirando casi por tierra teorías e interpretaciones posibles, algo que por otro lado le hubiese venido bien para mantener a la comunidad más activa y por ende hablando del título.

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Bound no nos durará más de 3 ó 4 horas en su primer viaje, aunque existen "dos finales" posibles que se basan en una decisión de un momento concreto. Tras completarlo se nos desbloqueará el modo "Speed run" aumentando así su vida para aquellos que les guste jugar contra la marca y en el que tendremos que hacer gala de nuestras dotes interpretativas en cada salto a la hora de buscar el camino lo más corto posible, como ya comentamos antes al hablar del supuesto "diseño procedural".

En su momento el tráiler nos dejó un sorprendente montaje con la bailarina a ritmo de la música y cada paso perfectamente sincronizado. No es que el apartado sonoro sea el más flojo del título, si escuchamos su banda sonora por separado resultará toda una delicia auditiva, pero parece no terminar de encajar de todo con la acción que supuestamente busca representar. La música da la sensación de ir bastante inconexa con los momentos y situaciones logrando que no le rindamos la cuenta que tal vez se merezca.

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Su apartado gráfico no brilla en demasía, pero sabe suplirlo con un diseño artístico muy preciosista. Cada fragmento del mundo entroncará con obras de grandes artísticas del supremísimo ruso (Kazimir Malévich como principal exponente) y lograrán que a lo largo de la aventura nos hagamos acopio de capturas explotando el modo foto que trae. Los colores minimalistas y planos sobre formas geométricas básicas funcionan de manera increíble para componer toda la “pista de baile” de nuestra protagonista.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.