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Brütal Legend

Brütal Legend

Dios del Metal

Tim Schafer, excelso contador de historias que logró su cénit en los tiempos de Lucas Arts y el SCUMM, vuelve a la primera plana con un homenaje al mundo del Heavy Metal. Guitarras legendarias, hachas desmembradoras, hordas de demonios y un héroe accidental en un torbellino de rock, humor, gore y lenguaje soez. Hell yeah!

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Puede que a algunos no les suene el nombre que se esconde detrás de Double Fine Productions. Se trata de Tim Schafer y es un viejo conocido de todos aquellos que tenemos la desgracia de sumar ya una cierta edad en esto de los videojuegos. Y ciertamente, el apellido Schafer es sinónimo de calidad y buen saber hacer indiscutible. En su haber se encuentran obras atemporales tales como Monkey Island, El día del Tentáculo, Grim Fandango o Full Throtle -si no los has jugado, ya tienes algo que hacer en las próximas vacaciones-. Tas varios años de inactividad y con un desagradable conflicto por los derechos por el medio, esta semana se suma a su lista de genialidades un nuevo título que presume de ser distinto a todo lo disponible; rendir pleitesía al mundo del Heavy Metal de la forma más irreverente posible.

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Si tuviéramos que juzgarlo por su turbulenta -casi truculenta- historia, pensaríamos que este que hoy tenemos el placer de disfrutar, era un proyecto lastrado, prácticamente abocado al fracaso. Y es que empezó su desarrollo en Vivendi para posteriormente, con la fusión, ser descartado por Activision Blizzard, que no confiaba en el tirón rockero originado por Guitar Hero como garantía para acercar esta excentricidad en forma de hack & slash protagonizada por un Roadie, un simple técnico de mantenimiento. Más tarde Electronic Arts, valiente esta vez, abrazaría el proyecto bajo EA Games hasta llevarlo al final de su desarrollo. En total más de cuatro años de trabajo intenso ha gestado Schafer para alumbrar a su nuevo hijo predilecto.

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Let there be rock!
En este cambio de productora la única modificación real sufrida por Brütal Legend ha sido en el calibre del proyecto, casi pudiendo decirse que estamos ante el primer juego de Tim Schafer que ha tenido una promoción a la altura de su talento y las expectativas creadas. Simple y directamente: Brutal Legend merece todo elogio recibido y cumple con todo aquello que fue prometido. Englobado en la acción en tercera personas con escarceos en forma de paréntesis en otros géneros, consigue proporcionar una experiencia diferente sin renunciar a la independencia, trata de divertir y lo consigue hasta provocar la carcajada. Un éxito.

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Y todo con un desarrollo que parte de una idea fundamental que debería ser la base en la producción de videojuegos: lo primero es divertir. Más allá de artificios gráficos -donde no destaca especialmente y casi se puede decir que es su talón de Aquiles- o vueltas de tuerca en el terreno jugable, lo principal aquí ha sido conseguir que una vez que con el mando en las manos, el tiempo pase más deprisa y una extraña sonrisa de felicidad se dibuje en nuestras caras. Gracias esto último también a la colaboración de Jack Black, rockero confeso y practicante, y a Santiago Segura, que algo de su salero ha puesto en la edición española.

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Brutal Legend alcanza su objetivo en primer momento con su historia y ambientación, delirantes a más no poder. No encarnamos a un virtuoso guitarrista, o al líder de una banda, ni siquiera a un cantante. Somos un ‘pipa', un simple encargado de mantenimiento de un grupo emo-hippy rock moderno. De esos que a los buenos rockeros nos hacen rasgarnos las vestiduras. El nombre es Eddie Riggs y es uno de los de antes, de la vieja escuela. De los de brazaletes de tachuelas, chupas de cuero y largas melenas. Es el mejor en su trabajo y sabe vivir en un necesario segundo plano. Este hecho consigue dotar de una profundidad inesperada al argumento de Brütal Legend, dando un trasfondo sobre el sacrificio y la modestía.

Highway to hell
En el último concierto de su banda, muere aplastado al conseguir salvar a uno de los miembros del grupo, que se precipita desde las alturas del set del escenario ebrio del clamor de las multitudes. Por suerte una gota de su sangre cae sobre la hebilla de su cinturón, una reliquia milenaria y maldita, que invoca al Dios del Metal, le resucita y le transporta a su propio mundo paralelo, un lugar donde los tacos, las palabras malsonantes y la sangre son el pan nuestro de cada día. Un sitio donde personajes como Ozzy Osbourne de Black Sabbath o Lemy  de Mötor Head, estrellas de rock en nuestra realidad, son los auténticos caudillos.

Este hecho, más allá de convertirse en una tragedia, es el inicio de una aventura alucinante en la que reina un humor -negro en muchos casos-, momentos delirantes que recuerdan al Schafer más Fandangoniano y la acción más salvaje. Las dosis de risas son responsabilidad, a partes iguales, del guión de Tim Schafer y de la interpretación de Jack Black en el papel de Eddie. El actor norteamericano consigue dotar de una expresividad casi sin rival en esta industria al personaje principal, consiguiendo que incluso el más leve arqueo de cejas logre arrancarnos una buena carcajada. En la versión española, Eddie sigue siendo el mismo actor en lo referente a su imagen, pero cuenta con la voz de Santiago Segura. Un movimiento sorprendente que a priori parece no ‘pegar', pero acaba resultando una elección adecuada. Tampoco debe olvidársenos la incursión que con Isi/Disi Segura realizó en el género metalero.

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Hachas desmembradoras, sangre a borbotones.
En esencia estamos ante un hack & slash, es decir una variante del beat'em up clásico donde en vez de a puñetazo limpio nos valemos de armas blancas y objetos cortantes para deshacernos de nuestros rivales. Y Brutal Legend apenas se complica; es de esos en los que hay que avanzar aniquilando de la forma más obscena posible a los enemigos hasta acabar con todo lo que se mueve. Pero la genialidad de Schafer consigue dotar de personalidad propia a cada bit de su obra. No sólo destaca en el género de avanzar y matar, siendo capaz de amalgamar todo lo bueno de su género (mejoras de personaje, combos interminables, golpes especiales…), sino trasciende a este tipo de obras para tocar otra clase de géneros.

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El mejor ejemplo es el toque de estrategia en tiempo real que se añade a prácticamente todas las batallas. Y es que poco después de empezar la historia principal, tendremos que liberar a un pequeño ejército de grupies melenudos y descerebrados. Estos no dudarán un instante en acatar nuestras órdenes sea quien sea el enemigo. El control es solvente, dejando las limitadas (pero suficientes) posibilidades estratégicas siendo controladas con el pad digital. Es un brillante giro, que además nos deja vivir las batallas desde dentro. Cosa que pocos juegos de estrategia pueden permitirse.

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La parte jugable de Brütal legend es tan generosa que hasta se permite el lujo de ser la base para un modo multijugador online para ocho jugadores. En éste podremos participar en una batalla campal entre dos bandos, luchando por destruir la base del enemigo. Incluye siete mapas diferentes y las tres facciones que toman parte en la guerra que se vive en el modo para un jugador. El complemento perfecto para aquellos que acaben la historia y estén cansados de pasear por el mundo principal.
Estos paseos podremos hacerlos a pie, en vehículo o incluso volando, y no tienen ningún tipo de limitación, puesto que las únicas fronteras que encontraremos serán los confines del propio mundo del heavy metal. Este hecho permite incluir en la jugabilidad un componente de exploración, además de la conducción, que toma cierta importancia. Y es que encontrando las mejores vistas, las piedras dragón y demás objetos escondidos, iremos desbloqueando nuevos artes y temas de la épica banda sonora que podremos escuchar cual radio de GTA en nuestro coche.

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La ira del Señor del Metal
Pero no es sólo eso, ya que también nos encontraremos con diversos personajes que nos propondrán retos sin relevancia para el hilo argumental. Se trata de carreras de coches, cacerías de animales, peleas con nuestros grupies… No es que tengan una gran profundidad, pero consiguen dotar de mayor variedad a Brütal Legend. Además está el hecho de que una vez que consigamos terminar la historia principal, podremos volver al mundo de juego para terminar todo lo que nos dejamos atrás. Al acabar con éxito estas pequeñas tareas iremos ganando puntos que luego podremos gastar para mejorar las habilidades de Eddie Riggs, inicialmente equipado con la legandaria hacha Desmembradora y una reliquia en forma de guitarra Flying V llamada Clementina. Podremos comprar nuevas armas, movimientos, vinilos para nuestro coche… Pero esta no es la única manera de conseguir ampliar sus posibilidades. Conforme avancemos en la historia principal se nos irán dando nuevos poderes, los necesarios para poder proseguir con nuestra aventura.

Pero también hay solos de guitarra escondidos por el mundo. Nuevos poderes secundarios que harán nuestro camino más fácil (habilidades para nuestros grupies, ataques derrite-caras…). La manera de realizar este tipo de habilidades es pulsar el gatillo izquierdo y seleccionar el solo que queremos tocar. Tras esto se despliega un minijuego casi al estilo Guitar Hero. Pulsar los botones en el momento apropiado conlleva la recompensa propia de la habilidad que hemos elegido. Y sobre los combos, Guitarra y Hacha son un buen complemento, pudiendo alternar golpes con rayos o fuego de la Guitarra, así como más adelante, recibir la ayuda de la auténtica 'maiden' de Riggs, para realizar movimientos especiales de forma cooperativa.

Todo esto suena fenomenal, y resulta de lo más divertido. Pero por desgracia no es oro todo lo que reluce bajo las brillantes guitarras. El mayor punto negro que hemos observado es la imposibilidad de Eddie Riggs de saltar en cualquier dirección. Esto nos ha hecho que quedarnos atascados entre las rocas más de una y dos veces, y además, limita ligeramente los combos -algunos de ellos tienen movimientos donde Riggs salta automáticamente- y transmitirá incomodidad a algunos jugadores. Por suerte el sistema de guardado es tan eficiente que no hemos tenido que retroceder demasiado para llegar al punto en el que nos encontrábamos.

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Otro lunar en su historial es cierta falta de claridad en las explicaciones de las misiones (23 principales y 30 secundarias), con lo que se puede llegar a dar momentos en los que consigamos acabar con el ejército enemigo, pero aún con esas perdamos la batalla. Estos momentos no son demasiados, pero suficientes para empañar un mínimo un juego brillante, que se controla a las sin lastres y consigue divertir de principio a fin. Cierto es que no serán un número demasiado elevado de horas (sobre todo yendo al grano), pero son suficientes para sentirnos compensados por el desembolso realizado.

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Apartados técnicos
A pesar de lo que pudiera parecer en un principio, Brütal Legend es un juego brillante en su realización. Destacan los trabajados escenarios y la extraordinaria animación facial de los personajes centrales de la historia. La vista es lo suficientemente lejana como para considerar que estamos viendo el horizonte, aunque en ocasiones se presenta un molesto pop-up de texturas y pequeñas ralentizaciones sin gran importancia al ir en nuestro coche a toda velocidad.

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En el apartado sonoro no hay ninguna pega que ponerle. La ambientación es prácticamente perfecta y el doblaje, aunque inferior a la versión original, está realizado con cierto gusto y buen hacer como podéis comprobar en el video aquí abajo. La banda sonora merece una mención aparte, sobre todo si somos fans del heavy metal. Incluye desde grupos como Megadeth, Manowar, Dragonforce, Kiss, o Judas Priest hasta completos desconocidos, sin olvidarnos del propio grupo de Jack Black, Tenacious D. Aquí podéis echar un ojo a la tracklist completa.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.