Battlefield 3: Aftermath, Impresiones

Battlefield 3 sigue en pie de guerra y de qué forma. Electronic Arts editó el año pasado el FPS bélico más realista de todos los tiempos y desde su salida, la división EA DICE encargada del título, ha trabajado duro para no dejar decaer la experiencia, lanzando DLCs de diversa índole que siempre han buscado satisfacer y profundizar la experiencia multijugador competitivo. Si ya hemos vivido descargables en PC, Xbox 360 y PlayStation 3 centrados en los tanques y blindados, o en los enfrentamientos en espacios reducidos, con BF3: Aftermath le llega el turno a la lucha callejera en enormes entornos urbanos, con todos los edificios abiertos, montones de pasillos, plazas, callejones, carreteras... Se dispara el 27 de noviembre, una semana antes para usuarios de BF3: Premium o de PS3.

Lo civil toma el papel protagonista en una entrega que además de añadir otros cuatro nuevos mapas -esta vez todavía más destruible que los demás- incorpora vehículos civiles como furgonetas o camiones para el desplazamiento rápido de escuadrones a la zona de fuego. Si por algo se caracteriza Battlefield 3 es por la inmensidad de sus mapas, y en Aftermath no van a ser menos, por lo que habrá que usar a menudo estos bólidos aparcados por las calles para acudir al punto caliente de tiroteos, una bandera que está siendo tomada o, por qué no, un arma muy cotizada. Su modalidad inédita, Scavenger, nos instará precisamente a pelear por recoger los mejores fusiles y equipos.

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Como si fuera el modo Conquista, los jugadores de ambos bandos (recordemos que 24 en consolas y 64 en PC) tendrán que tomar distintas zonas para ahora hacerse con armas, pues todos parten con la pistola y un número limitado de balas. Son soldados supervivientes que no tienen recursos, y este modo lleva el gameplay BF3 a un nuevo nivel, con la adrenalina al máximo al tener que tirar únicamente de MG hasta encontrar puestos de munición, realmente custodiados por el equipo rival. Además, gracias a esta modalidad se ha presentado también otra incorporación, el Crossbow, una ballesta de largo alcance absolutamente letal que no hace nada de ruido al disparar ni permite que nos vean, una bendición para los más camperos y sigilosos que solo cuenta con el inconveniente de tener una munición más limitada y difícil de recoger que los rifles de sniper clásicos.

Junto a este arma llegan algunas otras novedades como tres nuevos vehículos armados, entre los que están un helicóptero de guerra pequeño para el sobrevuelo cómodo entre ruinas y edificios, o una furgoneta con torreta incrustada para sembrar el caos sin perder movilidad, ya que es capaz de moverse de forma óptima por encima de escombros y todo tipo de superficies. Por supuesto, nuevos desafíos, logros y trofeos también forman parte de su oferta, siendo un DLC que, sin marcar de forma determinante el ritmo o dinámicas de juego originales, busca trasladar al jugador hasta otra parte del conflicto, dejarle vivir otra experiencia bélica no demasiado distinta pero al menos con otro marco.

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Sí, los cuatro mapas que incluye Aftermath se centran en la lucha urbana, habrá que saber manejar un nuevo formato táctico más generoso con quien sepa dominar entornos construidos pero, eso sí, fácilmente destruibles y ya en situación ruinosa. Ciudades de Irán u Oriente Medio, con sus mercados abandonados, mezquitas, plazas con fuentes en el centro o callejones llenos de escaleras de emergencia dan forma a los nuevos escenarios, entre los que están Epicenter -de fuego intenso en la zona central y reparto zonal de manera radial- o Markaz Market -que llena de claroscuros y callejones laberínticos toda la pantalla-, venida a marrón por la cantidad de ruinas, derrumbes y explosiones que van a producirse en sus esquinas.

Importante es también, una vez más y gracias al Frostbite 2, jugar con los deslumbres que se producen, por ejemplo, en una situación de persecución de un soldado a otro y que el que huye sepa por dónde meterse para aturdir con los cambios de luz a su verdugo. O con las granadas, que levantan polvo si se tiran en tierra y pueden dar una ventaja clave a quien sepa ver a través de la nube de arena. Como en todo Battlefield 3 en multijugador, no basta con posicionarse y disparar, hay que jugar también con la estabilidad de la cobertura y el posicionamiento en vertical, ciudado que no nos puedan acechar desde el tejado o la planta de abajo. La enorme cantidad de escombros, grúas, árboles y edificios que se desmoronan como arcilla genera una jugabilidad de atención máxima y valoración de todos los factores, que apasionará a los expertos.

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Lo que EA DICE está haciendo con Battlefield 3 un año después de su lanzamiento es digno de admiración. Vale que este DLC costará otros 14'99 euros (o 1.200 Puntos Microsoft) pero sin duda procura llevar la experiencia de shooter bélico realista un poco más allá, con nuevos entornos que no se basan únicamente en ampliar el contenido, sino que intentan otro timing de juego, otra experiencia para el asiduo que seguro que no puede resistirse ante esta expansión. Quizá Close Quarters o Armored Kill cambiaban más el gameplay, pero el nuevo modo Savenger o el arco silencioso pueden ser buenos puntos a su favor para hacerse imprescindible. En un mes se lanzará al campo de batalla.