A la tercera NO va la vencida...

Cuando Silent Scope aterrizó en los arcades me recordó, salvando muchísimas distancias, la primera vez que jugué al Operation Wolf. Este juego debió ser de los pioneros en el uso de gadgets en una recreativa, más allá de los sticks convencionales de manejo standard. Siempre propone una experiencia de juego distinta no ya las imágenes que aparecen en pantalla sino la forma de acercarnos a ellas.

El caso es que pensé que sería muy difícil una conversión a una plataforma de tipo familiar y mantener el mismo grado de adicción sin el uso de la espectacular metralleta que tenía el juego original de los salones. Mi sorpresa fue cuando una versión para el Spectrum salió a la luz y además con pistola incorporada; obviamente los gráficos no eran los mismos ni la suavidad del scroll tampoco, pero la jugabilidad… en fin, que cuando salió el Operation Thunderbolt fui de los primeros en acudir a la tienda.

g  r  á  f  i  c  o  s
En absolutamente ningún apartado el juego es sobresaliente o francamente bueno. El producto es menos que mediocre, decepcionante en todos los aspectos y, además, te lo acabas en 3 horas; y mira por donde, casi diría que esto último es un punto a favor. Esta mediocridad también alcanza el nivel gráfico del juego. Los modelos de los enemigos, aunque decentemente texturizados, presentan unos dientes de sierra que ni el Virtua Fighter 4, por poner un mal ejemplo. Además, son tremendamente monótonos y repetitivos. Si el tipo de enemigo varía de fase a fase francamente no importa: nos cansaremos de verlo enseguida.


Los edificios parecen trazados con tiralíneas, de la forma más sencilla posible, con una estructura indestructible en inalterable pase lo que pase. El efecto del aliasing cuando activamos la mira telescópica da hasta miedo y aunque, como dije, en los modelos enemigos puede ser decente, en el entorno da verdadera pena. Si pudiera resumirlo de alguna forma diría que a nivel general Silent Scope 3 no parece un juego para consolas de nueva generación, indigno de la capacidad gráfica de la Playstation 2.

s  o  n  i  d  o
El audio tampoco se salva de la quema. El estéreo implementado en el juego más que ayudar confunde. Todo queda limitado al sonido de los disparos, la voz de nuestro jefe informándonos de la siguiente misión y los gritos de los soldados enemigos muriendo. El viento, los pasos, el ruido del helicóptero…. De hecho incluso podría resaltar algo que me gustó: el sonido de los disparos del rifle suenan distinto dependiendo de la situación en que nos encontremos.

Es decir, cuando estamos en el tejado de un edificio de 40 plantas no es lo mismo que dentro del casino, y el ruido no es el mismo. Si, de acuerdo, todo esto no está del todo mal pero es que en realidad a la hora de la verdad no ayuda en nada y parece un intento de maquillar un resultado final realmente pobre.

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
A pesar de la sofisticación que conlleva el mando original, el concepto de juego es extremadamente simple: Shooter on rails, acción sobre raíles. Para los que nunca hayan jugado a un juego de este tipo, trata básicamente de que nuestro personaje principal se dirige, mediante una perspectiva en primera persona, por una serie de puntos predeterminados sin que podamos hacer nada para alterar su curso de movimiento. Nuestra labor se dedica en exclusiva a disparar a todos los soldados, terroristas… 'malos' en general que aparezcan en pantalla, tan sencillo y tan efectivo a la vez.

Lo que es el juego en si, es decir la versión '3', es ligeramente distinta. Aunque el mecanismo básico permanece intacto, y eso significa un reloj que pone presión para que acabemos con nuestros blancos lo antes posible pues, de lo contrario, el tiempo se agota y la partida se acaba, en puntos muy concretos del desarrollo tendremos la posibilidad de tomarnos el tiempo que queramos para efectuar el disparo.

Eso si, no deberemos fallar bajo ninguna circunstancia. Además, el desarrollo no será ni de lejos tan linear con en las anteriores versiones; las misiones vienen catalogadas según su dificultad y podremos llegar a distintos finales dependiendo del camino que tomemos. Ciertamente esto añade algo de rejugabilidad al título de Konami pero de nuevo no justifica, en mi humilde opinión, la compra del juego.

En cuanto al tema de los controles, todo es bastante sencillo. El rifle utiliza un solo botón para el disparo, el X, y se recarga solo al acabar las balas de nuestro cargador. No temáis quedaros sin munición, nuestro arsenal es interminable. El botón L1 es el que activa el zoom de la mira telescópica, aunque en buena parte del juego lo preferiremos tener desactivado para acceder a una mayor parte de la pantalla de un solo vistazo.

No hay que olvidar que no necesitamos un disparo en la cabeza para acabar con nuestros enemigos; el programa sobreentiende que el calibre de nuestra arma es suficiente para acabar con una vida humana sea cual sea el lugar del impacto, lo cual no deja de ser sorprendente pero se acepta como una vicisitud del juego. Y no es que SE3 no disponga de detector de impactos; lo tiene, solo que no se ve afectado por los impactos de la bala. Hubiese preferido una reacción del enemigo más impacto-dependiente, como ocurre en Time Crisis, por ejemplo.

Como novedad respecto a las versiones anteriores, además, en algunos casos podremos cambiar nuestro punto de disparo con los botones R y L, pero que nadie se piense que estamos jugando al Counter Strike. La seta analógica izquierda sirve para mover el punto de mira en todas las direcciones posibles… y en realidad eso es todo.

c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
No me cansaré de repetirlo. El juego no es que sea exactamente una estafa, pero lo roza. Repetir una fórmula de éxito no es ninguna novedad; se hizo con Resident Evil y se sigue haciendo hoy en día. Sin embargo, hacerlo con un juego más o menos exitoso tiene un pase, pero hacerlo con un juego que en realidad de exitoso tiene bien poco, es todavía más triste. El caso de Silent Scope 3 permanece a esta última clase.

Tal vez lo peor del juego es que lleve la etiqueta Konami. Ayer mismo eché unos partidillos al PES2 y no pude evitar una sonrisa al ver aparecer el logotipo de la compañía nipona. Parecen dos compañías distintas, y en realidad es evidente que se trata de dos equipos de programación completamente diversos. Un producto propio del desdén, de la desidia, que no merece ni tan siquiera ser carne de videoclub.