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Magna Carta: Tears of Blood, Impresiones

Increíble. Es la única expresión posible tras comprobar que Tears of Blood se acerca al panorama Europeo de los RPGs. Poca gente conoce a Softmax, tan poca como las verdaderas raíces de una de las futuras sagas que más van a dar de hablar dentro de este género. Y es que Calintz, por más que digan, no es un travesti.

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Increíble. Es la única expresión posible tras comprobar que Tears of Blood se acerca al panorama Europeo de los RPGs. Poca gente conoce a Softmax, tan poca como las verdaderas raíces de una de las futuras sagas que más van a dar de hablar dentro de este género. Y es que Calintz, por más que digan, no es un travesti.

La ignorancia, los prejuicios y demás lacras pueden llegar a contaminar mentes. El ser humano parece estar predispuesto a disfrutar cada segundo de estupidez en vez de buscar, en la medida de lo posible para algunos, la sabiduría. Así, un supuesto súper conocedor de un mundo tan grande y complejo como el de los RPGs puede llegar a juzgar erróneamente uno de los mejores exponentes que, digan lo que digan, tiene hoy día la PS2 por las tierras norteamericanas.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

El pasado verano Atlus y Banpresto llegaron finalmente a un acuerdo económico para lanzar uno de esos RPGs que acaban ganando más fama por no salir de tierras coreanas / japonesas que por el conocimiento que los fans puedan albergar en Europa o incluso en Estados Unidos. Porque por una vez nos vale poder gritar alto y claro que Magna Carta: The Phantom of Avalanche, considerado la obra maestra de Softmax en PC, nunca llegó a ser un juego popular por esas tierras, no en vano nunca se llegó a distribuir. Y por una vez, tampoco se pudo obtener por algún peer 2 peer, pues la versión disponible, 1.00, constaba de un fallo terminal a poco de comenzar a jugar.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

No es cuestión de adelantarnos a los acontecimientos, ya hablaremos del Magna Carta: TPA en su debido momento. Aunque es necesario para que comprendáis la indignación de los fans cuando el Magna Carta de PS2 parecía estar resignado a quedarse nuevamente en Oriente y no salir de ahí. Pero Atlus, única compañía que ha optado por no cometer el mismo error que otras muchas nos hicieron sufrir con la PSX, se lanzó a distribuir un juego que hasta en los foros había causado controversia; nadie conseguía averiguar las verdaderas razones que lo retenían allí.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Tears of Blood
Ya que la saga en sí no era especialmente conocida para los no habituales de los RPGs y especialmente de las comunidades foreras dentro de esta fuente tan enorme de información que es Internet, Atlus decidió lanzar el juego con este sobrenombre que poco o nada tendría que ver con el original -Crimson Stigmata-. Nada que ver con nuevas versiones para occidente de las que se hablaron, pues el juego ya disponía de una edición especial en Japón y Corea que costaba aproximadamente 120€, con libro de ilustraciones, pack de cartas, reloj especial... Cuestión de marketing.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

La salida se dio, en principio, para los comienzos del mes de Octubre, aunque un pertinente retraso, algo muy, pero que muy frecuente con Softmax, que al parecer tenía su lugar de origen en diversos problemas con la traducción, movió la fecha definitiva para el 25 de Noviembre, día que finalmente vio la luz en América. Problemas de distribución a parte, el recibimiento de crítica no se hizo esperar, con alguna que otra comparación odiosa, referente en el género y en los supuestos críticos de este.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

La historia, no os creáis, sigue de largo para dar ríos de tinta, aunque de esto ya hablaremos en el reportaje que podréis disfrutar a finales de Febrero, principios de marzo, cuando el juego se asome en Europa. Y es que con juegos como este, que guardan cierta historia en versiones pasadas y demás, se destapa la incompetencia de ciertos sectores. Aunque como ya decimos, todo será dicho cuando llegue el momento.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Volviendo a los orígenes
Lo cierto es que este Magna Carta no tiene, en lo que a historia se refiere, una relación directa con el pasado juego de PC, pese a que el protagonista y la historia en sí sean relativamente parecidos. No en vano, el protagonista, Calintz, es un chaval de poco más de 20 años, al igual que el resto de los trece compañeros que tendremos durante la aventura, peliblanco, de pocas palabras, escueto de palabras pero harto efectivo en los combates, con un pasado turbio y poco don de gentes. Al igual que el primer Calintz, controla una tropa particular de un ejército que tiene que combatir contra una raza contraria, los Yason.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Al igual que en la aventura de PC nos encontramos con una chica que padece de amnesia, clave para los sucesos que iremos sufriendo a lo largo de la aventura, con la que parece que compartimos algún vínculo especial, pese a que hasta mediada la aventura no se determine de qué se trata. Los Yason privaron a Calintz de su infancia, por lo que decidió convertirse en mercenario para controlar a los 'Tears of Blood'.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Podríamos seguir, pero para aquellos que no hayan jugado con el primer Magna Carta no tiene sentido alguno. Sí es cierto que compartiremos múltiples escenas similares, y que como bien dijeron los desarrolladores de Softmax, un juego ayuda a comprender la historia del otro. Esto a nosotros no nos vale de mucho, pero es suficiente para quitar el gusanillo de la aventura de PC a aquellos que no hayan tenido la suerte de disfrutarla.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Toques orientales
La historia, quizás el apartado que más hemos podido explotar gracias a la traducción, va mucho más allá de la simple rivalidad entre los humanos y los Yason, pues tanto Calintz como el resto de los personajes presentan una compleja personalidad que hemos de ir tratando en el menú principal del juego. Las relaciones, el llevarnos mejor con unos que con otros, son muy importantes a la hora de conseguir los ansiados 'chi', que comentaremos brevemente en el siguiente apartado.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Además, la intrigante heroína amnésica, Reith, aporta el necesario punto romántico a la aventura. Aunque realmente no disfrutaremos mucho de ella en los primeros compases del juego, pues Haren y Eonis, al igual que Chris o Azel, entre otros muchos, figuran más como personajes jugables que la atractiva protagonista. Esto que aquí vemos es una de esas etiquetas tan peculiares de Softmax, presentar un personaje e incluirlo en los posibles a controlar, para luego sacarlo con la misma rapidez.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Los Yason también cuentan con sus representantes, por ejemplo la reina Amila, que se presenta en la escena introductoria del juego, Orha, Roxy, Carian... personajes que no tienen un papel meramente decorativo, sino de los que también conoceremos gran parte de historia. No se queda corto Tears of Blood en lo que a personajes secundarios se refiere, como tampoco al desarrollo de la aventura, con los típicos complots, engaños, trampas...

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

¡Crazy Mode!
La vuelta a los orígenes que bautiza el apartado anterior no se refiere únicamente a su primogénito, sino también al sistema del que disfrutaremos. Y es que tomando el referente de Calintz como total protagonista iremos encontrando a nuevos compañeros a lo largo de la aventura, hasta trece como ya mentamos anteriormente, de los cuales tan sólo podremos emplear a tres a la hora de combatir. El sistema, que a priori podría recordar mucho a Final Fantasy VII, por citar alguno de los juegos de Square Enix, dista de ser tan parecido como pareciese en un principio, pues estos tres protagonistas irán rotando en torno a lo que la historia vaya demandando.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Efferia, el mundo en el que transcurre toda la acción, es a fin de cuentas maravilloso -propiamente dicho-, aunque el motor gráfico no consiga explotar del todo el potencial de la PS2. El Asura Engine de Tears of Blood nada tiene que ver con el de PC, y fue completamente rediseñado para ofrecer una aventura más jugable, ofreciéndonos ahora la posibilidad de detectar a nuestros enemigos, siempre y cuando estemos en modo de combate (esto es, sacando la espada y caminando algo más lento que corriendo sin ella), con el posterior combate si los tocamos primero con la espada.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Para derrotar a los distintos monstruos que iremos encontrando a lo largo de la aventura, que inexplicablemente muestran muy poca variedad, pues tan sólo irán mudando el color según el grado de fuerza que posean, con alguna que otra nueva incorporación según vayamos avanzando, tendremos que hacer uso de una 'rueda de la fortuna' en la que tendremos que enganchar distintos golpes pulsando los botones del pad. Si lo hacemos correctamente podremos disfrutar de un golpe especial acumulando energía, el 'Crazy Mode', gracias al cual podremos inflingir en nuestro enemigo casi el doble de daño de lo que normalmente podríamos.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

El modo de combate es simple pese a las apariencias, pues tendremos que movernos con alguno de los tres personajes disponibles, según el turno, por un entorno limitado en 3D y esperar también los ataques enemigos. Algo lento y repetitivo, aunque heredero del Magna Carta de PC, salvando las distancias. Esta limitación a la hora de combaitr es la misma que encontramos cuando estamos explorando los distintos mapas, pues pese a poder caminar por algunas zonas innecesarias de algunos mapas, en muchas ocasiones serán nuestros propios compañeros los que nos impidan seguir adelante.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Poco variado... mágicamente orquestado
Como viene siendo habitual en Softmax, tanto en los War of Genesis como en los Magna Carta y demás títulos que posee la compañía, se nos ofrece una gran variedad en lo que a diseños de escenario se refiere, pero no están todo lo detallados que debieran. Así, encontramos algunos mapas realmente sosos, aunque de apariencia agradable y colorista o bien todo lo contrario, según la historia lo requiera. Y es que si quizás si de algo peca este Magna Carta en apariencia es precisamente de la inexperiencia de Softmax en PS2.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

En todo caso, la banda sonora, completamente nueva con algunos temas prestados del MC de PC esta a la altura, con el maestro Jung Sung-Woon, dirigiendo todo el apartado sonoro da la talla y figura como otro de los elementos más destacados del juego. Por cierto, ésta la podremos encontrar disponible a un precio algo elevado en cualquier tienda de importación online. Las voces se han traducido finalmente al inglés, mal que nos pese, pues el doblaje original, pese a que tan sólo podíamos comprender pocas palabras, parecía infinitamente mejor. Al menos, en la versión coreana que pudimos jugar en su día.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Junto a la posibilidad de fomentar las relaciones entre los distintos miembros de nuestro equipo encontraremos algunas típicas; subir de nivel, comprar armas nuevas, hablar con los paisanos de los pueblos, y otros algo más peculiares; ir obteniendo nuevos objetos mediante a la forja, o simplemente reunir los materiales necesitaros e incluso que nos lean las cartas. Pero sobre todas estas destaca el uso de los distintos 'chi', elementos que tendremos que ir obteniendo a lo largo de la aventura y que se consumirán en cada golpe que asestemos a nuestros enemigos. Magna Carta es, como veréis, un juego muy, pero que muy completo.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

El artwork y la salida en Europa
Pese a la calidad del juego hay que admitir, sobre cualquier otra cosa, que el hecho de que Hyung-Tae Kim haya vuelto a diseñar todos los personajes, tanto principales como secundarios, así como la propaganda con las increíbles figuras del Artwork han servido de escaparate ante los miles de aficionados al manga o anime, ya desde el primer Magna Carta o War of Genesis. No en vano, Softmax fue la compañía gracias a la cual este increíble dibujante coreano saltó a la fama.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Dibujos aparte, Magna Carta se presenta como uno de los RPGs obligados de PS2, rayando un nivel similar al que pudimos ver en Final Fantasy X, salvando alguna que otra obviedad gráfica, como el motor exclusivo para las emociones fáciles del único referente de la saga original que disponemos para la negra de Sony. En todo caso Magna Carta no es un juego llamado a luchar ni a rivalizar contra ningún otro RPG.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

La posibilidad de jugar con Calintz y compañía, de saborear la magia de Softmax, auténtico referente en las tierras coreanas en esto de los videojuegos, de disfrutar de una aventura que realmente recomendamos desde aquí a cualquier aficionado de los RPGs, y sobretodo de comprobar como una fórmula 'típica' se mezcla con algunos referentes nuevos, es eso que nos hace decir 'increíble' al mirar el calendario... O, que diablos, de disfrutar de una vez por todas de un auténtico juegazo como promete ser este Magna Carta: Tears of Blood, que llegará en febrero a nuestras tiendas.

Magna Carta: Tears of Blood (PlayStation 2)

Magna Carta: Tears of Blood

  • PS2
  • Acción
  • RPG
Sobrevive a la guerra contra las criaturas Yason en este juego de rol y fantasía
Carátula de Magna Carta: Tears of Blood
7.5