Sigue buscando, pequeño saltamontes

Recogiendo el guante de Tenchu en PSX nos llega ahora la última producción de The 3DO Studios, los cuáles nos dan su interpretación de la siempre peligrosa vida de un guerrero japonés de la Edad Media. Ten presta tu katana pues el camino es largo y los peligros aguardan en cada esquina. Nadie dijo que la vida de un guerrero fuera fácil...

Los samuráis, guerreros preparados hasta la extenuación en las artes de la lucha y del ataque, también eran consumados expertos en las artes marciales, pero su objetivo en la vida era proteger a un señor feudal al que entregaban su vida por completo. Aunque os pueda venir a la cabeza, el concepto de esclavo dista mucho del de guerrero samurai. Éstos estaban muy bien considerados por sus conciudadanos y gozaban de algunos privilegios que estaban vedados para otras personas. Los ninjas, por su parte, y al contrario de lo que la gente piensa, eran tan sólo asesinos a sueldo, y constituían el estrato más bajo de la sociedad feudal nipona.

La industria audiovisual, películas y videojuegos incluidos, han malinterpretado hasta la saciedad estos conceptos tan simples, y son muy pocas las producciones en las que no se traiciona o se viola algunos de los principios remarcados en los párrafos anteriores. Son comunes las películas en las que el ninja es una especie de súper héroe que se enfunda su mono cuando quiere luchar contra los malos de turno, u otras en las que el típico adolescente estadounidense se pone bajo las órdenes del maestro nipón de turno (izquielda, delecha. daniel san, tú cogel la escoba, yo enseñal balidos) para poder currar al chulo playas, y de paso a toda su banda, que le ha levantado la novia. Un cúmulo de despropósitos que, como no podía ser de otro modo, también ha llegado a los videojuegos.

Durante 20 años Hiro, que así se llamaba el bebé,  es entrenado por su benefactor, hasta que llega el día en el que está lo suficientemente preparado como para vengar la muerte de sus padres. Y ahí empieza todo, encarnando al joven guerrero deberemos acabar con cada uno de los enemigos que nos salgan al paso hasta llegar al responsable de su dolor, y así hacerle pagar por todo el sufrimiento que le ha hecho pasar.

Gracias a las habilidades en las artes marciales que le han sido inculcadas y su maestría en el uso de las armas no se encontrará indefenso ante el aluvión de rivales que a buen seguro no se quedarán de brazos cruzados mientras vamos acabando con ellos. Y todo ésto mientras vamos recorriendo inhóspitos parajes en los que, por desgracia, el único peligro no serán los ninjas secuaces de Akunin, sino que también nos toparemos con trampas mortales, muertos vivientes y un sin fin de criaturas que nos pondrán las cosas muy, muy difíciles. ¿Te gusta el plan?

En cuanto a las animaciones, como ya hemos dicho anteriormente, son bastante fluidas, pero la mayoría de movimientos especiales ninja, que provocan que la acción se ralentice, no consiguen causar el efecto deseado de espectacularidad y lo único que producen es una mayor lentitud en las luchas que acabarán por aburrirnos. Los vuelos, por el contrario, sí que consiguen otorgar a la acción de ese espíritu entre alternativo y surrealista que estaba presente en las películas de bajo presupuesto de artes marciales de no hace tantos años. Saltos kilométricos que, además, ofrecen grandes posibilidades al jugador a la hora de recorrer los niveles, superar los obstáculos, etc. Las películas generadas por ordenador presentes en Godai son absolutamente discretas, nada que ver con las vistas en Final Fantasy o Metal Gear Solid, incluso en las versiones de estas sagas que aparecieron en la 32 bits de Sony. Se nota que este juego no es una superproducción del calibre de la serie de Square o la de Konami.

Una de las principales decepciones que hemos sufrido a los mandos de nuestra PS2 y con Godai corriendo en el lector es comprobar que no se ha implementado ningún efecto gore. Así, cuando golpeemos brutalmente a uno de nuestros enemigos y no veamos ni una mínima muestra de glóbulos rojos sentiréis como si faltara algo... No hace falta que os diga que las amputaciones y demás destrozos físicos tan propios de este tipo de juegos y que sin duda eran uno de los principales reclamos de Tenchu aquí tampoco aparecen. Un apartado muy light, en todo los sentidos.

Para añadir una dosis de estrategia en el juego, las armas tendrán una duración determinada de golpes, al cabo de los cuáles dejarán de ser útiles y no podremos usarlas. Esta duración aparece inscrita en el mismo icono de cada artilugio, por lo que en todo momento podremos conocer el estado de nuestros juguetes. Para repararlas tendremos que localizar yunques que se encuentran repartidos por los escenarios, mediante los cuáles las armas recuperarán todo su poder.

No se puede negar el interés de los responsables de este título de dotarlo de alicientes para que el número de excusas para que nos pongamos a jugar con él sea lo más elevado posible. Así pues, y a diferencia de la gran mayoría de juegos de este género disponibles para cualquier consola, aquí se podrán hacer otras cosas aparte de participar en el modo principal, que por supuesto es la aventura en sí:

l  o    m  e  j  o  r

l  o    p  e  o  r

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