Fullmetal Alchemist 2: Curse of the Crimson Elixir

Fullmetal Alchemist sigue proporcionando titulos de calidad a la consola emblema de Sony. Tras un primer Action-RPG que no convenció a todo el mundo, llega su segunda parte con ganas de redención.

Observa Fullmetal Alchemist 2: Curse of the Crimson Elixir en movimiento en este vídeo.

Ampliar

Parece que la comunidad de aficionados al anime y a los videojuegos se va acostumbrando, muy a su pesar, a que los juegos ambientados en famosas sagas de animación no se caractericen precisamente por sus grandes cotas de calidad. Afortunadamente, siguen apareciendo algunas raras excepciones, y en concreto Fullmetal Alchemist es una de esas sagas que, en su corta historia, ha dado ya algunos títulos destacables.

Fullmetal Alchemist: Dream Carnival, que resultó ser una original y divertida propuesta en forma de juego de lucha multitudinario, destacó en comparación con el Action-RPG que en PS2, compartía el nombre de la famosa serie: Fullmetal Alchemist and The Broken Angel.

A pesar de ser publicado bajo la mirada experta de Square Enix, no cumplió todas las expectativas que sobre él se habían creado; pero teniendo en cuenta el potencial y la popularidad de la serie, se decidió dar continuación al juego. Tras un año de diferencia (y con una tercera parte ya en el horizonte), aparece esta segunda parte, un título que todos esperan ver convertido en la perfecta plasmación jugable de Fullmetal Alchemist.

El hermano mayor, Edward, perdió una pierna durante el ritual, y su hermano Alphonse, el pequeño, perdió todo su cuerpo. Fue capaz de sobrevivir gracias a Edward, que sacrificó uno de sus brazos para confinar su alma en una armadura de metal. Desde ese momento, los hermanos inician la búsqueda de la piedra filosofal, el último y definitivo potenciador de alquimia, con la esperanza de recuperar sus antiguos cuerpos, y descubrir los secretos que rodean a esta oscura técnica.

Ampliar

Esta búsqueda de la piedra filosofal, es la misma que se relata en el juego, y aunque ciertos pasajes sean idénticos y perfectamente reconocibles desde el anime, se cambian algunos otros en favor de un desarrollo más propicio a la acción. Puede sorprender para los conocedores del anime la aparición de algunos personajes totalmente nuevos, pero por otra parte se agradece esta novedad, ya que proporciona cierto grado de sorpresa a la trama, sin ocasionar ningún cambio trágico con respecto al original.

La ayuda de una enorme armadura andante cuasi-inmortal siempre es de agradecer, y en efecto el apoyo proporcionado por el 'pequeño' Al se vuelve imprescindible a la hora de jugar. Además de ser controlado artificialmente (aunque no de manera muy inteligente, todo sea dicho), Al atenderá a las órdenes que le indiquemos: para atacar a algún enemigo en concreto, usar algún elemento del escenario, o equiparse con algún arma que nos encontremos.

Gracias a las victorias a lo largo de los diferentes niveles, Al y Ed irán ganando experiencia, y gracias a ésta y a un sencillo sistema de mejora de los personajes, habrá que repartir los puntos conseguidos al subir de nivel entre los dos hermanos. El jugador decide la importancia de la vitalidad, el ataque o la defensa de cualquiera de los dos hermanos, y de la habilidad con la alquimia en el caso de Ed.

Y hablando de la alquimia, éste es sin duda el elemento más original y divertido de Fullmetal Alchemist 2. La opción de transmutar objetos gracias a este misterioso arte se ha plasmado tal cual desde el anime, y acaba por ser aquello que le otorga mayor variedad y diversión al título. Recorriendo los niveles, nos toparemos en ocasiones con diversos elementos trasmutables: tan sólo con acercar a Ed a ellos y pulsar un botón, dejarán de ser inofensivo atrezzo y se convertirán en potentes - y a veces hasta cómicas - armas.

Afortunadamente, se añaden al control de Ed suficientes opciones para mitigar en parte esta monotonía en el desarrollo, gran lastre de la mayoría de los juegos del género. A lo largo de un primer nivel introductorio, que hace de tutorial para el juego, se descubre como combinar golpes y transmutaciones de alquimia para efectuar intrincados combos. Además, la habilidad de Ed para empuñar diferentes tipos de armas (su brazo mecánico convertido en puñal, o la lanza que usa en el anime) permite controlarlo bajo distintos 'estilos de lucha', teniendo que encontrar el jugador el más apropiado para cada momento. 

El único punto achacable en el aspecto técnico es la nula interacción que se le ofrece al jugador con los escenarios. La aparición de los molestos 'muros invisibles' se hará más que presente durante el desarrollo del juego. En cuanto al sonido, nos topamos con uno de los elementos más controvertidos: el doblaje. Las voces de los personajes son las dobladas en inglés, y para aquellos que esperaban la posibilidad de escuchar las originales japonesas, la esperada mala noticia: no se puede. Al margen de la mayor o menor calidad del doblaje americano, está claro que siempre es preferible disponer al menos de la opción de disfrutar del original, que de hecho consta en la versión japonesa del juego. Esta ausencia no es un gran lastre, pero desde luego, desconcertará a más de uno no poder reconocer en las numerosas escenas habladas las voces de sus personajes favoritos.

Es cierto que su publicación en Estados Unidos viene precedida de la oficialidad de la serie en territorio americano, y también de la anterior aparición del primer juego de la saga. Ninguna de estas dos premisas se ha dado en España, así que ya se duda con la posibilidad de verlo por aquí.

Y aunque probablemente sea cierto que de publicarse el anime, el juego gozaría de una mayor popularidad, tratándose de este caso en concreto, no parece que sea una condición indispensable para publicarlo. Al margen de la ambientación, paralela al anime, se trata de un título vistoso, entretenido, y capaz de divertir a prácticamente cualquier jugón, y al final... se trata de eso, ¿no?

Ampliar

Ampliar