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Mass Effect 3: Ciudadela, Impresiones

El Comandante Shepard se despide definitivamente con un último DLC que sí está a la altura de su figura y su tripulación. Una exhibición de los protagonistas del cierre de la trilogía de Bioware.

Actualizado a

Mass Effect se ha convertido en una de las nuevas propiedades intelectuales más queridas y aclamadas de la presente generación. Lo que empezó con una mezcla de juego de acción en tercera persona con toques RPG se ha consolidado como una de las mayores epopeyas virtuales de los últimos años. El Comandante Shepard y su lucha para salvar el universo han sido uno de los grandes hits de Bioware, que decidió cerrar el año pasado la trilogía de manera definitiva. O casi, ya que han ido apareciendo contenidos descargables que han ampliado la experiencia de juego, tanto a nivel de campaña principal como de multijugador. Ciudadela es el último viaje de Shepard, un DLC puro fan service hecho por y para los amantes del comandante y sus aliados.

Omega se postuló como el último contenido extra de Mass Effect 3 y su campaña principal. Y la sensación fue bastante agridulce. Veníamos de haber disfrutado de From Ashes, un primer DLC que nos presentaba un personaje simplemente maravilloso: Javik, el único proteano vivo en el ciclo de vida de Shepard. Su presencia vale y mucho la pena dentro de la Normandía. Después del controvertido final extendido llegó Leviatán, un DLC de corte más narrativo que servía para conocer más entresijos de la batalla contra los segadores. Dos contenidos descargables interesantes, que aportaban al universo Mass Effect. Pero con Omega se bajó el listón. Era el más largo, sí, pero el que menos gancho tenía. Una batalla específica de Aria T’Loak a la que ayudaríamos, muchos tiroteos y poco más. Ciudadela es todo lo contrario. Es un DLC creado para gustar, un homenaje a Shepard.

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Empieza la acción en la misma Ciudadela, donde el comandante y su tripulación dejan la Normandía en el mecánico para que la pongan a punto y de paso se cogen unos días de merecido permiso. Shepard pasa a instalarse en el apartamento de Anderson, quién decide regalarle la vivienda ya que él no tiene previsto volver de la Tierra. Todo se tuerce al poco de empezar, ya que mientras el comandante disfruta de una cena con Joker, una joven soldado de nombre Brooks le advierte que están conspirando contra él y que quieren matarlo. A partir de ese momento empieza un tiroteo con un grupo mercenario desconocido y arranca Ciudadela, un DLC que esconde un villano de lo más inesperado como gran enemigo a lo largo de las dos horas y media que nos ocupará terminar la trama principal del DLC.

Ciudadela destaca por muchos elementos, sobre todo por ser puro fan service. ¿Qué quiere decir esto? Pues que Bioware es consciente que es la última vez que cogeremos los mandos de Shepard y se ha querido lucir. El comandante está desatado en sus comentarios y aportaciones, sobre todo cuando descubre y empieza la relación con el misterioso hombre que quiere acabar con él. Además, es una trama muy coral en la que todos los personajes de la tripulación de la Normandía están presentes en los momentos de acción. Como dice Shepard, “esta vez vamos todos”. Aunque solo controlamos al comandante y a dos acompañantes, El resto de equipo que no hemos elegido nos acompaña en la batalla desde distintos niveles. Los chascarrillos y comentarios de todos son dignos de mención. Mucho humor y bromas, comentando que “deberíamos dejarnos un poco” cuando estamos asediando a los enemigos desde todos lados con el equipo al completo o quejándose cuando no los escogemos ("ejem..", "yo quería ir...", "a mí nunca me eliges..", etc.). Una exhibición de personalidades a modo de despedida.

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Es la gran virtud del título, poder ver unos personajes interactuando entre ellos, haciendo comentarios constantemente y todo con un toque desenfadado y divertido. Hay incluso algún momento en el que nos reiremos sin dismulo. Salvando las distancias, la sensación es que el tono de esta aventura de Bioware ha cogido prestado la idea de la película de los Vengadores, con una misión seria e importante que hacer pero toques de humor constantes tanto en la relación entre aliados como respecto a los acontecimientos que se van dando. Precisamente la piña que hacen los personajes es un detalle importante en el tramo final de este DLC, ya que podremos interactuar con ellos cuando hayamos terminado la misión como pocas veces habíamos hecho anteriormente.

A nivel jugable hay algunos matices y detalles a tener en cuenta. Estaremos disfrutando de zonas que intentan aportar sigilo a nuestro avance, aunque funcionen de manera irregular. Tenemos una nueva pistola con silenciador pero a la mínima  nos detectarán. Más allá de estos primeros tiroteos, también tendremos que hacer de James Bond ayudando a piratear un camino dentro del casino de la Ciudadela, despistando guardias y desconectando cámaras y alarmas mientras pasamos desapercibidos. En la segunda mitad del DLC encontramos tiroteos con soldados mercenarios que destacan sobre todo los mecas pesados, protegidos por un escudo de energía de lo más duro. Algunas refriegas son intensas, sobre todo la batalla final con el jefe del DLC, pero llevaderas.

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Ciudadela aporta algo más que tiroteos y diálogos divertidos. Es el adiós de Shepard y su tripulación, y eso se traduce en un epílogo posterior a la misión de lo más destacable. No daremos detalles, pero gustará aunque para algunos parezca algo frívolo teniendo en cuenta que el universo está en peligro. Una vez terminamos el complot –con giros argumentales interesantes y alguna localización muy bien pensada- se nos abrirá un nuevo distrito de la Ciudadela. En este tendremos el casino que ya hemos citado y nuestro nuevo apartamento, donde podemos jugar a diversos juegos como carreras virtuales o una especie de Black Jack del futuro; una zona Arcade donde jugar a máquinas recreativas tipo estrategia o lucha (ambas arcaicas pero un detalle curioso), y una zona de simulación de combate, el gran añadido. En este espacio podemos elegir todo tipo de parámetros (tipo de enemigos, armas, dificultad, pelotón que nos acompaña, extras de puntos) para entrar a una zona de combate virtual donde vamos acabando con oleadas de enemigos, sumando puntos y desbloqueando más opciones en el menú. Destacar que podemos comprar todo tipo de cosas para el apartamento y cambiar diametralmente su diseño.

Ciudadela ocupa casi cuatro gigas y cuesta 1.200 puntos Microsoft o 14'99 euros en PC y Playstation 3. El último DLC de Mass Effect 3 no aporta grandes avances en la lucha contra los segadores, pero es un gran golpe encima de la mesa en cuánto a homenaje a Shepard y a su tripulación se refiere. Estamos ante un contenido descargable que se vuelca en los personajes, en la relación entre ellos. Todo con un tono desenfadado, con humor y un toque entrañable. Además, hay algunas sorpresas con personajes de pasadas entregas que vuelven para dar un último adiós a Shepard, comandante que después de tres entregas se tomará un descanso tal y como anunció Bioware. La presencia de nuevas mejoras de armas, pistolas nuevas (como un fusil espectacular de cargas automáticas) y extras para seguir jugando en este nuevo distrito (la experiencia pasa entonces de las tres horas de duración con facilidad) son el colofón a un DLC en el que Bioware ha querido poner emotividad. Un adiós... ¿Para siempre?

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Mass Effect 3 - Citadel

  • PS3
  • PC
  • 360
  • Acción
  • RPG

Mass Effect 3 - Citadel, desarrollado por BioWare y distribuido por Electronic Arts para PlayStation 3, Xbox 360 y PC, es el último DLC del modo historia de Mass Effect 3 en el que el Comandante Shepard debe hacer frente a un complot en la Ciudadela.

Carátula de Mass Effect 3 - Citadel