¿Por qué se sigue hablando de X-COM 10 años después?

Los numerosos fans y seguidores de la mítica saga X-COM han estado esperando este juego con impaciencia, ya que, aún no siendo parte de aquel famoso universo, se presenta como su sucesor 'espiritual'. Descubre que es lo que Altar Interactive puede ofrecernos...

UFO: Aftermath nació del último e inconcluso proyecto de la desaparecida Mythos Games, The Dreamland Chronicles: Freedom Ridge . Hace dos años, los hermanos Gollop anunciaban lo que prometía ser la nueva versión de X-COM. Y si bien en aquel tiempo la marca ya no pertenecía a los desarrolladores ingleses, y la propia Mythos aseguraba que el juego no estaba ligado a la historia anterior, todos los seguidores de la saga sabían muy bien que, temas legales aparte, Dreamland significaría posiblemente el renacer de un estilo de juego que los mantuvo durante horas y horas pegados a sus monitores.

Pero la dura industria de los videojuegos golpeó con fuerza a Mythos, dejando a la compañía sin productores. Y eso significó tanto el fin de Dreamland (cuyo desarrollo estaba ya más allá de la simple idea sobre el papel) como de la propia empresa, que renació poco después como CoDo Games.

Poco tiempo después se supo que los desarrolladores checos Altar Interactive, que se dieron a conocer con Original War, tomaban el relevo de Mythos. Desde un principio se anunciaron cambios importantes en el concepto original de Dreamland, dando un giro al argumento y aproximando el recien rebautizado UFO: Aftermath al primer juego de X-COM, UFO:Enemy Unknown.

Llegados a este punto, en el que Altar ya había tenido que insistir hasta la saciedad en que Aftermath no era X-COM, nos encontramos con miles de ávidos seguidores de la saga esperando el lanzamiento del juego.

Si bien en un principio pensé en intentar hacer un análisis aséptico e independiente de UFO: Aftermath, las referencias a su 'predecesor' son ineludibles, máxime cuando gran parte de las expectativas que el título ha levantado se deben sin duda al éxito que rodeó a UFO: Enemy Unknown, y gran parte de los jugadores de Aftermath provendrán del universo X-COM. Y eso ya lo sabía Altar Interactive cuando modificó el argumento original de Dreamland.

Gráficos y sonido

De estos dos apartados, el más cojo sin duda alguna es el de audio. Si bien en video pueden achacársele ciertas carencias y algunos fallos, como la aparición de líneas de colores en los márgenes de los mapas en la sección táctica, los gráficos en general cumplen con su cometido. No es de lo mejor que se haya visto, pero son correctos y en algunos casos hasta detallistas.

En una fecha sin determinar, una gigantesca nave alienígena entra en la orbita de la Tierra. Tras infructuosos intentos de ponerse en contacto con ella, y sin previa agresión, comienza a extender gigantescas nubes de los que parece ser una especia de espora en las capas altas de la atmósfera, hasta que estas llegan a oscurecer la luz del sol. Cuando las esporas alcanzan una masa critica en el cielo, comienzan a caer sobre la superficie. Exceptuando a aquellos que lograron alcanzar bases subterráneas militares, todas las formas de vida del planeta perecen. Cuando las esporas parecen desintegrarse, nada de lo que era nuestra sociedad ha sobrevivido.

Jugabilidad

Aftermath comienza justo después de la desintegración de las esporas. Únicamente algunos grupos militares y científicos han logrado sobrevivir, y su misión es averiguar qué ha sucedido y encontrar una forma de terminar con la invasión alienígena.

Al igual que los títulos de los que toma la metodología de juego, en Aftermath la accion está dividida en dos partes bien diferenciadas: una parte estratégica, en la que sobre una representación del planeta podremos gestionar las bases, los efectivos humanos y las investigaciones y desarrollos, y una parte táctica, en la que dirigiremos a un pelotón de soldados en su lucha contra los extraterrestres. El enlace entre ambas se produce en el momento de enviar a uno de nuestros pelotones a una misión. Pero veamos por separado cada uno de los modos de juego.

En la parte estratégica se nos presenta un globo terráqueo en el que podemos ver las zonas controladas por los humanos y aquellas dominadas por los alienígenas. No existe posibilidad de crear nuevas bases: para expandir nuestro territorio, será necesario apoderarse de instalaciones ya existentes que estén bajo control extraterrestre. Para ello suelen ser necesarias varias misiones en una determinada zona, desde las primeras tomas de contacto hasta el descubrimiento y asalto de la base en cuestión.

Una vez dominada una de estas instalaciones, podremos dedicarla a uno de tres posibles objetivos, excluyentes entre ellos: científico, militar o de repulsión de biomasa (para no entrar en detalles que puedan descubrir el argumento del juego a lectores que no hayan avanzado lo suficiente, no entraré en mas detalles). Y, por supuesto, los extraterrestres pueden intentar expansionar su territorio atacando nuestras instalaciones.

Adicionalmente podemos acceder a la gestión del personal de nuestras bases. O más concretamente a la gestión del personal militar, puesto que el científico solo depende de las bases de investigación que poseamos. En esta sección podremos entrenar a nuestros soldados y proveerlos de las armas y equipamiento del que dispongamos. Puesto que todas las estructuras industriales de la Tierra han sido destruidas, tan solo podremos disponer de aquel material que obtengamos en las misiones o que se encuentre en las bases capturadas.

En cuanto a la tecnología alienígena, será preciso investigar su funcionamiento para poder desarrollar adaptaciones que resulten útiles para nuestros soldados. En este capitulo cabe reseñar la amplia variedad de armamento del que se puede disponer, si bien la poca diferencia en las características de gran parte de las armas hace innecesario un estudio demasiado detallado de cual elegir.

Al igual que el armamento, nuestros hombres poseen una serie de características que les hacen mas o menos aptos para diferentes tareas. Altar ha querido introducir un elemento de rol en la gestión de tropas, al incluir la posibilidad de aumentar dichas capacidades mediante un sistema de puntos y niveles, sumado a la capacidad de entrenar a nuestros hombres en ciertos aspectos militares.

Por último, desde la sección estratégica es posible acceder a los proyectos de investigación y desarrollo que pueden ser llevados a cabo según se avanza en el juego. Existe un árbol de investigación que poco a poco nos llevará al conocimiento de los alienígenas y su plan, y que desentramará todo el argumento del juego. La investigación de un elemento podrá depender de haber logrado tanto conocimientos como otros elementos anteriores, muchos de los cuales provendrán de misiones que se hayan llevado a cabo.

El acceso a la sección táctica se efectúa al enviar hombres a una misión. Estas misiones aparecerán sobre el globo terráqueo, con objetivos variados, y la posibilidad de delegar estas en otros grupos para no tener que jugar todas y cada una ellas. Alguna puede incluir una primera base de intercepción de ovnis, para lo que podremos enviar a los cazas situados en nuestras bases militares. A lo largo del desarrollo del juego existen algunas misiones clave que se han de jugar y ganar ineludiblemente para poder progresar, entre las que se incluye una en el área 51, también conocida como Dreamland.

Y así llegamos a la parte táctica de Aftermath. Tras escoger la misión que queremos jugar, se nos da la posibilidad de elegir a los hombres y equipamiento que deseamos utilizar. Obviamente no podemos disponer de armamento infinito, ni de infinitos efectivos; nuestro helicóptero limita a 7 el numero máximo de soldados del escuadrón. La acción se desarrolla en un entorno 3D, con variedad de escenarios en base a la localización geográfica del punto conflictivo. Además, algunas misiones cuentan con más de una fase, como los asaltos a bases o la recuperación de ovnis.

El modo de juego en el entorno táctico es una mezcla entre tiempo real y turnos. La acción puede detenerse en cualquier momento para dar ordenes a nuestros hombres de forma encadenada. En el momento en que se reinicie el tiempo de nuevo, los soldados ejecutarán una tras otra toda su secuencia de instrucciones hasta finalizarla, a no ser que ocurra algún evento que provoque que el tiempo se detenga, como la aparición en nuestro campo de visión de un alienígena o el impacto de un disparo.

En cualquier momento puede accederse al equipamiento del soldado para intercambiar sus armas o hacer uso de un botiquín, por ejemplo. Además disponemos de ciertas capacidades sobre el modo de actuación de cada uno de los hombres, pudiendo indicarles que disparen a discreción (mas rápido pero con menos puntería), que corran, se agachen o patrullen.

Hasta aquí la parte puramente descriptiva del juego, más que nada por si alguien no sabe de que trata simplemente con decirle que es 'estilo X-COM' (¿aun queda alguien?). Pasando al análisis propiamente dicho, y sin entrar todavía en detalles, el mayor problema de Aftermath es que se queda en un 'quiero y no puedo'. Al poco de comenzar a jugar, resulta obvio que nos encontramos ante un X-COM al que se le han quitado las suficientes cosas para no caer en problemas legales con los dueños de la franquicia. Y claro, lo malo comienza cuando algunas de las partes que se eliminan son lo suficientemente importantes como para que la adicción disminuya de forma pronunciada.

En el aspecto estratégico no existe posibilidad de gestionar las bases. Se reduce a elegir un unico tipo, por lo que necesitaremos un buen pedazo de planeta conquistado si pretendemos mantener una fuerza científica y militar considerable. Además, los cambios de planteamiento en los procesos de investigación y desarrollo (no es posible desarrollar propiamente dicho nada, solo adaptar tecnologías existentes), así como la simplificación del arbol de conocimientos hacia un conjunto mas lineal, aunque con mas prerequesitos en las investigaciones, resta interés a esta parte del juego.

En la parte táctica nos encontramos con un entorno elaborado, pero cuyas carencias resultan cuando menos chocantes, al igual que algunas de sus supuestas virtudes. Altar Interactive ha promocionado mucho su sistema de juego mixto tiempo real / turnos; pero si la memoria no me falla, el mismo sistema, quizá de forma más básica, ya se había utilizado en X-COM Apocalypse. Por otro lado, y apoyándose en este sistema de juego, Altar justifica la no implementación de inteligencia artificial en los soldados (se supone que es el jugador quien debe dar las ordenes correctas siempre)... pero no deja de ser discutible que un soldado dispare a través de otro porque tenga ordenes de matar a un alienígena. Y para terminar, hay que sumar a esto la clarísima falta de balance en el juego, que es sencillamente desesperante, a pesar de que se ha ido puliendo en los sucesivos parches.

Por otro lado, la generación aleatoria o pseudo-aleatoria de los mapas ya se utilizo desde Enemy Unknown, y, por que no decirlo, con mejores resultados. Una de las situaciones mas desagradables por lo frustrantes que resultan es iniciar una misión en la que tus hombres aparecen juntos y rodeados de media docena de alienígenas con lanzamisiles cargados apuntando en tu dirección. En estos casos, el resultado es tan claro que merece mas cargar una partida grabada que poner el tiempo en marcha.

En la parte positiva, Aftermath implementa la posibilidad de delegar misiones en otros grupos, lo que hace que el avance por el juego no se haga tedioso en exceso,  y variedad de objetivos en las mismas (no siempre 'matar todo').

Comparándolo con...

A lo largo del análisis he comparado varios puntos de este UFO: Aftermath con otros juegos de la saga X-COM, tanto Enemy Unknown como Terror From the Deep o Apocalypse. Y a pesar de correr el grave peligro de caer en la nostalgia, lo que generalmente lleva a olvidar las partes malas y mitificar las buenas, no hay que olvidar en ningún momento que hablamos de un juego original que apareció en 1994. ¿Alguien recuerda cuantos Mbs se utilizaban entonces?. Por desgracia, la aportación de Aftermath al genero es casi nula.

Lo que está bien

Posiblemente los dos puntos más favorables de Aftermath sean que, primero, no es necesario jugar todas las misiones para que estas tengan un resultado. La posibilidad de delegar las que deseemos nos da mayor libertad y mejora la experiencia del juego, a la vez que puede darnos algunas victorias fáciles. Y segundo, no es necesario terminar con todos los alienígenas en cada misión. Cualquier jugador del género recordará lo frustrante que puede resultar tener que pasar 10 minutos buscando a un alienígena que se ha escondido en el rincón más apartado de un mapa gigantesco. Dos puntos muy a tener en cuenta.

Lo que no está tan bien

El mayor fallo que se le puede achacar a Aftermath es que no estaba terminado cuando salió a la calle. La cantidad de fallos de carácter puramente técnico es alta, y la falta de balance entre las unidades de ambas facciones más que evidente. Esto ultimo provoca que la dificultad sea enorme, lo que unido a los fallos en el posicionamiento de los extraterrestres (parece aleatorio) en el inicio de las misiones puede hacer que mas de un jugador abandone antes de empezar. ¿Quién quiere morir antes de haber tenido oportunidad siquiera de disparar?.