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Star Wars: The Old Republic, Impresiones

Con la fecha de lanzamiento ya fijada, el 20 de Diciembre, nos adentramos en la beta europea de The Old Republic para empezar a descubrir el gran proyecto de Bioware y una de las grandes esperazas en el futuro cercano del MMO.

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A dos meses del lanzamiento de The Old Republic, hay una enorme expectación y ruido mediático alrededor del MMO de Bioware. No es sólo la liturgia habitual de los grandes lanzamientos, sino que hay cierto ambiente de 'fin de época'. Dado el avance imparable de los modelos F2P, la rendición incondicional de juegos antaño de pago de pago a ese modelo y la percepción de que el sistema de suscripciones es insostenible para la gran mayoría de las compañías, existe un gran interés en la industria por saber si The Old Republic puede realmente ser el elegido que demuestre que hay más espacio en el mundo de la suscripción obligatoria. Es ciertamente uno de esos juegos que 'no puede fallar' dada la combinación de presupuesto, nombre del estudio y licencia, por lo que su éxito o fracaso tendrá sonoras consecuencias en el campo de los MMO durante los próximos años.

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Pero más allá de esa clase de valoraciones a largo plazo, el propio juego presenta numerosas incógnitas y aspectos interesantes en los que hay que detenerse muy a fondo. Dispuestos a dar respuesta a esa y otras preguntas, nos hemos adentrado en la Beta jugable europea para conocer de primera mano algunas de las principales armas de este proyecto. Dentro de las condiciones para comentar la Beta, la fundamental ha sido que sólo se hable sobre la experiencia inicial de jugadores con personajes de la República y sólo hasta un punto argumental muy concreto: la obtención de la nave que nos llevará por toda la galaxia en esta gran aventura.

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Con esas reglas en mano, nuestras opciones nada más comenzar la partida están bien definidas. Presentando la República con uno de los célebres vídeos CGI desarrollados a lo largo de los años: Hope, nuestra primera opción reside en elegir una de las cuatro clases disponibles: Jedi Knight, Jedi Consular, Smuggler y Trooper. Luego llegará la selección de razas, entre las que se pueden encontrar diversas opciones dependientes de la propia clase, y por último, el género y las opciones de personalización del personaje. El editor no es nada del otro mundo, pero permite suficientes variaciones como para hacer complicado el encontrar personajes iguales, especialmente porque se pueden alterar detalles como el tipo de cuerpo y algunos rasgos muy visibles que distinguirán a tu personaje del resto.

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Merece la pena analizar el tema de las razas, ya que dependen bastante de la clase que quieras elegir. Por descontado, los humanos son los más versátiles y se adaptan a cualquier clase, ya sea en la Alianza o el Imperio. Pero a partir de ahí, las opciones se diversifican. Por ejemplo, existe una raza llamada Miraluka, que son muy parecidos a los humanos pero sin ojos -ven a través de su conexión a la Fuerza-, que sólo pueden ser escogidos como Jedis, al igual que los Sith Puros sólo pueden ser elegidos como Sith. Las opciones de clases son bastante humanoides para la gran variedad de posibilidades que existen en este universo, lo que posiblemente sea una decepción para algunos; un claro ejemplo es la inclusión de Cyborgs, humanos con suplementos electrónicos, pero que realmente no ofrecen demasiadas diferencias con respecto a humanos normales -lo mismo se podría decir de otras posibilidades, dotadas sólo de pequeñas diferencias-. Para los que gusten de clases más exóticas, sus mejores opciones son los Twi'lek y quizás los Zabrak con sus cuernos, pero la verdad es que todas las opciones jugables están limitadas por compartir las mismas proporciones que los humanos, se echa en falta alguna raza más diferenciada -una pena que no se optara por incluir como jugable una raza tan popular como los Wookies-. La buena noticia es que los compañeros que se encuentran en el camino y acompañan al personaje en la historia sí abarcan más variedad de razas.

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Jedi Knight y Jedi Consular, pese a que compartan orden y afinidad con la Fuerza, son clases bastante diferenciadas. El Caballero Jedi es un guerrero, ofensivo o protector, pero un guerrero a fin de cuentas y basa gran parte de su estrategia de combate en el cuerpo a cuerpo, sable en mano. Por su parte, los Jedi Consular se dividen en dos tipos muy diferenciados: los Sage, centrados en su habilidad para usar la Fuerza para curar, proteger e inspirar; y los Jedi Shadow, sigilosos y necesarios cuando la Orden Jedi debe actuar sin que su mano sea demasiado evidente, guerreros que actúan desde las sombras y que sólo golpean en el momento preciso para conseguir el máximo efecto. Fuera de la Orden, el Trooper vendría a ser un especialista en daño a distancia o alguien capaz de mantener una línea de defensa de forma efectiva, especializado siempre en el uso de armas y armaduras pesadas. Para finalizar, está el Smuggler, que, para resumir, la opción clara para los que quieran ser 'Han Solo', rápidos, resolutivos y sin miedo a usar trucos sucios para salirse con la suya.

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Los cuatro arquetipos son la base de un sistema de desarrollo bifurcado. Una vez alcanzado el nivel 10, el jugador elige una especialidad y se desarrolla dentro de ella. Ya se habló anteriormente de la bifurcación de los Consular entre Shadow y Sages, y lo mismo sucede para todas las clases. La elección de especialidad es casi tan importante como la elección de clase, ya que las habilidades y el rol en combate del jugador cambia de manera más que notable según se elija una u otra. Ese diseño permite generar bastante versatilidad y deja a los jugadores un buen abanico de opciones a la hora de elegir el estilo de juego con el que quieren adentrarse en The Old Republic. Lo que no hay es una gran cantidad de personalización una vez seleccionada una determinada ruta, parece que el equipo ha optado por tener un control fuerte de las clases y crear una experiencia lo más equilibrada posible.

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Repasadas las opciones de creación de personaje y posibilidades, es hora de entrar en acción. Hay dos mundos iniciales: Ord Mantell para Contrabandistas y Troopers, y el idílico Tython para los Jedi, ambos bastante distintos entre sí pero que comparten el hecho de que son mundos iniciales y por tanto más pequeños y con menos contenido que los demás. En Ord Mantell, un planeta volcánico y poco hospitalario, hay una guerra civil entre fieles a la República y Separatistas. El contrabandista llega en su nave para realizar una entrega especial, pero por ciertas circunstancias se ve atrapado en el planeta y en el propio conflicto, aliándose con las fuerzas republicanas por necesidad. El Trooper por su parte llega como fuerza de asalto y apoyo al bando republicano en el conflicto. En cuanto a Tython, pese a ser la cuna ancestral de la Orden Jedi, no está exenta de conflicto y ataques externos que buscan los incontables tesoros que se encuentran en su superificie.

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La primera impresión visual de The Old Republic es que Bioware ha acertado de lleno con el estilo visual elegido. A medio camino entre el dibujo animado y el realismo, el universo de Star Wars cobra vida con naturalidad. Quizás sea el efecto de muchos años de productos cruzados relacionados con la obra de George Lucas -entre libros, distintas series de dibujos, películas con diferentes estilos, muñecos y demás, ya hace mucho tiempo que se puede decir que Star Wars carece de un estilo visual determinado-. En todo caso, el MMO es inmediatamente agradable a la vista. Aquellos con mejores equipos disfrutarán de detalles extra sin duda -el antialising será muy bienvenido en la versión final-, pero está claro que se ha elegido este estilo para que la experiencia sea vistosa en una gran variedad de equipos, algo imprescindible para un proyecto con estas aspiraciones.

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Más allá del estilo visual, si hay una cosa que llama poderosamente la atención de estas primeras horas de juego es el gran trabajo realizado en la puesta escena de los paisajes. Tython en particular, con sus grandes estatuas rememoramdo milenios pasados, sus plácidos -en apariencia- bosques y sus ruinas, resulta muy evocadores. Ord Mantell no es tan agradable a la vista, pero contiene algunos espacios bastante impresionantes, que denotan el interés que se ha puesto en presentar un mundo que impacte en el jugador desde el principio. Todo MMO que se precie tiene que tener un mundo atractivo para explorar y recorrer y esa máxima parece estar bien presente en este título. Sin salirse del aspecto gráfico, el tema de las animaciones y efectos de combate está bien conseguido, pero resulta más que evidente de que seguimos hablando de un MMO al uso y no hay revoluciones al respecto. Las habilidades iniciales son poco impactantes -auque hay algunos buenos detalles como la capacidad de usar la Fuerza para "desenterrar" objetos y lanzarlos, o el fuego pesado del Trooper, que puede incluso incendiar al enemigo- y la animaciones de combates no están mal, pero tampoco resultan destacables.

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A la hora de empezar a jugar, cualquiera con algo de experiencia en los MMOs más conocidos sabrá inmediatamente que hacer. Barra de habilidades con teclas rápidas, minimapa, 'M' para desplegar un mapa más detallada -con la localización de donde están los objetivos de las misiones-, personajes con signos en la cabeza para indicar que tienen misiones disponibles, barra de chat, '/' para cambiar entre andar y correr... el juego está diseñado para ser inmediatamente accesible a un público que ya sabe de qué va la historia, y a fin de cuentas es un diseño muy contrastado que ha demostrado ser accesible también para nuevos jugadores, así que está claro que Bioware no ha querido tomar riesgo alguno en lo que se refiere a interfaz. Incluso se les puede acusar de exceso de celo al respecto, ya que ha creado un interfaz sumamente estático e inamovible, cuando la tendencia en juegos actuales es la de permitir tanta personalización como sea posible;  posiblemente ese tipo de funcionalidades no sean prioritarias para el equipo en estos momentos, especialmente dado que The Old Republic no es un juego exclusivamente orientado a veteranos del MMO.

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Pero más interesante que hablar de las similitudes con otros juegos del mismo genero, lo verdaderamente interesante son las diferencias, lo que hace a este título único frente a los demás. Y esto es particularmente importante en un MMO porque, entre buena parte del público potencial de esta clase de títulos, hay una buena proporción de gente con experiencia previa. Así que los mismos argumentos que antes servían para atrapar a un jugador ya no valen. Hubo un tiempo en el que la misma progresión, el subir una barra de experiencia y hacer ¡ding! al subir nivel, era un buen aliciente para un juego masivo online; también lo era tener un amplio mundo que explorar y descubrir, aprender nuevas habilidades, descubrir mazmorras... La novedad estaba ahí y, como los primeros amores, nunca se olvidan; si hay un rasgo común entre muchos jugadores habituales a MMOs es que siempre guardan recuerdos muy especiales de 'la primera vez', ya sea con Everquest, Ultima, Dark Age of Camelot o World of Warcraft, el primero suele ser especial.

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Acabada la luna de miel, muchos juegos nuevos que han aparecido después de esa era no cuentan con los mismos privilegios, muchos jugadores ya no son 'vírgenes' y el nivel de exigencia es mayor, lo que ha perjudicado en gran parte a muchos de esos títulos que han ido apareciendo a lo largo de los años. Los nuevos MMO que aspiran a triunfar, más si es con modelos de suscripción obligatoria, deben de tratar de ofrecer algo más, y más vale que lo hagan con aplomo. En el caso de The Old Republic, el 'gancho elegido' es evidente: la historia. No es nada nuevo y posiblemente alguno esté pensando que no hacía falta jugar a la Beta para decir lo que Bioware ha estado subrayando durante años, pero lo cierto es que realmente no se aprecia la importancia real de este aspecto hasta que no se juega.

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Si hay algo que destacar por encima de todo en nuestras horas con el juego es si duda la historia, no tanto porque el arco argumental inicial sea realmente impactante, sino por la ejecución en general y lo mucho que cambia la experiencia de juego frente a otros MMOs. Quizás un jugador veterano diga que 'la historia no es importante', pero francamente, eso es así porque siempre ha sido un elemento secundario en la gran mayoría de exponentes del género. La experiencia con esta Beta ha sido bastante reveladora a la hora de ilustrar lo poderosa que puede ser una buena presentación a la hora de exponer misiones. Lo tradicional hoy en día en un MMO es acercarse a un NPC con símbolo en la cabeza, leerse rápidamente los objetivos y salir disparado a cumplir la misión sin darle la mayor importancia al contexto o a los personajes. En The Old Republic, cada misión viene acompañado por un diálogo, más o menos extenso, acompañado de la ya célebre rueda de opciones, herencia de Mass Effect.

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Y no es que las misiones sean revolucionarias ni nada por el estilo, en la fase inicial hay unas cuantas que resultan absolutamente típicas de un MMO -ve allí y mata X cantidad de Y- pero el hecho de que vengan precedidas de una adecuada presentación, con el NPC exponiendo la situación, y el toma y daca de los diálogos -que permiten fijar también tu posición moral, al más puro estilo Bioware- da un aire distinto al juego, más creíble. Combinando las pequeñas historias y decisiones con el arco argumental principal -recuperar la nave- fue sorprendente encontrar como los fragmentos de historia se convertían en ese 'gancho' que despertaba la curiosidad por seguir el desarrollo del juego. A eso contribuye el hecho de que el doblaje, en su versión original en inglés, es realmente excelente, contribuyendo en gran medida a aumentar la dimensión de los personajes con los que hablamos y la importancia de cada momento.

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Es un arma muy poderosa, más de lo que alguno se puede imaginar. Para el jugador veterano, es una novedad nunca vista antes y añade un punto de interés que lo distingue de otros juegos -lo suficiente o no, dependerá de otros factores que requieren de más horas con el juego-. Y para el usuario que no tiene experiencia en los MMOs, pero que a lo mejor sí ha jugado y disfrutado de los KOTOR, será un poco como volver a casa. Todos aquellos que se quejaban de que que Bioware optase por un MMO y no por un KOTOR 3, harían bien en darle una oportunidad a The Old Republic, puedes pueden quedarse gratamente sorprendidos. La importancia de la historia y los diálogos es realmente importante en este juego y, aunque es pronto para evaluar su calidad global, las primeras impresiones son realmente buenas al respecto.

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En ese aspecto interviene también la presencia de compañeros, otro elemento diferenciador de The Old Republic. A lo largo de tus aventuras por la galaxia conocerás a diferentes compañeros que pueden formar parte de tu tripulación y ayudarte en el desarrollo de misiones y otros menesteres. Gracias a la beta pudimos comprobar de primera mano su utilidad, y la verdad es que es todo un descubrimiento. Argumentalmente son efectivos, ya que también intervienen en las situaciones y diálogos, tienen sus propias motivaciones, por lo que es necesario también hablar con ellos para convencerlos de que hagan una cosa u otra, añadiendo nuevas dimensiones a la historia. En combate, facilitan mucho la vida, aportando no sólo fuego adicional, sino también distrayendo u ofreciendo un nuevo blanco a los enemigos -que casi siempre están en grupo, ayudando así a que cada combate sea un poco más dinámico que intercambiar golpes uno contra uno-. Pero donde curiosamente más se agradecen es en su función de 'chicos de los recados', ¿bolsillos llenos de basura para vender en medio de una misión? nada de eliminar cosas, manda a tu compañero a venderla y a los 60 segundos regresará con el dinero. No es original, pero sí es más que bienvenido. Todavía no se ha podido entrar en el tema de manufactura, donde los compañeros ayudarán también, pero la cosa promete.

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Es más, el sistema de compañeros enriquece mucho el juego ya que no sólo se limitan a estar presentes de manera estática, sino que pueden ser equipados con las mismas piezas de armaduras y armas que se pueden encontrar en el juego, de forma que incluso armas que no se puedan usar, pueden sin embargo ser equipados por los compañeros si poseen la adecuada habilidad. Hay incluso sets completos destinados a cambiar por completo la apariencia del compañero. También cuentan con su propio set de habilidades espaciales, que pueden activarse a o desactivarse a placer, lo que acerca un poco más la experiencia de juego a la que se podría esperar si no fuera un MMO y se llamara Knights of the Old Republic 3. Está claro que a la hora de diseñar ciertos aspectos, Bioware ha tratado de buscar más en su propio legado que en lo que hacen otros exponentes del géneros, con un resultado bastante interesante y con mucho potencial.

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Y esa es la experiencia con The Old Republic en las primeras horas y en el bando de la República. Un juego sumamente conservador en algunos aspectos, y rompedor en otros, que logra sorprender sin que por otro lado reinvente la rueda. También merece la pena comentar que la beta se desarrolló sin ver problemas técnicos, con una tasa de frames perfectamente estable y sin problemas de lag, lo que, sin ser motivo para lanzar las campanas al vuelo, es siempre positivo. El equipo claramente ha puesto toda la carne en el asador con la fusión entre historia y aspectos clásicos del género, por lo que el proyecto morirá o vivirá dependiendo de la calidad argumental de la historia en su conjunto, y de la aceptación de esa fortaleza por parte de una comunidad que en buena parte ha aprendido el género sin prestar tanta atención a ese elemento. Sin duda, es una gran apuesta y sus efectos y consecuencias son toda una incógnita que puede resonar fuertemente en la escena MMO y sus jugadores. Comienza el camino hasta el 20 de Diciembre.

Star Wars: The Old Republic

  • PC
  • Acción
  • RPG

Star Wars: The Old Republic, un MMORPG a cargo de Bioware y Electronic Arts, es el único juego online multijugador masivo free-to-play que te sitúa en el centro de tu propia historia dentro de la saga Star Wars. Juega como Jedi, Sith, cazarrecompensas o como otro de los muchos roles emblemáticos de Star Wars; y explora una galaxia muy, muy lejana 3000 años antes de las películas clásicas. Conviértete en protagonista de tu propia aventura de Star Wars y elige tu camino por el Lado Luminoso o el Lado Oscuro de la Fuerza.

Carátula de Star Wars: The Old Republic
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