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Sacred 3

Sacred 3

  • PlataformaPC6.5PS3360
  • GéneroRPG, Acción
  • DesarrolladorKeen Games
  • Lanzamiento01/08/2014
  • TextoEspañol
  • VocesInglés

Sacred 3

Sacred 3 llega a nuestros PC y consolas, una década después del lanzamiento de su primera entrega. La tercera iteración de la saga, ahora en manos de Deep Silver Games y Keen Games, tras el cierre definitivo de Ascaron Entertainment -padres de la criatura- se presenta con muchas diferencias respecto a los dos productos anteriores, consolidando la nueva línea y mecánica decididas por los nuevos propietarios de la licencia.

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Hace 10 años, Ascaron Entertainment lanzó Sacred al mercado. Se trataba de un juego de rol y acción al uso, pero que a la vez añadía contenidos originales. A destacar, la inmensidad de su mundo abierto, que podíamos explorar completamente casi desde el mismo inicio de la partida, repleto de misiones secundarias y lugares por descubrir. Tan vasto era este entorno, que Sacred fue uno de los primeros ARPG en incluir monturas, que podíamos adquirir en las ciudades y con las que podíamos cabalgar hacia la batalla. Un juego de fantasía en el que dragones, gigantes, nigromantes, demonios, orcos y bandidos campaban a sus anchas por las tierras de Ancaria. Y un fantástico juego, salvando algunos pequeños errores. La expansión Sacred Underworld, que añadía nuevas zonas en el inframundo y nuevos personajes jugables, no hizo más que acrecentar esa sensación.

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Cinco años después, llegó Sacred2: Fallen Angel, que se mantuvo fiel a sus inicios. Una historia ambientada dos milenios antes de los eventos del juego original, que nos permitía disfrutar del estilo de los ARPG más clásicos en un entorno igualmente vasto. Esta vez, su lanzamiento no se limitó al PC, y tanto los usuarios de Xbox 360 como los de PlayStation 3 pudieron vagar por las tierras de Ancaria. Recibió también su consiguiente expansión, Ice & Blood, de nuevo con contenidos adicionales y nuevas zonas para explorar. Aunque la calidad percibida era ligeramente inferior a la mostrada por su primera entrega, esta segunda parte fue un gran sucesor para una fantástica licencia. Se echaba de menos, sobre todo, el magnífico trabajo de localización realizado por FX Interactive para Sacred y Sacred: Underworld. Sin embargo, y como decíamos, un ARPG muy decente.

Pero estos dos éxito no pudieron evitar el cierre de Ascaron Entertainment, poco después del lanzamiento de Sacred2: Ice & Blood. Es aquí cuando Deep Silver Games coge el testigo de la licencia, y prepara un 'spin-off' de la saga que hace, a su vez, de precuela para el juego que hoy analizamos. Hablamos de SacredCitadel, un juego de acción lateral ambientado en la misma Ancaria, en el que hasta 3 jugadores pueden unirse para repartir heroicos mamporros a diestro y siniestro. Un juego entretenido, ciertamente, pero muy alejado de las sensaciones que transmitían los juegos de Ascaron. Como juego paralelo a la serie, no está mal... Tampoco como 'beat'em up', aunque no llega a ofrecer nada que no podamos encontrar en otros títulos, modernos y clásicos, del mismo género.

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Guste más o menos, tampoco debería preocuparnos demasiado. Sacred Citadel no es más que una introducción a Sacred 3, que seguro que llegará para recuperar lo que Ascaron Entertainment no ha podido continuar. Al menos, eso es lo que uno podría esperar antes de lanzarse de nuevo a la ardua tarea de convertirse en uno de los héroes de Ancaria. Pues, lamentablemente, no va a ser así. Dejemos de lado todo lo que sabemos de las dos primeras entregas de la serie, y tomemos Sacred Citadel como única referencia para la tercera iteración. ¿Cómo? ¿Qué existieron dos juegos antes de este beat'em up'? Exacto, ese es el espíritu. También es la única manera de poder aceptar Sacred 3 como una renovación de la línea de producto, y no llevarse más de un disgusto. Aquellos que esperen encontrar en el juego una continuación -en lo que a mecánica y estilo se refiere- es preferible que hagan ahora mismo borrón y cuenta nueva.

Sacred 3 es un juego de mucha acción y muy poco rol, que poco o nada tiene en común con los trabajos de Ascaron Entertainment, y mucho con Sacred Citadel. Una suerte de 'beat'em up' con vista isométrica, en el que se incluye compra y desarrollo de habilidades especiales y armas... Lo que hoy en día parece ser suficiente para que algo sea rol. No existe gestión de inventario, mundo abierto, misiones secundarias, conversaciones con PNJs ... Mejor dicho, conversaciones con nadie. Consiste, básicamente, en ir hacia adelante -lo que también puede significar hacia los lados, arriba o abajo, según la vista nos indique- matando todo lo que se mueva mientras evitamos ser matados. Quizás, de haber aparecido algún balón de fútbol durante el juego, podrían haber incluido Sacred 3 entre los títulos deportivos, ya puestos. Esta falta de honestidad -que parte desde el mismo momento en el que se decide llamar al juego Sacred 3, cuando debería haber sido Sacred Citadel 2- es el detalle más doloroso del juego.

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Dejemos estos detalles a un lado, como decíamos anteriormente, y olvidemos de lo mucho que debe estar sufriendo el espíritu de Gary Gygax con la nueva definición de rol. Borrón y cuenta nueva, ¿verdad? Pues comencemos con una definición más honesta: Sacred 3 es un juego de acción, con cámara isométrica, que nos permite tomar el papel de alguno de los 4 elegidos para salvar Ancaria de un nuevo y terrible mal. Los héroes protagonistas han sido reclutados por las Seraphim para encabezar la búsqueda y protección del Corazón de Ancaria: Un artefacto ambicionado por Lord Zane, el malvado emperador que quiere utilizarlo para abrir las puertas del inframundo, permitiendo la entrada a sus aliados demoníacos. Así, a lo compañía heroica, regresamos una vez más al fantástico continente de Ancaria. Y, para ello, podremos elegir 1 de entre los 4 poderosos héroes disponibles.

Está Claire, la Seraphim, hábil con la espada y que cuenta con los poderes divinos habituales entre los de su clase. También el poderoso Marak, un Safiri proveniente del Mar del Sur, que blande grandes armas contundentes y cuenta con poderes solares. Alithea de Ancaria, portentosa lancera y herrera, que cuenta con el poder de la tierra y la naturaleza. Vajra de los Khukuri, proveniente del helado Norte, gran arquero y capaz de dominar el hielo. Estos son los 4 personajes básicos que hemos podido probar, a los que posteriormente hay que sumar a Kython el Malakhim, que usa la magia de sangre y maneja dos espadas curvadas. Como ocurre en todos los títulos de la serie -incluso los dos que hemos de olvidar, para no llevarnos un disgusto- se trata de elecciones predefinidas que no podemos personalizar.

Cada héroe cuenta con distinto armamento y poderes, aunque su manejo es extremadamente similar. No ofrecen una diferencia significativa en el estilo de juego, quitando el uso concreto de sus habilidad especiales, que también irá variando según vayamos adquiriendo nuevas especialidades o mejorando las existentes. También es posible mejorar armas y armadura, de forma que vayan otorgando nuevos beneficios. Todas estas mejoras se encuentran bloqueadas según el nivel del personaje, y son el único atisbo de rol que resta a la saga Sacred. Otra inclusión son los espíritus que iremos liberando durante nuestra aventura, de los cuales solamente podremos tener, en cada momento, uno como acompañante. No es difícil encontrarlos, aunque lo complicado es decidirse por uno de ellos.

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Los agentes espirituales son almas de antiguos guerreros, dríadas, dragones o elfos, y cada uno nos aportará un beneficio adicional a cambio de alguna debilidad. Pueden potenciar nuestros golpes, a costa de disminuir el daño máximo en caso de impacto crítico, o protegernos con un escudo si no nos importa perder un pequeño porcentaje de salud cada vez que se active. Estos acompañantes invisibles también se irán mejorando y, además de sus beneficios, la única forma en la que sabremos que están ahí es gracias a los comentarios que harán ocasionalmente, sobre todo cuando se activan sus poderes. Generalmente en clave de humor, como comentaremos más adelante, puesto que Deep Silver ha querido darle cierto toque cómico al juego, algo más acusado que en las entregas anteriores. Sí, esas que no deberíamos nombrar.

En cuanto a inventario, se limita a una serie de objetos de uso y consumo rápido, como pociones para recuperar salud, energía o protegernos de todo mal durante un tiempo limitado. No encontraremos más armas que las predefinidas para cada clase. No podremos ir cambiando de armadura viendo como nuestro personaje modifica su aspecto en consecuencia. Nada de combinar objetos o acumular pociones "por si acaso". Olvidémonos de llenar la mochila hasta los topes, y luego ir a la tienda más cercana para vender nuestro botín. Los cuerpos enemigos solamente soltarán energía -para los poderes-, salud -para no morirnos- y oro, necesario para mejorar las habilidades. De vez en cuando, alguna poción, espíritu u opción nueva de armamento. Y hasta aquí, ya hemos acabado el rol. Casi literalmente.

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Las misiones se pueden escoger en un mapa de Ancaria sobre el que se resaltan las distintas fases a las que podemos entrar, limitadas por el nivel del personaje. Es posible repetir una y otra vez las mismas pantallas -quizás esta sea la mejor definición, teniendo en cuenta el claro componente arcade de Sacred 3- con el objetivo de obtener experiencia para desbloquear fases siguientes, oro para gastar en mejoras, encontrar algún espíritu perdido que se haya quedado en el camino, o matar el rato sentado delante de la pantalla. Estas pantallas podrían dividirse en 2 tipos: Las que realmente aportan algo a la línea argumental, y nos permiten avanzar en la historia, y las de relleno. Las primeras son más largas, complicadas, cuentan con algún que otro atisbo de historia y trasfondo detrás del juego, y nos permiten acabar con Sacred 3. Todo ventajas. Pero a veces, querremos cambiar de aires.

Las segundas están destinadas a matar todo lo que se mueva. Sí, como las principales, pero mucho más descarado. Tendremos que rechazar oleadas de enemigos, o acabar con todos los existentes en el mapa, con el objetivo de ganar alguna recompensa. Son mucho más cortas y directas, que también se agradece, y perfectas para acumular puntos si jugamos en red. Aunque en el mapa las veamos las fases como ubicaciones conectadas entre ellas, no es necesario superar una para jugar la que va a continuación: Con tener el nivel requerido, es más que suficiente. Aunque los más optimistas quieran considerarlo como un mundo abierto -siempre y cuando aceptemos lo descrito anteriormente, como rol- la verdad es que está muy lejos de lo visto en las dos entregas anteriores. Cierto, no tendríamos que haberlas nombrado. Perdón.

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El juego puede manejarse con ratón y teclado, o con un mando -en el caso de PC- que es bastante recomendable. Podemos atacar con el arma que lleva nuestro héroe -se encadenan de tres en tres, causando así su máximo daño- o lanzar cualquiera de los dos poderes activos. También interaccionar con algunas zonas concretas del entorno o agarrar a los enemigos medianos para lanzarlos, protegernos -ya sea rodando o con un escudo de energía- y realizar una embestida. Esto último no es una carga hacia adelante, si no más bien una especie de onda de energía que sirve para interrumpir ataques de enemigos poderosos, o para quitar momentáneamente la protección a aquellos que portan escudo. La embestida también se utiliza para desactivar temporalmente las trampas. Es el único ataque que puede "cargarse" para que sea más poderoso, quedando pulsado el botón correspondiente.

El manejo con ratón y teclado es algo más engorroso de base, nada que no pueda solucionarse mediante una configuración a medida, pero con un controlador es mucho más intuitivo. Además, si queremos disfrutar del cooperativo local -hasta 2 jugadores simultáneos- vamos a tener que contar con uno como mínimo. En cuanto a la forma de enfrentarnos a los enemigos, no existen demasiadas variaciones, ni tan siquiera en los más poderosos. Los podríamos clasificar en 4 tipos. Los pequeños sirven de carnaza para rellenar la pantalla y hacernos sentir poderosos. Los medianos, que suelen atacar a distancia, son molestos y pueden agarrarse y lanzarse. Los grandes causan bastante daño, realizan ataques cargados -cuerpo a cuerpo o distancia- y nos pueden poner en algún apuro.

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Los jefes y subjefes, que nos tendrán entretenidos un buen rato por la cantidad de vida que poseen, no varían en exceso en su táctica... aunque sí que cuentan con algunas ligeras diferencias. Aún así, es fácil encontrar la dinámica a seguir, en cuanto realizan dos ataques seguidos, pues su mecánica es casi siempre la misma. Si están alejados, realizan un ataque a distancia o una carga. Si estamos cerca, un ataque generalmente al frente, fácil de esquivar si rodamos. De vez en cuando se enfadan con el mundo -por algo son los malos- y lanzan un ataque poderoso único para cada uno, que suele ser el que más miedo da, por la cantidad de salud que podríamos perder si nos impacta. En cuanto conseguimos leer la secuencia de sus movimientos, no es complicado hacerles frente.

Sacred 3 cuenta con cooperativo local de hasta dos jugadores -pudiendo repetir personaje- aunque solamente uno de ellos acumulará experiencia y mejoras en su perfil. Otro cantar es el cooperativo online, con hasta 4 jugadores por fase y que es compatible con el modo local. Es decir, esos 4 jugadores pueden ser 2 parejas de amigos, solamente en 2 ordenadores distintos. En cualquier momento podemos buscar una partida abierta y unirnos, colaborando en la fase que los jugadores existentes se encontrasen superando. A la hora de elegir una nueva pantalla, cada uno de los participantes puede escoger una distinas, ganando aquella que más votos se lleve. Como en cualquier momento podemos irnos, sin penalización alguna, cambiar de grupo es fácil. Eso sí, si el anfitrión deja la partida, nos iremos todos fuera.

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Cuando el cooperativo es local, los dos jugadores se ven limitados al mismo espacio en la pantalla, de forma que tienen que "dejarse avanzar" entre ellos. Ya sabéis, la típica frase de "¡Dame pantalla!". Esto no ocurre cuando todos los jugadores están en distintos equipos, por razones obvias. Eso sí, como el avance en las misiones depende del paso por ciertos puntos de control, y todos los jugadores tienen que pasar por ellos para desbloquear el acceso, siempre cabe la posibilidad de que algún despistado -o graciosillo- nos haga esperar un rato. Por otro lado, Sacred 3 integra chat de voz de forma directa, para no tener que recurrir a aplicaciones externas. La facilidad para participar en partidas online, y lo fluido de su desarrollo, es uno de los mejores puntos a favor del título de Deep Silver y Keen Games.

A nivel técnico, el diseño hereda de Sacred Citadel, transformado a una cámara isométrica durante el 90% del tiempo. Y en ocasiones, esta vista es engorrosa, por mucho que se resalten a los personajes cuando están ocultos por algún elemento del escenario. Sobre todo, porque lo que no se resaltan son los elementos que hayan dejado caer los enemigos. Las animaciones, entornos y efectos son variados, bien logrados y con muchos detalles que, junto al colorido diseño, enriquecen la pantalla. Posiblemente este sea otro de los mejores aspecto del juego, junto con su sonido y voces que, lamentablemente, no han sido dobladas al castellano. Los textos, eso sí, podremos leerlos en el idioma de Cervantes. Para los diálogos, se ha recurrido demasiado al humor, que se podría haber apreciado mejor con un buen doblaje.

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Las introducciones se realizan mediante cinemáticas que nos narran la historia, utilizando para ello dibujos algo animados, aunque no del todo. En ellas nos iremos enterando del trasfondo detrás de Sacred 3, que sí que tiene, aunque parezca que todo esto va de matar por matar. Claro que, si tenemos en cuenta que en cualquier momento podemos regresar a una fase previa y volver a matar al lugarteniente del malvado enemigo, lo que es una línea temporal no se puede decir que exista. Este hecho solamente reincide en la continua sensación de que, le duela a quien le duela, Sacred 3 ha perdido cualquier aspecto de rol que pudiera tener en un pasado. De la saga que le da nombre le queda le personaje Seraphim -denominador común en todos los títulos de Sacred- y el continente de Ancaria.

6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.