Recordando a Cinemaware y sus juegos

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En 2003 Cinemaware volvió a estar más o menos de actualidad con su esperado retorno al mundo de los videojuegos en dos frentes -los remakes de algunos de sus clásicos e imperecederos juegos a GBA y, sorpresa, una revisión-secuela actualizada de su mayor éxito llamada Robin Hood Defender of the Crown para Pc, Ps2 y XBox- aunque ésto no le sirvió para estar de nuevo en las primeras posiciones de las listas de ventas, podemos aprovechar para hacer un pequeño homenaje a esta genial compañía estadounidense que estuvo un día en lo más alto hasta que se vio obligada a cerrar sus puertas en 1991. Han pasado muchos años ya y, sin embargo, la magia de muchos de sus originales y atípicos productos siguen vigentes hoy en día.

Aunque bastantes de los juegos de Cinemaware fueron convertidos a Pc y Atari St (y en menor medida a C64, Spectrum, Amstrad, Apple-II o Nes), el nombre de la compañía siempre estará asociado al ordenador Amiga. No creo estar desvelando ningún misterio si os digo que muchos nos compramos un Amiga después de babear con los fotos que veíamos en las revistas del Defender of the Crown. Era otro mundo. En 1986 los programadores aún no le habían sacado mucho jugo a los ordenadores de 16 bits y abundaban las conversiones de juegos de 8 bits, sí, más definidas y coloridas, pero que no aprovechaban gran cosa las mejores características y mayor capacidad de estas máquinas. El impacto de ver en aquellos tiempos algo como el ya mencionado Defender of the Crown es casi inimaginable que pueda volver a suceder en el futuro.

Qué duda cabe que la mayor peculiaridad de los juegos de Cinemaware para Amiga era su sobresaliente apartado técnico, con sus excelentes y coloridos gráficos y sus bandas sonoras -nunca mejor dicho- de cine. No os recomiendo mucho probar las conversiones a Pc, correctas pero faltas de garra y con un aspecto gráfico y sonoro muy inferior, aunque sí que resulta muy interesante echarles un ojo por ejemplo a las conversiones de algunos de sus títulos a C64, muy fieles y realmente sorprendentes para un ordenador de 8 bits, incluso añadiendo nuevos detalles y características. Sin embargo mi consejo es que las probéis en un Amiga real o con un emulador. Además, no hay ni problemas legales porque la misma Cinemaware ha liberado los programas de copyright e incluso están para descargar en su página web oficial.

Pero no sólo la parte técnica definía los productos de Cinemaware, también su originalidad, el carácter de diferenciación con respecto a todo lo que se estaba haciendo en esos momentos. Los juegos de Cinemaware son mayoritariamente híbridos que combinaban varios géneros al mismo tiempo, siempre con una estética (de ahí el nombre de la compañía) de lo más cinematográfica. Por lo general no eran excesivamente largos o variados, pero eran juegos que provocaban una experiencia única, que te metían en una historia, que te hacían sentirte protagonista de una película. Podría decirse que Cinemaware inventó el género de la "película interactiva" en el mejor de sus sentidos, antes de que algunos de los primeros juegos en cd-rom para Pc, de esos que estaban grabados en vídeo y en los que apenas podías interactuar, se apropiaran del término. No, esto era diferente. Aquí siempre había un juego presente. A continuación paso a comentároslos todos, aunque tendréis que perdonar que sólo me explaye (y esto es terreno subjetivo) en sus juegos estrella, los que para mí son los mejores y los mas importantes.

Defender of the Crown (1986) fue seguramente el mayor éxito de la compañía estadounidense, llegando a vender más de un millón de unidades. Y no estamos hablando sólo de ventas, su impacto fue tremendo y estoy segura de que también empujó mucho las ventas del propio Amiga, mostrando a su vez el verdadero poder técnico de este ordenador y dejando en evidencia a muchas otras desarrolladoras del momento.

En esencia estamos ante un sencillo juego de estrategia por turnos ambientado en la Inglaterra del año 1149. En primer lugar podríamos destacar como con este título Cinemaware se las arregló para llevar el complicado terreno de los juegos de estrategia hacia territorios mucho más asequibles y aptos para todos los públicos, de tal forma que cualquier jugador, por torpe y negado que fuera, pudiera disfrutar con él. Es cierto que esto supone una estrategia light, más cercana al Risk que a otra cosa, y que con el paso de los años ha quedado un tanto obsoleta. Pero en su sencillez radicaba precisamente su mayor encanto. Bueno, eso y su espectacular apartado técnico. :)

El grueso del juego se desarrollaba sobre una representación gráfica del mapa de Inglaterra. Elegías uno de los cuatro personajes principales de esta película, y tu misión consistía en llegar a conquistar todas las regiones ante la oposición y el ataque de los otros tres caballeros. Así, cada turno que pasaba recibías dinero en relación con las provincias que estuvieran en tu poder.Y en cada turno podías comprar nuevos efectivos para tu ejercito (soldados, caballeros o catapultas) y desplazarlos a las regiones limítrofes. Si el territorio estaba vacío, lo conquistabas automáticamente. Si no, empezaba una batalla entre tus tropas y las del ejercito que ocupaba la zona. Dichas batallas son más o menos como las del Risk, semiautomáticas, y dependían mayoritariamente del número de efectivos de cada ejercito.

Pero ya hemos hablado de la concepción híbrida de muchos de los juegos de Cinemaware. Aparte de lo ya contado, había una serie de escenas de acción que podríamos calificar como "minijuegos". No eran especialmente divertidos ni brillantes en términos jugables, pero aportaban variedad y gráficos increíbles para la época. Así, podías organizar un torneo para ganar tierras o fama, atacar un castillo con una catapulta, hacer una incursión a pie y a espadazos para saquear un castillo contrario o rescatar a una damisela (impresionantes las sombras y el detalle de estas pantallas)...

En fin, todo un clásico inolvidable que en el 2003 fue versioneado a GBA con gráficos rediseñados para la ocasión y algún que otro extra, y del que se ha realizado una actualización-renovación-secuela para Pc, Ps2 y Xbox.

Si Defender of the Crown nos transportaba a la edad media, su siguiente producto, S.D.I. (1987) , nos llevaba nada más y nada menos que al año 2017. En este juego tomas el papel de un joven militar estadounidense en una misión de importancia máxima después de que unos fanáticos de la KGB se hayan hecho mediante un golpe de estado con el control en la Unión Soviética, y amenacen a EEUU y al resto del mundo con un posible ataque nuclear de consecuencias imprevisibles para todo el planeta. Y si esa no es razón suficiente para que muevas el culo, además han capturado a tu novia, una brillante comandante rusa a la que tendrás que rescatar durante la parte final del juego.

Este juego de estrategia y acción no tuvo el éxito de su predecesor, en parte porque el apartado técnico había descendido considerablemente, en parte porque no resultaba tan interesante, manejable y entretenido como el otro. Fue un paso en falso para Cinemaware según mi punto de vista, en el que posiblemente sea el peor juego de todos los que publicaron.

King of Chicago (1987) remontaba el vuelo en forma de película interactiva en toda regla. Ambientada en el Chicago de los años 30, te pone en la piel de Pinky Callahan, un "trepa" sin escrúpulos en el mundo de la mafia que, a poco que se lo proponga, se convertirá en capo de una de las facciones que lucha por hacerse con el control de la ciudad.

Este curioso juego se basa fundamentalmente en escenas (todo presentado como si fuera una película antigua de mafiosos) en las que puedes tomar una decisión o elegir qué decir, lo que hará avanzar la historia hacia nuevos episodios.King of Chicago goza de una ambientación excelente y, aunque no disponía tampoco de los gráficos del Defender of the Crown, resultaba bastante resultón. Había también algunas escenas de acción en la que tenías que disparar, matar a alguien, etc. Es cierto que es un juego bastante corto, pero la aleatoriedad de los sucesos en el desarrollo de la historia lo hace también muy rejugable.

Sinbad and the Throne of the Falcon (1987) nos lleva esta vez a los terrenos literarios de Las Mil y Una Noches, para encarnar al mismo Sinbad en sus aventuras allende los mares. El Califa ha sido hechizado y convertido en un halcón, así que partes en busca de una cura,aunque no dispones de mucho tiempo dado que las tropas del Príncipe Oscuro se preparan para la invasión.

Estamos ante una atípica aventura en la que tenemos que ir viajando de región a región en busca de respuestas. Estos viajes se hacen a partir de un mapa, y no hay una representación real de los lugares, pero en ellos puedes encontrar personajes importantes con los que hablar o claves con las que descubrir cómo sanar al sultán.

Como siempre, hay escenas o "minijuegos" de acción entre las que destacan las luchas con espada contra variados personajes y monstruos. Técnicamente el juego se queda bastante atrás con respecto a otros juegos de la misma compañía, con gráficos grandes pero que parecen dibujados con ceras usando el Deluxe Paint, si bien lo cierto es que resulta entretenido y bastante rejugable.

Rocket Ranger (1988) nos devolvía a la Cinemaware más cinematográfica, con un estupendo híbrido de estrategia y acción marca de la casa. En un futuro en el que Hitler y el ejercito nazi fueron los vencedores en la segunda guerra mundial, la única esperanza que queda es viajar en el tiempo hasta 1940 para cambiar la historia antes de que sea demasiado tarde. Ambientado durante la segunda guerra mundial, en este título tomamos el papel de, eeer, el "Hombre Cohete", viajando de una a otra parte del planeta con su jet propulsado por Lunarium, un extraño elemento lunar en el que el ejercito nazi está más que interesado. Nuevamente tenemos un mapa general desde donde podemos enviar espías, recibir sus informes, descubrir las bases enemigas, etc., para eventualmente volar con nuestro jet propulsor para detener los planes nazis allí donde sea necesaria tu presencia.

The Three Stooges (1988) era una suerte de sencillo juego de mesa, con casillas, dados (bueno, no exactamente dados, pero como si lo fueran) y demás, con ambientación de película de cine mudo de los años 20. De hecho, The Three Stooges fue un grupo cómico bastante popular en los EEUU, una mezcla entre El Gordo y el Flaco y Los Hermanos Marx, pero que resultan más bien del todo desconocidos en el resto del mundo.

Vuestro objetivo, conseguir el dinero suficiente para que el malvado casero no cierre el orfanato. :] Según en la casilla que caigáis, encontraréis dinero o entraréis en alguno de los cuatro o cinco minijuegos de los que constaba el juego, con los que poder recaudar fondos. Lanzamiento de tartas, bofetadas y esas cosas. También hay preguntas sobre las películas de estos singulares personajes. En fin, una rareza no muy recomendable pero con una estética muy lograda.

Con Lords of the Rising Sun (1989), Cinemaware retornaba al género de la estrategia con escenas de acción, esta vez ambientado en el Japón del Siglo XII. Tras la muerte de tu padre, empezará una batalla de tintes épicos contra los clanes rivales para llegar a ser el Shogun.

Ejercitos de samurais, asesinos ninjas, pactos, alianzas y luchas por el control de las tierras. Su problema es que el juego no resultaba ni mucho menos tan intuitivo y fácil de manejar como lo era el Defender of the Crown.

TV Sports Football (1988) fue el primero de la serie de exitosos simuladores deportivos de Cinemaware, al que le acompañarían después TV Sports Basketball (1990), TV Sports Boxing (1991) y TV Sports Baseball (1991).

Vamos, los cuatro deportes estadounidenses por antonomasia. ;) Y lo cierto es que consiguieron hacer unos juegazos de campeonato. La idea era muy clara: hacer unos juegos deportivos presentándolos como si fuéramos a tomar parte en ellos a través de una retransmisión televisiva. El resultado fue espectacular.

Me voy a concentrar en el TV Sports Basketball porque es el que más me gustó. Antes del partido veíamos al locutor hablando del mismo, mencionaba quien era el mejor encestador de cada equipo, los puntos que había metido en el último partido, y cosas así. La presentación era como si estuvieras en la tele, y esto era algo muy original en aquellos años. Pero lo mejor de todo es que no sólo el envoltorio era de categoría, es que los juegos y la representación de los mismos estaba cuidadísima también.

Equipos reales de la NBA con sus verdaderos jugadores, temporada completa con play-offs por el título, estadísticas completísimas... y todo totalmente configurable. Podías modificar cualquier dato, crear tus propios jugadores, hacer partidos desde dos contra dos a cinco contra cinco, duración de los tiempos, fatiga y lesiones, jugadas estratégicas, asistente de pases,manejar todo el equipo o sólo a un jugador determinado, juego a dobles uno contra otro o cooperativo los dos en el mismo equipo... Todo de lo más jugable y espectacular. Si jugabas la temporada completa tenías acceso a un montón ingente de datos con los porcentajes y números de equipos y jugadores, algo tremendo para la época.

El TV Sports Boxing, que muchos conoceréis por el nombre de ABC Sports: Wide World of Sports Boxing, es algo diferente al resto al ser un deporte individual, pero su calidad está también fuera de toda duda. Los combates eran dinámicos, duros y realistas, recogiendo bastante bien lo que es este deporte. Los distintos entrenadores para mejorar tus características, el periódico para comprar productos, la presentación televisiva de los combates... realmente te metías de lleno.

It Came from the Desert (1989) es otro de mis preferidos de los juegos de Cinemaware. Esta aventura cinematográfica con escenas de acción se desarrollaba en un pequeña localidad estadounidense allá por los años 50 o 60, que va a sufrir paulatinamente una extraña invasión de hormigas gigantescas. Como de costumbre, es totalmente rejugable dado que las cosas no ocurren de una forma lineal, y la ambientación de película de terror de serie B estadounidense de esos años es francamente inmejorable.

La parte técnica es también de campeonato, con una banda sonora orquestal inolvidable, espectaculares efectos sonoros, y gráficos superlativos y muy adecuados. Al principio todo está en calma, pero poco a poco empezarán a ocurrir incidentes extraños hasta que entres en contacto por primera vez con una de estas gigantescas hormigas. Tendrás que avisar y convencer a las autoridades, investigar el punto flaco de estos seres, y enfrentarte a ellas sólo o con ayuda del ejercito. Como curiosidad, Electronic Arts y parte de la gente de Cinemaware sacaron en Megadrive un cartucho del mismo nombre y con el mismo argumento de invasión de hormigas gigantes... pero que por lo demás es totalmente diferente, siendo este un juego de acción en tercera persona y con vista aérea. El juego original contaría con una segunda parte, Antheads: It Came from the Desert 2, que por desgracia no era más que más de lo mismo, desarrollando otra historia en la misma localización un tiempo después de la primera invasión.

Y acabamos ya este repaso con el fenomenal Wings (1990), otro juego inolvidable de esta gran compañía que fue Cinemaware. En esta ocasión retrocedemos hasta la primera guerra mundial, donde surcarás los aires como piloto del ejercito aliado. Esta vez estamos ante un simulador de vuelo, muy sencillo de manejar y orientado totalmente hacia la acción. Combinaba tres tipos diferentes de juego, dependiendo de las misiones.

Estaba la parte de simulador de vuelo en primera persona, que representaba el grueso del juego, en el que tenías que derribar avionetas enemigas o globos, custodiar un lugar o cosas así. Lo genial del asunto es que no estabas sólo en el aire, tenías compañeros, os podíais proteger mutuamente, podías ver cómo eran derribados o no, disputabais por acabar con los aviones enemigos para que así subiera ese número a vuestro marcador particular, etc. El remake aparecido en GBA permite jugar desde el punto de vista aliado (como siempre) o desde el del ejercito nazi (novedad), pero por desgracia el manejo me pareció en principio poco afortunado. Además han cambiado las fases de bombardeo y asalto, que en Amiga eran con scroll vertical e isométrico respectivamente, por una cosa extraña con scroll multidireccional que no sólo resulta mucho menos vistosa sino que además perjudica seriamente a su jugabilidad.

Tu arma se podía encallar, tenías que protegerte de los ataques enemigos, podías ser tú mismo derribado y tendrías que intentar hacer un aterrizaje forzoso (si es que no habías muerto antes)... Chulísimo, la de veces que habré jugado a este juego. :) También había misiones de destrucción sobre el terreno, esta vez con una perspectiva más o menos isométrica, y otras de bombardeo a vista de pájaro en la que sobrevolabas un terreno y tenías que alcanzar ciertos objetivos. Entre misión y misión, había una descripción en plan diario que te metía de lleno en la historia de forma perfecta, acompañado todo por una banda sonora de esas que no olvidas nunca. Y tanto la presentación como el apartado gráfico y técnico, qué decir, propios de un juego de Cinemaware.

Lo que sigue ya no es tan agradable de contar. En 1991 Cinemaware se vio forzada a cerrar, y con ello nos quedamos sin una de las compañías claves de la época de los ordenadores de 16 bits. La historia sin embargo tiene un final esperanzador dentro de lo que cabe, aunque algo agridulce. Cinemaware ha vuelto al mundillo realizando,algunas conversiones de sus clásicos para GBA, y publicando ediciones remasterizadas de seis de estos juegos para Pc. Aparte de todo esto, en el 2003 sacaron Robin Hood: Defender of the Crown, una puesta al día ampliada y reforzada del Defender of the Crown, para Pc, Ps2 y Xbox. El juego fue recibido de forma bastante tíbia en general, aunque parece evidente que era un juego destinado especialmente a los fans del título original y a los nostálgicos de esta otrora gran compañía.