Los Mejores Juegos de El Señor de los Anillos
Con la agradable sorpresa de Sombras de Mordor ya en las tiendas, hemos querido repasar los mejores ejemplos históricos de videojuegos que han usado bien la licencia de los libros o las películas para crear nuevas formas de experimentar la magia narrativa del maestro Tolkien.
Con Sombras de Mordor sorprendiendo en su llegada, hemos querido repasar los que, para nosotros, son diez grandes ejemplos de buen uso de la licencia, ya sea porque son simplemente buenos juegos, que no es poco, o porque aprovechan el material original para crear algo fiel y que recoge parte de la esencia y la magia de Tolkien. Siendo una obra tan grande, tan rica y ambientada en un mundo con tantas posibilidades como es la Tierra Media, siempre pensaremos que el juego definitivo ambientado en él está por llegar todavía, pero mientras, tenemos estos muy buenos títulos con los que seguir soñando mientras tanto. Como es habitual, esta es tan solo nuestra selección y no estaría completa sin vuestra participación. Queremos saber vuestro juego favorito basado en El Señor de los Anillos, tanto si está entre estos diez como si no, y por supuesto con libertad para elegir mods, roguelikes y cualquier videojuego ambientado claramente en la obra. La sección de comentarios es vuestra.
En pleno éxito fulgurante de World of Warcraft, una de las veteranas del género decidió que no quería quedarse atrás. Turbine ya estaba establecida en el género mucho antes de que Blizzard asomara en la cabeza, con un ambicioso Asheron’s Call que nacía en 1999 y se convertía en uno de los competidores naturales de Everquest. Después de conseguir triunfar con la segunda parte, el estudio puso su experiencia y peso en el género para obtener dos grandes licencias que convertir en juegos online: Dungeons & Dragons y Lord of the Rings. La idea de crear un gran MMO basado en los libros de Tolkien era una idea potente y muy sugerente, por lo que el estudio se entregó a ella a fondo, creando un amplio mundo que era sólo una muy pequeña parte de la Tierra Media, dejándose amplios territorios para expandirse en el futuro. El juego, dotado de muy buenos detalles como su completo sistema musical y sus guiños a los amantes del rol, acabó estrellándose en el mismo muro donde se han estrellado todos los que han intentado usurpar el trono de WoW, pero ese no sería el fin del proyecto. El estudio realizó un movimiento pionero y bastante repetido desde entonces, pasarse a un modelo F2P, y fue un éxito. Gracias a eso el juego ha seguido creciendo desde su nacimiento, convirtiéndose en un colosal mundo virtual que ni siquiera ha llegado a Mordor todavía -la quinta expansión tiene como centro de gravedad la batalla del Abismo de Helm-. Cuenta actualmente con una cantidad de contenido masiva y un mundo apasionante de explorar, aunque empezar a andar el camino desde el principio puede ser una odisea.
Electronic Arts contaba con la jugosa licencia cinematográfica de El Señor de los Anillos, así que trató de sacarle todo el jugo posible desde diversos frentes. En consola contaba con unos excelentes Beat’em Up con elementos de aventura, pero eso no se consideraba adecuado entonces para el jugador de compatible, así que tiraron de lo que quedaba de Westwood con EA Los Angeles y crearon un RTS realmente apañado. Simple, efectista y buscando acercarse mucho a las películas, creando un juego por encima de todo muy sólido y bien diseñado, que reniega de las complejidades para crear algo accesible para todo el mundo pero también interesante y con variantes en el aspecto multijugador. Su segunda parte también fue un juego notable, más fantasioso, pero también digno de mención en estas líneas.
El Retorno del Rey (PS2, GC, Xbox)
Si preguntas en cualquier foro de videojuegos sobre un juego del Señor de los Anillos favorito, El Retorno del Rey aparecerá sin duda varias veces mencionado. En plena fiebre con las películas de Peter Jackson, una EA que todavía creía en el poder de las licencias comenzó a desarrollar una serie de juegos basados en las películas. Uno de ellos sería Dos Torres, un Beat’em Up realmente bien hecho, muy bien ambientado pero algo corto a pesar de estar ambientado en dos películas a la vez, y con una acuciante falta de un modo multijugador. Con buenas ventas y muy bienrecibido, EA se animó con el concepto de cara a la tercera entrega y decidió ir a por todas, con un juego más variado, con más personajes jugables y un modo de dos jugadores en cooperativo que ofreció muchas horas de felicidad a los aficionados. Con unos valores de producción muy alto y una gran capacidad para capturar los mejores momentos de la película, El Retorno del Rey fue toda una lección de cómo usar adecuadamente una licencia.
En la época donde EA todavía ponía algo de esfuerzo en subcontratar estudios para crear juegos en consolas portátiles, era una auténtica lotería ver lo que sucedía con los juegos multiplataforma en GBA. A veces eran auténticos desastres, otras veces eran esfuerzos mediocres, y de vez en cuando aparecía una pequeña joya como por arte de magia, un juego en el que se notaba pasión, esfuerzo y la voluntad de no rendirse ante la dificultad intrínseca de estos trabajos -generalmente poco flexibles en cuanto a plazos y sin presupuestos decentes. Uno de los estudios curtidos en estas lides es Griptonite, viejo asociado a EA y otras compañías, que si bien no sacaba siempre joyas, podía crear juegos notables con algunas de las licencias que manejaba -uno de sus últimos trabajos en consola fue Shinobi para 3DS, un título a un muy buen nivel aunque bastante desapercibido-. El caso es que con el encargo de hacer los dos juegos basados en las películas de EA para GBA, acertaron de lleno, creando un muy competente hack’n slash de bolsillo basado en el universo Tolkien con muchas horas de juego y bastante variado.
Un hilo de Reddit comentaba medio en broma medio en serio que resultaba curioso que existiera un título sandbox repleto de grandes momentos de la trilogía y con una gran cantidad de contenido, pero que fuera un juego basado en LEGO. Traveller’s Tale se tomó muy en serio este homenaje al universo Tolkien y creó un juego que, siguiendo las bases de la mina de oro que ha creado, rinde tributo de manera sincera a grandes momentos del libro y la película. Momentos como la lucha contra el Balrog o la caída de Isengard están aquí recreados como en ningún otro juego basado en la licencia. si a eso sumamos las habituales virtudes de los juegos del estudio briutánico, como su gran cooperativo o la inteligencia de los retos que propone, tenemos un título realmente mágico y destacado dentro de la línea de juegos Lego.
Hoy en día, jugar a esta aventura conversacional puede ser algo difícil. Y desde el punto de vista del aficionado a esta clase de juegos, The Hobbit tiene sus problemas en comparación con los más grandes del género. Pero su valor simbólico como el primer juego comercial basado en la obra de Tolkien es incuestionable, al igual que lo es su gran amor por el libro que le da nombre. En una época en la que el culto a la Tierra Media era muy diferente y bastante más minoritario de lo que es ahora, este videojuego era una gran forma de adentrarse en este fascinante universo, ya que venía de la mano del famoso libro del autor inglés. Era necesario leer el libro mientras explorábamos los escenarios del juego para así entender qué es lo que había que conseguir en nuestras aventuras, creándose una poderosa sinergia entre ambas obras. El poder visualizar la aventura de Bilbo a través de los ordenadores de 8 bits de la época era toda una experiencia que catapultó el juego a ser una de las más vendidas aventuras de este tipo.
Cuando la tecnología no daba para más y la industria del videojuego no era tal, los más capaces e imaginativos seguían soñando con crear videojuegos para vivir nuevas historias basadas en los mundos y ambientaciones más queridas. Por descontado, Tolkien estaba en ese abanico, así que surgieron iniciativas en formas de “roguelike” que podían funcionar en cualquier tipo de terminal y pantalla. El padre de todos es Moria, un conocido roguelike en el que el objetivo final era vencer a un Balrog y que está reflejado como una de las inspiraciones de Diablo. Y puesto que lo de “más y mejor” es algo natural cuando se habla de algo tan orgánico como un videojuego de estas características, de ello nació Angband. Lo del Balrog ya se quedaba corto, el nuevo proyecto iniciado de Alex Cutler y Andy Astrand nos llevaba a la fortaleza más temible de la historia de la Tierra Media: Angband, la morada del maestro de Sauron: Morgoth. 100 niveles repletos de objetos, poder y monstruos cada vez más duros, en un entorno siempre aleatorio y con una dificultad legendaria. Una campaña puede durar semanas, siempre sabiendo que no hay guardado que valga y que la muerte te puede encontrar en cualquier momento. Un clásico.
A mediados de los 90, Interplay se hizo con los jugosos derechos para hacer videojuegos basados en Tolkien, que decidió abordar creando dos juegos distintos para públicos distintos. Uno fue un RPG para Super Nintendo, bastante vapuleado por la crítica en su día. Y el otro fue un juego para distintos ordenadores de la época que es una adaptación del libro bastante fiel, aunque adornado por distintas misiones secundarias que se alejan más de la obra para ofrecer algo distinto. Dotado de un ciclo de día y noche y un amplio territorio que explorar, íbamos incrementando nuestro grupo con los personajes de la comunidad, dotándoles de mejor equipamiento y tratando de que los Nazgul no acabaran con Frodo mientras explorábamos distintas mazmorras y localizaciones del libro. Es RPG de vieja escuela y que puede resultar algo frustrante , pero fue un muy buen trabajo de adaptación y es una pena que se quedara sólo en este juego ya que el resto de volúmenes nunca llegó.
Aunque hay numerosos juegos basados en el Señor de los Anillos, mejores y peores, siempre hay ganas de más y de explorar la Tierra Media de nuevas formas o bajo nuevas mecánicas, así que donde no llegan los productos comerciales, ahí están los aficionados para echar mano de su pasión por los libros y películas como combustible para poner incontables horas en crear toda clase de mods en los juegos adecuados para ello. Entre lo mucho que hay por elegir, las adaptaciones totales que cambian completamente el juego son las más impresionantes y las que más juego dan, habiendo ejemplos fantásticos como la de Third Age para Total War, la mejor forma de experimentar grandes batallas como la de los campos de Pelennor. Pero puestos a quedarnos con una nos quedamos con esta adaptación pensada para Mount & Blade en la que podemos explorar a placer estas tierras y participar en la gran batalla de la tercera era en nuestros propios términos. Ningún juego nos ofrece la posibilidad de ser un orco salvaje, o de encarnar a un simple soldado participando en la carga de los Rohan. Estas y otras fantasías caben en un juego que viene a rellenar el extraño hueco de que no haya un gran sandbox moderno basado en esta licencia, algo queha existido en forma de proyecto pero que nunca se ha materializado.
A falta de un gran Sandbox en el que podamos explorar amplias porciones de la Tierra Media, nos conformaremos de momento con el gran trabajo realizado por Monolith en crear una Mordor en la que desarrollar la historia de venganza de Talion, un montaraz que sobrevive a la muerte gracias a la influencia de un espíritu. Con una efectiva mezcla de géneros que recoge elementos de Arkham o Assassin’s Creed, el estudio americano ha creado un juego que supera las expectativas iniciales y crea un mundo dinámico e interesante de explorar gracias al llamado sistema Némesis, que da mucho color a nuestras cacerías. Gran recreación de la zona, numerosas actividades y mucha personalidad propia forman un juego realmente sólido y bien impregnado de la esencia Jackson de las películas -por todo ello le perdonaremos las contundentes patadas que da a la obra original de Tolkien para habilitar sus mecánicas-.
