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Patrician IV: Imperio de los Mares

Patrician IV: Imperio de los Mares

  • PlataformaPC8
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorKalypso Media
  • Lanzamiento25/11/2010
  • TextoEspañol, Inglés
  • VocesEspañol, Inglés
  • EditorKalypso Media

Una dinastía de patricios

Vuelve la serie Patrician con su cuarta entrega: Imperio de los Mares y con Kalypso Media tomando el relevo a Ascaron Entertainment. Si una de tus aficiones es el comercio marítimo, o si tienes pensado que lo sea en un futuro, descubre con nosotros las claves para convertirte en un patricio.

Actualizado a

Patrician es una de esas series humildes que, por méritos propios, acaparan un éxito bastante mayor de lo esperado. Desarrollada en sus inicios por la desaparecida Ascaron Entertainment, que siempre será recordada por originar la primera entrega de Sacred, su primera versión se remonta al año 1992, y repetiría en otras dos ocasiones, en 200 y 2003 respectivamente. Aunque la esencia del título se mantiene fiel a las bases, muchos aspectos han evolucionado desde The Patrician, y con esta cuarta entrega se llevan los cambios a la máxima expresión. Con Kalypso Media ahora al timón, este año 2010 ha sido el elegido para resucitar la serie y publicar, 7 años después de la tercera versión, el tan esperado Patrician IV: Imperio de los Mares.

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Sin embargo, y aunque hemos tenido que esperar a estas fechas para encontrarnos la versión completamente localizada a nuestro idioma, este título lleva rondando por el resto del mundo unos pocos meses bajo el sobrenombre de ‘Conquest by trade'. En nuestro país se ha decidido volver a repetir parte del título con la coletilla añadida en su tercera entrega, pero eso no cambia para nada el contenido del mismo. Para los que escuchen por primera vez el nombre de Patrician, decir que nos hallamos ante una oferta similar a las series Port Royale o The Guild en lo que a temática y época se refiere, aunque simplificando demasiado la definición podríamos decir que nos encontramos ante un ‘tycoon' sobre comercio marino durante los últimos años del Medievo.

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El concepto se repite durante las 4 entregas de la serie: encarnamos a un joven de una ciudad al norte de Europa cuyo objetivo en la vida es ganarse el pan mediante el comercio por mar. Para ello tendrá que hacerse un hueco entre las poderosas estirpes de larga tradición mercantil que ya habitan por esas zonas, conocidos como la Liga Hanseática, e intentar mejorar su reputación para llegar a ser una figura del comercio en el Continente. Por supuesto, no va a ser tarea fácil: el mar está lleno de innumerables peligros, Europa es un hervidero de guerras y escaramuzas y los comerciantes de la Liga Hanseática no se van a quedar atrás tan fácilmente. Si queremos llegar a algo en esta profesión que hemos elegido, vamos a tener que espabilar mucho.

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Un especial detalle a la caja del juego, y en general al empeño que FX Interactive pone al distribuir sus productos. Encontramos un pergamino sellado que, al abrirlo, nos mostrará el mapa del juego con la totalidad de las rutas comerciales establecidas en el mismo, así como un resumen de los precios de las mercancías, tanto en producción como en recomendaciones a la hora de venderlas, y que se complementa con otro mapa de mayor tamaño que incluye todos los puertos y expediciones comerciales posibles en el juego. Es importante decir que, más allá de haber introducido un simple mapa, lo que se ha añadido es una perfecta guía para que tanto los jugadores noveles como los más experimentados tengan una constante referencia a la hora de jugar.

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El título contiene dos modos de juego: campaña y desafío. El primero vendría a ser la historia de nuestro joven comerciante en busca de fama y fortuna, y su avance se basa en objetivos que debemos ir cumpliendo para seguir escalando en la pirámide de la Liga Hanseática. Esto no significa que sea un desarrollo cerrado basado en fases, porque de hecho es completamente libre, pero se nos animará a seguir el orden establecido con el fin de convertirnos en el Patricio más próspero de Europa. El segundo modo es casi exacto al primero, pero carece de esos objetivos intermedios y nos permite configurar la partida con mayor detalle, hasta el punto de que podemos alterar las producciones tradicionales de cada puerto por otras aleatorias.
Porque ese es el siguiente paso, configurar los parámetros que servirán tanto para definir a nuestro representante en Patrician IV como los ajustes de dificultad para la partida. Comenzamos por el nombre y los apellidos de nuestro comerciante, su género, ciudad natal y escudo familiar. Después podremos modificar la dificultad del título y si la producción en cada ciudad será aleatoria o, por lo contrario, se limitará a los bienes que históricamente se obtenían en dichos lugares. Por último ajustaremos la cantidad de ciudades en el juego y el nivel medio de población. Como decíamos antes, algunas de estas opciones no son configurables en el modo campaña, mientras que en el modo de desafío tendremos total libertad para ajustar la partida a nuestro gusto.

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En cuanto aceptamos pasamos a ver una ciudad costera, por defecto Lubeck, de donde procede nuestro alter ego, formada por unos cuantos edificios importantes y una serie de cabañas donde habitan sus vecinos. Lo más importante aquí será su puerto y su lonja, centro de actividad para cualquier buen comerciante que se precie. Nuestro asistente nos dirá que empecemos a comerciar, y nuestra primera misión será comprar bienes en Lubeck para venderlos en cualquier otro puerto de Europa, acción básica en este juego. Esto se debe a que la forma rápida de empezar a hacer dinero es trasladando distintos productos entre diversas ciudades. En el mapa de navegación es simple atestiguar esto que estamos diciendo: vemos muchas más ciudades repartidas por toda Europa, y cada una con su puerto y su lonja.

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El barco es el único medio de transporte de mercancía, y comenzaremos con uno bastante decente para nuestro rango. Cada nave se diferencia por la cantidad de marinos a bordo, armamento y capacidad de carga, de manera que existirán barcos destinados al comercio mientras que otros serán más apropiados para el ataque o la defensa de convoyes. Cuando tengamos suficiente dinero podremos acudir a los astilleros para comprar una nueva nave, pero tendremos que esperar unos cuantos días hasta que se termine, dependiendo de si los astilleros cuentan con las cantidades suficientes de maderas y herramientas como para finalizar nuestro encargo. Una gran flota será sinónimo de un comerciante próspero, y en cuanto las cosas nos vayan ven empezamos a tener más y más barcos.

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Existen 4 tipos: goleta, carabela, nao y galeón. Si dedicamos tiempo y dinero a investigar, podremos acceder a 3 clases adicionales: coca, urca y carraca. Cada nave puede mejorarse con la adquisición de cañones, pero eso va a suponer una reducción proporcional de la capacidad de carga de las mismas. De esta manera podremos asignar barcos a distintas tareas, entre las que vamos a distinguir cuatro opciones claras: transporte, escolta, patrulla o pirateo. Las últimas opciones van a necesitar naves armadas, mientras que en la primera vamos a querer una gran capacidad de carga para rentabilizar los viajes, puesto que el tiempo que una nave pasa en mar abierto es tiempo en el que nuestros ingresos se van a encontrar paralizados en medio del agua, sin producir beneficios y con riesgo de ser saqueados.

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En las ciudades encontramos otros edificios, como viviendas donde habitan cada una de las clases sociales que se alojan en la ciudad (trabajadores, burgueses o patricios), almacenes (donde podemos guardar mercancías y tener nuestras propias reservas), tabernas y distintos negocios locales. Destacan tanto el ayuntamiento como el edificio del gremio. En el primero podremos consultar información sobre la ciudad o la Liga Hanseática y, quién sabe, quizás ocupar este edificio si algún día somos nombrados alcaldes de la ciudad. En el segundo tendremos que afiliarnos si queremos conseguir los permisos necesarios para poder establecer oficinas comerciales, construir edificios o abrir negocios en su ciudad. Sin embargo, cuando empecemos tendremos que centrarnos en los aspectos más básicos del comercio.

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Las ciudades se muestran en un entorno 3D con gran cantidad de detalles para nuestro regocijo visual, y los edificios serán perfectamente diferenciables cuando los hayamos visto en un par de ocasiones. También tendremos acceso a la carta de navegación, donde observar todos los puertos existentes en los mares del norte y con los que podremos establecer rutas comerciales. Por último, una serie de iconos nos van a indicar tanto el estado de la urbe (si se ha declarado un incendio, condiciones meteorológicas,…) como las mercancías disponibles en cada uno. Respecto a la climatología, diremos que afecta y mucho a nuestras expectativas comerciales y a la producción, siendo incluso imposible navegar en los meses más frío, cuando algunos de los puertos prácticamente se congelan.
En Patrician IV disponemos de 20 tipos distintos de mercancía, entre los que encontramos materias primas como madera, carne o hierro, o materias elaboradas como herramientas, vestiduras o vino. Cada puerto tiene acceso a ciertas mercancías de forma automática, debido a la propia producción que proviene de la ciudad, pero para hacerse con el resto de elementos tendrá que recurrir al comercio. Es ahí donde entramos nosotros, que intentaremos comprar bienes en sus orígenes de producción, donde el precio es más barato, para transportarlos por mar a lugares donde son necesarios, vendiendo más caro. Esto se debe a que, como en la vida real, el precio de los productos se fija en función de la oferta y la demanda de los mismos, y cuanto más escaso sea un bien, más caro será comprarlo.

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Hay elementos cuya demanda siempre es alta, como los alimentos, pues sin ellos los puertos se verán abocados a la hambruna, pero en general el balance de oferta y demanda se realiza a 10 días vista. Esto quiere decir que existirán excedentes de un producto, y por lo tanto podrán ser comprados más baratos, si no son necesarios durante los próximos 10 días. El precio se ajusta con cada compra, de manera que es perfectamente posible que la décima unidad cueste un poco más barata que la undécima, y lo mismo a la hora de vender. Es importante tener esto en cuenta, porque 15 unidades de madera a 20 de oro la unidad no cuestan 300 monedas… puede ser que las 5 primeras cuesten 20, las 10 siguientes 25 y el resto a 30, dando un valor total de 500 monedas al lote.

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Para ello accedemos a la ventana de comercio donde encontramos un listado de las mercancías tanto en nuestro barco o almacén como en la lonja u origen de venta. Allí vemos el precio de cada producto en ese puerto y las cargas almacenadas tanto en origen como destino, de manera que podremos ir comprando o vendiendo unidad por unidad hasta que no estemos conformes con el precio o no quede espacio o mercancías. Recordad que la idea es comprar los bienes allí donde sean numerosos para venderlos donde escasean… y tened siempre claro el precio con al que habéis comprado para no perder dinero en las transacciones. Revisad la oficina comercial frecuentemente para aseguraros de que vuestro balance es bueno y no estáis perdiendo demasiado dinero al comerciar.

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Para saber que productos comprar y cuales vender disponemos de distintos métodos. El más básico es fijarnos en los iconos que podemos encontrar en el mapa de navegación, segunda parte principal de la interfaz después de la correspondiente a cada ciudad. Allí vemos reflejados todos los puertos conocidos en el norte de Europa, y los productos que se originan en cada uno de ellos. En el caso de que una mercancía escasee de forma escandalosa, veremos un nuevo icono que nos indicará el tipo de producto necesario… y podremos aprovecharnos de la coyuntura si somos los suficientemente rápidos. Sin embargo, un comerciante que se precie no puede tratar de ganar dinero viviendo al día: ha llegado el momento de establecer rutas comerciales.

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Podemos elegir uno o varios barcos de nuestra flota y asignarles una ruta, de manera que el conjunto de naves elegidas pasará a ser un convoy de mercancías. Indicaremos en que ciudades tiene que detenerse y que productos debe comprar o vender en cada una de ellas, ya sea definiendo el tipo concreto o simplemente indicando que comercie al mejor precio posible. Una vez activado el convoy, procederá a viajar a los puertos en el orden establecido y realizando las tareas convenientes para comprar o vender las mercancías, de manera que nos dejaremos de preocupar de esa ruta de comercio. Accediendo a la ventana de información de cada convoy podremos saber cómo de rentable está resultando esa ruta comercial, y puede que tengamos que reducir su longitud o aumentar su capacidad si queremos ganar más dinero.

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Aún así, puede que los puertos conocidos en el norte de Europa nos resulten escasos una vez hemos comenzado a dominar sus mares. En ese momento se abre la posibilidad de realizar expediciones para abrir nuevas rutas en el Mediterráneo, y así llegar a nuevos productos o poder vender los nuestros a mejores precios. Tenemos que recordar que al principio solamente usaremos naves mercantes, pero que poco a poco tendremos que intentar introducir barcos para la defensa y escolta de nuestras mercancías, porque los ataques de piratas u otras facciones rivales no se harán esperar demasiado en nuestro ascenso a lo más alto de la liga de comerciantes. En el momento menos esperado, nuestros convoyes podrán sufrir un asalto en mitad del mar.
Las batallas navales se basan en mover los barcos de manera que podamos aprovechar sus capacidades. Si queremos huir, lo mejor será aprovechar las corrientes para alejarnos del enemigo, mientras que si queremos atacar tendremos que estudiar las distancias para que nuestros cañones hagan el mayor daño posible antes del abordaje. La labor de un capitán será fundamental en estos aspectos, y cada comandante que contratemos podrá tener alguna de las siguientes habilidades: experiencia comercial, conocimientos técnicos, destreza en combate o habilidad de navegación. Por último, recordad que los barcos tienen que repararse si no queremos que la próxima roca que golpee el casco nos haga hundirnos para que los cazadores de tesoros tengan trabajo en el futuro.

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Pero no solamente dependeremos de la capacidad de producir de los demás, y cuando vayamos aumentando de rango (cumpliendo los requisitos de riquezas y flota necesarios) seremos capaces de comprar o construir nuestros propios negocios. De esta manera podremos realizar nosotros mismos la producción de ciertas mercancías, con lo que conseguiremos abaratar costes y rentabilizar mucho más los ingresos. Nuestra reputación será muy importante en este respecto, puesto que en cada puerto nos admirarán si les proporcionamos productos necesarios y nos odiarán si nos llevamos aquellos que tanto necesitan. Dominando todos estos aspectos, seremos capaces de forjar nuestro propio imperio de los mares y convertirnos en el máximo representante de la Liga Hanseática.

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Las ventanas de interfaz que permiten el acceso a todas las opciones son sencillas y muy claras, lo que facilita mucho el acceso del juego incluso a los que no conozcan la serie, gracias a la distribución tan organizada de la información y los botones de menú. Igualmente, casi todos los elementos despliegan una ventana de información con datos sobre los mismos. Aquellos que hayan podido disfrutar de versiones anteriores se notarán muy familiarizados con todo el desarrollo, porque apenas hay variaciones en el mismo, y se siguen manteniendo las bases asentadas desde el mismo The Patrician. Patrician IV se basa en coger los términos de sus predecesores modernizando el aspecto técnico para que el título pueda seguir resultando atractivo a los nuevos jugadores y a los mayores seguidores de la serie.

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A nivel técnico, Patrician IV da un salto en el camino del 3D, paso directo desde el 2D isométrico de las versiones anteriores, aunque sin llegar a darle un uso verdaderamente funcional. Este cambio de aspecto mejora en calidad y cantidad de detalles a sus predecesores, y sienta realmente bien a Patrician. En el aspecto sonoro destacan las voces en castellano, parte del perfecto conjunto de localización al que afortunadamente nos tiene acostumbrados FX Interactive. El hilo musical no es reseñable, cumple con su papel de ayudar a que usemos algo más que el sentido de la vista, y se repite a intervalos regulares. Sin embargo, hay que reconocer que cumple con los requisitos de ambientación a la perfección, aunque alguna melodía adicional no habría sobrado.

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En conclusión, Patrician IV: Imperio de los Mares es una reedición o adaptación de un desarrollo consolidado en su género a las nuevas opciones que permite la tecnología y los equipos actuales, aún sin llegar a suponer una revolución en dicho aspecto. De hecho, los mismos requisitos técnicos del juego atestiguan esta afirmación, pues no vamos a necesitar un equipo de las últimas prestaciones, ni de lejos. Una gran opción para los amantes de la serie, que verán renacer la misma adaptada a los tiempos que corren, o para los que deseen probar un simulador comercial accesible sin demasiadas complicaciones, o adquirir un juego que ofrezca casi infinitas horas de diversión por muy bajo coste.


- Proporciona (casi) infinitas horas de juego.
- Sencillo y muy accesible para cualquier usuario
.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.