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Homefront: The Revolution - Beta

Probamos el modo Resistencia, cooperativo a cuatro jugadores con hordas de enemigos y misiones por cumplir a lo largo de las doce misiones cooperativas que nos propone la secuela de Homefront.

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Homefront no debería ser, sobre el papel, el nombre de FPS más esperado para este 2016. El juego original que se desarrolló bajo el paraguas de la extinta THQ acabó en saco roto tras no conseguir cumplir con las expectativas generadas. Tenía un argumento atractivo, usaba vehículos en diversos momentos de manera acertada y el multijugador tenía su punto de diversión. Pero estaba alejado de los estandartes de la época. The Revolution es la secuela de dicho título, que pasó a manos de Crytek UK (ex Free Radical, los de Timesplitters que a su vez habían salido de la Rare de Goldeneye y Perfect Dark) pero que acabó con el estudio cerrado. Deep Silver se hizo con la compañía, la renombró como Dambuster y dijo que “manos a la obra” otra vez. Conocido de dónde viene Homefront: The Revolution, toca adentrarse en la beta cerrada que hemos podido disfrutar en Xbox One. 

La beta se centra principalmente en una de las novedades que trae el juego respecto a su predecesor. Además de conocer detalles de la campaña que se han ido explicando recientemente, también sabemos que cuenta con un multiplayer online competitivo… y con el modo resistencia. Se trata básicamente de jugar en un formato de misiones y oleadas de enemigos con cuatro compañeros. Un cooperativo que hereda la fórmula de juegos como Left 4 Dead o Warhammer: Verminitide en concepto, pero con sus propias características, ritmo y misiones que completar en cada uno de los doce mapas que estarán disponibles para esta modalidad cooperativa.

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Lo primero que destaca de la beta es el hecho de poder crear nuestro propio personaje con bastantes detalles que van desde el tipo de físico hasta el género al que pertenecen. No solo podemos cambiar su apariencia visual, sino que también podremos equiparnos con todo tipo de accesorios y armas que iremos desbloqueando a medida que avancemos en el juego. Homefront cuenta con una moneda que podemos ir consiguiendo a medida que hacemos hazañas en las partidas y completamos misiones que nos permite también acceder a nuevos elementos de equipo para nuestro personaje. Otra de las modas de los FPS actuales también está presente en Homefront, y podremos acceder a packs de ítems que nos darán objetos, gadgets, accesorios o armas de manera aleatoria como podía pasar en Advanced Warfare por citar un ejemplo. 

Ya con el mono de trabajo puesto, en Homefront llevamos un par de armas -una principal- equipadas y que se dividen en las clases que nos sabemos de memoria. Cada arma tiene estadísticas de precisión, ratio de fuego, capacidad de munición, daño y rango. Lo mejor en este sentido es la personalización extrema que ofrece esta mecánica. Tenemos un esqueleto de arma y podemos cambiarle varias piezas para que un rifle de asalto se convierta en un lanza granadas o en una escopeta. Si a esto añadimos la posibilidad de usar todo tipo de accesorios como mirillas, mejores cargadores, silenciadores o culatas para el retroceso el resultado final es el de un gran abanico de opciones con las armas aunque parezca que solo tengamos una en nuestras manos. Es sorprendente ver el menú de opciones para añadir y quitar elementos que cambian radicalmente la respuesta de nuestra arma y, por lo tanto, la manera de afrontar el combate. 

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El sistema de juego responde a los cánones de juego de acción en primera persona contemporáneo, y los jugadores acostumbrados a nombres como Call of Duty, Battlefield y demás estarán familiarizados con Homefront: The Revolution al poco tiempo. Lo mejor de esta modalidad Resistencia es, junto a la personalización de las armas, el gran tamaño de los escenarios. Los mapas tienen no solo una escala más que sorprendente sino también repleta de opciones para poder afrontar las misiones. Siempre encontraremos alguna calle de más para investigar, algún lugar para escondernos o alguna zona en la que subirnos. Las sensaciones, al menos en esta primera toma de contacto, es que hay varias maneras de combatir a las hordas de enemigos que van apareciendo no solo armados hasta los dientes sino también con vehículos y equipo pesado capaz de acabar con los cuatro jugadores que cooperan en un santiamén.

Las misiones no nos ofrecerán grandes revoluciones ni nada que, por ejemplo, nos recuerde a ciertas tareas que debíamos hacer en Timesplitters 2, ni mucho menos. Básicamente se aplican los conceptos del multijugador competitivo a este modo cooperativo, teniendo que eliminar una serie de enemigos concretos repartidos por el mapa, defender unas zonas concretas, escapar del asalto de unos enemigos o, como hemos visto recientemente en la beta de Overwatch, cubrir un convoy mientras avanza… con la diferencia que aquí los enemigos están controlados por IA. Una inteligencia artificial, dicho sea de paso, que de momento ha ofrecido un rendimiento algo irregular. En muchas ocasiones echaremos en falta que los enemigos se cubran si se exponen demasiado, que no se coloquen en fila perfecta para acabar con ellos con facilidad, etc. Es cierto que el título tiene diversos niveles de dificultad pensados para subir el nivel de desafío, pero nos referimos más a las reacciones de ciertos enemigos. 

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El juego no contempla distintas fórmulas de misión o de cantidad de enemigos según los jugadores que luchen en la Resistencia, y eso significa que el reto será idéntico si somos un jugador en solitario que si somos cuatro. La verdad es que el enfoque de esta modalidad vista en la beta es claramente dirigido hacia el cooperativo: primero porque nos permite disfrutar de la estrategia a seguir en cada momento, cubriendo flancos y dando apoyo los unos con los otros en momentos puntuales. Segundo, porque la experiencia en solitario se resiente y no aporta nada que no podamos disfrutar del multijugador o de la campaña. La compañía ya ha anunciado que durante los próximos meses a la salida del juego se publicarán una veintena de misiones a las doce que habrá de lanzamiento más para completar la experiencia de este modo de manera totalmente gratuita. Eso sí, habrá microtransacciones que todavía no se han detallado.

La Resistencia ofrece algunas mecánicas curiosas que se salen de la norma. La presencia del sigilo -algo que se podrá explotar mucho más en la campaña principal- es una de sus bazas sobre todo cuando estamos actuando en solitario o mientras nuestors compañeros cubren otros flancos (más complicado es que los cuatro intenten avanzar en sigilo entre los enemigos, vehículos y drones que nos rodean). Otro es el de ciertos objetos que podemos usar para tomar ventaja en el campo de batalla, como la posibilidad de marcar a enemigos y estudiar por dónde nos vamos a mover antes de entrar en acción.

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Gráficamente el título no destaca en nada. La reconstrucción de escenarios destruidos y en guerra está cuidado, pero el nivel de acabado en lo que calidad de las texturas, carga poligonal y animaciones de los personajes o la iluminación no son nada que siquiera sorprenda. Lo más negativo de todo esto es sin duda que el juego está bloqueado a 30 frames por segundo debido al concepto de mundo abierto, algo que hacía “imposible” llegar a los 60fps que tan bien sientan en el género. En esta fase beta también hemos sufrido algunos contratiempos como cuelgues o algunos bugs menores. El juego sale oficialmente el 17 de mayo, por lo que todavía queda tiempo para pulir estos y algunos otros detalles. Parte de su éxito dependerá de este modo Resistencia, pero faltará ver si la campaña consigue lo que se propone en este formato Open World a lo Far Cry y si el multijugador puede hacerse un hueco entre tanta bestia exitosa dentro del género FPS.

Homefront: The Revolution

  • PS4
  • PC
  • XBO
  • Acción

Homefront: The Revolution, desarrollado por Crytek y distribuido por Deep Silver para PC, PlayStation 4 y Xbox One, es una nueva entrega de la serie de acción first person shooter en la que viviremos la lucha de guerrillas en una norteamerica vencida por el enemigo. Se vale del motor Cryengine para ofrecer una experiencia bélica de mundo abierto.

Carátula de Homefront: The Revolution
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