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Hawken

Multijugador online de calidad y gratuíto. Algo que hace tan solo unos años parecía una apuesta absurda, a día de hoy se consolida como una forma perfectamente válida de negocio. Hawken es un nuevo título que se une a la lista de aquellos que te invitan a jugar... y luego ya veremos si quieres gastar.

Actualizado a

Un estudio independiente californiano recién nacido presenta su primer proyecto y obtiene de inmediato inversiones por más de diez millones de dólares. El proyecto es Hawken, un multijugador gratuito para PC basado en combates de “mechas”. Tras disfrutar de unas horas de juego en su beta abierta, que podéis disfrutar desde ya mismo a través de la web de inicio playhawken.com, entendemos perfectamente el porqué de este interés inversor. El estudio es Adhesive Games y su apuesta Hawken intenta beber de las fuentes más exitosas del multijugador actual; Shooter en primera persona, juego en equipo, personalización, evolución... Quizá su referente más claro sea el exitoso World of Tanks y sus cuarenta y cinco millones de jugadores, del que refleja gran parte de la mecánica juego/mejora que tantos millones de jugadores ha “enganchado” y, por qué no decirlo, tantos beneficios económicos reporta.

Porque ese es el objetivo de este título, al igual que el resto que ocupan las estanterías, el ser económicamente rentable. Y vaya si amenaza con serlo. El juego en sí no puede ser más sencillo de iniciar. Una descarga de tan solo dos Gigas, registro y en un par de minutos nos encontramos dentro de un mecha de combate, bastante pobre, todo hay que decirlo. Lento, frágil y con escasa potencia de fuego. En la pantalla de inicio se nos ofrece jugar varios tutoriales y podremos ver vídeos que explican a la perfección los cuatro modos de juego disponible.

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Una vez nos metemos en harina lo primero que nos llamará la atención es el entorno gráfico. El motor es el más que veterano Unreal Engine 3, que sobre DirectX 9 nos muestra unos escenarios intencionadamente borrosos y sobreexpuestos, con una imagen muy granulada y una distancia de visión demasiado corta para lo habitual en cualquier FPS. Quizá al principio sí lo consiga, pero tras pasar unos minutos jugando, Hawken no puede ocultar que todos esos recursos son un intento de dar vistosidad a un trabajo gráfico ciertamente anticuado.

Los mapas no destacan, por tanto, por su calidad gráfica, con texturas muy sencillas aunque suficientes dada la característica iluminación del juego y el hecho de que cabalgamos una máquina de varios metros de altura. Por el contrario sí que destacan en su complejidad, discurriendo en distintos niveles, con escenarios interiores y exteriores, con callejones sin salida, pasos únicos y la exigencia de ser reconocidos a la perfección si aspiramos a ser eficientes en la partida. La complejidad de estos mapas no es decorativa, sino que busca favorecer a aquel jugador que mejor los conozca y sepa acoplar en ellos su enorme mecha.

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Estos robots cuentan con la posibilidad de usar unos post quemadores que les permiten tanto deslizarse rápidamente sobre el suelo como dar enormes saltos. Estas maniobras consumen combustible que, aunque se recarga automáticamente en escasos segundos, nos obliga a utilizarlas con inteligencia, ya que estos movimientos son uno de los factores más decisivos a la hora de vencer en cada cruce con los mechas enemigos.

¿A qué jugamos realmente en Hawken? La mecánica consiste en enfrentamientos cercanos con otros robots. Ahí se pondrán en evidencia las virtudes de nuestro robot tanto a la hora de hacer daño como de resistirlo. Salir victorioso dependerá de nuestra rapidez y precisión con el ratón, nuestra capacidad de prever los movimientos del enemigo, de elegir el mejor momento y posición para atacar… pero no tanto como en el resto de juegos de este tipo. Insistimos en que manejamos un enorme robot, un amplio objetivo al que disparar, con una movilidad reducida y pocas posibilidades estratégicas a la hora de cubrirse o aprovechar de cualquier modo el terreno. Nos ha sorprendido negativamente que los daños en los robots no sean condicionados por la zona de impacto, por lo que basta con apuntar al bulto y preocuparte de recibir menos proyectiles que el enemigo.

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Si ya de por sí los combates no dejan tanto a la habilidad del jugador como en otros FPS, nos encontramos además con la dificultad añadida que supone enfrentarse  a mechas más evolucionados que el nuestro, con mejor armamento y blindaje. Para conseguir evolucionar nuestro mecha dispondremos de dos vías. Por un lado, mediante los puntos de mejora que iremos desbloqueando a medida que jugamos. Con ellos iremos decidiendo si mejorar la capacidad ofensiva o defensiva del mecha, su velocidad, la duración del combustible o el recalentamiento de las armas.

Por otro, podremos adquirir en el taller desde mechas completos a distintas mejoras para el robot en sí, tanto en sus piernas, brazos o cabina, como en las armas que puede llevar. Aquí se incluyen desde ametralladoras gatlin a minas de proximidad e incluso torretas autónomas que podremos desplegar donde queramos. Para adquirir estas mejoras en el taller requerimos de dos tipos de “moneda”; los “créditos hawken” y los “créditos meteor” y con ellos llegamos al meollo tanto de éste como de otros tantos juegos “Free to Play”. Los créditos hawken los iremos ganando en las sucesivas partidas, pero para aumentar nuestros créditos meteor deberemos pasar por caja.

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¿Estamos entonces ante otro “pay to win”, un juego donde sobresalen aquellos que más dinero gastan? Hawken ofrece esa posibilidad y su modelo de negocio es ése, aunque obviamente el jugador pueda sacar un gran partido a este producto sin tener que gastar absolutamente nada. No obstante esta mecánica de combates entre robots, como ya hemos dicho, hace mucho más decisivo el equipamiento, siendo muy desequilibrante. Y la forma más fácil y rápida de conseguir ese desequilibrio es pagar, claro está. Una vez confirmado que el combate uno contra uno dependerá en gran medida de los mechas concretos que se enfrenten, eso no quiere decir en absoluto que las partidas siempre se decanten a favor de “los poderosos”; lo harán a favor de aquellos que sepan jugar en equipo.

Hawken ofrecen inicialmente cuatro modos de juego. El más básico y aburrido es el de todos contra todos, donde lo que prima es mantenerse alejado del combate mientras dos mechas acaban mutuamente con su blindaje, esperando el momento de aparecer para darle la puntilla a ambos. Mucho más interesante es el modo de combate por equipos, donde ganará aquel que consiga antes las cincuenta bajas y ya se presta a estrategias básicas. Pero los realmente atractivos son los dos modos restantes. El primero también lo podemos reconocer en otros juegos, dado que se basa en capturar objetivos e intentar mantener siempre alguno más que el enemigo. En el caso de Hawken los objetivos serán lanzaderas de misiles que atacarán periódicamente a la base del equipo contrario hasta que la destruya, un modo que hizo clásico Battlefield 2142.

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Y es el último modo, el de asedio, el más interesante de los cuatro y el que confiere a Hawken un extra de interés que puede ser definitivo. En este modo deberemos desplegar una enorme nave nodriza que cargará directamente contra la base enemiga, reduciendo su integridad hasta cero, momento en el que ganaremos la partida. Para desplegar esta nave deberemos recargar unos depósitos de energía con los que están dotados los mechas, algo que podremos hacer en disputados puntos del mapa o absorbiendo esta energía de los mechas enemigos que destruyamos. Deberemos ir trasladando esta energía al hangar de la nave nodriza hasta que ésta esté lista. Una vez que nuestra nave, la enemiga o las dos simultáneamente están en el aire, el objetivo pasa a ser controlar un enorme cañón antiaéreo que se dispone en el centro del mapa. El control de esta arma permite tanto destruir la nave enemiga y minimizar sus daños, como evitar que el enemigo haga lo propio con la nuestra. Este modo de juego ofrece unas posibilidades sin las cuales Hawken perdería muchos enteros.

Nuestra afirmación de que será el trabajo en equipo el que gane las partidas de Hawken se hará evidente en estos modos, donde es imprescindible repartirse las funciones y ofrecer apoyo al resto de jugadores del equipo, sobre todo en aquellos momentos en que tienen que reparar su mecha, un tiempo en el que quedan indefensos. Las partidas exigen un mínimo de tres jugadores por equipo, con máximos variables dependiendo del modo y mapa, si bien no suelen superar los doce jugadores en total.

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Sin embargo el trabajo de equipo se ve dificultado por la imposibilidad de crear servidores dedicados. No vamos a profundizar más en la gestión de los jugadores dado que el título aún se encuentra en fase beta y día a día se va parcheando, con las consiguientes mejoras. A fecha de este análisis, el juego es totalmente estable, sin problema técnico aparentes y, aunque la adjudicación de partidas nos obliga a jugar en servidores lejanos, apenas se aprecia lag, una sensación que se ve muy favorecida por no tratarse de un juego que precisamente requiera mucha precisión.

Como es obligatorio en cualquier “Free to Play”, no nos queda otra cosa que recomendaros que lo probéis. Cuánto tiempo le dediquemos después dependerá de cada jugador, pero no nos cabe duda de que este título tiene más que merecida una oportunidad.

Hawken

  • PC
  • Acción

Juego multijugador de acción con combates de Mechas, haciendo uso del Unreal Engine.

Carátula de Hawken