Humilde, pero honrado

Item: Gorky 17
Rating: 7.5

Año 2000. La inteligencia de la OTAN informa de la destrucción de la ciudad rusa llamada Gorky 17 en lo que, los antes enemigos, califican como el resultado normal del final de la Guerra Fría

MeriStation

Actualizado a 26 de enero de 2015 19:35 CET

Año 2000. La inteligencia de la OTAN informa de la destrucción de la ciudad rusa llamada Gorky 17 en lo que, los antes enemigos, califican como el resultado normal del final de la Guerra Fría. Gorky 17 era una ciudad construida a imagen y semejanza de cualquier típica urbe norteamericana, con el objeto de servir de escenario de entrenamiento para sus espías desde el mismo momento de nacer. Hasta aquí, el juego toma su argumento de la realidad, pues si bien nunca ha sido reconocido por los antiguos soviéticos, la existencia de estas ciudades-laboratorio es un secreto a voces. Pero he aquí que, tras la incorporación de Polonia a la OTAN, se reciben informaciones que sostienen que en este país existe otra ciudad del mismo estilo, donde el objetivo era experimentar con componentes genéticos. Así, se envían equipos a investigar, que naturalmente desaparecen y, por tanto, es a nosotros a quienes nos toca tomar parte en el asunto: comandamos un trío de soldados con el objeto de recuperar 4 discos donde se almacenan los datos genéticos de la población, encontrar el laboratorio central y destruir las aberraciones (monstruos, vamos) que pululan por toda la ciudad.

Descripción general:
El juego, que en otros países se llama "Odium", tiene una mecánica bastante simple en su concepto: hay que ir recorriendo los diferentes escenarios de la ciudad (en un scroll limitado por las zonas ya conocidas) buscando los dichosos discos, y tendremos la oportunidad de conocer nuevos personajes que nos aportarán información sobre lo sucedido, o se unirán temporalmente a nosotros, y recogiendo nuevo armamento, munición o botiquines de salud. Es importante esta participación de personajes ajenos a nuestro equipo, porque se da el caso de que su colaboración puede acabar tras tres o cuatro combates, llevándose todo el inventario con el que les hemos ido equipando.

Así, el desarrollo es el siguiente: tras la exploración de las diferentes zonas, entramos en el modo combate, sin pistas en el escenario, donde nos enfrentaremos a los monstruos que nos salen al paso en una suerte de juego de tablero marcado por cuadrículas de desplazamiento. La selección de nuestro personaje nos marca en todo momento sus puntos de movimiento así como el alcance de las armas, y de igual manera el de nuestros enemigos con respecto al soldado que tengamos seleccionado. Una especie de ajedrez en el que el perfecto dominio del espacio y el conocimiento de las capacidades de las armas son fundamentales para no perder miembro alguno de nuestro compañeros, lo que significa el final automático de la partida. Por tanto, el ahorro de munición y botiquines ha de convertirse en obsesivo si se quiere avanzar en el juego.

Para añadir "intríngulis" al juego, está dotado de ese componente rolero que es el mejorar las habilidades de los personajes (suerte, contraataque, puntería, calma, experiencia) y de las armas (puntos de daño), que se potenciarán en la batalla al herir a los monstruos y ganar los combates. Esto sucede al mismo ritmo que mejoran las capacidades de los monstruos, por lo que no se puede decir que sea un juego fácil simplemente porque nuestros soldados tengan un gran nivel de habilidades.

Y no hay más, esto es todo. No es un juego innovador, no inventa ningún género, no tiene unos paisajes gloriosos ni los monstruos acusan los impactos al modo de Soldier of Fortune, desmembrándose gradualmente. Sin embargo, la mezcla de personajes a base de polígonos (de 800 a 2000, según el tamaño) animados desde el esqueleto, con los escenarios renderizados (bastante decentes a mi parecer) forman un conjunto visual atractivo; el argumento es intrigante y está salpicado de sorpresas y nuevos personajes que entretienen nuestra tarea. Para hacerse una idea, es como si los soldados de Commandos se tuvieran una misión en Racoon City. Otros detalles ayudan a amenizar el juego, como unas buenas películas sobre los monstruos más peliagudos o el íntegro doblaje al español, aunque no sea necesario comprender los diálogos para avanzar. Cierto es que no aporta nada nuevo al mundo del videojuego, pero tampoco parece que tenga esas pretensiones de notoriedad que tanto nos agobian últimamente, con lo que a nadie decepcionará.

Audio/Vídeo:
Ya he mencionado la mezcla de los personajes poligonales con los escenarios en 2D, que tienen en lo bueno su vistosidad y colorismo, y la escasa interactividad con el mismo en lo malo, si salvamos las cajas de aprovisionamiento y unos cuantos objetos imposibles de olvidar por su parpadeo en cuanto entramos en la zona. En momentos especiales del combate, se puede producir un zoom sobre la acción que tampoco es nada del otro mundo.
En cuanto al sonido, aparte de los diálogos, es constante una musiquilla con aires de misterio que resulta un tanto repetitiva, las armas suenan al ser disparadas y los monstruos gritan. Para salir del paso, vamos.

Guión:
Bueno, ir por el mapa buscando los discos para conseguir acabar con la plaga de monsters. Existen puzzles de mínima dificultad (usar unos guantes para abrir una verja electrificada, por ejemplo) necesarios para continuar, y aunque se pueden elegir algunos caminos para avanzar, a fin de cuentas habrá que pasar por todas las zonas para completar las acciones

Estrategia y trucos:
Básico, fundamental, imprescindible es el ahorro de munición y botiquines. Una buena idea es ahorrar balas usando objetos contundentes (el hacha es bastante efectivo) cuando podamos, puesto que sabemos que no fallan nunca (las armas sí). Es interesante, aunque reste vistosidad, activar la cuadrícula en el combate (tecla Tab) para controlar en todo momento el movimiento y el alcance de las armas. También conviene, cuando sepamos que un monstruo nos va a zurrar, posicionarnos de frente a su ataque, así el daño es menor. Por último, usar los barriles explosivos y el lanzallamas siempre que sea posible, puesto que un monstruo arde (los que arden) durante tres turnos.
Estos trucos o consejos son los que había disponibles el 19/05/00 Si no encuentras lo que buscas, pasa por la sección de TRUCOS.

Jugabilidad:
Muy sencillo en el manejo (ratón), el interface en pantalla tiene pocas opciones, por lo que no plantea dificultad alguna. Podemos intercambiar objetos (aunque no combinarlos), empujar otros y acceder al inventario y a las características de los personajes. Se pueden grabar partidas siempre que no estemos en medio de un combate.

Comparándolo con...:
Pese a ser deudor de un casi clásico como Fallout, recientemente otro título ha presentado un desarrollo muy semejante con más ambición y peor resultado: Shadow Watch, de Red Storm. Gorky 17 es más sencillo y a la vez más adictivo, y está mejor ambientado.

No es nada pretencioso, lo que redunda en esa sensación de satisfacción tras un rato de juego. Los escenarios, coloristas y bien diseñados. La inteligencia artificial de los monstruos, que no suelen caer en trampas como hacerles perseguirte hasta que se acerquen a un barril explosivo. La sencillez del conjunto.

Manual:
En la línea del juego, en español y suficiente. Faltan los atajos de teclado.

Equipo necesario:
Win 95/98. Pentium o equivalente a 200 Mhz MMX y 32 Mb de Ram. No es necesaria tarjeta 3D.
Recomendado: Pentium o equivalente a 266 Mhz MMX. Tarjeta 3D y 64 Mb de RAM.

Equipo usado para el análisis: P-II 300 Mhz, 64 Mb RAM, Tarjeta Banshee Phoenix de 16 Mb.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.