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Darwinia

Darwinia

Un futuro con cierto regusto del pasado

Llega la nueva generación de consolas y se anticipa un futuro lleno de presupuestos millonarios, gráficos fotorrealistas y personajes con la cara de actores famosos. Lo más divertido que ha llegado al mercado este año, sin embargo, es un pequeño videojuego independiente de los ingleses Introversión Software. Bienvenidos al parque temático virtual de Darwinia.

Actualizado a

Seis programadores ingleses y mucho talento es todo lo que hay detrás de Introversion Software, el grupo independiente que más éxito de crítica ha conquistado en los últimos años. Su primer juego fue un simulador de hackers futurista llamado 'Uplink'. Era un juego entretenido e innovador. Estaba compuesto únicamente de menús y mensajes de texto, pero lograba crear una estupenda sensación de inmersión y transmitir unos valores de producción a la altura (o superiores) a los de la mayoría de los juegos del circuito comercial.

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Ahora Introversion ha vuelto con un juego aún más avanzado, divertido y original. Darwinia es una pequeña obra maestra que mezcla docenas de referencias estéticas y jugables en un conjunto nuevo y diferente ¿Qué tenemos si mezclamos Lemmings, Centipede, Pikmin, Command & Conquer, Populous, Space Invaders, Probotector, Cannon Fodder, Diablo y Black & White? Pues por lo visto un juego inclasificable y mucha diversión.

Darwinia es un parque de atracciones virtual en un rinconcito apartado de Internet. En él, el Dr. Sepúlveda ha creado una raza de pequeños seres bidimensionales inteligentes llamados 'darwinians'. Durante generaciones estos pequeños sprites verdes viven y evolucionan de forma pacífica, pero un virus rojo infesta el mundo de Darwinia y lleva a los darwinians al borde de la extinción. En ese momento apareces tú en el parque y el Dr. Sepúlveda te pide ayuda para erradicar el virus.

Darwinia (PC)

Gráficos y Sonido

Los gráficos de Darwinia son tan peculiares como el resto del juego. Aunque nunca se hace una mención expresa durante el juego, la implicación es que el Dr. Sepúlveda ha utilizado sprites de viejos juegos de los ochenta para poblar su mundo virtual. Cada personaje del juego es un guiño para el fan del videojuego retro. No hay más que ver sus nombres. Los virus son distintas versiones de los enemigos de Centipede (alguno incluso lleva ese nombre) y los 'cazas' que hacen los ataques aéreos se llaman 'invaders' por un buen motivo. Premio friki, por cierto, para el que sea capaz de localizar los juegos de origen de las unidades que se controlan en el juego.

Pero esto no significa que el aspecto general del juego sea anticuado. No hay mucha animación, ni gran cantidad de polígonos, pero con cientos de unidades pululando por la pantalla en cualquier momento dado, el conjunto es muy agradable a la vista. El paisaje 'wireframe' de Darwinia es futurista y apropiadamente cyberpunk. Cumple, además, una función jugable, porque las unidades que caminan por el suelo se mueven más lentas cuesta arriba y las granadas y otros objetos rebotan según la inclinación del polígono con el que impacten.

Darwinia (PC)

La guinda la ponen los brillos y efectos con 'píxel shaders', que acaban de redondear la fusión de futuro y pasado que propone Darwinia como apuesta visual. Todo junto en acción proporciona batallas trepidantes en las que, sin embargo, siempre se sabe lo que está pasando y se disfruta de los pequeños detalles.

Hablando de detalles, este es un asunto que los juegos de menor nivel suelen dejar de lado. Darwinia no. A pesar del ritmo endiablado de las partidas siempre hay un momento para acercarse a los darwinians y ver cómo se juntan para canturrear o hacen volar cometas en honor de sus camaradas caídos. Por no mencionar lo divertido que es ver como vuelan por los aires cuando algo estalla cerca de ellos o las pequeñas siluetas grises que dejan detrás cuando se los lleva un Comealmas. Para ser sprites planos sin animación, lo cierto es que los darwinians tienen mucho carisma.

Darwinia (PC)

Introversion también ha encontrado tiempo para añadir al paquete unas cuantas intros diferentes que aparecen cada vez que se arranca el juego, lo que demuestra un cariño por los detalles que a menudo no se encuentra en las grandes superproducciones con las que nos bombardea la industria sistemáticamente.

Darwinia (PC)

El sonido no está tan bien como el resto del juego, aunque nunca llega a resultar llamativo o molesto. Apenas hay música, pero la que hay es un muestrario de música electrónica pasada de moda que, sin salirse del tono general, no aporta demasiado al conjunto.

El sonido es apropiado y también familiar para los que disfrutaban de los juegos de los ochenta. Crea un buen ambiente durante las partidas, pero se ha exagerado demasiado el cambio de volumen entre lo que se oye cerca y lo que está más lejos, lo que hace que, en ocasiones, lo que se ve y lo que se oye no casen perfectamente.

Darwinia (PC)

Jugabilidad

Al margen de la excusa argumental, Darwinia es una mezcla de géneros, parte 'god-game', parte juego de estrategia, parte juego de acción que, para variar, consigue triunfar en todas sus facetas. Explicar cómo se juega a Darwinia y por qué es tan divertido es complicado, pero merece la pena intentarlo.

En una fase normal de Darwinia (si es que en este juego hay tal cosa, ya hablaremos de eso luego) empiezas sin nada a tu nombre salvo algún edificio coloreado de amarillo. Apretando ALT y con un gesto del ratón (más o menos como en Black&White) puedes convocar a diferentes unidades que obedecerán tus órdenes directas. Hay soldados que pueden destruir las distintas encarnaciones del virus, aunque debes controlarlos personalmente, al estilo de 'Diablo', e ingenieros que recogen recursos y reprograman edificios más o menos por su cuenta.

Darwinia (PC)

Pero estas unidades son sólo soldados, carne de cañón. El alma del juego son los darwinians, y ellos tienen voluntad propia (o al menos la voluntad colectiva de vagar por el escenario como lemmings despistados) y no obedecerán órdenes directas, aunque podrás indicarles hacia dónde deben ir para que ocupen y hagan funcionar edificios y aparatos. Esto se hace creando darwinians 'oficiales' que pueden dar algunas órdenes a sus colegas más cercanos.

Las unidades que se pueden convocar directamente son gratuitas y pueden hacerse aparecer y desaparecer sin problema, siempre que estén cerca de edificios de tu propiedad. Ahora bien, los darwinians son otra historia. Tienen sus pequeñas almas digitales, y necesitas recoger una de estas, ya provenga de un virus o de un darwinian muerto, y hacer que un ingeniero la meta en una incubadora para que se reencarne en uno de los pequeños bichitos verdes.

Darwinia (PC)

Mientras tú estás ocupado matando virus y repoblando Darwinia el Dr. Sepúlveda se dedica a investigar, y podrás dirigir sus esfuerzos a muchos aspectos distintos, como mejorar las armas de los soldados o los dawinians, o aumentar la capacidad de los ingenieros para acarrear almas, entre otras cosas.

Bien, eso cubre el cómo se juega a Darwinia. Falta la parte sobre por qué es tan divertido. En primer lugar está el diseño de niveles. Sólo hay una decena de fases, pero el juego no tiene ni una gota de grasa. Nada es superfluo. De todas formas, lleva entre diez y doce horas acabarse el juego, y el final desbloquea un extra muy especial que promete aumentar mucho la vida del título.

Cada nivel es distinto del anterior y nunca se vuelve rutinario. De hecho, durante el primer tercio del juego, cuando todavía se están explicando las distintas funciones de las unidades, cada fase es un juego diferente. Al principio sólo puedes controlar un escuadrón de tres soldados, pero en seguida te ves dirigiendo una marabunta de darwinians indefensos y esperando no perder muchos por el camino. Para cuando todas las opciones están disponibles el juego se ha vuelto frenético. Siempre hay algo que hacer o a lo que estar atento en un frente o en otro, pero el jugador siempre retiene el control.

Darwinia (PC)

Y esto es porque Darwinia tiene la interfaz más ágil, rápida y depurada que se ha visto en un juego de PC, tal vez en toda la historia. Como hemos dicho, las unidades y las armas se cambian manteniendo apretado ALT y dibujando un símbolo con el ratón. Manteniendo ALT y moviendo el ratón a los bordes de la pantalla se accede a la selección de mejoras y a la lista de objetivos… y ya está. Todo lo demás se hace con el ratón y un par de teclas más. La cámara mira siempre al puntero del ratón y se mueve con las clásicas teclas W,A,S y D.

El juego ni siquiera se para en los menús, ni falta que hace. En cinco segundos se puede borrar un escuadrón de soldados, hacerlos aparecer en la otra punta del mapa y lanzarlos al ataque. En otros cinco segundos se puede cambiar el objetivo de la investigación y modificar las órdenes de los darvinianos, o crear una cadena de oficiales que hagan que sus subordinados zigzagueen por el mapa esquivando obstáculos. Si hay que buscarle alguna pega al sistema podría ser que algunos gestos pueden confundirse cuando se hacen muy deprisa, o que disparar el arma secundaria cerca de una unidad propia (lo que es un suicidio, por cierto, ya que existe el fuego amigo), a veces hace que se seleccione la unidad, pero son detalles tan superficiales que acaban por aceptarse como otro componente estratégico más.

Darwinia (PC)
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Ni siquiera hay una interfaz permanente en pantalla, un minimapa ni nada que se le parezca. La cámara es tan rápida que echar un vistazo al conjunto de lo que está pasando es tan fácil como dar un golpecito rápido a la rueda del ratón. No sé cómo decir esto más claro: no has jugado a ningún juego de estrategia que se maneje tan bien como Darwinia. Jamás. En serio.

Darwinia (PC)

Lo único que se echa en falta en el juego son posibilidades multijugador. Aparentemente la opción sí formaba parte de la idea original, pero se quedó por el camino durante la fase beta por problemas de equilibrio en la jugabilidad. Una pena, porque hay aspectos del juego que hacen pensar cómo sería enfrentarte a tus amigos en una lucha fratricida entre darwinians rivales. Además, el juego de un solo jugador, aunque siempre intenso y desafiante, no es excesivamente difícil y al final uno se queda con las ganas de llevar sus habilidades como comandante de soldaditos virtuales un paso más allá.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.